viernes, 23 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad -tercera parte-



Flor de pascua.

De todos es conocida esta planta tan llamativa de hojas rojas que se acostumbra a ver sobre todo en estas fechas como adorno señalado de interiores.
Su nombre botánico es: Poinsettia , nombre elegido en honor a un embajador americano en Méjico que es el que la dio a conocer y la hizo popular pues, enamorado de su vistosidad y apariencia la solía regalar a sus amistades por estas época. También se encargó de mandar algunos ejemplares a diversos jardines botánicos.
La planta es originaria de Méjico y ya era muy conocida por los pueblos pertenecientes a la cultura mesoamericana. Utilizada como medicina en forma de emplastos para enfermedades de la piel, como infusión para que las madres produjesen abundante leche y para bajar la fiebre. Y a causa de su llamativo color, como tinte natural para tejidos.
En el siglo XVI los misioneros franciscanos las usaban en navidad como motivo ornamental de sus iglesias, pero será gracias al nombrado embajador: Joel Roberts Poinsett en el XIX y a su admiración por estas plantas tan vitales, pues florecen desde noviembre a enero; que se conozcan y se usen de forma generalizada.
Hay un cuento referido a esta planta que nos dice que era una de las más humildes, irrelevante y de anodina presencia. Crecía en la orilla de un camino por el que solía pasar Jesucristo, y que cuando este lo hacía, intentaba mejorar su presencia, creciendo lozana en honor al Mesías. Cuando este fue crucificado, parte de su sangre se derramó sobre ella, tiñéndose con el color que caracteriza a sus hojas.

Árbol de navidad.

Es una tradición originaria de los pueblos celtas de centro Europa que ya acostumbraban a adornar los robles en honor a sus dioses, en concreto a uno llamado Frey, dios que representaba al sol y que era propiciador de la fertilidad de las mujeres, los campos y las bestias.
El árbol al que conocían como Idrasil (Árbol del universo) era considerado sagrado por estos pueblos. De él pendía el universo y sus raíces profundas llegaban al inframundo. Al llegar el solsticio elegían uno de los más antiguos para encender luminarias entre sus ramas y colgar guirnaldas para a continuación danzar en torno a él.
Cuando San Bonifacio llegó a estas tierras de Germania sobre el año 740, utilizó este elemento de adoración de los pueblos paganos como motivo para evangelizarlos. Para ello eligió un abeto o pino para darle la simbología más acorde con el nuevo credo.
La forma triangular del pino recuerda a la trinidad al igual que las hojas perennes el amor perdurable de Dios. Colgó manzanas para recordar el pecado original del que supuestamente todos somos portadores y las velas significando la luz de la fe que guía al creyente.
El primer árbol de navidad como tal, se vio en Alemania en el año 1605. La tradición se fue arraigando llegando a Inglaterra en 1841 de la mano del príncipe Alberto consorte de la reina Victoria. A España llegó en 1870 traído por una princesa rusa llamada Sofía Troubetzkoy esposa del marqués de Alcañices.

Hoy en prácticamente todas las ciudades luce en medio de su plaza principal un árbol de esta índole que suele ser artificial, pero del que siguen colgando los ornamentos que desde ahora nos recordaran otras creencias, culturas y tradiciones.

Uno de los árboles más grandes es el colocado todos lo años en New york, en el Rockefeller Center que tiene que reunir dos características: tener no menos de 50 años y medir más de 20 metros.
Para ello los encargados de buscar dicho abeto sobrevuelan bosques hasta dar con el espécimen adecuado.
su instalación en la gran manzana y el posterior encendido, se convierten en un espectáculo multitudinario.

Portal de Belén (Nacimiento)

Un elemento que es motivo de regocijo sobre todo para los más pequeños. Donde maquetistas avezados y aficionados entregados a la labor crean escuela, superándose año tras año.
Y la tradición nos viene también de lejos, esta vez de los primeros cristianos que adornaron algunos sarcófagos de las catacumbas romanas de la localidad de Priscila, sobre el siglo II –V, representando la estampa tan conocida por todos como “El misterio” con los tres magos de oriente incluidos.
La tradición como tal fue establecida gracias a una genial idea de San Francisco de Asís que tras un viaje a tierra santa en 1223 y tras (supuestamente) visitar el lugar donde nació Jesús, quedó tan impactado por la experiencia que decidió montar un Belén viviente en una cueva o ermita de Greccio (Italia) con motivo de la nochebuena. 
Cuentan, que fueron los mismos paisanos los que colaboraron como personajes y que el niño del pesebre fue una figura moldeada por el propio San Francisco. Tras los cantos y alabanzas y en el momento más solemne la figura el niño adquirió vida y sonriendo al Santo extendió sus brazos hacia él. 

