Nunca imaginé que
trascurridos unos años ya estaría deseando volver a mi lugar de origen. Una y
otra vez desandaba el camino hasta donde empezó todo, e irremediablemente me
topaba con la ventana de la casa a través de la que me asomaba por si veía algo
que me recordara quien era yo en realidad.
Pero ahí acababa todo, como si nunca hubiera existido una salida al otro lado. Todo difuso y neblinoso en mi mente. Algo faltaba en esta casa, pero por más que me asomara a la ventana no conseguía dilucidar de qué se trataba. ¡Quería entrar y no podía! ¿O era salir?
Este mundo que habito es de locos. Todos parecen personajes escapados de un manicomio y no me encuentro segura, quiero escapar. Quiero salir de aquí para regresar a mi hogar, ¡pero no sé cómo! ¿O era entrar?
Mis inquietudes no son las de antes, y no obtengo satisfacción en las respuestas evasivas, o en las preguntas contestadas a su vez con otras preguntas. Todos se ríen de mis pretensiones y de mis ganas de escapar ¿O era de reencontrarme con mi propia historia?
Estoy un poquito harta de todos los individuos que me acosan y presionan y me someten a sus caprichos, siempre a contrarreloj, tan organizados ellos... ¡Corre corre que llegamos tarde! ¡Come! ¡Hora de dormir! ¡A descansar!
¡Dios, que estrés!
Tan solo consigo rememorar que un día llegué siendo joven y ahora cuando me miro al espejo, me veo a través de él y no me reconozco ¿Quién soy? ¿O quién no soy?
Creo que me estoy volviendo paranoica y que estoy perdiendo la cordura a la par que la juventud. Estoy en un país de dementes acelerados, extravagantes y surrealistas; nada parece tener lógica ni pies ni cabeza. ¡Necesito escabullirme de este mal sueño! Y despertar.
De nuevo vuelvo a correr hasta golpearme contra el cristal. Me asomo y tan solo consigo ver oscuridad y mi reflejo. Me pongo nerviosa me entra miedo y grito con desesperación incontenible.
No hay nada al otro lado, he perdido la puerta por
la que entré, la han clausurado ¡No puedo salir! ¿O es entrar lo que deseaba?
¡No recuerdo! ¡No recuerdo casi ni mi nombre! y eso me confunde.
Vuelvo a gritar, a agitarme
nerviosa, y es entonces cuando ellos vienen como titanes. Me agarran y me
fuerzan a callar, me hacen daño y lloro balbuceando la única palabra que parece
haberse anclado en mi cerebro de cuando era niña. La repito una y otra vez:
¡Carroll!¡Carroll!¡Carroll!
¡Ayúdame! ¡Tú me
metiste aquí!
Y una voz dulce y consoladora me tranquiliza con su sedosa tonalidad, a la par que acaricia mi cabeza con suave mano, y entonces reconozco mi nombre cuando lo vuelvo a oír de nuevo salida de esa boca: Alicia, estate tranquila ¡Es la hora de tu medicación! todo va a ir bien.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Como muchos de tus relatos, éste me ha gustado: es atractivo, está bien escrito y lo más importante el final es sorpresivo. Cada vez te superas más, Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, a veces me sorprendo hasta yo mismo de lo que me sale de la cabeza.¿Me estará pasando lo que a la protagonista? ¿Soy yo el que escribe o mis personajes?
EliminarGracias por tu comentario que infunde tanto ánimo.
Abrazo
Un relato que te llena de angustia. Y el final me deja completemente sorprendida. Me ha gustado mucho, porque no me lo esperaba.
ResponderEliminarMuy bueno, y te deja pensando.
Un besillo.
Angustia y sorpresa. La verdad es que ponerse en la piel de alguien que perdió la cordura es terrorífico, sobre todo cuando quedan rastros, retales y trozos de recuerdos donde aún sabían quienes eran.
EliminarMe alegra haberte causado esas intensas sensaciones.
besos
Pobre Alicia, sometida a los antojos de su creador y que no puede caminar lo suficiente para llegar a ninguna parte...
ResponderEliminar¡Magnífico, Francisco! Tienes más imaginación tú que el Carroll ese ;-)
Besos, en camino
La culpa la tuvo Kirke que me tentó a presentar algún cuento versionado de los míos. Y yo, que tengo debilidad por mi ahijada, fui y le hice caso. Y resultó esta locura de relato.
