Un relato corto a dos manos entre -Julia Cambil- y un servidor.
Os invito a pasaros antes por el blog de la compañera de letras para leer la primera parte en: Palabras y latidos
El relato aún siendo pura ficción, esta basado en hechos reales.
Os agradecemos a todos de antemano, vuestra lectura.
Quiero ser sincero
conmigo mismo, no engañarme con falsas expectativas. Nunca he sido una persona con doble cara. Soy como soy, y no creo que a estas alturas
pueda transformarme en un personaje inventado, ficticio, disfrazado de apariencias.
El caso es, que lo que
ocurrió con aquella usuaria me dejó descolocado del todo.
Fue en un chat
cuya temática era la fotografía de todo lo que tuviera relación con la
naturaleza.
Allí nos encontramos casualmente al iniciar una sesión, empezando una comunicación bastante cordial intercambiando mensajes.
En un principio no me
extrañó en absoluto el buen rollo que surgió entre nosotros, era muy sugerente, pero nada diferente a otras
conversaciones que tenía con otros
usuarios del mismo foro temático.
Era una especie de red social en la que
siempre te encontrabas con alguien conectado, y entre todos, ella, que parecía tener un sueño muy ligero. Era conectarme y recibir su
mensaje para comenzar una conversación.
Al final parecía que
cierta complicidad nacía entre nosotros, y fue esta mujer precisamente la primera en
sugerir que nos pasáramos al privado; parecía tener muchas cosas que contarme de ella misma.
Ese fue el gran error.
Lo que pareció en principio una buena idea, se convirtió en una pesadilla.
Parecía una mujer con mucha
vitalidad. Abierta, asertiva y activa. Nos lo pasábamos bien durante nuestras
conversaciones salpicadas de bromas e indirectas. Sobre todo me gustaba su
presentida forma de ser, su imaginado físico. Me hacía imaginarla joven, atractiva e inteligente.
Hubiéramos
podido convertirnos en buenos amigos con muchas cosas en común con las que
conectar y pasar buenos ratos comunicándonos.
Soy un hombre casado y limitado, y eso creo que se lo dejé claro, no para marcar distancias
¡No! Simplemente porque era así y yo
amaba a mi pareja. Soy hombre ¡Sí! Pero eso no quiere decir que todos estemos
cortados por el mismo burdo patrón de aprovechados, de esos que buscan la aventura a
costa de lo, y de quien sea.
Mi filosofía es, que si eres auténtico desde el principio, no puede haber malentendidos, ni tienes porqué inventarte cada vez más mentiras.
Estoy seguro que si
hubiera estado soltero, las relación hubiera transitado otros derroteros.
¿Cómo nos podemos fiar de quien anda detrás de un perfil con solo un nombre que incluso tampoco es el auténtico?
¿Cómo nos podemos fiar de quien anda detrás de un perfil con solo un nombre que incluso tampoco es el auténtico?
El caso es que este
asunto adquirió tintes de tragicomedia en cuanto me empezó a contar cosas que no tenían
relación con los temas tratados en el foro.
Me describía sus sentimientos con detalle , me relataba de lo
infeliz que se sentía cuando no conversábamos, de cómo le gustaría conocerme a
pesar de saber de mi relación con otra mujer; me llegó a sugerir que conforme
me imaginaba, la mujer con la que estaba emparejado no me mereciese, que teníamos que darnos una
oportunidad para conocernos en profundidad y compartir sentimientos más
íntimos.
Me sentía halagado como
cualquier persona a la que le regalan con palabras que le hacen sentirse importante, útil, necesaria… Pero me asusté del cariz que tomó el asunto y fui cauteloso. ¿Por ser cobarde y no querer enfrentarme a algo que me superaba? ¿Por temor
a conocer a esa desconocida y que me impactara de tal forma que me hiciera
recapacitar sobre mi actual relación con mi actual pareja?
O lo más probable: ¿Sentía defraudarla de tal manera que no quisiese ser la amiga que pretendía que fuese?
O lo más probable: ¿Sentía defraudarla de tal manera que no quisiese ser la amiga que pretendía que fuese?