Pero eso entra dentro de la leyenda. Lo que sí es veraz es que a partir de ahí la tradición belenista comienza a ser difundida por los conventos italianos gracias a la influencia de Santa Clara, quedando estas representaciones limitadas a los intramuros conventuales y priorizando el contenido religioso antes que el meramente artístico.
Sería a partir del XVI cuando los belenes empiezan a adquirir ese carácter ornamental gracias a la andadura de escuelas como la andaluza y la castellana siendo sus máximos representantes los maestros Berruguete y Siloé como retablistas, y Martinez Montañés y Eugenio Torices como talladores de figuras integrales.

Será en el siglo XVIII con la subida al trono de Carlos III de Borbón, cuando en España adquiere cierta relevancia la fabricación y exposición de belenes, sobre todo entre la aristocracia. Es este siglo en el que destaca el escultor Francisco de Salzillo.
No obstante os tengo que decir que los belenes de antaño no se parecían a los de ahora. En ellos aparecían personajes como Adán y Eva, ermitaños, profetas o animales salvajes, así como símbolos de la pasión de Cristo o elementos que recordaban el camino hacia la pasión de Jesucristo.
Con el tiempo los belenes se han vuelto más pintorescos y costumbristas, representando el propio misterio rodeado con personajes propios del pueblo llano como zapateros, lavanderas, herreros, leñadores, junto con los consabidos pastores, reyes, ángeles y soldados romanos.
En muchas ocasiones constituyen auténticos dioramas en movimiento. Maquetas tan completas que representan las edificaciones al detalle: Norias, fuentes, iglesias, castillos, albergues, molinos y algún que otro personaje escondido entre los musgos aliviando sus necesidades perentorias.

* El primer Belén hecho con figuras data en el año 1289 y fue realizado por Arnolfo di Cambio.
* El más antiguo de España es el que se encuentra en la iglesia de la anunciación de Palma de Mallorca.
* El más grande es el belén bíblico monumental de Santa Ángela de la Cruz en jerez de los Caballeros que posee unas de 10.000 piezas ubicadas en una superficie de 450 metros cuadrados.
* Y los tres belenes vivientes con más renombre son:
-El de Arcos de la frontera localidad cercana a Cádiz que sirve como escenario natural a unas 30 escenas en las que participan los propios habitantes del pueblo.
-El de Buitrago en la comunidad de Madrid, con más de 20 escenas en las que participan más de 230 figurantes en un gran “Mannequin challenge”
-El de Sangüesa en Navarra donde se reviven escenas bíblicas y las zagalas ataviadas con vistosos trajes regionales recitan versos ante el niño Dios.
Como veréis en España somos auténticos especialistas en montar “Belenes”



Continuará...




Derechos de autor: Francisco Moroz


miércoles, 21 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad - segunda parte-



Hoy os traigo siguiendo con la temática navideña, los símbolos utilizados, y alguna de las tradiciones que durante estas fechas, realizamos creyentes y no creyentes.