EliminarBesos
Buenísimo Francisco. Lo lees y no sabes qué lees, estás un poco desconcertada y muy intrigada y de pronto, el final, devuelve todo su sentido al texto... pero ¡¡qué sentido!!
ResponderEliminarMuy bueno.
Un sentido sin sentido donde imaginarte lo que desees. Podemos indagar sobre la veracidad del personaje que parece ser y que a lo mejor no. ¿Quién es quién? Esto es como un juego al escondite, donde la que se esconde es la razón y la cordura.
EliminarBesos y gratitud.
Fantástico!!! Francisco. Es imposible escapar a la sensación de ansiedad ante el desconcierto de Alicia.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Bienvenida Mª Jesús. Todo un placer tenerte por aquí.
EliminarDesconcierto. Otra sensación a tener en cuenta. La verdad es que si nos hacemos la pregunta pertinente a nosotros mismos, nos sorprenderíamos imaginando posibles respuestas. ¿Quienes somos?
Agradezco tus palabras.
Francisco mantienes el suspense hasta el final que se resuelve con la toma de la medicación, ¡eres genial! Un abrazo
ResponderEliminarTanto suspense para eso ¿Eh? Pero con todo lo que implica ese final.
EliminarGracias Maria. Un beso
La desesperaciòn pura, un excelente final que pondrà fin, al menos momentàneamente, a esa desesperaciòn.
ResponderEliminarUn mitigante, una droga que hará menos doloroso el olvido de lo que fue o recuerda ser. En la duda radica muchas veces la incertidumbre y el desasosiego que conducen al terror y a la locura...¿O quizás no?
EliminarBesos
Me ha encantado la atmósfera tan agobiante que has logado crear. Pobrecita Alicia, no esperaba encontrármela al final de tu relato, la traéis loca entre Lewis Carroll y tú :)
ResponderEliminar¡¡¡Un relato genial, Francisco!!! Mil besos
El Carroll ese comenzó la historia y después la siguió a través del espejo. Yo simplemente aporté un final para su personaje que a lo mejor no lo era voluntariamente.Habría que preguntárselo a Alicia.
EliminarAudietur et altera pars
Besos
Genial, un relato de lo más imaginativo. Pobre Alicia, perdida en los laberintos de un cuento que ya no le gusta, haciéndose mayor sin entender por qué, confundida en un argumento que le es ajeno. A ver si algún autor talentoso crea una puerta de regreso y le da las indicaciones pertinentes para cruzarla...
ResponderEliminarMuy bueno, Francisco, me ha re-que-te-encantado :))
Besos de lunes!!
No ves, una locura de las mías, de esas que me gusta hacer con las palabras. Una historia de alguien que es o no, y no sabe si entraba o si salía. Parecería estar en un manicomio ¿ O es su propio mundo interno y enloquecido?
EliminarCada uno que concluya la historia en cuanto la sedación pierda sus efectos.
Besos
Has jugado, a partir de la fantasia de Lewis Carroll, al juego del personaje prisionero del autor. Alicia enfrentada a una ventana-espejo. Una prisión-hogar. Una realidad soñada; y las preguntas contradictorias ¿salgo? ¿entro? que crean la sensación de angustia que vive el personaje. Muy bueno.
ResponderEliminarEs un vicio que tenemos los que escribimos, tú lo sabes: jugar con los personajes, ponerlos en un brete, en una encrucijada sin resolución como es en este caso.
EliminarSomos crueles con ellos, y encima nos sentimos satisfechos ¿Hay mayor maldad que esa?
Te agradezco las palabras y el que te quedes junto a mi. Es estupendo estar rodeado de Personas maravillosas.
Un abrazo María É
Vaya relato pero bueno bueno, la verdad te deja intrigada hasta el final con una mezcla eso si de angustia pero desde luego el final es magnifico. Gracias por compartir este relato tan tan imaginativo. un abrazo. TERESA.
ResponderEliminarEs un placer compartir con vosotros a mis criaturas sabiendo que me leéis con tanto agrado.
EliminarTe quede agradecido y te deseo un buen día teresa.
Un abrazo.
La verdad es que como han comentado por aquí, una de las sensaciones que desprende el texto es el desconcierto, la sensación de desorientación que esta chica para estar condenada a vivir, tanto en manos del autor que la llevó al país de las maravillas, como de cualquier persona que se acuerde de ella para contar sus vivencias (cuerdas o locas) jeje. ¡Un saludo!