Ella insistía en que nos
conociéramos, tener una cita, y yo le daba largas poniendo como excusa mis continuos viajes por
trabajo y mis muchos compromisos. ¡Ojalá hubiera sido así! La realidad es que
estaba en paro después del accidente, y por ello, y para no volverme loco, me
apuntaba a los chat para al menos, compartir mis aficiones y olvidarme de mis
problemas económicos y emocionales.
Llegó un momento en que
me acosaba de tal manera que aunque estuviera en línea en las salas del chat,
ya no la contestaba. Debíamos recapacitar, darnos un tiempo, pero ella no estaba dispuesta a que yo la ignorara.
Cuál fue mi sorpresa
cuando empecé a recibir en mi correo particular mensajes de esta mujer. Pensé
por un momento que era de ese tipo de personas a las que cuando no les sigues
el juego y les das la razón se sienten incomprendidas, y se deprimen de tal manera que ven enemigos a su alrededor de continuo haciendo responsable de su frustración a la persona que se ofrece a escucharlas y se vuelven agresivas verbalmente, exigiendo y faltando al respeto.
No me pareció bien
mandarla a paseo, siempre me he considerado moderado con mis semejantes y por ello, tampoco le
pregunté el cómo había conseguido la dirección de mi correo electrónico.
Le dije simplemente que no le podía contestar con asiduidad pues no consultaba mi cuenta habitualmente.
Le dije simplemente que no le podía contestar con asiduidad pues no consultaba mi cuenta habitualmente.
A los pocos días y para
mi vergüenza robaron mi perfil en
el chat, que era utilizado para insultar a otros usuarios, era grosero y grotesco en
todos los sentidos. Me anularon mi propia cuenta y perdí la oportunidad de
relacionarme con el resto de amigos que había hecho por la red.
Sabía que ella estaba detrás de todo aquello y me llegué a desesperar ante la impotencia de no encontrar solución al problema.
Sospecho que esta
pesadilla no ha llegado a su fin y que esta loca seguirá acosándome hasta
conseguir que le confiese un amor que no siento por ella.
Es curioso comprobar
cómo un desconocido puede acobardar a una persona. No me atrevo a contar nada de esto
a nadie, no creo que comprendiesen el grado de desesperación al que se llega.
Ya he pensado en
abandonarlo todo, replantearme mi vida, olvidar el mundo virtual y salir al
encuentro de la cruda realidad.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Código de registro: 1604307356632
Lo primero que se me vino a la cabeza fue una palabra mal sonante. Sé que esto ocurre cada día y de verdad debe ser algo más allá del agobio, ya no que te roben tu identidad virtual sino es que te quitan tu vida real de algún modo. Me ha parecido macabro, terrorífico y además ese toque dramático final ufff. Un relato maravilloso. Mis felicitaciones a ambos os quedó estupendo. Un abrazo.
ResponderEliminarLo peor no es que te acosen sino que te manipulen y te roben la identidad parta utilizarla para medios poco legales u honorables.
EliminarHay que ir con pies de plomo con esto de las redes sociales, pero tampoco se trata que en foros de confianza nos pongamos la armadura y no nos mostremos como somos. no habría pues confianza ni libertad suficiente ni para escribir ni para comentar. Debemos saber donde nos metemos y con quien nos relacionamos.
Un abrazo.
Como le he dicho a Julia, menos mal que esto no me ha pasado a mí. Debe de ser horroroso, ahora que yo del protagonista hubiera hablado del tema, como mínimo con mi pareja. Me parece que intenta evadirse de la realidad. Y lo peor es que al hacerlo se encuentra con esta acosadora.
ResponderEliminarOs ha quedado genial. Os compenetrais muy bien escribiendo.
Un besillo.
Creo que es más fácil cuando tienes a alguien a tu lado que te respalda y con el que poder hablar.
EliminarLa sensación literal es la de agobio ante ese tipo de personas, como que te sientes vigilado y continuamente interrogado. Te van sacando información de forma sutil y regalándote los oídos, y cuando el nivel de confianza es excesivo es cuando entran al ataque y empiezan a manipularte sin sutilezas. Lo mejor es cortar toda relación con este tipo de "dementes" "Obsesos"
Un beso compañera.
Hola!!!! Llego desde el blog de Julia, y me ha encantado la otra cara de la moneda, el final ha sido inesperado totalmente, no me esperaba que el protagonista estuviese en silla de ruedas. Y me gusta mucho la evolución, tiene una cadencia que atrapa.