Corona de Adviento
Es bien sabido de su utilización casi generalizada para ponerla como centro de mesa o colgarla en las puertas y entradas principales de los hogares, o encima de las chimeneas quien las tuviera.
Su procedencia es indefinida, pudiendo decir que desde el albor de los tiempos era utilizada como símbolo de geometría perfecta, que viene a significar el ciclo continuo de las estaciones y la vida. Como representación del sol, de la unión perfecta entre el hombre y sus dioses, señal de eternidad sin principio ni fin.
Los griegos las realizaban para ofrendar a sus dioses y otorgar honores a ciudadanos destacados. Las confeccionaban con hojas de laurel, planta que representa la fuerza; siendo el trofeo más deseado de los atletas que competían en honor a Apolo (Dios del sol) y que se esforzaban para portarla en sus cabezas como señal de triunfo.
Los romanos adoptaron dicha corona como lo hicieron con muchos de los dioses, costumbres, y tradiciones de la cultura helena. Para ellos estas coronas representaban autoridad y garantía de ser recordado trascendiendo sobre lo mortal. Por ello muchos prohombres fueron enterrados o incinerados junto con ellas, como bien muy preciado.
Al Cesar Imperator se la imponían sobre la testa, cuando tras regresar triunfante de alguna de sus guerras de conquista le recordaban que solo era un hombre mortal: “Respice post te, hominem te ese memento” (Mira atrás y recuerda que solo eres un hombre)
Esas conquistan se extendieron por la Galia, Bretaña, y Germania donde habitaban los pueblos con fuerte raigambre celta y por lo tanto druídica.
Cuando las legiones se establecían en estos territorios, los ciudadanos se iban romanizando y por lo tanto observando y celebrando las festividades propias de Roma; como la celebración de la cosecha, las conocidas Saturnalias durante las cuales los participantes se regalaban coronas los unos a los otros. Esta vez hechas con ramas de acebo, enebro, muérdago, pino o abeto. Adornándolas con bayas, frutos secos, piñas piñoneras o manzanas. Estos pueblos en principio sometidos, fueron adquiriendo como propia, la cultura trasmitida durante la llamada “Pax romana”.
Los druidas se ponían esas coronas en la cabeza, hechas sobre todo de muérdago que para ellos era un componente mágico y curativo. Lo incluían en las ceremonias de solsticio parecidas a las ya nombradas saturnales o Brumarias de los romanos. Es entonces cuando el pueblo llano adquiere la costumbre de ponerlas en sus puertas como elemento protector de sus casas.
La mística pagana es relevado por el ritual cristiano cuando la nueva religión se extiende como creencia generalizada una vez que el emperador Justiniano en el siglo V la impone como tal.
Ciertos elementos como la corona adquiere una nueva dimensión, adquiriendo relevancia en sus celebraciones religiosas referidas al adviento, (La venida, la llegada) imponiendo significados diferentes y a la vez relacionados con las antiguas creencias. De esta forma las ramas verdes pasarán a significar la esperanza en la llegada del cambio. Las cuatro velas que se le añaden a la corona serán la luz que viene a brillar con el nacimiento de Cristo disipador de de las tinieblas. Las cintas rojas la sangre derramada por Jesús por amor al hombre. También nos hace rememorar esa otra corona de espinas de su pasión.
Las velas se le añaden como reminiscencia de aquellas hogueras encendidas para aportar calor al sol e iluminar las largas noches del solsticio de invierno. Suelen ser cuatro: tres de color violeta que representan la esperanza, la paz y el amor. Se encenderán durante las tres semanas que anteceden a la Navidad .Una cuarta de color rojo se enciende en Nochebuena. Una quinta colocada en el centro y de color blanco se prenderá en Navidad, en honor al nacimiento del niño Dios. Esta última solo presente en ciertos países.
En la actualidad el uso de las coronas de adviento está más secularizado, no siendo más que un mero adorno en puertas, ventanas y mesas. Añadiendo adornos como cintas de colores, bolas de navidad, o paquetitos de regalos.
En algunos países como Méjico o Gran Bretaña se confeccionan con flores. Lo cual nos hace recordar las coronas conmemorativas para nuestros difuntos, retrotrayéndonos de esta manera al comienzo de nuestra historia, donde el significado circular de la misma representaba el principio y el fin de la vida, en un bucle interminable.
Seguimos celebrando lo mismo después de tanto tiempo con mayor o menor solemnidad y fe, pero con símbolos que han trascendido a muchas generaciones de hombres y mujeres.


Continuará...


Derechos de autor: Francisco Moroz


lunes, 19 de diciembre de 2016

Falta de fe




Te quiere, mamá.

Así acababa la epístola que había leído una y otra vez a lo largo de 33 años. Cada una de las palabras que en ella aparecían hablaban de amor, de pérdida, de desconsuelo, ante la inevitable
separación de ambos.

La podía recitar de memoria, incluso lo hacía mentalmente como mantra personal, como oración dirigida a los dioses fuesen estos cuales fuesen, para que propiciaran un encuentro con ella y así poderla conocer.

Sabía de antemano por esa misma carta, que el milagro no se produciría: Mi madre era cristiana, mi padre musulmán y yo fui abandonado en una inclusa de Jerusalén.  



Derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 16 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad -Primera parte-




Ya llegó la navidad, y con ella, todos los elementos característicos que nos parecen lógicos y habituales para celebrar esta fiesta con coherencia y propiedad.
Desde niños nos hemos ido acostumbrando a ver las calles adornadas con multitud de luces, los escaparates de las pastelerías repletos de dulces típicos y las tiendas de regalos mostrando una amplia oferta de artículos para las expectativas de la persona más caprichosa. Qué decir de como decoramos nuestros hogares: guirnaldas de espumillón, árboles artificiales con bolas, bastones de caramelo, pequeños calcetines, lazos de colores, estrellas y ángeles.
Algún lugar privilegiado reservado para el belén o la figura del niño Jesús; pues no olvidemos que la fiesta de la navidad es la fiesta en la que se recuerda el nacimiento del niño Dios, al que recibiremos con canciones compuestas para estos días tan especiales en los que parece que todo está enmarcado en torno a las reuniones familiares y de compañeros o amigos con los que compartiremos comidas o cenas e intercambiaremos regalos y presentes rememorando la generosidad de aquellos tres reyes magos de oriente que fueron a Belén tras un cometa errante.
Es hacer balance del año que acaba para poder empezar con buen pie el que se nos viene encima después de las campanadas y las uvas y los brindis y las muchas promesas que cumplir. Felicidad, buenos deseos y parabienes trasmitidos a viva voz o con las variadas tarjetas postales pensadas para ello.
¡En fin! no quiero desengañaros como a los niños que en el fondo sois, pues todos nos convertimos un poquito en infantes crédulos que disfrutan con caras de asombro y sorpresa, de todas las cosas misteriosas y deslumbrantes que ocurren a nuestro alrededor.
¡Pero es lo que toca! Descubrir que la Navidad llegó una vez más fiel a su cita, pero saber con propiedad de donde procede y del porqué de muchos de sus atributos.
Para empezar ya os comunico que el origen de estas fiestas es pagano, al puro estilo de todo lo pagano clásico romano. Y es que estos romanos a parte de estar un poquito locos, como decía el buen “Axteris el galo” lo tenían inventado o adoptado casi todo, y los festejos no iban a ser una excepción.
Los ciudadanos de la gloriosa Roma ya celebraban las Saturnales del 17 al 23 de diciembre en honor al dios Saturno que velaba por la agricultura. El día 25 seguían con la fiesta llamada: "Natalis Solis invicti " que traducido en lengua viva viene a significar: Nacimiento del sol victorioso. Apolo era el protagonista. A estas se le sumaban las Brumarias con el dios Baco como actor principal. 
Como os podéis figurar eran días de exceso, banquetes, festejos y desenfrenos donde intercambiar presentes, bailar y cantar.
¿Os suena de algo?
Pero no solo los romanos tenían la exclusiva de sus dioses benefactores que representaban tanto al sol como al fuego.
Los mesopotámicos tenían a Shamash. En Grecia a Vulcano y Helios. Los egipcios a Atón. Mis queridos celtas lo denominaban Baal y Moloc. Los babilonios Nimrod o Tamuz. En algunos países hispano americanos se adoraba a Inti, en la cultura azteca eran seguidores de Huitzilopochtli. Los sintoístas de Amateratsu que por cierto es el único caso de feminización del astro rey; y los pueblos germánicos y escandinavos adoraban a Frey  (Origen del árbol de navidad)
También hay un dios antiguo que representa al sol y que nació por estas fechas. Me refiero a Mitra que pertenecía al culto de Persia e India. Religión que compitió seriamente con la cristiana. Un dios adoptado por las legiones de Roma.
Las creencias entorno al sol de algunas de estas culturas, sostenían que este, moría el 21 de diciembre que viene a ser el día más corto del año en el que el astro está en la parte más baja del cielo, lo que se conoce como Solsticio de invierno; siendo a partir de ese momento y gradualmente los días más largos, a partir de ese momento el sol se hace más viejo y calienta con mayor intensidad favoreciendo por ello las siembras y cosechas.
¿Entonces qué significa la navidad y que tiene que ver con Jesucristo?
La respuesta es sencilla después de lo que os he explicado.
Cuando se impone la nueva religión en Roma y se empieza a extender por el imperio y el mundo conocido, esta debe adoptar algunas de las prácticas “Paganas” que el pueblo llano tan apegado a sus ritos y tradiciones ancestrales seguía realizando, siendo reticente a abandonarlos; pues los hombres y mujeres seguían unidos a la tierra, a los ciclos solares y lunares, a las estrellas, a los bosques, ríos y lagos sagrados. Se celebra la vida y la muerte. La renovación, las cosechas y la fecundación. Inculcar ideas era una cosa, cambiar la esencia de las gentes sencillas se convirtió en una tarea harto ardua, casi imposible. Con lo cual la iglesia hace suyo el dicho de : "Si no puedes vencerlos únete a ellos" y lo que hace de forma muy inteligente es reconvertir las festividades paganas en favor de las nuevas creencias: 