ResponderEliminarCreo que está condenada de por vida a estar encerrada en un bucle sin fin. Se sabe como comenzó, pero como terminará creo que nunca lo sabremos, siempre que haya alguien que retome la historia una y otra vez.
EliminarSaludos José
En ese manicomio donde se encuentra Alicia seguro que está más de uno de los lectores de Carroll. Disney nos proporcionó una visión más accesible pero la novela es una auténtica locura. No me extraña nada que la pobre Alicia haya acabado así.
ResponderEliminarGenial relato, Francisco, como siempre.
Un manicomio real o quizás el propio cuento en el que se haya metida. No sabe quién es ni donde está. Sólo un resquicio de cordura cuando se dirige a la ventana, pero no sabe que es lo que tenía que hacer si salir o entrar.
EliminarSí, todo una locura de cuento sin final feliz.
Gracias Kirke .
Besos
Para mí, has sabido crear esas sensación angustiosa que produce la propia locura y ese miedo al no saber dónde se está ni quién se es, ese temor que se siente al estar encerrado en un edificio o en la propia mente, profunda angustia que al final se desvela que la sufre la archiconocida Alicia y en esa medicación que debe tomar.
ResponderEliminarEs triste ese no saber si entras o si sales, si estás o has desaparecido.
Muy buen relato, aunque a mi me ha resultado angustioso, porque justamente lo has descrito de forma fantástica como nos tienes acostumbrados.
Un abrazo
Angustia es lo que sentimos cuando no sabemos quienes somos. Imagina una pérdida de memoria y no recordar nada de tu pasado... Imagina el alzheimer, una angustia total al perder la identidad.
EliminarTe agradezco como siempre tu opinión y la manifestación de tus emociones al respecto de lo escrito.
Besos amiga
¿Qué tal Julio?
ResponderEliminarAgradecido por tu apreciación con respecto al relato. Tú también eres un maestro del corto.
Saludos
La locura y la cordura delgada línea y a saber quien está de que lado, muy bien traido el relato con suspense hasta el la línea. Sencillamente genial. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mariola por esas palabras.
EliminarLa locura es una condición que causa cierta aprensión cuando la detectas en otros, pero cuando la padeces puede resultar desasosegante.
Un abrazo
Muy ingenioso como siempre, un personaje de toda la vida visto desde otra perspectiva ¿O siempre fue así? ;).
EliminarEl caso es que como siempre te mereces una felicitación por este ingenioso relato. Me alegro de que sigas escribiendo y de que vayas evolucionando cada vez a mejor según mi punto de vista.
Muy amable por tu parte en eso de que voy evolucionando a mejor. Como diría una persona muy querida por mi: Vamos creciendo al revés. Cada vez más jóvenes y más sabios.
Eliminar¡Ya quisiéramos! pero se intenta, al menos en el segundo apartado.
Como siempre un placer tenerte cerca Yawaraka.
Un abrazo
De nuevo vuelvo a correr hasta golpearme contra el cristal. Me asomo y tan solo consigo ver oscuridad y mi reflejo. Me pongo nerviosa y me entra miedo y grito de desesperación incontenible.
ResponderEliminarUn relato q me ha creado angustia, traído recuerdos. No pensé en locura sino en la enfermedad horrible q es el Alzheimer, lo viví de cerca y...y es tremendo, quizá por eso tb., me angustié tanto mientras ´"escuchaba" a Alicia. Sentí el deseo de "sacarla" de su propia "prisión". Pero cómo se hace eso? :(
Te sonrío con el Alma.
Un poco malvado hay que ser para meter a los personajes en tales embrollos, pero es lo que tiene manejar las teclas: Eres señor de lo que escribes aunque se te vaya de las manos.
EliminarUn gusto vete por aquí y que me dejes tus comentarios.
Besos
Un relato laberintico, esos segundos de cordura donde se replantea quien es y lo que esperaba ser, generan necesidad de escapar. Angustioso Francisco, pero genial.
ResponderEliminarEs fantástico la manera en la que has modificado el cuento.
Besos, :)
Pues me alegro que te haya impactado de alguna manera el relato. la locura es una enfermedad temible por desconocimiento del cerebro que nos rige.