ResponderEliminarEnhorabuena, me ha gustado mucho y menuda experiencia tan tremenda que alguien sufra semejante acoso.
Bueno el final es para darle un poco más de dramatismo al asunto. supongo que hubiera sido de igual manera en otro caso.
EliminarEl acosado-a lo es por otras vías que no son físicas. Este tipo de gente se obsesiona contigo y quiere conocer hasta cuando vas al baño. Para que te hagas una idea son como esposa-o celosos que te controlan las salidas y tienen que acompañarte a todos los sitios pues no se fían de ti. Es como llevar una mochila de piedras a la espalda de continuo.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
Muy buen relato tanto de la otra parte como la tuya. Son casos que suelen ocurrir, yo hace tiempo entraba en el chat de hablar por hablar y allí habían malos royos , Después me pasé al de la Ventana y formamos un grupo homogénio que las risas eran el único argumento. Hicimos amistades que después de los años todavía seguimos visitándonos. Pero el tema de acoso es otra cosa. Tengo yo que mirar un caso que de tanta mentira , lo copiaba, pero eso es otra historia. Un abrazo
ResponderEliminarEn todos los foros a los que he asistido, y este este de los blogs es una honrosa excepción, en todos, digo, hay malos rollos entre los foreros. Generalmente cuando se debaten temas delicados en los que no todos tenemos porqué estar de acuerdo, cuestiones que por otro lado se resolverían con educación y respeto. Pero como en el mundo virtual todos estamos parapetados tras un nick o un avatar o seudónimo, abusamos de nuestro anonimato para hacer gala de la descortesía, el insulto y la grosería.
EliminarTodo ello es soslayable evitando entrar al trapo con las provocaciones de este tipo de personas que por otro lado son muy cobardes.
Besos
Maravillosamente incorregible, Francisco. Esta vez no me esperaba un final impactante. Ya lo es bastante el relato en sí. Pero de esta manera cobra mucha más fuerza. Pobre hombre, acosado, perseguido y sin poder salir corriendo.
ResponderEliminarMuy bueno el equipo que hacéis Julia y tú.
Un abrazo.
Me ha gustado ese adjetivo calificativo: Maravillosamente incorregible.
EliminarEs todo un placer el sorprenderte todavía, sabiendo que me conoces como me conoces. ¡En fin! que es todo un privilegio contar con tus comentarios siempre tan cariñosos.
Un beso Rosa y gracias.
Jobar, Francisco, qué final! El relato desde el principio es escalofriante pero le has puesto la guinda como sólo tú sabes hacerlo.
ResponderEliminarYa he comentado en el blog de Julia que cuando ocurren cosas así cabe preguntarse hasta qué punto es mala suerte encontrarse con acosadores y hasta qué punto el acosado peca de ingenuo.
Me habéis puesto los pelos de punta.
Genial tándem el vuestro.
Un beso
¡Hala! ya estoy consiguiendo que desates esa mala lengua española.
EliminarEl acosador es un depredador y como tal, elige víctimas débiles en su concepto de ingenuas, poco maduras, con baja autoestima, poca cultura, poca personalidad o no muy definida, manipulables...
El depredador por lo normal te entra con bonitas y amables palabras, dorando la píldora y diciendo todo aquello que cree que te gusta oír: Te regala los oídos y te halaga.
¡Hey! ¿No serás tú una de ellas? pues sólo ma dices cosas bonitas.je,je.
Gracias y besos Kirke
Te digo cosas bonitas y para un exabrupto que pongo en plan admirativo, que conste, ¡me regañas! Y eso que he empleado la versión suave, que si llego a poner la palabra original.....
EliminarNo soy depredadora pero sí mal hablada, ya sabes que yo soy muy del vulgo.
Bss.
Hay un porgrama que se llama asi, acosados y los resultados de esta esperiencia, que la mayorìa de las veces no llega a muerte ni agresiòn fìsica, de todas formas dejan un trauma permanente en las vìctimas. Esa sosobra, esa inquietud y sentimiento de vulnerabilidad o desconfianza. Parece mentira como una persona puede tejerse toda una red de romance y afecto que nunca existiò. La verdad es la protagonista de Julia si està bien loca y son bien pertinentes estas palabras de la biblia: sagaz el que ve la calamidad y propcede a ocultarse. Asi que yo no lo llamarìa cobardìa al huir de esta situaciòn. Sòlo que llega un punto extremo en que hay que denunciar pues no sabemos què tan insano estè nuestro acosador.