De esta manera al equinoccio de primavera en el que se celebraban las famosas Bacanales (Carnavales) se superpone la Cuaresma. Al solsticio de verano pagano en el que se encendían hogueras para trasmitir el calor al sol y de paso purificarse de los malos espíritus se convierte en la festividad de San Juan. 

El solsticio de invierno que es el que tratamos, se convierte en navidad y el Samhain (Halloween) de los celtas, celebrado en el equinoccio de otoño, en festividad de todos los santos.

Por ello, en este caso, el cristianismo asocia estas fechas con el nacimiento de un Dios, propiciador de vida nueva y espíritu luminoso, que saca de las tinieblas (Brumas) a los hombres. Convirtiéndose en metáfora del mismo sol.
No se sabe a ciencia cierta por falta de documentos históricos cual fue el día y el mes en que Jesucristo llegó realmente al mundo. Los estudiosos eruditos de las sagradas escrituras proponen que sobre Marzo o Abril y nunca en Diciembre.
Con lo cual el hecho de poner esta fecha en concreto, fue una maniobra logística de la antigua iglesia para eclipsar las antiguas creencias en favor de las propias ¿Y qué mejor día para celebrar el nacimiento del hijo de Dios que el mismo en que nace el astro rey en todo su esplendor y en el que las esperanzas de la humanidad se renuevan en un nuevo ciclo?
El decreto lo promulgó un papa llamado Liberio y con ello se aunaron las celebraciones de todos los pueblos paganos evangelizados, que entraban en la órbita de la cristiandad.
La palabra Navidad  proviene del latín “Nativitas” que significa nacimiento, también se conoce a estos días festivos como Pascua y no solo es celebrada por católicos, también la festejan las comunidades protestantes, anglicanas y ortodoxas.
Por cierto la palabra Christmas tiene el significado de: "Misa de Cristo" aunque sea traducido como navidad.

Lo importante de todo este discurso es comprender que la esencia del hombre ha cambiado poco, y que nuestro espíritu ha de ser festivo. Celebrar la vida y sus acontecimientos, al igual que los pequeños momentos que nos son dados para encontrar la felicidad que con formas diferentes, llama a nuestra puerta para que la festejemos.


¡Felices Fiestas! 


Continuará...



Derechos de autor: Francisco Moroz

jueves, 15 de diciembre de 2016

El cuerpo del delito





Le habían endosado el caso de la mansión de los Harlim, parecía ser considerado por el departamento de policía, el más prescindible en esos momentos de entre todos sus efectivos. Le habían endiñado un crimen sin importancia, pero él les iba a demostrar su valía, resolviéndolo en tiempo récord ¿A caso pensaban que era estúpido? 

Era sabido que con la llegada de las fiestas de la navidad, ciertos colectivos se revolucionaban en exceso debido a las altas dosis de alcohol ingeridas en las comidas de empresa, que provocaba que las lenguas viperinas se soltasen y pusieran a caer de un burro a los compañeros ausentes.

También las reuniones familiares eran origen de conflictos, cuando aparecía el cuñado o esa suegra inaguantable que crucificaban a sus rivales, clavándoles el colmillo retorcido con saña desmedida. Fingiendo por otro lado, interés y amor verdadero por sus personas.

En los niños de por sí intransigentes en sus pretensiones, se operaba una inusitada transformación: De tiernos infantes, a fieras corrupias desatadas en su afán desmedido de pedir hasta la luna al gordo vestido de rojo y al trío de los camellos. 

Pero este caso era simple. Estuvo prácticamente resuelto desde que entró en el palacete hacía media hora escasa: La pose artificial del mayordomo intentando parecer correcto en su recibimiento no le había engañado. 
Los propietarios, un matrimonio al parecer bien avenido que pretendían desviar su atención contándole lo sucedido, tampoco le habían despistado. 
La atractiva doncella que le guiñó el ojo, menos todavía.