EliminarTe agradezco tus palabras Irene.
Nos seguimos leyendo. Un beso amiga.
Un relato que produce angustia, es una tortura el juego con esa ventana espejo y sientes la prisión espacial y la mental que lleva a la locura del personaje. Me has tenido en vilo hasta el final. Cómo has jugado con el cuento dándole la vuelta al mismo. Ingenioso y sorprendente.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la idea y cómo la has desarrollado.
Un abrazo.
Hola, Francisco. Yo también he compartido la angustia de tu protagonista, y he creído ver un trastorno obsesivo en ella... si no el sufrimiento de vivir atrapada en la dualidad mundo real-mundo irreal, no sé... En todo caso, elegante escritura con tu sello personal, gracias por compartirla.
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en El Tintero.
Un fuerte abrazo, compañero.
Hola, Francisco. Un relato que nos llena de angustia por esa Alicia que ha quedado atrapada en el mundo de fantasía. Como siempre impecable.
ResponderEliminarUn abrazo
Tristísimo pero qué bien contado. Un relato que contagia desamparo, impregnado de la huella del cuento original. Me ha gustado muchísimo, Francisco. Felicidades y mucha suerte.
ResponderEliminarSí, casi en seguida me sentí en un psiquiátrico, pero antes del final también me sentí como "mayor recluida por el coronavirus" Es una medida inferior, por supuesto, y uno todavía confía salir de ella, pero...
ResponderEliminarFelicitaciones y un gran abrazo
Enhorabuena por la edición anterior, Francisco! he leído todos los relatos, pero me ha faltado tiempo para ir esccribiendo comentarios (en la pandemia a los pocos que nos ha tocado seguir trabajando -o teletrabajando- lo hacemos el doble). Si yo hubiera participado, el tuyo era uno de mis favoritos para votarlo, aunque nunca lo diría en su momento presente, por respeto a los demás.
ResponderEliminarHas encontrado una impecable manera de mezclar realidad y fantasía para aplicar los requerimientos del concurso.
A mí también me ha despertado las emociones mencionadas en los otros comentarios. Me has hecho ir y venir con tu historia, creer y no creer, suponer para darme cuenta que me equivocaba, en fin... muy buen trabajo! con un final digno de tí.
Un abrazo muy fuerte.
Me ha resultado muy sugerente la historia, donde se pone de manifiesto, la malsana relación del escritor con su personaje, al que le atribuye una locura manifiesta.
ResponderEliminarA través de tu hábil pluma nos introduces dentro de un ambiente agobiante, tal que un ratón dentro de la ratonera, así la protagonista no comprende si ha entrado o salido de esa habitación, si es un sueño o la pura realidad... Todo es tan confuso y absurdo como la propia novela.
Felicidades por ser seleccionado tu relato en la pasada convocatoria de este concurso y deseo que en esta nueva oportunidad alcances un buen puesto, ya que lo mereces.
Un abrazo.
Interesante relato Francisco, además de original. Me ha gustado especialmente el reclamo que Alicia le hace a su creador, Carrol. La historia se mueve en un plano de irrealidad bien conseguido. El encierro, las ventanas, la imposibilidad de no poder salir de su enajenación.
ResponderEliminarBuen trabajo Francisco.
Hasta pronto compañero.
Saludos cordiales desde Venezuela. Un relato metafórico fascinante que dibuja la triste realidad de un personaje con trastornos mentales donde la realidad y la fantasía son parte de su existencia. Suerte. Abrazos virtuales.
ResponderEliminarHola Francisco
ResponderEliminarTensión y ansiedad durante todo el relato, mantiene tan atrapado al lector como le pasa a la protagonista
Me ha gustado el final en el que Alicia pide ayuda a mismo Carrol.
Felicidades y abrazos.
Saludos cordiales Francisco
ResponderEliminarUna de las tramas más recurrentes en los relatos es la fuga. Al inicio pareciera que se trata de un simple intento de fugarse de un cautiverio perturbador, el final se presta a diferentes interpretaciones, me quedo con que el personaje sufre del síndrome de Alicia, lo sustento en el hecho de que su grito desesperado de tu me metiste en esto Carroll. Es como si el personaje sabe de su trastorno y culpa al autor de la obra. En fin que, lo estupendo es que cada lector tenga su propia interpretación.
