Relato presentado al concurso de micro cuentos " Micro terror V"
Despierto
sobresaltado con unos ruidos que proceden de la planta baja, donde tengo el
taller.
Me levanto
despacio invadido por una desazón que me impulsa a hacer lo contrario; pero
algo en mi interior me dice que debo descubrir de qué se trata.
Los sonidos
se repiten, como gañidos de gato amortiguados por las gruesas paredes de la
vivienda. Soy consciente que no tengo mascotas y vivo solo.
Salgo al pasillo
sin encender la luz para no alertar al posible intruso, y bajo las escaleras
lentamente para que la vieja madera de los escalones no emita sus característicos
crujidos.
Una vez
abajo me quedo quieto esperando a oír el sonido que me despertó y ubicar su
procedencia.
Suena de
nuevo, como un lamento, un lloriqueo que me recuerda el ulular del viento en
las contraventanas; pero estas siempre están cerradas.
Me dirijo al
cuarto donde trabajo y abro despacio.
Al encender
la luz repentinamente doy un respingo y emito un grito que sorprende a
mi víctima.
Ahora recuerdo
que la dejé colgada del techo con un gancho, suspendida boca abajo, para seguir
trabajando con ella.
Respiro más
tranquilo y mientras agarro una radial, vuelvo a oír sus quejidos sofocados.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Código de registro: 1604277331592