Le daba en la nariz, que el crimen se había cometido en la cocina, a la que se dirigió con paso raudo, pillando a la cocinera flagrantemente con las manos en la masa de un sabroso pudin.
A causa del grito de sorpresa y su actitud histriónica, supo a ciencia cierta que se trataba de la asesina.

Inmediatamente vio el arma homicida sobre la encimera y el cadáver descuartizado de un pavo al que él, haría justicia.
Lo único que le confundió, fue ver de refilón, a un anciano sentado en el salón, inmóvil, con un sangrante orificio de bala.





Derechos de autor:Francisco Moroz




martes, 13 de diciembre de 2016

Yersinia





El otro, hombre o mujer, siempre muerto
, a veces a pares, por grupos, pero muertos. Y la asesina viva, invisible, en la sombra. Siempre presente en la escena del crimen, perpetrando de forma impune su personal masacre entre la población. Sin hacer distinción entre pobres y ricos, niños o viejos, con desapego e indiferencia. Se alió con animales impuros cosechando innumerables frutos.

Los habitantes de las ciudades donde cometía sus crímenes la conocían como “La negra” y no fue hasta acabar con la vida de cientos de miles de personas que descubrieron su verdadero nombre: “Yersinia pestis” que en realidad era la muerte disfrazada de bacteria.



Derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 9 de diciembre de 2016

8 de diciembre: De tercios y vírgenes.





No quiero dejar una “Mácula” en mi historial bloguero dejando de publicar esta entrada, aunque un día más tarde del acontecimiento festivo de ayer.

Todos, o prácticamente todos sabéis lo que se celebró, que no era otra cosa que el día dedicado a la virgen de la inmaculada concepción, tradición marianista cuyo origen está datado en el siglo IX y que llegó a ser un asunto controvertido, ya que había tanto defensores como detractores de esta idea que se debatía y en la que se proponía que la madre de Jesús hubiese sido concebida sin ese pecado original con el que nace el común de los mortales.
Se convirtió tras muchos años de polémica, en dogma de fe, y se hizo durante el concilio de Toledo convocado por Pío IX, allá por el siglo XI. 

Ya por entonces el rey visigodo Wamba era un reconocido defensor de la purísima concepción de María que es otra forma de llamar a la virgen Inmaculada. A este rey le siguieron otros como Fernando III, Jaime I, Carlos I, Felipe II y Carlos III. Muchos de ellos portaron en los estandartes de sus ejércitos la imagen con esta advocación. 

Desde 1644 fue fiesta de guardar en todos los reinos católicos pertenecientes a la corona española, declarándose igualmente dentro de la iglesia católica desde que el papa Clemente XI lo promulgó en 1708.

Fue el nombrado Carlos III, ese al que los madrileños llamaron “El mejor alcalde de Madrid” y que entre otras cosas mando edificar la famosa puerta de Alcalá; el que la nombró en 1761 patrona y protectora de la nación, creando para ello la real orden de Carlos III en su honor.

Pero ¿Por qué la celebración es el 8 de diciembre y no otro día?
Una respuesta nos viene de la propia iglesia que considera que la concepción de la virgen tuvo lugar en ese día y en este mes, 9 meses antes de la fiesta de su nacimiento: el 8 de Septiembre, y porque fue un 8 de Diciembre de 1854 en el que se proclamó el dogma por parte del papa.

Pero hay otra historia más épica, heroica y en parte milagrosa, de esos hechos que enaltecen a las comunidades que los protagonizan.

Fue el caso de tres Tercios españoles que fueron enviados a Holanda para dar apoyo a las poblaciones católicas asediadas por los protestantes en una isla de interior denominada Bommel , flanqueada y formada por dos ríos: el Mosa y el Waal.
En invierno se solían paralizar las actividades bélicas a causa de lo inapropiado de las condiciones meteorológicas, pero en esta ocasión ambos bandos decidieron aprovechar las circunstancias para socavar las defensas enemigas.

Las tropas rebeldes bloquearon las salidas de los ríos con naves, para de esta forma colapsar a los defensores y evitar que estos recibieran refuerzos desde el exterior. Abrieron las compuertas de los diques e inundaron canales, elevando el nivel de las aguas de tal manera, que los tercios quedaron en un aislamiento desesperado y sin posibles salidas.

La infantería española tuvo que concentrar su defensa en la colina de Empel. Para estos hombres, el hambre y el frío eran lo de menos, daban más importancia por entonces, al deshonor y la vergüenza que significaría perecer sin posibilidad de defenderse.

Se cavaban trincheras para resistir el asedio y los cañonazos desde las embarcaciones; y en una de estas fue encontrada por un infante, una tabla con la imagen pintada de una virgen inmaculada. Esta, posiblemente había sido enterrada por algunos holandeses católicos para evitar su destrucción o profanación por parte del enemigo.

Ya por entonces y como expliqué anteriormente, la advocación de la Inmaculada estaba muy extendida por todo el imperio y estos soldados, enfervorizados por este encuentro casual, interpretado como una señal del cielo;  se encomendaron a dicha Madonna, cantaron la salve y oraron con devoción para recibir una ayuda milagrosa.

Esa misma noche cayó una helada de tal magnitud, que las aguas que flanqueaban el reducto se helaron, y esto provocó que los barcos holandeses tuvieran que retirarse para evitar quedarse atorados por el hielo; circunstancia que aprovecharon los desesperados tercios españoles para salir de la trampa en la que se hallaban, y presentar batalla directa contra el oponente. Fue precisamente un 8 de Diciembre de 1585.

La victoria fue tan contundente, que el almirante de la flota holandesa se quejó de que en aquella ocasión "Dios se hubiera hecho español".
El historiador británico Geoffrey Parker calificó el suceso como “Helada milagrosa”.

Aquellos infantes imbuidos de esa renovada fe, en la virgen que les había proporcionado la salvación con ese milagroso acontecimiento, fueron extendiendo su entusiasta devoción a otros tercios, que adoptaron con el tiempo a la inmaculada como patrona de todos ellos, y por ende, en el año del Señor de 1892 y por real decreto de la reina regente María cristina de Habsburgo, lo llegó a ser de la actual infantería española, cuyos capellanes castrenses visten la casulla azul cuando celebran la eucaristía en este día dedicado a ella; que por otro lado es protectora de la academia general de cadetes, del estado mayor, cargos jurídicos, interventores, veterinarios y farmacéuticos; y venerada en muchas poblaciones españolas, portuguesas, italianas e hispanoamericanas.

En Sevilla se la rinde culto con especial entusiasmo y es prueba de ello que un famoso pintor barroco la dedicara muchos de sus cuadros. Estoy refiriéndome a Bartolomé Esteban Murillo que llegó a plasmarla en más de 20 de sus lienzos, siendo el más conocido el que se puede contemplar en el Escorial.

Por cierto, el primer templo edificado en honor a la inmaculada fue el del monasterio de san Jerónimo, sito en Granada. 

Yo ya dejo puesta mi pica en Flandes.




Derechos de autor: Francisco Moroz



martes, 6 de diciembre de 2016

Fantasías literales





De un certero bocado, le arrebató el pincel con el que el capitán Ahab pintaba el retrato de Dorian Gray.

Cuando se dio la alarma Nemo con su Nautilus salió en persecución de Moby Dick que se dirigía resoplando hasta la isla del tesoro donde los tres mosqueteros estaban apostados para acorralarla.

Simbad el marino ávido de aventuras se les unió en la acción cerca de Itaca, sin contar con que Sandokán el tigre de malasia les acechaba.

Fue entonces cuando el rey Arturo dando un puñetazo en la mesa redonda, me gritó:

– ¡Sir Lancelot  despierte de sus ensoñaciones! Que la búsqueda del santo grial es asunto serio.



Derechos de autor: francisco Moroz

domingo, 4 de diciembre de 2016

¡Bendito país!




Cuando mis cuatro amigos y yo decidimos emprender aquel viaje de fin de carrera, que iba a durar una semana, no podíamos imaginar que nuestra estancia en Escocia iba a convertirse en toda una aventura de gozo extrasensorial.

Nos propusimos visitar además de las ciudades de Edimburgo y Glasgow, todos los lugares emblemáticos de las tierras altas.
 
Por ello después de soltar las mochilas en el hostal de la pequeña localidad de Drumnadrochit lo primero que hicimos fue buscar un bar típico para refrescarnos y tomar algo. El pub en cuestión ostentaba el nombre sugerente de: MacDonald ´s Still que viene a traducirse como: El alambique del hijo de Donald.

Como era tarde pedimos unos whiskys para celebrar nuestra licenciatura; y entre brindis, risas, y bromas, alguien propuso hacer una excursión nocturna al famoso castillo de Urquhart que se asoma al lago Ness aprovechando que no quedaba lejos. A todos nos pareció una idea inspirada para empezar de forma fantástica nuestro viaje por esas tierras de leyenda.

