Cuando Romeo y Julieta se besaban con pasión prometiéndose amor eterno, eran ajenos a su drama personal y a la falta de futuro en su relación amorosa.
No podían haber imaginado, que su trágico destino
ya estaba escrito de antemano con premeditación y alevosía por un tal
Shakespeare.
Cuando
salió de la cárcel en la que estuvo recluido cinco años de su vida, fue directo a matar al
autor de sus días, el que lo había creado como personaje de ficción, el mismo que le condenó por un crimen
del que era inocente, solo por dar más interés al argumento.
Entre
los entendidos que frecuentaban la sala de lectura era conocida como una novela
de acción. A pesar de haber abandonado la balda donde reposaba tan solo en un
par de ocasiones.
Desde
el primer momento en que el forense, hombre instruido y muy leído, inspeccionó
el cadáver encontrado en la biblioteca. Dictaminó que se trataba de una muerte
de libro.
Aunque
el escritor era zurdo nunca supo tener mano izquierda con las editoriales y
por ello, le resultó dificultoso obtener el derecho de autor.
Para una vez que Don Juan se enamoraba sinceramente de una dama tan interesante
como aquella que le leía, y justo en el instante en el que iba a declararle su
amor incondicional, ella se limitó a pasar página y seguir leyendo.
Cuando
su querida musa inspiradora le dijo que la relación entre ellos era imposible,
se quedó tan pálido como la hoja en blanco que tenía delante, y en la que no acertó a escribir ni una triste despedida.
Lázaro
de Tormes se acercó al registro para reclamar al autor sus derechos de imagen,
y salió contrariado cuando le dijeron que este se encontraba en paradero desconocido.
El
escritor triunfó con su primera obra. Top ten de ventas, número uno en las listas
internacionales de libros más leídos. Su opera prima se convirtió en poco
tiempo en Best Seller, siendo traducida a cuarenta idiomas.
Pero
no volvió a escribir más, todo por un maldito punto y final.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Increibles historietas Moroz. Nunca dejarás de sorprendernos con ideas nuevas, relatos fantásticos y ese humor tuyo que te caracteriza. Espero que continúe aconsejándote y ayudándote tu musa de las artes.
ResponderEliminarUn gran abrazo amigo.
Cuanto tiempo sin verte por estos lares querido amigo. Me alegro te haya gustado este pequeño compendio de micro historias.
EliminarLo de la musa caprichosa que me inspira es otro cantar, esta vez vino a visitarme de noche, y aunque me dejó su regalo inspirador, me quito el sueño. Y durante este periodo de mi vida no se yo lo que necesito más para sobrevivir.
Un abrazo fuerte esperando verte con más asiduidad.
Alguno de estos textos me han recordado las greguerías de Gómez de la Serna. Y como en ellas veo originalidad, agudeza y un punto de humor muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo
Algo de eso tendrán cuando tú los identificas y te recuerdan a Serna, pero que más quisiera yo que ir pareciéndome en su forma de escribir. Son pequeñas humoradas, eso sí, que entrenan mi escritura y me permiten disfrutar de ella en momentos de vacíos inspiradores de historias más largas.
EliminarGracias por pasarte y dejar tu opinión, querido amigo.
Un abrazo.
Al igual que Juan Carlos, he recordado las greguerías. Me parecen geniales tus particulares greguerías. ¿Habías escrito alguna vez algo similar? No me suena, pero teniendo en cuenta mi memoria... De no ser así es un nuevo campo que debes abonar porque la cosecha puede ser magnífica. esta muestra ya lo es.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Rosa. Hoy gracias a los dioses me puedo entretener contestando vuestros comentarios que por otro lado sería lo correcto siempre. Pero ya te conté las circunstancias. Espero que a partir de esta semana los ritmos se vayan desacelerando al igual que los tiempos de dedicación casi completa a ciertos menesteres.
EliminarOs voy a tener que dar la razón tanto a Juan Carlos como a ti, si es que ambos coincidís con las greguerías; nunca fue mi intención querer imitar a Gómez de la Serna. Qué más quisiera yo.
Te dejo un enlace de otra entrada en que escribí de manera parecida algo con respecto a las apariencias.
https://abrazodelibro.blogspot.com/2019/01/micro-apariencias.html
Un abrazo grande, querida amiga.
Un derroche de ingenio y de gracia. Además, lo bueno si breve...
ResponderEliminarSolo me queda una duda existencial por resolver: te salieron todos de golpe, uno detrás de otro, o los has ido almacenando hasta considerar que ya estaban listos para servir, jeje.
Me han encantado todos y cada uno.
Un abrazo.
Pues te trasmito mi gratitud por tus palabras. Lo breve me gustó siempre, pues aunque entraña cierta dificultad contar una historia con pocas palabras, es un ejercicio que me resulta muy gratificante y aguza el ingenio, que es como sacar punta a un lapicero.
EliminarTe respondo la pregunta. Esta serie de micros me vinieron a la cabeza en una de esas noches inquietas e insomnes en la que uno da más vueltas en la cama que un kart en una mini pista de carreras a causa del calor.
Para ser exactos la anterior a la publicación. De eso que tienes que tener papel y bolígrafo para apuntar todo lo que se te viene a la cabeza mientras miras de reojo la hora en el despertador y maldices por lo bajini a la musa desveladora en todos los sentidos.
Espero que los que escriba a posteriori no me sean inspirados de la misma manera, pues después el pago es con creces y muuucho sueño atrasado.
Un abrazo, amigo. Y de nuevo, gracias.
Bonitos micros, ironías, greguerías o como se les quiera llamar. Son breves, incisivos y con doble lectura. Muy bueno, sí señor.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Paloma, me alegro que te hayan gustado.
EliminarBesos
Me ha encantado esta ronda de micros, Francisco. El del libro de acción que apenas se mueve es puro humor absurdo. El último cuento algo que en la vida real ha sucedido a menudo. A veces el éxito de buenas a primeras es una losa para posteriores proyectos. Excelente ejercicio metaliterario. Un abrazo!
ResponderEliminarPues es un placer que algunos de ellos te hayan llegado como lo que me comentas. Básicamente e trata de eso, de un ejercicio para conseguir fluidez suficiente para pergeñar relatos más complejos. No se yo si alguna vez lo conseguiré.
EliminarUn abrazo David y gracias por tu apreciación de mi trabajo.