miércoles, 13 de agosto de 2014

Enfermos de soledad







Es irremediable que de vez en cuando nos invada una pena provocada por un desengaño, o que una desilusión sea la causante de un cataclismo interior que nos deja abatidos y perplejos durante un lapso pequeño o grande de tiempo; de tal forma que busquemos refugio en lo más oculto de nosotros mismos, alejados de lo que nos produjo el dolor del alma, quedando aislados y distantes de los demás.
Otras nos retiramos con voluntad propia de hacerlo, para apartarnos del mundanal ruido que nos describía el poeta*. Alejarnos del maremágnum de la vida rápida y estresante en la que nos hallamos involucrados de "motu propio" o por obligación ineludible. 
Requerimos el silencio y una bajada en el ritmo de nuestro corazón acelerado, nuestros pensamientos dispersos y nuestros pasos perdidos.

Buscamos en ambas ocasiones reconstruirnos interiormente. 
En la primera para organizar de nuevo nuestros muros y torres de defensa para sentirnos de nuevo fuertes ante los enemigos encarnizados de la felicidad. 
En la segunda por evasión, como forma de huida hacía adelante, exploramos el retiro y el descanso para cargar las baterías y poder seguir funcionando cuando corresponda de nuevo apretar el acelerador existencial y remar corriente arriba.

Estas dos soledades pueden ser aceptables, reconocidas y a la vez deseadas y necesarias para nuestro equilibrio psicológico, físico y emocional, con lo cual es importante asumirlas como lo que son en su utilidad y aprovecharlas al máximo hasta los posos.

Pero hay otra que no se debería aceptar: la del abandono
Esas soledades en las que sumimos a nuestros semejantes de forma voluntaria, o por simple ignorancia de las circunstancias, o pura impotencia al no saber reaccionar ante el desafío.

Leí una historia corta, ya hace tiempo y no se en donde:

Trataba de un hombre que visitaba un hospital para acompañar a su padre enfermo y que llegando le comunicaron que su progenitor se hallaba sumido en agonía y que requería a su lado a su único hijo; con lo cual el hombre corrió a su lado, dedicándole las  últimas horas, agarrado a su mano, hablándole con dulzura y diciéndole cuanto le amaba.

Cuando salió de la habitación lo hacía con una gran sonrisa, y este detalle llamó poderosamente la atención de las enfermeras, de tal manera que una de ellas se acercó preguntándole si su padre y él habían estado muy unidos, pues su compañía había contribuido a que el anciano muriera feliz y en paz.

El hombre contestó a la sorprendida enfermera, que no conocía a ese paciente, que este le confundió, y que él al ver la necesidad que tenía el moribundo de sentir la presencia de su propio hijo, y no estando este presente, lo sustituyó complacido por no consentir que el anciano muriese en soledad: la mayor de las derrotas.

Y esa es la realidad de muchas residencias de mayores, la de muchos hospitales. Donde por necesidad, comodidad o desinterés, viven alejados de nosotros los que más demandan la compañía de sus seres más queridos; por los que trabajaron, se sacrificaron y a los que dedicaron sus mejores momentos.

Esos tristes y desvalidos viejos que imploran atención, unas migajas de cariño y el ser escuchados con paciencia mirándoles a los ojos. 
Habitual se hace verlos en los bancos de los parques donde pasean como invisibles transeúntes, ocupando bancos al sol, calentando sus huesos, y con sólo sus recuerdos y sus palomas cerca de ellos. 

Esos serán los lugares en los que se nos recluirá cuando no tengamos nada que aportar, cuando cansados de vivir nos apartemos poquito a poco para no ser molestos a los que piden paso con fuerza y brío de juventud, y en un rincón de nuestras almas ir muriendo de la peor de las enfermedades la soledad no deseada... la del olvido.

Por eso, aportemos nuestro grano de arena, es el momento de hacerlo con generosidad desbordante con los que demandan un poco de nuestro tiempo para sentirse acompañados, útiles y necesarios.

Oírles, hablarles, y sobre todo saber trasmitirles lo importantes que son todavía para nosotros;
sin saberlo nos estaremos haciendo mutua compañía en esta tierra a veces tan fría y desangelada, no solo para los que coleccionan muchos años en su existencia.


