lunes, 9 de octubre de 2017

Historia de mi pueblo (1) Nos llaman pepineros


Fue Paloma, la conocida como Kirke, del blog: 
Leer,el remedio del alma la que empezó todo ¡Lo juro! Que uno ya tiene bastante con lo que tiene como para embarcarse en proyectos de este tipo. Y me nominó para seguir con este que tituló: "Mi barrio" Pero como la sarna con gusto no pica, pues me arrasco y en paz. Y aquí me tenéis, con la primera parte de "nosecuantas" historias de mi pueblo que os iré contando. Que el barrio se queda corto y un pueblo entero da para más.

Espero que lo disfrutéis al igual que yo lo estoy haciendo con la investigación y su posterior puesta en escrito para que todo adquiera cierto sentido. 
Que la historia, esa gran madre, y abuela anciana, tiene muchas cosas que enseñarnos. Aunque vayamos de listos pretendiendo saberlo todo.

¡Al lío!  





En general a los que habitamos este pueblo, al igual que a los miembros del equipo de fútbol, nos llaman los “Pepineros” a estos últimos ¿Por el color y el diseño de la equipación quizás? algo de eso hay, pero no por ello exactamente los denominan de esa manera tan "horticultural". 

Para saber el porqué de este dato tengo que remontarme muchos, pero que muchos años atrás, y nombrar por de pronto al pueblo del que os quiero hablar. Si os digo que es Leganés ¿Qué os viene a las mientes, a voz de pronto, pensamiento hecho idea o imagen? ¿El lago de Escocia, y por ende, al monstruo que supuestamente lo habita? ¡Pues tampoco se trata de eso! pero no anda uno descaminado si lo piensa de forma ensoñadora y fabulada.

Comienzo desde el principio y os explico la historia de mi pueblo de adopción, pues aunque yo soy de ¡Madrid, Madrid! del mismísimo barrio de Chamberí para ser más exacto; aquí es donde habito en la actualidad, y ya se sabe lo que dice el dicho popular: “Uno no es de donde nace sino de donde pace”.

Los primeros pobladores que habitaron el entorno de lo que actualmente es, uno de los pueblos más grandes de la comunidad de Madrid (188.000 aprox) se asentaron en una zona rica en torrentes y humedales, que se conoció y se conoce con el nombre de Polvoranca. 

Estamos remontándonos a la edad de hierro (Año 1000 A.c) datos confirmados por vestigios de restos arqueológicos encontrados en la zona.

La misma causa que originaría este primer asentamiento fue la que constituyó su abandono: el agua, en la que proliferaron los mosquitos transmisores de enfermedades como el paludismo que causó mucha mortandad a lo largo de la edad media.
De esta época medieval datan los primeros documentos escritos en los que hay constancia de dichos acontecimientos.

Y documentado está, que en aquellos tiempos que a Leganés no se le conocía como tal, era más bien "Mayorazgo de Polvoranca", cuyos fértiles terrenos eran cultivados de olivo, cereal, y muchos productos de huerta.También rebaños de ganado ovino eran pastoreados por la zona.

Todo el género que hubiera podido producir riqueza y bienestar, iba a parar indefectiblemente a esos señores feudales que lo acaparaban todo; dejando al que trabajaba la tierra sin nada que llevarse a la boca. La historia es reiterativa en algunos aspectos.

Ruinas de la iglesia de San pedro apóstol lugar del antiguo asentamiento

Durante el siglo XVI hasta el XVIII el Mayorazgo siempre perteneció a la nobleza de cuyos personajes destaca el Conde de Orgaz (El del famoso cuadro del Greco donde entrega su alma) o el licenciado Juan Ponce de León y su esposa Ana de Osorio.

Esta ubicación poblacional, donde en la actualidad solo pueden contemplarse las ruinas de la iglesia de San Pedro apóstol, edificio que al parecer nadie pretende restaurar como patrimonio local; la conforman 150 hectáreas rehabilitadas como parque de interpretación y educación medioambiental, donde también se ubican huertos comunitarios. A si mismo se ha recuperado un lago conocido como el de los sisones (Por la cantidad de ellos que campan por sus respetos) donde se puede practicar la pesca controlada y el piragüismo. Un jardín botánico, circuitos perimetrales para la práctica de ciclismo y senderismo. y zonas de salud con aparatología variada, para ejercitar el músculo y la elasticidad de jóvenes y mayores.


Es curioso que en su momento, y según crónicas escritas, fuese un entorno frecuentado por Fray Luis de León; gran poeta espiritual que nos dejó aquellos hermosos versos que dicen:

“¡Qué descansada vida!
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido.”

De igual manera parece que de este germen de pueblo se acordó otro personaje con renombre intelectual. Me refiero a Don Benito Pérez Galdós que en su libro “Nazarín” escribe sobre el mayorazgo de Polvoranca lo siguiente:

“Tierra fría y llana, pobre de leña y de pan, de vino mediana, de ganado no iba mal”.

Después de estos siglos donde el Mayorazgo llegó a tener poco más de 1000 habitantes y a lo largo del XIX, el lugar queda deshabitado definitivamente a causa de la presión que ejerció sobre sus habitantes el paludismo, la peste y la constante hambruna sufrida de manera casi continuada. De tal manera, que existe una especie de historia negra cuajada de leyendas fraguadas en las mentes de los más ancianos.

Los supervivientes y los continuos flujos migratorios de otras poblaciones constituyeron lo que a partir de ¡ahora sí! podremos llamar Leganés. Pero será otra historia que os contaré en otra ocasión pues: "No se conquistó Zamora en una hora".



Laguna de los sisones
 Segunda parte 
Tercera parte
Cuarta parte
Quinta parte




Derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 6 de octubre de 2017

Todos los días de mi vida






No te desbordes en palabras de consuelo.
Solo poetízate.
Que el dolor con versos duele menos
y es menos hondo el vacío de la pena que padezco.

Bálsamo tu esencia discreta,
que es como imaginar la flor sin hallarse cerca.
Presencia que acompaña y no interroga.
Un estar si se requiere que no estorba.

Compañera.

No me acaricies con las manos, no hace falta.
Que tus ojos ya lo hacen con pasión desenfrenada
cada vez que me miran lo profundo,
que me buscan el alma y la descubren.

Aliviándome del penar de la jornada
y ofreciéndome el amor de cada día.
Me alimento de beso y de sonrisa,
 de abrazo que arropa el corazón fatigado de rutina.
Te peticiono en mi aflicción y vienes.

Tan generosa.

Que eres maestra conjugando el verbo dar,
que llorarías mis lágrimas si hiciera falta.
Pero ya te digo, no es necesario.
Me basta tu voz recitadora y fabulada
En la salud y en la enfermedad.

para soñarte y amarte de por vida.



Derechos de autor: Francisco Moroz


miércoles, 4 de octubre de 2017

Noche sin luna






Una pareja camina por una plaza solitaria iluminada tan solo por unas farolas. No hay testigos.

En un momento determinado uno de ellos avanza diez pasos y se detiene, presiente algo a su espalda. 
Cuando se da la vuelta, se da cuenta con sorpresa que el otro ha desenfundado y le apunta con premeditación, a traición, sin mediar aviso.

Únicamente le da tiempo a componer una cara de sorpresa justo antes de oír el clic y sentir el fogonazo en los ojos.
Cuando todo termina, se oye la voz del que disparó emitiendo una queja:


– ¡En el último momento te moviste! ¡La foto saldrá desenfocada, como siempre!



Derechos de autor: Francisco Moroz


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