Hola, Francisco. Me ha gustado tu relato, de hecho, creo que es el mejor de todos los que te leí hasta ahora. Planteas una trama compleja e ingeniosa, desarrollada con gran acierto, que nos sumerge en una atmósfera angustiosa y onírica, fantásticamente resuelta con ese inesperado y formidable desenlace. Mucha Suerte en El Tintero
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Francisco. Estoy de acuerdo con lo que dice Paco, quizás de los mejores relatos que te he leído. Un relato introspectivo, donde la protagonista pone de manifiesto la confusión que atenaza su mente y el mar de locura en el que se ve envuelta. Los pensamientos repetitivos acentúan esa sensación de angustia y desconcierto, de no conseguir aferrarse con seguridad a la realidad, hasta que se desvela ese final en el manicomio con la frase final de la medicación. Muy buena propuesta para el concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarEl poder de la mente es casi ilimitado, y tú, Francisco, lo has sabido plasmar, ¡y de qué manera...! La propia mente la transporta al encierro de sus demonios internos y la maniata y tortura psicológicamente hasta llegar a sentir que incluso unos malignos titanes la apresan dentro de la propia carcel que es su mente. Me ha gustado mucho, Francisco, sobre todo esa desorientación que compartes con el lector y ese desasosiego que va creciendo de la mano de una tensión que hasta el último párrafo no se desvanece, aunque esa medicación da solo el respiro justo; pues eso significa que la pesadilla, alucinación o vivencia de miedos internos solo quedará latente para volver otra vez.
ResponderEliminarFelicidades, Francisco, coincido con Jorge y Paco en que es un grandísimo relato.
Un abrazo.
El estado de demencia da para mucho, como muestra tu relato en esa lucha consigo misma por salir ¿o era entrar? en su realidad. Ea evocación a Lewis Carroll muy bien metida. Estupendo relato que ha reflejado esa la angustia. En cierto modo tu Alicia la he visto cercana a la mía.
ResponderEliminarFelicidades. Un abrazo
Saludos Francisco, menudo final, ya se esperaba algo sorprendente por tanta agitación e incertidumbre de la protagonista y no no era para menos. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarHola Francisco. Nos traes una posible explicación de la realidad sobre la que se forjó el mundo de Alicia y su país de las maravillas. Es muy original, y creíble, subrayando el hecho de que el mundo "real" es más alocado que el imaginado por Carrol. Prisas, obligaciones, estrés,... ¿Quién querría vivir así?
ResponderEliminarUn abrzao y mucha suerte.
Gracias, Francisco por esta propuesta narrativa con punto de vista desde la voz narradora y con una estructura narrativa clásica a modo de ensayo : Exposición / Reflexión / Consecuencia final.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos
Hola, Francisco. Un relato lleno de angustia, hasta la desesperación.¡Es tan triste descubrir que Alicia está enajenada, y que el precioso sueño fantástico con que nos hemos deslumbrado es pura locura de una mente enferma.Me ha gustado tu excelente manejo de las emociones. Surte para vos.
ResponderEliminarHola Francisco
ResponderEliminarGenial, he disfrutado muchísimo tu relato, porque sabes transmitir cómo llegar a la emoción del lector. Tiene momentos estremecedores, de misterio y fantasia. Pobre Alicia atrapada en la realidad y lo onírico.
Un abrazo y mucha suerte en el Tintero de Oro.
Hola Francisco, se siente la angustia y la impotencia de la protagonista que lucha contra sus propios esquemas mentales, pero eso no lo descubrimos hasta el final. Gran parte del relato es sumergirnos en ese ambiente de incertidumbre en el que nada está claro ni para el lector. Muy bien conseguido, una propuesta muy original.
ResponderEliminarTe felicito.
Un abrazo compañero
Interesante tu relato, se disfruta con su lectura pero al llegar al final sorprende y descoloca todo lo anterior.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Hola, Francisco. Estupendo y angustioso relato. La pobre Alicia atrapada en una habitación con una ventana, quizás el único rayo de luz en una mente atormentada. Encerrada en un mundo irreal del que es imposible salir. Tan solo unas pastillas sirven para escapar momentáneamente de su locura. Me ha encantado. Un abrazo y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola, Francisco. Has sabido transmitir muy bien la angustia de Alicia, atrapada en ese escenario de alienación. Felicidades y mucha suerte. Un abrazo.
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