Como
todos los años bajaba a la playa y se sentaba en la arena, frente al horizonte,
serena y tranquila, siguiendo con la mirada el perfil de las olas desde que se
formaban allá adentro, hasta que besaban sus pies con sus puntillas blancas y espumosas.
A
la hora convenida, él se acercaba silencioso y pausado por detrás y la rodeaba
suave para no sobresaltarla. Le susurraba al oído todo lo que la añoraba y la
echaba de menos en días como estos. Le rozaba la piel desnuda con su aliento de
brisa, y se quedaba tendido en su cálido regazo.
Ella
sentía el escalofrío que presagiaba y anunciaba su llegada y al rato se sentía
envuelta en un abrazo tenue, como imaginado en sueño. Escuchaba muy adentro
esas palabras dedicadas tan solo a ella en las que le declaraba su amor eterno.
Era
su enamorado, el mismo que le prometió junto al mar, que si partía primero
hacía la otra orilla, vendría todos los años por estas fechas, para recordar
que el amor por la mujer con la que compartió sus días no moriría nunca.
Y
ya habían transcurrido seis años desde
que se fue de su lado. En ese instante, una lágrima furtiva, pasó a formar parte de la inmensidad del mar.
derechos de autor: Francisco Moroz
Una larga espera para poder sentir la presencia, casi física, de su amor. En ese día mágico se cumple la promesa de su amado, pero seguro que sus corazones siguen unidos cada día del año.
ResponderEliminarUn bello relato para evocar el símbolo de lo que representa el llamado día de los enamorados.
Un abrazo.
Se interpreta como una cita, como una especie de aniversario que celebrar para no olvidar.
EliminarUn pequeño homenaje al amor y su día.
Un abrazo.
Ay, qué triste, Francisco. Aunque algo así me estaba imaginando. Claro que, por otra parte, no es tan triste. A veces he deseado que algún ser querido de los que se han ido, tenga a bien manifestarse tenuemente y hacerme saber que está junto a mí, pero nunca lo ha hecho ninguno y eso puede que sea más triste aún.
ResponderEliminarUn beso.
La pérdida de cualquier ser querido de por sí conlleva tristeza. Cuando además es la de alguien ligado a tí durante mucho tiempo, compartiendo momentos, historias y cosas, todavía resulta más dolorosa la pérdida y el vacío dejado.
EliminarCreo que cuando nos dejan nuestro deseo es seguir manifestando su presencia.
Un beso.
Bello, muy hermoso relato. La literatura en mi opinión tiene este poder que tú convocas en tu escrito: el de romper los límites de lo posible. Es por esto por lo que -al menos yo- leo ficción para vivir lo imposible; si me pusiera en plan realista, entonces abandonaría la lectura para siempre y sólo leería informes técnicos y científicos.
ResponderEliminarMe ha encantado ese mar que lleva y trae lo que existía y se fue. Muy bonito, Javier. Fantástico.
Un abrazo
Los que escribimos hacemos realidades de nuestros deseos. No siempre acertamos y convocamos fantasmas innecesarios, otras nos consolamos repartiendo la justicia o consuelo a nuestros personajes más necesitados de lo uno y lo otro.
EliminarEn este caso la mujer puede percibir la presencia de su amado.
Un fuerte abrazo, amigo.
El amor, como el más puro sentimiento humano que se prolonga más allá de la muerte... Ese profundo y arrebatador ladrón de corazones que nos sobrevive a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn romántico microrrelato escrito con el alma que este indispensable motor de la vida, que es el amor, ha sabido inspirarte.
Un fuerte abrazo, amigo Francisco.
Se dice que el amor es el motor que mueve el mundo y lo hace de manera apasionada y no siempre con acierto.
EliminarPero eso de que nos sobrevive es totalmente cierto, es lo único por lo que nos recordarán, por lo mucho o lo poco que fuímos capaces de amar.
Soy poco de romances melosos y edulcorados, pero de emociones y sentimientos soy bastante partidario.
Otro fuerte abrazo para ti, Estrella.
Un precioso relato lleno de sentimiento y que refleja lo que se siente mas allá de la muerte, de lo que queda cuando el otro se va, cuando amas de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quién sabe lo que hay más allá de la muerte, lo que sí sabemos con certeza es, que cuando alguien se nos va, nos queda un vacio dentro y mucho sufrimiento. Y el recuerdo de todo lo que nos amó y amamos a ese ser tan añorado.
EliminarUn abrazo, seguidor-a desconocido.
Muy bello , he podido recordar una vivencia personal , eso es lo interesante en la narrativa , poder evocar la vida en las letras escritas , muchas gracias por compartir. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra el haber sido motivador y traerte a la memoria esa vivencia personal. Es el poder que tiene lo escrito.
EliminarOtro abrazo Pablo.
Precioso relato de amor, donde esa esperanza le queda a la amada de recordar a su ser querido en un día tan memorable. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mamen.
EliminarLa mayoría nos quedamos con los mejores recuerdos de los que partieron, eso nos ayuda a seguir viviendo.
Otro abrazo para tí.
Si en vida los amaste mucho y se lo demostraste, no hace falta que te acompañen ni que los convoques para decirles lo mucho que te gustaría estar con ellos. Marcharon sintiéndose amados y tu te quedaste con la conciencia tranquila y satisfecho por todo lo que hiciste por ellos.
ResponderEliminarEs innecesario un reencuentro en este plano físico, aunque nunca está de más el recuerdo.
Un abrazo Julio.