ResponderEliminarAcabo de ver que escribì experiencia y zozobra con S, perdòname te lo ruego, fue un error de a dedo porque escribo demasiado ràpido y a veces aprieto dos teclas a la vez marcàndose solo una. Tengo un mal terrible, leo el comentario despuès de publicado y no antes, por lo que me doy cuenta de los errores despuès.
EliminarLos acosadores por lo general son gente frustrada con sus relaciones interpersonales, personas rechazadas en el entorno físico con patologías enfermizas como los celos, la sospecha y la desconfianza generalizada hacía los demás.
EliminarConocí a una mujer de estas en un chat de fotografía.Lo más curioso es , que ella decía tener pareja.
Verás que como Julia, también he tenido una experiencia al respecto y por ello creo, que a ambos nos ha sido más fácil escribir este relato.
Quedas disculpada por tus errores, todos los cometemos y son muy lógicos, no te apures.
Abrazos.
Un placer acosar literariamente a quien tan bien sabe dar la réplica y ofrecer la otra cara de la historia, la otra perspectiva. Con tu personal sello y un final inesperado nos cautivas y aterrorizas por pura empatía con tu protagonista...
ResponderEliminar¡¡Un enorme placer trabajar contigo, querido compañero!! :))
Besos y letras cómplices.
En el mundo de las letras y de momento, no me he sentido ni presionado ni vigilado. Las personas que voy conociendo hasta ahora son muy equilibradas y razonables. Si algo caracteriza a los compañeros de blog que tenemos la suerte de compartir son amables, asertivos y respetuosos; por tanto no tendremos que relatar muchos como este.
EliminarLee la respuesta que le dí a Arethusa, eso no te lo había contado, No por omisión, sino porque no me acordaba de ese caso personal de cuando trajinaba en foros de diseño gráfico.
Para mi será un placer sentirme presionado con tus retos de pluma o teclado.
Besos amiga.
La sensación de impotencia que transmite el personaje es realmente palpable. El hecho de estar en silla de ruedas lo hace aún más desesperante.
ResponderEliminarUn excelente trabajo l@s dos, l@s felicito!
Has dicho dos palabras clave: Desesperación e Impotencia. Le he dado un poco más de tinte dramático con lo de la limitación de este personaje atado a una silla de ruedas.
EliminarEs curioso comprobar como los hombres son acosadores en el plano sexual, las mujeres lo son en el del control absoluto y los celos.
Gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo.
Un acoso literario que ha dado estupendos resultados ;)! Muy creíble este relato, de los dos lados. Le comentaba a Jula que yo he tenido la desgracia de tener a una acosadora así como compañera de trabajo, y me convirtió en la pasiva confidente de sus tretas durante nuestros viajes compartidos de vuelta a casa. Lo que sufrí al ver de lo que era capaz de hacer, y lo que ella misma sufría por hacerlo, no tiene nombre.
ResponderEliminarBuen trabajo, Francisco!
Un abrazo.
Fer
Saludos María Paz. Es agradable verte de forma habitual por este rincón.
EliminarSi has vivido de forma indirecta un caso real, te harás a la idea que es más frecuente este tipo de casos de lo que nos parece.
Cuando alguien se obsesiona con algo, puede terminar en enfermedad esquizoíde.
Gracias por tu calificativo de excelente; creo que no es para tanto, pero sube la autoestima el que personas que también escriben como es tu caso, valoren tu trabajo tan positivamente.
Un abrazo
Al principio todo parece desarrollarse a la perfección y luego sale a la luz la mente perturbada de este tipo de acosadores. He leído previamente el relato de Julia y realmente ambas historias se complementan a la perfección. Difícil situación la del acosado. Se convierte en la presa de un cazador de personas a las que pretenden convertir en sus esclavos. ¿Cómo huir de tal persecución? Qué impotencia ver cómo suplantan tu identidad. Desde la irrupción de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, todos estamos expuestos a una forma u otra de agresión o de robo de identidad.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un abrazo.