Después de unos cuantos vasos más, del dorado líquido destilado por los dioses, nos pusimos en marcha guiados por las tenues luces de la calle que brillaban como luciérnagas encendidas. 
Nos liamos unos porritos de marihuana que habíamos traído para homenajearnos durante el viaje, y de esta forma llegamos a las orillas del lago de Nessie.

Alguno gritó de pronto. Veía moverse las aguas tranquilas en ondas expansivas y turbulentas que se acercaban a nosotros rápidamente. Corroboramos colectivamente que algo extraño iba a suceder.
Sin esperar, y ante nosotros, apareció una imagen humanoide con un manto de “blanco nuclear” y resplandeciente, que nos dijo señalando hacia el horizonte: 

– ¡Mirad más allá, donde las nubes color malvarrosa se difuminan como neblina de bosque druídico!

Al mirar, juro que vi el arcoiris y un unicornio azul con el cuerno dorado, cabalgado por una mujer de la raza de los elfos del señor de los anillos, que dejó caer ante nosotros ambrosías liquidas almibaradas.
 
Me desperté a la mañana siguiente mojado de escarcha, entumecido, y estropajoso. Sin recordar haber visto al monstruo del lago.
¡Bendito país!



Derechos de autor: Francisco Moroz

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Cambio de pareja



Se despertó, abrió los ojos una mañana más. No tenía prisa, y tumbado como estaba en la cama, se puso a pensar.
Pensó en ella, en lo bien que empezaron su relación, de mutuo acuerdo, sin exigencias de ningún tipo. Algo fluido y natural. Ella le dejaba su espacio personal y él la dedicaba parte de su tiempo. Se hacían compañía y a veces incluso se añoraban y se buscaban en los silencios.

Pero hacía unos años que este idílico romance se estaba convirtiendo en una losa; ahora ella se estaba volviendo absorbente e incluso envolvente y omnipresente, él ya no se sentía libre como antes, sino atado a una servidumbre que le llenaba de mucha tristeza y desazón.

Ya no la quería como antes ni la deseaba. No ansiaba su cercanía, rehuía su presencia, pero ella siempre estaba a su lado recelosa, perenne y árida, como un mal invierno que no quisiera dar paso a la primavera renovadora.

Y él necesitaba un cambio ¡Sí! Quizás por egoísmo, pensó, se embarcó en esta relación sin futuro. Él y ella, ella y él. Solos, sin querer nada del resto de los que solicitaban un poco de atención, de su amor, de su cuidado, de su persona, de su trato.

Se convirtió poco a poco en un ser huraño y antisocial, un hombre introvertido y esquivo.
No compartía sus vivencias y se guardaba muy mucho de expresar sentimientos banales. Solo se comunicaba con sus congéneres por necesidad y cuando no había más remedio.

Pero esta situación le estaba matando, apagando, amargando, ahogando, como a la llama de una vela sin oxigeno que quemar.

Ahora estaba costeando el precio de las consecuencias de esta común-unión con su amada, y con creces. Penando como alma condenada en el infierno de Dante, purgando cada una de las expectativas puestas en esta especie de tormento consentido, abocado por otro lado al fracaso más estrepitoso.

Desde su comienzo esto no tenía futuro, pero se empeñó en demostrar que eran los demás los que estaban equivocados y que la situación ideal era la elegida por él. Estaba todo controlado. O eso creía en ese momento.

Meditaba en la cama y decidió que ya era hora de cambiar de pareja, su amante actual ya no saciaba sus necesidades, no llenaba sus expectativas, no satisfacía sus ansias de compañía y de amor desinteresado.

Se dio la vuelta en el colchón y allí estaba, a su lado, como cada mañana. No conseguía apartarse de su pegajosa presencia ¡La aborrecía! Debía huir, y únicamente conocía una manera de hacerlo: Buscándose a una mujer de verdad que le llenara la existencia, una pareja que quisiera acompañarle en el baile de la vida, y aparcar en la cuneta a esta que desde hacía años dormía a su lado gracias a su dejadez y la fuerza de la costumbre.

La abandonaría sin despedidas innecesarias, sin agradecimientos de más. Todo con tal de olvidarse definitivamente de esta maldita fulana " Que se llama Soledad”.






Derechos de autor: Francisco Moroz



                                                                          

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