El
nombre de mi hermana se lee en los numerosos carteles pegados en paredes y
vallas de la ciudad. Por encima de las
letras que lo conforman se puede apreciar una foto de su atractivo rostro,
sus labios, dibujando esa sonrisa que enamora, y que es tan característica de
ella.
Desapareció
hace un mes, tras el trágico incidente del tren en el que se vio implicada junto
con otros veinticinco inocentes pasajeros. Fue la única superviviente del vagón
que ocupaban.
La policía
la busca desde entonces, demandando la colaboración ciudadana y avisando de
antemano en los noticiarios que va armada y es peligrosa.
Derechos de autor: Francisco Moroz
No me extraña que la busquen y espero que la encuentren antes de que la vuelva a armar. Menuda hermanita. Para eso es preferible ser hijo único.
ResponderEliminarBuen relato.
Un beso.
¿Cuántas personas de este tipo tan común, no se esconden entre nosotros?
EliminarDespués de cada suceso cruento, las declaraciones de vecinos y familiares al respecto del asesino suelen ser del tipo: Era una persona amable y cordial. Educado y respetuosa.
Ja,ja. Como para fiarse de las apariencias.
Besos.
Todos los desaparecidos deberían ser encontrados, unos para rescatarlos y devolverlos a su hogar, y otros para meterlos en la cárcel. Al pie del cartel debería figurar la recompensa, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuantos ciudadanos de pro, no dejan de ser lobos con piel de cordero. Cuantos de ellos no guardan muertos en los armarios.
EliminarDecía un erudito que: La mitad de los seres humanos deberían estar en libertad vigilada y la otra en un psiquiátrico.
Menuda perspectiva, no da mucha confianza en la especie.
Un abrazo.
Hola, Javier:
ResponderEliminarSiempre introduces al final un giro inesperado que trastoca todo lo que uno llevaba en su cabeza, y que me encanta. ¡Madre mía, que la apresen ya . Menudo elemento!
Un abrazo
Sí, lo del final inesperado es marca de la casa, sobre todo en micros con tan pocas palabras cuyo giro final debe tener pies y cabeza a la par que sentido.
EliminarSi investigáramos convenientemente en cada historia familiar, nos daríamos cuenta que,toda familia ha de lavar trapos sucios.
Un abrazo, amigo.
Caramba ¡¡¡ El final hace que se relea el texto. Muy bueno.
ResponderEliminarSAludos.
Me alegra Manuela que te haya instigado a releer. Pues me has leído dos veces. Y eso, se agradece.
EliminarUn beso.
Vaya esta vez sí que me ha pillado de improvisto ese giro final, vaya con la hermana.
ResponderEliminarBesos
¡Ahhhh! Eso quiere decir que no siempre lo consigo. Tendré que disfrazar mejor mis intenciones escritas.
EliminarBesos
Es lo que se se dice: una mujer de armas tomar. Pero nuestra pregunta sería ¿Qué es lo que la indujo a cometer semejante tropelía?
ResponderEliminarNo creo que todas las mujeres sean así Julio, sería terrible para los hombres. Je, je.
Un abrazo, compañero.