Si, la relación fluye positivamente pero toma tintes de obsesión en determinado momento. Cada individuo tiene su personalidad definida: Creo sinceramente que alguien se deja engañar por otro cuando no tiene madurez de criterio, o se deja llevar por el puro instinto o su bondad. Los depredadores acosan a los débiles, a los que saben indefensos ante un ataque tan personalizado. Nunca fui partidario de las plataformas sociales como Facebook o twitter , tienen muchos escondites para gente indeseable.
EliminarUn abrazo Josep.
Vengo de leer a la acosadora y aún traigo el agobio, así que te comprendo perfectamente,... te dije que tuvieras cuidado con Julia! Jajaja
ResponderEliminarFuera bromas, magníficas las dos partes, felicidades a los dos!!
Besos!!!
¡Ay! tantos me advirtieron lo mismo sobre Julia, que temo que soy yo el culpable de caer en sus redes de manipulación literaria una y otra vez. Creo que ya van tres veces con esta.
EliminarMe falta voluntad para decirle que no a sus propuestas "Textuales"...Es tan sugerente y tiene tan bellas letras.
Gracias flora. Cuando te sientas tentada podemos probar tu y yo y la ponemos celosa. je,je.
Un beso.
Os estoy leyendo, que conste jajajaajaja.
EliminarBesitos a ambos!!
Hola, Francisco. El relato de Julia me ha impactado por el agobio que me ha causado la "acosadora"; el tuyo, excelente, lo ha hecho por la angustia y la desesperación que describes, por la indefensión de una persona que había encontrado en las redes sociales un modo de interactuar con la sociedad debido a sus limitaciones y se ve acosado...
ResponderEliminarExcelentes trabajos, juntos y por separado. Un beso enorme
Muy agradecido por la parte que me toca. Ciertamente aun siendo ficción como señalábamos; casos de estos los hay a raudales, sobre todo entre los preadolescentes que tienen tantas inseguridades y no están formados por completo como personas.
EliminarMe lo propuso Julia y me pareció una buena idea darle consecución.
Un beso
He leído los dos relatos. Me han gustado mucho y hacen pensar en la fragilidad de las redes y en lo excesivamente confiados que somos. No suele pasar nada porque tampoco hay gente tan mala. Un abrazo.
ResponderEliminarEl acoso con fines de conseguir favores sexuales es más grave; en este caso es un acoso de agobiar al otro, controlando sus actividades, imponiendo ritmos e intentado regirlo con reglas personales. Coartarle la libertad.
EliminarGracias por leernos.
Un abrazo.
La primera parte, de Julia, me pareció genial. Ésta segunda, tuya, es el complemento perfecto para esa primera parte. Enhorabuena, Francisco. Espero que, a menudo, pongas en práctica esa feliz idea de compartir pluma y relato con Julia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno con Julia van tres veces y por distintas causas. Es una mujer con la que es muy fácil congeniar y nos complementamos bien en esto de contar historias compartidas.Disfrutamos mucho.
EliminarTe doy las gracias por tu paso y por dejar palabras tan amables.
Un abrazo
La otra cara de la moneda, todo tiene su por qué y actuamos sin saber lo que hacemos o el daño que podemos llegar a causar a la otra persona que aunque, en el otro lado de la línea, también tiene sus problemas y formas de ver el acoso. La situación impedida y los problemas del "acosado" lo disculpan, pero pienso que siempre podemos obrar desde cualquier ámbito que nos encontremos, con sinceridad. Todos somos capaces de comprender.
ResponderEliminarEstupendo relato, Francisco, el juzgar a la ligera no es buena consejera.
¡Un fuerte abrazo!
No se ha de juzgar de antemano, el tiempo es el mejor juez en este caso. Pero tampoco debemos precipitarnos al relacionarnos y pecar de ingenuos y bondadosos. Respeto sí, pero prevención también.
EliminarSomos conscientes que problemas tenemos todos, pero no debemos cargarlos a las espaldas de nadie, y menos de un desconocido que nos de su confianza.
Besos Mila.
Me has gustado como no podía ser de otra manera esta historia a dos, viendo justo las dos versiones de la misma historia. Ese alma solitaria que se obsesiona viendo una historia que no es, convirtiéndose en un alma enferma y la del pobre acosado, que en su amabilidad no intuye aquello en lo que se está metiendo y su distracción se convierte en una pesadilla.
