lunes, 9 de febrero de 2015

El Druida celtibero

El Druida celtíbero


De: Ignacio Merino



Después del intenso y pasado Enero en que la protagonista era la novela policíaca y negra, cambio de palo y os propongo este título de histórica.





El argumento se desarrolla durante el último tercio del siglo III.
Los cartagineses se han empeñado en instalarse en la península que los fenicios llamaron Spania los griegos Hespería y en ese siglo era denominada por muchos la celtiberia; y al frente de todos "Almikar" de la familia de los Bárcidas. Este quiere conseguir a fuerza de espada, la plata que esconden las entrañas de esta fértil tierra, plata que servirá para pagar a la incipiente Roma los tributos pertinentes por la derrota sufrida en la primera de las guerras púnicas por Cartago.

Pero los oriundos celtas se resisten a sus intenciones, todos siguen a un guerrero carismático llamado "Istolacio" que consigue coaligar a todos los pueblos dispersos bajo un mismo mando y con un propósito común: expulsar al invasor cartaginés.


"La libertad es algo sagrado, es lo que nos da la dignidad como seres humanos."


Entre ellos están "Giscón" y "Asio" dos muchachos procedentes de Tiermes, localidad habitada por los celtíberos Arévacos los tenidos como los más aguerridos y bravos de todos los pueblos celtas.


Se trata de dos hermanos y "Giscón" el mayor de ellos, se ofrece como devoto soldurio de "Istolacio" prometiéndole seguirlo en la victoria o en la derrota, asumiendo si es necesario su propia auto inmolación. 
Cuando el líder celta cae a manos de un despiadado"Almikar" y es ajusticiado de forma innoble, "Giscón" cumple su promesa.

Aquí empieza la aventura de "Asio" que es testigo de una batalla cruenta y de unas muertes innecesarias, un chaval que madura pronto y por fuerza de las circunstancias, al ser nombrado soldurio por "Indortas". 


Este, es otro reconocido caudillo juramentado, que intenta de nuevo plantar cara al enemigo común con un ejercito cuatro veces superior en número al del general "Almikar". Gentes venidas de las ciudades confederadas de Tiermes, Numantia, Clunia, Segontia, y Segóbriga.



"Asio"solo es el vástago que le nació a su madre "Lea" después de cinco años de la muerte de su esposo, el general "Artalos".

Su padre un mercader griego llamado "Aristaco de Samos" un hombre liberal y culto, que la conquistó con su sonrisa sincera y su alegría, que entró como brisa en el ánimo marchito de su madre. "Aristaco" solo se ponía melancólico cuando hablaba de su lejana tierra natal.

"Asio" enamorado de la vida y de su mejor amigo "Artalos"; un sencillo pastor que corresponde a su amor y que fue quien le enseñó a no perder el tiempo con las cosas en las que uno no cree.


" A mí no me gusta combatir, prefiero la vida a entregarme a la destrucción... Yo también detesto el culto a la guerra."


Su muy amada madre referencia de sus actos y gran consejera, le dará la consigna que decidirá el cambio de rumbo en su vida:

" Escucha a tu corazón y nunca te doblegues a quienes quieran imponerte sus dictados... Que tu conciencia esté en paz y la vida no sea jamás una carga para ti."


El protagonista pues, seguirá los dictados de su corazón y se alejará de Tiermes, despreciado por los suyos. Comenzará de esta manera un viaje iniciatico en su conversión gradual bajo la mano y las indicaciones del Druida "Prótalo"; en el guía espiritual más respetado de los celtíberos.

Un camino arduo para llegar a la consecución de un objetivo:
encontrar el destino que la vida le tiene reservado. Sus convicciones la mejor de las armas para llevar a cabo sus sueños.

"Los principios son lo que nos obligan a modelar la conducta para que los demás sientan respeto por nosotros y no desprecio."


Hasta aquí el argumento general por el que va a discurrir la historia en la que los personajes principales son tres o cuatro fundamentalmente; muchos otros parecen solo figurantes de relleno para engordar un poco la trama, que por si sola es un poco floja.

Siento decir que esta novela histórica aún con trasfondo y personajes auténticos, carece de esa acción y ritmo que esperamos de una época presumiblemente convulsa a causa de las continuas revueltas y sublevaciones. Todo pasa como por encima, se nos describen someramente las pocas acciones bélicas o estratégicas llevadas a cabo por ambos bandos.

Por otro lado los guerreros turdetanos, vacceos, vetones, arévacos, lusos etc... nos son descritos como gente de paz abocada a la guerra. Nada más alejado de la realidad, cuando al menos se sabe que eran belicosos y que como afición se dedicaban a las incursiones por las tierras de sus vecinos en continuas     escaramuzas.


"Los hombres no sabéis vivir la vida. Os gusta más destruirla."


Cierto es, que el autor ya nos pone en antecedentes al avisarnos de la dificultad de encontrar documentación sobre esta época prerromana, ya que estos pueblos peninsulares al igual que los que habitaron la Galia, Eire, Britania o Caledonia no dejaron escritos ni canciones. Apenas conocemos su cultura por lo que fue trasmitido de generación en generación de forma oral o por medio de simbología rúnica o tradiciones heredadas.




