“Mi profesión la de andante caballería. Son
mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la
vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la
senda más angosta y difícil.”
Cuan ciegos estamos los hombres cuando para
nuestra desdicha no sabemos gustar los manjares exquisitos que se nos ofrecen
por doquier.
No reconocemos las preciadas perlas
escogidas, que otros más avezados y discretos en estas lides, nos dejaron
escanciadas con crisol en pergamino, vitela y papel, en forma de negras lágrimas de tinta para el deleite del aventurero que se vuelca en ellas. Para el tenaz que se
digna sin soberbia ni engreimiento, harto y sagaz como hambriento; que busca en
sus entresijos su solaz y bienaventuranza.
Citas tan llenas de sabiduría y buen criterio, que hasta
los dioses del mismísimo Parnaso envidian y quisieran haberlas conocido para su regocijo,
regalo e inspiración.
Miguel de Cervantes se nos fue hace 400
años y nos dejó una extensa muestra de frases escuetas y juiciosas, sembradas
en un extenso campo de letras llamado Quijote, que de ingenioso tenía no
solo sus andanzas, sus locuras y desvaríos. También sus enseñanzas con
enjundia, su sapiencia de orate leído no solo en libros de caballería si no en otras
ciencias menos menesterosas y más eruditas.
Mi homenaje para este ínclito autor sea
pues este:
Dejar para vuestro disfrute y holganza
estos retales de instrucción, que os resultarán al menos beneficiosos para el
recreo del alma y el cultivo de vuestra mente preclara.
*Bien predica quien bien vive
*Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor
muchas veces.
*Cada uno es artífice de su propia ventura.
* Al buen hacer jamás le faltará premio.
* Amistades que son verdaderas nadie las
puede turbar.
* A quien se humilla, Dios le ensalza.
* Donde una puerta se cierra, otra se abre.
* Es tan ligera la lengua como el pensamiento,
que si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de
la lengua.
* ¡Celos, cuchillo de las más firmes
esperanzas!
* ¡Oh envidia, raíz de infinitos males y
carcoma de las virtudes!.
* Amor y deseo son dos cosas diferentes; que
no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama
*¿No sabes tú que no es valentía la
temeridad?
* De gente bien nacida
es agradecer los beneficios que recibe.
* Es la enmienda en el
que yerra, atrás de su salvación.
* Es mejor ser loado
de los pocos sabios que burlado de los muchos necios.
*La música compone los
ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.
* La pluma es la
lengua de la mente.
* La pluma es lengua
del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se engendraron, tales serán
sus escritos.
* La poesía tal vez se
realza cantando cosas humildes.
* Aún entre los
demonios hay unos peores que otros, y entre muchos malos hombres suele haber
alguno bueno.
* Come poco y cena
menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
* Dad crédito a las
obras y no a las palabras.
* De altos espíritus
es apreciar las cosas altas.
* De las miserias
suele ser alivio una compañía.
* Donde hay mucho
amor, no suele haber demasiada desenvoltura.
El amor y la
afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento.
* El andar tierras y
comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.
* El año que es
abundante de poesía, suele serlo de hambre.
* Venturoso aquel a
quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de
agradecérselo a otro que al mismo cielo.
* El hacer bien a
villanos es echar agua al mar.
* El hacer el padre
por su hijo es hacer por sí mismo.
* Esta que llaman
fortuna, es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo, ciega, y así no ve
lo que hace, ni sabe a quién derriba.
* Habla con reposo,
pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que toda afectación
es mala.
* La alabanza propia
envilece.
* La buena y verdadera
amistad no puede ni debe ser sospechosa de nada.
* La celestina sería
un libro en verdad divino, si escondiera más lo humano.
* La diligencia es
madre de la buenaventura.
* La misericordia
brilla más que la justicia.
* En la lengua están
los mayores daños de la vida humana.
* Las sentencias
cortas se derivan de una gran experiencia.
* Las tristezas no se
hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las
sienten demasiado, se sienten bestias.
* Entre los pobres
pueden durar las amistades, porque la igualdad de la fortuna sirve de eslabón a
los corazones; pero entre los ricos y los pobres no puede haber amistad
duradera.
* Los males que no
tienen fuerza para acabar la vida, no han de tenerla para acabar la paciencia.
* El sueño es el
alivio de las miserias para los que las sufren despiertos.
* La mujer ha de ser
dueña, y parecerlo, que es más.
* El ver mucho y leer
mucho aviva los ingenios de los hombres.
* El que esta para
morir siempre suele hablar verdades.
* El que lee mucho y
anda mucho, ve mucho y sabe mucho.
* El valor reside en
el término medio entre la cobardía y la temeridad.
* No desees y serás el
hombre más rico del mundo.
* No hay carga más pesada
que una mujer liviana.
* No huye el que se
retira.
* No importa el
resultado sólo el esfuerzo vale.
* No puede haber
gracia donde no hay discreción.
* No hay más alta
virtud que la prudencia.
* No hay memoria a
quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma.
* Tanto vales cuanto
tienes, y tanto tienes cuanto vales, Dos linajes solos hay en el mundo, como
decía una abuela mía, que son el tener y el no tener.
* Todos los vicios,
Sancho, traen un no sé qué de deleite consigo: que el de la envidia no trae
sino disgustos.
* Un buen
arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.
* Una confidencia, por
lo general, tiene tanto de confianza como de indiscreción.
* Nada hay más pequeño
que un grande dominado por el orgullo.
* Necio es, muy necio,
el que, descubriendo un secreto a otro, le pide encarecidamente que lo calle.
* No cargues todo el
rigor de la ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que
la del compasivo.
* Más vale el buen
nombre que las muchas riquezas.
* Más vale la pena en
el rostro que la mancha en el corazón.
* Se moderado con tu
sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.
* Se va a la plaza del
nunca por la calle del ya voy.
* Se breve en tus
razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.
* Sé cabal con los
hombres, sé cortés con las mujeres. Vive con la imagen de aquella que alienta y
justifica.
* Pocas o ninguna vez
se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero.
* Sabe más el tonto en
su casa, que el sabio en la ajena.
* Para todo hay
remedio, si no es para la muerte.
* Parece, Sancho, que
no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la
misma experiencia, madre de las ciencias todas.
* Más vale buena
esperanza que ruin posesión.
* Más vale un toma que
dos te daré.
* Más vale una palabra
a tiempo que cien a destiempo.
* La senda de la
virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.
* El que no sabe gozar
de La ventura cuando le viene, no se debe quejar sí se pasa.
* Esta que llaman por
ahí fortuna es una mujer borracha y antojadiza y, sobre todo, ciega, y así no
ve lo que hace, ni sabe a quién derriba ni a quién ensalza.
* La abundancia de las
cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen, y la carestía son de las
malas se estima en algo.
* La verdadera nobleza
consiste en la virtud.
* La virtud es más
perseguida por los malos que amada de los buenos.
* Las honestas
palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
* Los deseos se
alimentan de esperanzas.
Y una de las frases preferidas por un servidor: