Flor de pascua.
De todos es conocida esta planta tan llamativa de hojas
rojas que se acostumbra a ver sobre todo en estas fechas como adorno señalado de interiores.
Su nombre botánico es: Poinsettia , nombre elegido en
honor a un embajador americano en Méjico que es el que la dio a conocer y la
hizo popular pues, enamorado de su vistosidad y apariencia la solía regalar a
sus amistades por estas época. También se encargó de mandar algunos ejemplares
a diversos jardines botánicos.
La planta es originaria de Méjico y ya era muy conocida
por los pueblos pertenecientes a la cultura mesoamericana. Utilizada como
medicina en forma de emplastos para enfermedades de la piel, como infusión para que las madres produjesen
abundante leche y para bajar la fiebre. Y a causa de su llamativo color, como
tinte natural para tejidos.
En el siglo XVI los
misioneros franciscanos las usaban en navidad como motivo ornamental de sus
iglesias, pero será gracias al nombrado embajador: Joel Roberts Poinsett en el
XIX y a su admiración por estas plantas tan vitales, pues florecen desde
noviembre a enero; que se conozcan y se usen de forma generalizada.
Hay un cuento referido a esta planta que nos dice que era una de las más humildes, irrelevante y de anodina presencia. Crecía en la orilla de un camino por el que
solía pasar Jesucristo, y que cuando este lo hacía, intentaba mejorar su
presencia, creciendo lozana en honor al Mesías. Cuando este fue crucificado,
parte de su sangre se derramó sobre ella, tiñéndose con el color que
caracteriza a sus hojas.
Árbol de navidad.
Árbol de navidad.
Es una tradición originaria de los pueblos celtas de
centro Europa que ya acostumbraban a adornar los robles en honor a sus dioses,
en concreto a uno llamado Frey, dios que representaba al sol y que era
propiciador de la fertilidad de las mujeres, los campos y las bestias.
El árbol al que
conocían como Idrasil (Árbol del
universo) era considerado sagrado por estos pueblos. De él pendía el universo
y sus raíces profundas llegaban al inframundo. Al llegar el solsticio elegían
uno de los más antiguos para encender luminarias entre sus ramas y colgar guirnaldas para a continuación danzar en torno a él.
Cuando San
Bonifacio llegó a estas tierras de Germania sobre el año 740, utilizó este
elemento de adoración de los pueblos paganos como motivo para evangelizarlos.
Para ello eligió un abeto o pino para darle la simbología más acorde con el nuevo credo.
La forma triangular del pino recuerda a la trinidad al igual que las hojas perennes el amor
perdurable de Dios. Colgó manzanas para recordar el pecado original del que supuestamente todos somos portadores y las
velas significando la luz de la fe que guía al creyente.
El primer árbol de navidad como tal, se vio en Alemania en
el año 1605. La tradición se fue
arraigando llegando a Inglaterra en 1841 de la mano del príncipe Alberto consorte
de la reina Victoria. A España llegó en 1870 traído por una princesa rusa llamada
Sofía Troubetzkoy esposa del marqués de
Alcañices.
Hoy en prácticamente todas las ciudades luce en medio de su plaza principal un árbol de esta índole que suele ser artificial, pero del que siguen colgando los ornamentos que desde ahora nos recordaran otras creencias, culturas y tradiciones.
Uno de los árboles más grandes es el colocado todos lo años en New york, en el Rockefeller Center que tiene que reunir dos características: tener no menos de 50 años y medir más de 20 metros.
Para ello los encargados de buscar dicho abeto sobrevuelan bosques hasta dar con el espécimen adecuado.
su instalación en la gran manzana y el posterior encendido, se convierten en un espectáculo multitudinario.
Hoy en prácticamente todas las ciudades luce en medio de su plaza principal un árbol de esta índole que suele ser artificial, pero del que siguen colgando los ornamentos que desde ahora nos recordaran otras creencias, culturas y tradiciones.
Uno de los árboles más grandes es el colocado todos lo años en New york, en el Rockefeller Center que tiene que reunir dos características: tener no menos de 50 años y medir más de 20 metros.
Para ello los encargados de buscar dicho abeto sobrevuelan bosques hasta dar con el espécimen adecuado.
su instalación en la gran manzana y el posterior encendido, se convierten en un espectáculo multitudinario.