* Fray Luis de León

¡Que descansada vida!
la de aquel que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida senda,
por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido. 


sábado, 9 de agosto de 2014

La Dama número 13

La Dama número 13

De: José Carlos Somoza


De terror, terror ¡no! todo hay que decirlo para evitar alguna decepción, algo de horror sí, al igual que suspense. Eso es lo que encontraremos durante la lectura de este libro escrito con mucha propiedad y una trama argumental sólida, cargada de tan buena dosis de creatividad, que se convierte en una de esas novelas que enganchan de principio a  fin y se leen de corrido, sin ningún tipo de inconveniencia lingüística ni de comprensión.


"Somoza" ha sabido volcar de forma cruenta, mucha dosis de imaginación y realismo descriptivo, para narrar en tercera persona una historia convincente, basada en la leyenda de las trece damas, actualizándola y basandola en una pesadilla inquietante que se repite de forma macabra en las noches del protagonista.


Y este este no es más que un profesor de literatura en paro llamado:"Salomón Rulfo" que ha perdido a su pareja, "Beatriz". A ambos les unía el amor y la poesía. Por motivo de la falta de sueño y las inquietantes pesadillas, "Rulfo" acude a un médico de familia apellidado "Ballesteros" que vive su propio trauma: el de haber perdido igualmente a su esposa en un accidente de tráfico y de cuya muerte se siente responsable.
Esta relación médico paciente va trascendiendo cuando los dos se confiesan y se implican de manera gradual en lo que parece ser una maldición.

"Todas las muertes son vulgares....lo romántico es seguir vivos."


"Las tragedias siempre son jóvenes."


La pesadilla de "Rulfo" es macabra y consiste en visionar el asesinato de tres mujeres en una casa situada en un complejo residencial descrita con detalle fotográfico, al igual que la imagen de un acuario que aparece de forma clara y que llama poderosamente su atención.Todo es confuso, y las cosas se complican cuando "Rulfo" intenta profundizar sobre el significado de sus visiones oníricas, ¿Qué es lo que hay detrás de toda esta obsesión?


Aparece entre tanto "Raquel" una muchacha extranjera sin papeles, de anatomía espectacular y gran sensualidad, pero sin pizca de autoestima, sometida a un proxeneta que la explota y la humilla... Ella soporta todo, porque tiene algo valioso que proteger a costa de su silencio y sus continuas humillaciones.


                                                     .


 "Salomón" se sentirá atraído de forma irresistible por la mujer, de forma que intentará ayudarla desde su debilidad e impotencia ante los sucesos que empiezan a desencadenarse. Ambos se enfrentarán al mal en su estado puro desde el instante en que descubren la casa que aparece en los sueños, y dentro a la mujer asesinada que se llamaba "Lidia Garetti"cuyo espectro parece conducir su atención al acuario, y hacia una figurilla con una filacteria y un nombre:"Akelos", grabado en la parte posterior de la misma.


"César Sauceda" y "Susana Blasco". El primero un antiguo profesor de "Salomón" y la segunda su antigua amante aparecen en escena,pues "Salomon" los requiere, ellos ayudarán igualmente aportando información sobre unas damas siempre presentes en el imaginario literario, que parecen ser el centro de toda la maldad originada entorno a los protagonistas.


Y es que estas, son las  musas que inspiraron a poetas como "Homero","Virgilio","Petrarca","Elliot ", "Cernuda" o "Borges"; también parecen ser las brujas de la edad media que cabalgaban en escobas, o las despiadadas Gorgonas griegas, la Dama del lago de tradición artúrica o la "Lilith"de tradición hebrea.

"Cesar" narrará una historia curiosa ocurrida a su abuelo que le traerá a la memoria un libro, regalo un profesor austriaco al que conoció, llamado "Hebert Rauschen" que después desapareció sin dejar rastro. 

Se trata del libro titulado: -Los poetas y sus damas- y es que la poesía es un arma de doble filo, inocua  tratada con
superficialidad  y peligrosa cuando se conocen ciertos versos recitados como conjuros y maldiciones desencadenantes; capaces de torturar, dominar y matar a los hombres.



 Dentro de este universo imaginario cuajado de situaciones pantagruelicas y desazonadoras, es donde tendrán que moverse los protagonistas de la narración. Los escenarios parecen a simple vista cercanos: ciudades y entornos conocidos, calles de Madrid, Barcelona o Toledo, pero la mayoría de los sucesos parecen desarrollarse con extrema lentitud como recreándose el autor en los momentos más "Gore", los alejados de toda lógica, creándonos sensaciones confusas al hacernos dudar si nos encontramos dentro de las pesadillas de "Salomón" o viviendo una realidad psicológicamente terrorífica.


"La vida puede saciarse de placer, pero siempre está hambrienta de dolor."


