lunes, 16 de marzo de 2020

Pronóstico erróneo




Me equivoqué de parte a parte, por ello he fracasado estrepitosamente.

En principio la táctica para posicionarme en lo más alto del mercado era impecable. Publicité mi empresa, divulgué la inquietante noticia por las redes a todos mis contactos, para que estos a su vez la compartieran y la hicieran viral. Propagué la alarma social detallando las consecuencias si no poníamos remedio al asunto de manera inminente. A continuación oferté mi producto estrella. Rotundo, convincente, seguro y solo con efectos secundarios saludables, para que los individuos reaccionaran como uno solo, con pulsión de masas, y lo adquirieran con ansiedad arrebatadora como solución al problema, agotando todas las existencias de mi almacén, con lo cual mi negocio subiría como la espuma y podría verme en el ranking mundial de los mejores traders visionarios de business. Suponía que me haría de oro.

Mis previsiones no resultaron acertadas a causa de los erróneos parámetros introducidos, a saber: Mi empresa es una librería, la noticia la ola de incultura que azota el país, La alarma, que la ignorancia puede ser perjudicial para la salud y el entorno. Además los libros no están de moda ni resultan atractivos como vacuna ante la estupidez.

Si fuese director de un gran laboratorio farmacéutico la historia hubiera sido otra en todos los conceptos.

Derechos de autor: Francisco Moroz

9 comentarios:

  1. Todas, previsiones fallidas. La incultura no avergüenza, la ignorancia no preocupa, las modas no pasan por la página escrita, la estupidez no se considera merecedora de vacuna.
    En esta situación de encierro, la mayoría de la gente que sale dando ideas para entretenerse en casa habla de todo menos de leer. Ayer en la SER, Francino hablaba de que se podía leer como si fuera una actividad de extraterrestres (no le culpo a él, sino a la realidad de su actitud: leer es poco menos que de extraterrestres).
    Vamos, que tu personaje se equivocó muuuuucho.
    Un beso.

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  2. Es alucinante lo alejada que está la mayoría de la gente de los libros. Los jóvenes que son nuestra gran esperanza leen poco, aunque los que lo hacen son muy muy lectores. Todos los entretenimientos que se lanzan son cantar en la ventana, jugar al padel de piso a piso, jugar juegos de mesa variados, escuchar música, ver películas o series... pero leer, a pocos comunicadores se les oye recomendarlo. Diríase que es una condena terrible.
    Por favor, Javier, haz un relato en el que todo ocurra al revés, please! Sería, quizás, una utopía pero es que de distopías que se van materializando por ahora vamos cumplidos, ¿no crees?
    Un abrazo, campeón

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  3. Que importante poner sobre el tapete en que ocupamos el tiempo en este encierro , yo decía es mi oportunidad aquí me coloco al día con mis lecturas pendientes, si pero el resto prefiere las redes los "influencers" que hasta el día de hoy no sé sobre que influyen realmente sino en algunos casos en replicar la estupidez , me quedo aquí con las personas que muy probablemente desde pequeños sentíamos la vida misma al poder pasar las horas con un libro y crecer como seres humanos.

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  4. Especialmente en nuestro país por desgracia, esta afición a la lectura no entra entre las favoritas de la gran mayoría, es algo propio de la minoría o de los llamados despectivamente "ratones de biblioteca".
    Como profesora prejubilada, en una primera etapa de alumnos de EGB y luego ya en la última con alumnos de ESO, me he podido dar cuenta, que a pesar de mi interés por fomentar la lectura comprensiva, el Plan de Estudios gubernamental mutable cada cierto tiempo y especialmente con cada ideología política, nos ordenaba aprobar si o si a alumnos que ya desde sus inicios escolares presentaban problemas de concentración o desinterés por la lectura, sin hacer pausas y entonando horriblemente mal, entre otros fallos... Pero, eso sí, por mucho que me negaba a aprobarlos, siempre me cayó el rapapolvos de quienes dirigían los destinos del profesorado, por lo que me vi obligada a aprobar a auténticos zoquetes.
    No es extraño que en un estado cuyos responsables de la educación nunca se han implicado en crear ciudadanos cultos y con una mente crítica, luego los resultados sean tan pésimos.

    Deseo que tanto tú como tu entorno en estos duros y complicados momentos os encontreis todos bien. Cuídaros mucho.

    Un beso, Javier

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  5. Buenísimo, Francisco. Lamentablemente, los libros no parecen ser un producto de primera necesidad como las peluquerías o los móviles. En fin, así nos va. Un fuerte abrazo!!

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  6. Afortunadamente tengo tres libros que cogí de la biblioteca poco antes de la pandemia y que me acompañarán en estos días. Y limpiaré bien la casa también.
    Un abrazo virtual.

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  7. Si es cierto que en estos días en las que estamos todos confinados en casa, se vean en las noticias muchas formas de entretenerse pero no la lectura, es muy triste pero es así. Yo te puedo asegurar que leo y es una de las cosas que me evade de toda esta historia (porque el coco va a su rollo ya sabes) y una de las formas de entretenerme es leer y así no pienso tanto y mi hijo que anda en Madrid afortunadamente también esta practicando la lectura, de modo que afortunadamente todavía somos unos cuantos a los que nos gusta leer y lo practicamos, pero es muy lamentable que los medios de comunicación no fomenten la lectura en estos momentos y seguro que los profesores en las tareas y trabajos a los chavales no le han recomendado libros para leer, muy triste.
    Un abrazo y espero que tanto tú como los tuyos os encontréis todos bien. Mucho ánimo.

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  8. Hay que organizarse el día para hacer los quehaceres, los ejercicios de rehabilitación, el ocio como pintura o dibujo, lectura y escribir cada día un poco. Pero si vemos la televisión con tanta noticia me entra estrés. Asi que hay tiempo para todo. Un abrazo.

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  9. Parece como si para algunos los libros fueran una medicina amarga o tuvieran miedo de vacunarse contra la ignorancia.
    Muy bueno,
    Un abrazo.

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