ResponderEliminarUn horror, ese introducirse en la vida "virtual" de otra persona, suplantarla y destruirla. Me preocupan las muchas pistas que dejamos sobre cada uno de nosotros y la aparente facilidad con la que parece que se puede hacer y la desesperación en el acosasdo que se siente culpable de algo que no ha hecho.
Excelente relato que ayuda a reflexionar sobre los peligros en las relaciones, virtuales y no virtuales.
Un saludo
Como siempre añades toda una reflexión a tus comentarios. realmente enriqueces el blog con tu presencia y aportación.
EliminarAgradezco y valoro todo eso.
Un beso Conxita.
Siempre tan amable con tus respuestas.
EliminarEs un placer leerte y lo sabes.
Esta otra perspectiva de la historia me ha hecho pensar en que cuando, por las circunstancias que sean, elegimos esta forma de relacionarnos, muchas veces no somos conscientes de que hablamos de más cuando estamos a gusto con alguien aunque no demos detalles y nos olvidamos de que no hay personas malintencionadas, pero muy listas, que usan cualquier información a su favor. Muy bueno, Francisco.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Efectivamente hay que relacionarse con discreción, dando solo la información que nos interese dar y frecuentando foros seguros, donde la gente al menos muestro el respeto mínimo exigible en una relación.
EliminarTe agradezco como siempre tus palabras Mª Jesús.
Un abrazo.
Una "lucha" entre dos maestros de las palabras. Un placer leeros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que es inmerecida esa alta calificación, pero te quedo agradecido por tu alta estima.
EliminarUn besos Suni.
Un completo comentario sin duda. Una reflexión adecuada al problema de lo que viene siendo el acoso virtual,si cabe más agobiante para la víctima, por no conocer en persona a su atacante.
ResponderEliminarUna triste realidad unida a la tecnología y los tiempos que corren.
Un abrazo y gratitud por este comentario.
saludos Julio david
Hola!! Menudo relato o historia, mejor dicho. Una realidad cotidiana, que paras las personas que navegamos por este mundo virtual, nos podemos sentir muy reflejad@s en lo cotiano!!
ResponderEliminarClaro!!! Yo aprecio a Julia y nos seguimos!!! Pero después de leer ambas caras, me siento más identificada, por experiencia personal, con tu versión de los hechos.
Un placer haberte leído a través de la gran Julia!!
Saludos!!!!
Pues te doy las gracias a la par que la bienvenida por estos lares literarios.
EliminarEspero verte más a menudo. ¡Y si! Julia es grande y lo demuestra con su buen hacer.
Besos
Me encantó! Creo que es bueno generar consciencia sobre este tipo de cosas ya que son muy peligrosas. Saludos y los felicito a los dos por el trabajo.
ResponderEliminarEl mundo de Internet no es más peligroso que el real, pero es más anónimo y por tanto los delitos cometidos por la red son más impunes al castigo. Con lo cual la prudencia y la discreción, nuestras mejores armas.
EliminarGracias por tu presencia.
Abrazos
Es realmente terrible, no tu relato eso nunca (¡os felicito!) si no la fragilidad de la red, de esconderse en un anonimato para destruir en cierta manera la vida de las personas.
ResponderEliminarNo había sido consciente de esta vulnerabilidad hasta leeros, y me deja una semilla de preocupación.
Besos, :)
Ya se sabe y estamos sobre aviso, que las redes sociales entrañan el riesgo de hacernos vulnerables ante los desalmados que quieran violar nuestra intimidad. Para ello la mejor solución es la prevención. ser discretos y compartir, solo la información que no venda nuestros intereses.
EliminarGracias por leernos Irene.
Besos
Primero la leí a ella y me sentí agobiada de ser la víctima y tras leerte a ti...me identifico contigo, acosado. Soy demasiado pacífica...aun siendo ficticio... no deja de ocurrir así en la realidad.
ResponderEliminarMil besitos para ambos y felicidades por estos intensos relatos.
Un placer recibir tu visita, espero verte más veces por aquí, siempre serás bienvenida.
EliminarGracias por tu lectura y apreciación.
Besos también para ti.