Un  libro con una historia bastante curiosa, donde el escritor como trasfondo, nos deja entrever los poderes reales de la palabra: poderes de seducción y convicción, de convocatoria y caos. No es en vano, ya en ciertos libros sagrados se nos recuerda que en un principio fue el verbo y el poder creativo o destructivo del mismo.


"Un verso puede crearnos y otro destruirnos."


Escrito con una prosa asequible y fácil que nos irá conduciendo a través de un argumento difícil de asimilar con una mente ordenada y lógica; será mejor que gravitemos sobre los personajes de forma objetiva y sin prejuzgarlos en demasía, pues las sorpresas nos esperan agazapadas a vuelta de hoja, haciendo poco predecible el final a causa de desencadenantes inesperados.

El clima general es opresivo, el suspense está garantizado, nada es probable, con lo cual las horas de lectura inquietante e inquisitiva están garantizadas.


Dejaos acompañar por las doce damas con nombre de brujas: "Baccularia", "Fascinaría", "Herberia", "Maliarda", "Lamia", "Maleficiae", "Veneficiae", "Maga", "Incantárix", "Strix", "Akelos" y "Saga". ¿ y la número 13 ? esa mejor no nombrarla, pues su nombre puede tener el poder de destruir a todas. 

"En el dolor dioses y hombres son iguales."



                                               

jueves, 31 de julio de 2014

¡ Houston, tenemos un problema !



El ser humano es impresionante cuando se pone manos a la obra.

Eran impensables hace unos años los logros científicos y técnicos: en medicina en astrofísica, en ingeniería nuclear, en ingeniería civil, electrónica, informática, transportes, biología etc... que se han realizado durante el anterior siglo y lo que llevamos caminado de este.

En poco más de 100 años se ha conseguido avanzar tecnológica, técnica y científicamente más que en los 2.000 años anteriores; y esto se dice pronto.


Todo ello se debe a que el hombre se ha centrado siempre en su bienestar y en facilitarse la vida, de tal manera que todo cueste la mitad de esfuerzo produciendo el doble y con mejores resultados.


Para ello, se han creado infraestructuras faraónicas para que las distancias se acorten entre ciudades, a la vez que potentes automóviles y veloces trenes las transitan. Aviones y transatlánticos acercan continentes, satélites de comunicación extienden las redes de Internet para que cualquier tipo de información se transmita instantáneamente y de esta forma hacer global y cercano un planeta que se nos queda cada vez más pequeño. 


Nuevos materiales como el plástico o el papel de aluminio, la fibra óptica la de vidrio y la de carbono han invadido nuestros hogares en forma de discos compactos, tarjetas de memoria y discos duros,cables coaxiales, pantallas, computadoras de bolsillo, Ipod, Ifhone,Tablets, móviles...


En medicina ni os cuento los avances: vacunas, resonancias magnéticas, genética, células madre; en biología solo nombro los cultivos transgénicos.

Podría pasarme toda el día desgranando logros y más logros que el género perteneciente a la categoría denominada:"HomoSapiens" ha conseguido para su propio beneficio y sin embargo, no siempre beneficioso para el medio ambiente ni el entorno que habita y al que explota irracionalmente en la mayoría de los casos.( Pero ese será otro tema de reflexión algún día )

¡Pues estupendo! ¿No?

al menos a simple vista todo cantidad de positivo y genial.
¡Pues si!... ¡pero no!

Todo lo conseguido tiene un fin, que es el de liberar a las personas del esfuerzo y trabajo que supone el conseguir los bienes y productos necesarios para la subsistencia de la especie, alejándose la mayoría de las veces el individuo de su entorno familiar, todo ello con gran coste de energía y sacrificio sumado al tiempo, invertido en ello;
renunciando a tareas más agradables y satisfactorias como el juego, el reposo, la interrelación social y el desarrollo de la creatividad y el arte.

Pero igualmente el desarrollo implica un coste.

En ese caso, personalmente detecto una marcha hacia atrás, en lo que respecta por ejemplo a la comunicación entre personas, un abandono gradual de la lengua oral en beneficio de otras formas de relación impersonales y frías como el Whatsapp, los Msm, los  

E-mail el Line o las vídeo llamadas por el Skype etc. Todos estos medios son útiles cuando nos separan grandes distancias, con grandes ventajas de inmediatez en la respuesta. ¿Pero y cuando estamos cerca ?  Entonces es como si viviéramos aislados en burbujas opacas, donde nuestro entorno cercano no existe y nos resulta desconocido y peligroso.

