Tengo que cocinar un poco peor o lo arruinaré todo; le dije compungido y con voz lastimera al director de la prisión.
Este
me observó con una mirada a modo de interrogante; pues él consideraba que tenía sus beneficios, eso
de ser cocinero en el centro penitenciario.
Claro que no podía ni imaginar el suplicio que suponía el esquivar todos los días a los reclusos
que se me acercaban para hacerme proposiciones deshonestas.
No
es en vano lo que una vez me dijo mi abuela: “A los hombres se les conquista
por el estómago.”
Pues yo creo que ya no hay marcha atrás. Una vez ha demostrado sus cualidades culinarias, de hacerlo peor, no solo provocará el enfado por la sospecha de engaño, sino la ira de los reclusos. Y no sabría decir qué es peor: tener enamorados acosándole o enemigos persiguiéndole.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y para más desasosiego del protagonista, no tiene escapatoria. a no ser que su condena sea corta por trabajar dentro del penal. En todo caso no veo solución a corto plazo.
EliminarAbrazo, Josep.
Pues sí. Tendrá que bajar el nivel de su cocina. Trabajar de cocinero puede ser un chollo en la cárcel, pero levantar pasiones entre la población reclusa no lo es tanto. Aunque como dice Josep María, a ver ahora cómo se toman el cambio.
ResponderEliminarGenial relato a cien.
Un beso.
Yo que él pediría una celda privada o en aislamiento, para que no tenga que cruzarse con esos pretendientes que le van saliendo a causa de su buen hacer culinario( y esto no va con doble sentido)
EliminarBesos.
Es una buena manera de quitarse de en medio a esos reclusos que van a por él, pero veremos como se lo toman y si no es peor el remedio que la enfermedad jeje.
ResponderEliminarUn beso.
Si baja el nivel se pueden cabrear y mucho. De la otra manera se está ganando adeptos; Qué será lo que más le conviene a mi personaje no te lo sabría decir Tere. Por eso lo dejo ahí, no me quiero mojar ;)
EliminarOtro beso de vuelta.
Algunas virtudes no lo son tanto en algunos sitios. Buen relato breve, amigo.
ResponderEliminarUn beso
Ni que lo digas. Ciertas habilidades pueden llevarnos a la ruina personal según donde las desarrollemos.
EliminarBesos
Es un chollo ser buen cocinero en un lugar como la cárcel, lo peor son los acosos. Un abrazo.
ResponderEliminarCon lo cuál deja de ser el chollo que dices. Quizá, si se ingresa en la cárcel, es pasar lo más desapercibido posible.
EliminarOtro abrazo para ti.
Es verdad que se conquista por el estómago, una buena comida puede hacer milagros, y te lo digo yo que además de escribir y leer, mi gran pasión es cocinar, me gustó mucho tu texto.
ResponderEliminarTe dejo una invitación para una propuesta de escritura en mi blog, ojalá puedas participar, saludos,Patricia F.
Los invitamos a pasar por nuestro blog para que empiecen a jugar junto a nosotras https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/2022/02/desayunos-artesanos-dia-1.html
Cocinar es un arte que combina tanto buena mano como buen gusto. Además de conquistar a los comensales que disfrutan de las elaboraciones. Eso de que poseas esas tres cualidades, te hacen merecedora de atención especial :)
EliminarGracias por invitarme a esas propuestas escritoras. Ando muy justo de tiempo, pero lo intentaré en alguna ocasión. Prometido.
Un abrazo.
Cuidado con las sonrisas que también conquistan los corazones.
ResponderEliminarMe alegro que sea de tu agrado.
Otro abrazo de vuelta, Julio.