¿Y los huevos
que son de chocolate y con forma de conejo?
A partir del siglo XVIII es cuando se empieza a rizar el rizo
en cuestión a la elaboración artesanal del chocolate. Hay auténticos maestros
que confeccionan diversidad de figuras que en muchas ocasiones configuran
auténticas esculturas dulces.
Y lo del conejo más o menos se lo sacaron los teutones de la
chistera, asociando a este animalito con el huevo porque ambos son símbolo de
fertilidad y fecundidad que para el caso es lo mismo.
Hay versiones de una pequeña historia que cuenta como durante
la celebración de una pascua, una madre sin muchos medios económicos, escondía
huevos coloreados en el jardín, para que sus retoños los encontrasen. Cuando
sus hijos buscaban ilusionados, les salió un conejo justo donde se hallaba el
escondite, creyendo estos que fue el animal el que les dejó dichos huevos.
En España tenemos otra modalidad: las famosas “Monas de
pascua" confeccionados sobre todo en Cataluña y Valencia, esos huevos
envueltos en papel de plata colorido rellenos de más huevos, o de bombones u
otras golosinas.
¿Los famosos Kinder sorpresa tendrán algo que ver con estas
tradiciones tan curiosas?
Y llegó el
momento de nombrar a las famosísimas torrijas, las que se comen, aunque
esas otras "Torrijas" con la que se conoce a las borracheras, tengan
en común con las primeras solo el vino.
¿Quién no ha probado este exquisito dulce en Semana Santa?
También se las conoce como tostadas o torejas según la zona
en la que se les nombre y su receta proviene ¡Cómo no! del tiempo de los
romanos del siglo I d.C en que un tal Gavius Apicius ya nombraba un producto
elaborado con esos ingredientes básicos que las caracterizan.
En el siglo XV es cuando ya se las puede reconocer en un
formato parecido al actual, pero nunca asociadas a la Semana Santa de marras,
pues nada tenían que ver en un principio con esta.
Pues sabed que originalmente eran utilizadas como tonificante
para favorecer la recuperación física de las parturientas gracias al aporte
calórico que proporcionaba el pan, el huevo, (Otra vez este producto) la miel,
la leche, canela, el vino y el aceite utilizados para su confección.
Precisamente y a causa de su aporte calórico y capacidad
saciante se incorpora a la dieta de cuaresma para paliar esas privaciones y
abstinencias voluntarias a las que se sometía el penitente.
Dudo mucho que para el pueblo llano supusiese un sacrificio
adicional el privarse de ciertas comidas y que se tuviera acceso a muchos de
los ingredientes necesarios para la confección de estos dulces, que para
nosotros, se han vuelto manjar y capricho.
El hambre era lo único común y cotidiano por desgracia en
aquellos tiempos de carencias.
Ya es a partir del siglo XX cuando este producto se disocia
de las fiestas religiosas y pasan a formar parte de las ofertas gastronómicas
de las tabernas madrileñas, acompañadas naturalmente por el consabido chato de
vino. De ahí provienen esas otras "torrijas" que nombré más arriba,
que se cogían por la excesiva ingesta del néctar de Baco.
Lo bonito de todo esto es, que al tratarse de un producto de sencilla
elaboración es compartido por otros países como Portugal, Francia, Gran
Bretaña, Hungría, Países Bajos, Alemania, Suiza, Austria, América… y conocidas
con nombres tan variopintos como: “Pan perdido”, “Caballeros pobres de
Windsor”, “Rabanadas”, “Tostadas francesas”, “ Fotzelschnitten”, “Profesen
bundás”, “ Wentelteejfe” o simplemente “Pan de pobres”.
En todo caso este manjar repostero tan "glorioso", difícilmente podrá disociarse de la vigilia pascual junto con buñuelos y pestiños. Aunque hay otra variedad gastronómica con mucha enjundia que ostenta un primer puesto como comida con fundamento que es, por derecho propio y antonomasia (Típico plato de Semana Santa).
¡Menudo potaje!
El de garbanzos, con su bacalao, sus espinacas y sus
albóndigas de pan, huevo duro, patatas. Ingredientes básicos y variables. Un
plato propiamente de vigilia con el que se compensaba la carencia de la carne
durante la penitencia y ayuno cuaresmal.
Naturalmente en cada región española tienen sus
"toques" especiales y sus secretos culinarios con respecto a las
preparación de este plato. En lo que todos coinciden a la hora de cocinarlo es
que constituya sustento suficiente como para no quedarse con hambre, y
comer "Como Dios manda".
Continuará.
Primera parte
Segunda parte
Cuarta parte
Continuará.
Primera parte
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Cuarta parte
Derechos de autor: Francisco Moroz