Hoy os traigo siguiendo con la temática navideña, los símbolos utilizados, y alguna de las tradiciones que durante estas fechas, realizamos creyentes y no creyentes.
Corona de
Adviento
Es bien sabido de su utilización casi generalizada para ponerla
como centro de mesa o colgarla en las puertas y entradas principales de los
hogares, o encima de las chimeneas quien las tuviera.
Su procedencia es
indefinida, pudiendo decir que desde el albor de los tiempos era utilizada como
símbolo de geometría perfecta, que viene a significar el ciclo continuo de las
estaciones y la vida. Como
representación del sol, de la unión perfecta entre el hombre y sus dioses,
señal de eternidad sin principio ni fin.
Los griegos las realizaban para ofrendar a sus dioses y otorgar
honores a ciudadanos destacados. Las confeccionaban con hojas de laurel, planta
que representa la fuerza; siendo el trofeo más deseado de los atletas que competían en honor a Apolo (Dios del sol) y
que se esforzaban para portarla en sus cabezas como señal de triunfo.
Los romanos adoptaron dicha corona como lo hicieron con
muchos de los dioses, costumbres, y tradiciones de la cultura helena. Para
ellos estas coronas representaban autoridad y garantía de ser recordado trascendiendo sobre lo mortal. Por ello muchos prohombres fueron enterrados o
incinerados junto con ellas, como bien muy preciado.
Al Cesar Imperator se la imponían sobre la testa, cuando
tras regresar triunfante de alguna de sus guerras de conquista le recordaban
que solo era un hombre mortal: “Respice post te, hominem te ese memento” (Mira
atrás y recuerda que solo eres un hombre)
Esas conquistan se extendieron por la Galia, Bretaña, y
Germania donde habitaban los pueblos con
fuerte raigambre celta y por lo tanto druídica.
Cuando las legiones se establecían en estos territorios,
los ciudadanos se iban romanizando y por lo tanto observando y celebrando las
festividades propias de Roma; como la celebración de la cosecha, las conocidas
Saturnalias durante las cuales los participantes se regalaban coronas los unos
a los otros. Esta vez hechas con ramas de acebo, enebro, muérdago, pino o
abeto. Adornándolas con bayas, frutos secos, piñas piñoneras o manzanas. Estos
pueblos en principio sometidos, fueron adquiriendo como propia, la cultura trasmitida durante la llamada “Pax romana”.
Los druidas se ponían esas coronas en la cabeza, hechas
sobre todo de muérdago que para ellos era un componente mágico y curativo. Lo
incluían en las ceremonias de solsticio parecidas a las ya nombradas saturnales o
Brumarias de los romanos. Es entonces cuando el pueblo llano adquiere la costumbre de ponerlas
en sus puertas como elemento protector de sus casas.
La mística pagana es relevado por el ritual cristiano
cuando la nueva religión se extiende como creencia generalizada una vez que el emperador Justiniano en el
siglo V la impone como tal.
Ciertos elementos como la corona adquiere una nueva dimensión, adquiriendo relevancia en
sus celebraciones religiosas referidas al adviento, (La venida, la llegada)
imponiendo significados diferentes y a la vez relacionados con las antiguas
creencias. De esta forma las ramas verdes pasarán a significar la esperanza en
la llegada del cambio. Las cuatro velas que se le añaden a la corona serán la
luz que viene a brillar con el nacimiento de Cristo disipador de de
las tinieblas. Las cintas rojas la sangre derramada por Jesús por amor al
hombre. También nos hace rememorar esa otra corona de espinas de su pasión.
Las velas se le añaden como reminiscencia de aquellas
hogueras encendidas para aportar calor al sol e iluminar las largas noches del solsticio de invierno. Suelen ser cuatro: tres de color violeta que representan la
esperanza, la paz y el amor. Se encenderán durante las tres semanas que
anteceden a la Navidad .Una cuarta de
color rojo se enciende en Nochebuena. Una quinta colocada en el centro y de
color blanco se prenderá en Navidad, en honor al nacimiento del niño Dios. Esta última solo presente en ciertos países.
En la actualidad el uso de las coronas de adviento está más
secularizado, no siendo más que un mero adorno en puertas, ventanas y mesas.
Añadiendo adornos como cintas de colores, bolas de navidad, o paquetitos de
regalos.
En algunos países como Méjico o Gran Bretaña se
confeccionan con flores. Lo cual nos hace recordar las coronas conmemorativas
para nuestros difuntos, retrotrayéndonos de esta manera al comienzo de nuestra
historia, donde el significado circular de la misma representaba el principio y
el fin de la vida, en un bucle interminable.
Seguimos celebrando lo mismo después de tanto tiempo con
mayor o menor solemnidad y fe, pero con símbolos que han trascendido a muchas
generaciones de hombres y mujeres.Continuará...
Derechos de autor: Francisco Moroz