Algunos atrevidos ya califican a nuestros jóvenes como zombies tecnológicos, conectados de continuo a móviles inteligentes y otras zarandajas personalizadas; los vemos en nuestras ciudades, en los buses en el metro, en el tren, caminando por las calles con la cabeza baja, absortos en conversaciones ciberneticas o tecleando frenéticamente sobre carcasas de plástico y fibra; y lo grave no es esto, lo triste es, cuando cara a cara estas mismas personas no saben comunicarse con sus semejantes, no saben participar sus inquietudes y sentimientos, ni compartir su problemática común o transferir sus ilusiones; dejan de ser hábiles para esbozar sonrisas sin el apoyo de los emoticones y se auto-aíslan con cascos herméticos, cual orejeras, con música a muchos decibelios para introvertirse cual autistas.


Las plazas y las calles donde jugábamos de niños, y nos relacionábamos en reuniones espontáneas y vecinales se han acabado. Se han cambiado ahora por foros de internautas, chats y redes sociales donde las reglas de comunicación son criptográficas.

Donde antes había grupos de amigos y colegas ahora hay inmensas masas de desconocidos y falsas identidades disfrazadas de avatares y nicks.

Tenemos más tiempo libre gracias a las nuevas tecnologías, disponemos de más medios para expandir nuestras dotes personales, y sin embargo no paseamos tanto por el campo, no salimos las tardes de verano a que nos de un poquito de fresco con algún amigo, no abrazamos más a los padres ni jugamos más con los hijos, no tenemos tiempo para ver puestas de sol ni mojarnos con la lluvia,o bañarnos en el mar, ni montamos en bici. Los juegos como la rayuela, las chapas o las canicas son historia; las tardes de billar y cervecita algo obsoleto, reuniones de tapete verde con baraja, ajedrez o dominó, van  convirtiéndose en rituales desconocidos. 


Y hay medios para escribir una carta gracias a inventos no tan antiguos como el papel y el bolígrafo. ¿Y quién a estas alturas de la película recibe una carta que no sea, las informatizadas e impersonales facturas de los bancos amigos ?


Gracias a los avances médicos también aumentó la longevidad, y la vida se alargó al igual que exponencialmente lo hizo nuestro tedio y nuestro aburrimiento. Es penoso con todo lo que podemos hacer con nuestra imaginación....¡Claro! que las PlayStatión y las Gameboy, las Wii y demás consolas, nos recrean ya por sí solas el universo, para que desarrollemos en muchos casos, nuestras dotes destructoras y exterminadoras de especies alienígenas, o de enemigos virtuales armados hasta los dientes en pantallas en H.D de litio cristalizado, con conexión a banda ancha, sensoround y salpicaduras de sangre opcionales.... ¿Para que entonces la imaginación?  


Leemos, escribimos, bailamos, caminamos menos, ya casi no practicamos deporte (vemos como lo hacen los demás en la televisión de plasma), debatimos menos, participamos menos en organizaciones y asociaciones, cada vez pintamos, jugamos y reímos menos y en teoría tenemos más medios para poder hacerlo.


¿Querrá decir esto que cuanto más tenemos, menos queremos hacer ? Esa nueva generación que se establece gradualmente en la sociedad llamada "Los Ninis" (Ni estudio ni trabajo) va tomando posiciones preferentes dentro de la sociedad.


En muchos aspectos pienso sobre lo que dijo aquél poeta llamado Jorge Manrique : "cualquier tiempo pasado fue mejor",aún no atreviéndome a afirmar que todo fuese mejor, algunas cosas de entonces yo no las cambiaría por las actuales; por ejemplo: 

La calma antes de actuar, la paciencia para escuchar al semejante, la reflexión ante un problema, el silencio para meditar, el intervalo para pensar en lo importante de la vida, el espacio para crear y el rincón para leer, pintar o escribir.

Yo personalmente seguiré alargando mis reuniones, convirtiéndolas en largas sobremesas frente a un buen café, (La infusión alternativa también es válida) y junto a familia o amigos, conversar largamente, arreglar el mundo pequeño de nuestro entorno, sonreír, besar y

abrazar si es necesario. Seguiré saludando a mis vecinos dedicándoles el tiempo requerido para ser escuchados. 
Demostrando siempre que esté en mi mano, que no se necesita mucho para ser feliz teniendo lo importante: a las personas, sobrando el resto: las cosas innecesarias y superfluas que entorpecen la relación entre ellas.


"Las personas fueron creadas para ser amadas.
Las cosas fueron creadas para ser usadas
.La razón por la que el mundo está en caos,
 es porque las cosas están siendo amadas
 y las personas están siendo usadas". 





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