En este relato he jugado con el significado de cada uno de los nombres propios que aparecen en él.
¡Que lo disfrutéis!
*El destino
Tadjou ya no podía más; su cuerpo no se sostenía; su espalda
arqueada durante jornadas inacabables de trabajo le pedía un descanso. Sus
manos y sus pies reblandecidos por el agua eran apéndices ajenos e insensibles
a su propio ser. Era un hombre que había perdido la identidad como tal, desde
que empezó a ser explotado como trabajador en régimen de semiesclavitud en las
minas de diamantes.
Un tiro en la cabeza acabó con su sufrimiento; justo en el momento que los
primeros calambres le dejaron paralizado sin poder continuar con su trabajo de
extracción. Su vida ya no tenía valor para nadie.
El destino cumplido
*El voluntarioso
Taleh era hombre de confianza, ostentaba el cargo de asesor y ayuda de
cámara. También realizaba tareas de conseguidor.
Aquella mañana había efectuado el último de sus encargos. Comprar una joya
al precio que fuese; la más preciada para la más joven de las hijas de su
señor. Fue él también quién unos meses más tarde lo traicionaría; dando su
nombre a los mercenarios como canje para sobrevivir a la locura de la guerra.
Tenía pensado desaparecer de un escenario de horror en el que no le correspondía
estar. Pereció una semana después. Su cuerpo apareció carbonizado en una cuneta
de las afueras.
Se hizo su voluntad.
*La joya más hermosa
Johari era la preferida de su padre. Cuando cumplió los quince años recibió
una pequeña joya; que según le decían provenía del paraíso. Era tan perfecta y
bella como ella. No en vano, su nombre significaba eso.
Estaba prometida con el
hijo de un influyente ministro del país. Su futuro sería brillante, como esa
piedrecilla del anillo.
Cuando estallaron los conflictos, nadie estuvo seguro en sus casas. Los
asaltantes armados con machetes saqueaban y asesinaban a todo aquel que no
perteneciera a la etnia. Nadie podía haber sospechado, que la niña sería una de
las primeras víctimas junto a su familia. Para su verdugo era más valioso el
pequeño aro dorado con un diamante engastado, que la propia niña a la que había
violado y degollado a posteriori.
El brillo se apagó.
*El cazador
Aka No tenía escrúpulos; era el más fiero de todos ellos, el más
despiadado. La guerra le había embrutecido, le proporcionaba la escusa perfecta
para sacar sus peores instintos a la luz. Prueba de ello era la desolación que
dejaban atrás él y los suyos. Envidiaba a los que poseían bienes valiosos y se
los arrebataba sin mediar palabra junto con el aliento del espíritu que
habitaba en ellos.
Ese día su botín mereció la pena. Un anillo de oro con una joya transparente. Lo intercambió por la ingesta ilimitada, del
alcohol y las drogas con las que conseguía su poder desmesurado e indestructibilidad.
Esa misma noche tuvo que rendir cuentas ante sus dioses ancestrales. Perdió
la vida en un burdel infecto. Su matarife, tampoco le dio ninguna explicación
del por qué le arrebataba su miserable existencia.
El cazador cazado.
*La más poderosa
Sekhmet se convirtió en una buena negociadora. Era perra vieja con muchas
cicatrices en su piel y su alma que lo demostraban. De niña fue sometida abusos
inconcebibles para una mente sana. Su padre era un pervertido que la sodomizaba. El hombre con el que la casaron, otro pedazo de estiércol que la maltrataba.
Aprendió de ellos a dominar, luchar y defenderse. Fue una alumna aplicada, y de
ser prostituida, pasó a tener su propio negocio de mancebía. Allí conoció a
depredadores despreciables que aprendieron a respetarla. No tenía inconveniente
en dar muerte por encargo. Sus chicas eran sus
cómplices. Ellas conseguían valiosa información de sus clientes, que después
ella vendía al mejor postor. Se había forjado prestigio y el respeto con el
que siempre había soñado. Esa noche, su regalo inesperado fue un diamante, que
le dio un bruto a cambio de placer. Después lo había eliminado solo por justicia. Una escoria menos en la tierra; pensó mientras le veía echar
espumarajos por la boca.
El poder de la venganza.
*Amigo próspero
Edwin se podía permitir muchos lujos. Como el viaje a África del que
acababa de regresar cargado de experiencias inquietantes, de anécdotas curiosas
y de productos exóticos. No en vano ostentaba un título que le convertía en
honorable y una de las mayores fortunas de Europa. Su nombre estaba relacionado
con alguna de las casas reales más conocidas.
Entre lo que trajo de su periplo, destacaba un precioso anillo con un
diamante engarzado, esplendoroso y brillante, que emitía con la luz
adecuada, unos reflejos irisados espectaculares.
Sería un presente de amor para su prometida, que no esperaba regalo de tal
magnitud. A su vez, le propondría el matrimonio; Algo que ella aceptaría
encantada, sabiéndose pareja de uno de los solteros de oro más codiciados por
las féminas.
Donde está tu corazón estará tu tesoro.
*Noble fortaleza
Audrey sonreía a su amado mientras le miraba a los ojos; llevaba meses
ansiando el encuentro que ahora tenía lugar. Él la empezó a observar a su vez
con expectación, mientras abría la cajita azul. Ella exclamó un ¡Oh! de niña
ilusionada por el regalo que se le ofrecía. Después preguntó ingenuamente donde
lo había adquirido.
El recuerdo de la visita a aquel burdel, nubló la mirada de Edwin. Y respondió
precipitadamente: “En Tiffany”
Es que, no me gustaría
que fuese uno de esos famosos diamantes de sangre; aclaró ella muy digna, componiendo un mohín encantador.
Derechos de autor: Francisco Moroz
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