Portal de Belén (Nacimiento)
Un elemento que es motivo de regocijo sobre todo para los
más pequeños. Donde maquetistas avezados
y aficionados entregados a la labor crean escuela, superándose año tras año.
Y la tradición nos viene también de lejos, esta vez de los
primeros cristianos que adornaron algunos sarcófagos de las catacumbas romanas de la localidad de
Priscila, sobre el siglo II –V, representando la estampa tan conocida por todos como
“El misterio” con los tres magos de oriente incluidos.
La tradición como tal fue establecida gracias a una genial
idea de San Francisco de Asís que tras un viaje a tierra santa en 1223 y tras
(supuestamente) visitar el lugar donde nació Jesús, quedó tan impactado por la
experiencia que decidió montar un Belén viviente en una cueva o ermita de
Greccio (Italia) con motivo de la
nochebuena.
Cuentan, que fueron los mismos paisanos los que colaboraron como personajes y que el niño del pesebre fue una figura moldeada por el propio San Francisco. Tras los cantos y alabanzas y en el momento más solemne la figura el niño adquirió vida y sonriendo al Santo extendió sus brazos hacia él.
Pero eso entra dentro de la leyenda. Lo que sí es veraz es que a partir de ahí la tradición belenista comienza a ser difundida por los conventos italianos gracias a la influencia de Santa Clara, quedando estas representaciones limitadas a los intramuros conventuales y priorizando el contenido religioso antes que el meramente artístico.
Cuentan, que fueron los mismos paisanos los que colaboraron como personajes y que el niño del pesebre fue una figura moldeada por el propio San Francisco. Tras los cantos y alabanzas y en el momento más solemne la figura el niño adquirió vida y sonriendo al Santo extendió sus brazos hacia él.
Pero eso entra dentro de la leyenda. Lo que sí es veraz es que a partir de ahí la tradición belenista comienza a ser difundida por los conventos italianos gracias a la influencia de Santa Clara, quedando estas representaciones limitadas a los intramuros conventuales y priorizando el contenido religioso antes que el meramente artístico.
Sería a partir del
XVI cuando los belenes empiezan a adquirir ese carácter ornamental gracias a la andadura
de escuelas como la andaluza y la castellana siendo sus máximos representantes
los maestros Berruguete y Siloé como retablistas, y Martinez Montañés y Eugenio
Torices como talladores de figuras integrales.
Será en el siglo XVIII con la subida al trono de Carlos
III de Borbón, cuando en España adquiere cierta relevancia la fabricación y
exposición de belenes, sobre todo entre la aristocracia. Es este siglo en el que
destaca el escultor Francisco de Salzillo.
No obstante os tengo que decir que los belenes de antaño
no se parecían a los de ahora. En ellos aparecían personajes como Adán y Eva, ermitaños, profetas o animales salvajes, así como símbolos de la pasión de Cristo o elementos que recordaban el camino hacia la pasión de Jesucristo.
Con el tiempo los belenes se han vuelto más pintorescos y
costumbristas, representando el propio misterio rodeado con personajes propios
del pueblo llano como zapateros, lavanderas, herreros, leñadores, junto con los
consabidos pastores, reyes, ángeles y soldados romanos.
En muchas ocasiones constituyen auténticos dioramas en
movimiento. Maquetas tan completas que representan las edificaciones al
detalle: Norias, fuentes, iglesias, castillos, albergues, molinos y algún que
otro personaje escondido entre los musgos aliviando sus necesidades
perentorias.
* El primer Belén hecho con figuras data en el año 1289 y
fue realizado por Arnolfo di Cambio.
* El más antiguo de España es el que se encuentra en la
iglesia de la anunciación de Palma de Mallorca.
* El más grande es el belén bíblico monumental de Santa Ángela
de la Cruz en jerez de los Caballeros que posee unas de 10.000 piezas ubicadas en una superficie de 450 metros
cuadrados.
* Y los tres belenes vivientes con más renombre son:
-El de Arcos de la frontera localidad cercana a Cádiz que
sirve como escenario natural a unas 30
escenas en las que participan los propios habitantes del pueblo.
-El de Buitrago en
la comunidad de Madrid, con más de 20 escenas en las que participan más de 230
figurantes en un gran “Mannequin challenge”
-El de Sangüesa en Navarra donde se reviven escenas bíblicas y las zagalas ataviadas con vistosos
trajes regionales recitan versos ante el niño Dios.
Como veréis en España somos auténticos especialistas en
montar “Belenes”