De : Donna Leon
Cuando en el título de un libro se sugiere que el argumento va a girar entorno a ellos: el mundo de lo literario, bibliotecas, manuscritos, códices. Para los lectores saltan alarmas de aviso, cual señuelos que nos ponen los autores y editores para que los que amamos la lectura y su entorno; nos sintamos irremediablemente atraídos como mariposas a la luz.
Y si con una especie de premeditación y alevosía te ilustran la portada, con una estancia llena de volúmenes lujosamente encuadernados, como es el caso, entonces la adrenalina y el instinto, nos hacen adquirir el libro, o tomarlo prestado de la biblioteca pública más cercana, para una vez en nuestras manos devorar su contenido con -ansía viva- que diría un famoso humorista, cuyo nombre empieza por José y termina por Mota.
Este fue el caso y ya os contaré mi experiencia, después de reseñarlo.
La autora es conocida como: Dama de la novela negra y tiene una buena crítica a sus espaldas como creadora de dicho género. Al igual que "Agatha Christie" con su "Poirot". "Donna León" tiene su personaje carismático en esta novela. Se llama
"GuidoBrunetti" y el entorno en el que realiza sus investigaciones es el incomparable marco de Venecia; al menos en esta ocasión.
"Brunetti" es un personaje observador y con cierto halo de mística atracción, aún rayando en lo convencional. Sencillo y adusto en sus costumbres cotidianas y bien relacionado con la parte más noble de la sociedad veneciana, esto gracias a su matrimonio con "Paula", hija de padres bien situados en la escala social, asentados económicamente y entroncados con fuerte raigambre antigua de sangre azul.
Todo comenzará con una llamada telefónica desesperada, que dará lugar al caso que le va a ocupar en este episodio; es la hecha por la "Dottoressa Fabbiani" directora y responsable de la biblioteca Merula donde al parecer, se han producido unos robos de láminas ilustradas de algunos de los libros más antiguos de los fondos de dicha biblioteca; al igual que algunos tomos de incalculable valor.
A parte del escándalo que el expolio puede representar ante la opinión pública, a la dottoressa "Fabbiani" le aterroriza la reacción que pueda provocar en la principal mecenas del centro. Se trata de la "Contessa Morosini- Albani" una dama educada, culta, inteligente y muy leída. Una de las mayores fortunas venecianas que ha cedido libros de la colección privada de su familia, siendo algunos de ellos los que han sido robados.
"Brunetti" acepta el caso y se persona en la biblioteca de Merula y recuerda su paso por allí con anterioridad siendo él estudiante.
"Recordaba lo mucho que le gustaba el tacto y el peso de los libros, pero sobre todas las cosas le venía a la mente esa fragancia seca y suave, ese empeño del pasado por abrirse paso hacia la realidad."
Entre los sospechosos que serán investigados, el principal. Un supuesto profesor de historia recomendado por un catedrático de la universidad de Kansas. "Joseph Nickerson" que resulta no ser quien dice ser.
"Uno puede sonreír y sonreír y ser un villano." (Hamlet)
Otro. "Aldo Franchini" un habitual usuario del centro, que pasa horas enfrascado en la lectura de los padres de la iglesia. Por eso y por tratarse de un ex-sacerdote le apodarán "Tertuliano" y el caso se complicará, cuando este aparezca muerto de forma violenta en su domicilio.
El mercado negro y el tráfico de libros antiguos parece ser el objetivo de los robos perpetrados en Merula.
Y poco más os voy a contar sobre la historia que se dirimirá con las consabidas entrevistas con los personajes sospechosos; y los tiras y aflojas con la burocracia italiana más recalcitrante.
La autora nos sumerge en ese mundo pausado de la cultura mediterránea, donde los ritmos son diferentes a los de otras culturas más frías y metódicas.
Quizá por esto la lectura se haga un poco lenta y el interés de la trama argumental, decaiga por la falta de acción, que en teoría es lo que se espera de libros del género que nos ocupa, y que no parece llegar nunca.
por momentos los diálogos son lo más interesante del libro, pero un poco monótonos en algunos casos. los personajes salvo el propio "Bruneti" y el de la contessa "Morosini" carecen de enjundia y a veces de cuerpo, las descripciones son insuficientes para conocerlos y algunos de ellos son intrascendentes del todo, parecen estar puestos como de relleno.
En mi opinión personal y quizá errada, este libro se ha escrito de forma oportuna, aprovechando el caso, este sí real, del robo en la biblioteca Girolamini de Nápoles de unos 1.600 libros, de valor incalculable, que causó gran conmoción entre los entendidos amantes de lo manuscrito e impreso. Libros incunables que desaparecieron bajo la escasa vigilancia de lo que, un patrimonio cultural de estas dimensiones y trascendencia debería tener.
Pero lo que podría haber sido una trama con base argumental muy sustanciosa, ha terminado convertida en una historia muy escueta, sin trascendencia alguna y con final previsible. Una más, de las que el lector tampoco recordará como una de sus mejores lecturas.
No obstante también confieso, que es el primer título de esta autora que he tenido entre mis manos, y que habrá que probar más adelante con alguna otra de sus obras. Quizá no acerté con la elección esta vez; me precipité. ¡Oh incauto! seducido de nuevo por el señuelo de la portada y la presentación.
Por cierto. Más adelante reseñaré otro libro de un autor español que trata aproximadamente de lo mismo...lo dejo ahí.