Dicho lo cual, es disculpable las licencias que pueda tomarse el escritor al narrar hechos que no sabemos si ocurrieron de esta manera o de otra muy diferente.

La forma narrativa se centra demasiado en el punto de vista de los oriundos peninsulares enfrentados a "Almikar" y más tarde contra su hijo "Asdrubal", aunque con el segundo de forma efímera, algo así como de buenos contra malos, sin términos medios como tratados, negociaciones y asimilación de culturas.


En general las descripciones y la ambientación nos la podemos imaginar aunque no se abunde en ellas, pero la novela se sustenta más en los razonamientos y pensamientos de los personajes, en su visión personal preñadas de pensamientos filosóficos de paz y amor, frente a una sociedad violenta y guerrera por necesidad; no encaja esta época precisamente como paradigma de estos valores.


" El tiempo sólo está en nuestras cabezas y es el corazón quién marca las distancias."


La prosa se utiliza con acierto para narrar la historia, que es fácil

de leer. Los diálogos sin muchas pretensiones ni circunloquios ni elaboración verbal, algo escasos y generalizados pero en muchos casos profundos.

Resalto algo a mi entender prescindible en esta obra dado su carácter: el empeño del autor de incluirnos mucha escena amorosa con mucha descripción erótica y sensual.
Honestamente creo que fue en este punto cuando aflojé el ritmo y el interés por esta historia que en general; le cuesta arrancar y coger fuelle, y que cuando empieza a tener algo de interés se nos rebaja de nuevo, manteniendo solo la inercia de los acontecimientos que pasan de una forma breve y sin
consecuencias notables ni dignas de referencia.

Opino que "Ignacio Merino" como buen filósofo y psicólogo ha querido trasmitir con su obra mensajes subliminales positivos, pero que no consiguen encajar en una historia que en algún instante podríamos presuponer épica y con abundante acción. 

En la literatura todo es válido, es lo que la hace grande, gustosa y variada, pero en este caso al lector de novela histórica lo dejará bastante descolocado.


"La dignidad se encuentra en la verdad, en ser sincero consigo mismo y no hacer daño a los demás."

Como valores de esta novela leída: los abundantes pensamientos y frases con contenido espiritual y trascendental de los cuales, os he dejado unos cuantos salpicando esta sinopsis de un libro que se deja leer, pero que no es de los que dejan huella imborrable, aun dejando alguna enseñanza notable.





viernes, 6 de febrero de 2015

Una buena idea



Cuantas veces no me habré preguntado sobre la utilidad de aquello que entretejen con tanto afán y laboriosidad nuestras neuronas, eso que llamamos coloquialmente hablando: la materia gris cerebral.

Grises somos en general como dicha materia, si es que en realidad lo es, y a su vez poquita cosa. No destacamos por nuestra talla ni dimensión, ni por nuestra estructura que es débil y quebradiza. Tampoco es que seamos estándares de belleza ni ejemplo de seres cívicos encuadrados con el resto de la creación por obra y gracia de nuestros comportamientos y actitudes desmesuradas y destructivas.


Así de crítico me he reconocido hoy, conmigo mismo y mi género "Sapiens", esos que junto a mi forman comunidad de seres bípedos y parlanchines que a veces dejamos tanto que desear para el resto de comunidades animales que, tristemente cada vez son menos gracias a la intervención de los mayores depredadores sobre este planeta, osease: nosotros.

Me asusta pensar a lo que hemos llegado con nuestros afanes de conquista y dominación, y los medios que hemos utilizado a lo largo de los siglos para obtener el status y la calificación de "Reyes de la creación". Lástima me dan las otras especies que quisieron oponerse o hacernos sombra.

Al final quedamos nosotros como competidores de nosotros mismos y eso si que es lastimoso, ver hermanos luchando por pedazos de tierra, por comida, el poder, por metales y por ideas y... 

¡Ahí quería yo llegar! a las ideas con las que comencé, fruto de meditación o genialidad espontánea provocada por sueños e inspiración...

Esas chispas luminosas capaces de encender tanto las hogueras para sacrificios purificadores, como las que no solo no purifican sino que ensucian las manos de sangre. las que prenden luminarias de genialidad incendiaria que ayudan a crear herramientas con las que construir un futuro más cómodo y factible, como esas otras enloquecidas que convierten en ceniza tanto a libros como a personas.

Al levantarme por las mañanas lo oigo en los noticiarios:

Guerras abiertas en cualquier rincón del planeta, por las mismas razones por las que nos enfrentábamos hace siglos junto a los templos y las pirámides. Asesinos que se auto inmolan en sacrificios absurdos llenos de insensatez y que se llevan de paso las vidas de otros tantos seres que pasaban por allí, muertos estos, por "ideales" o soflamas desconocidas para ellos, y dadas en el otro extremo del mundo por intereses peregrinos. 

Violencia.


Líderes locos que intentan dominar a la inmensa mayoría sometida al miedo y la represalia de las fuerzas del orden...¿De qué orden? del impuesto por ellos mismos naturalmente, para gobernar un mundo desquiciado, sin rumbo y sin principios éticos.

Simples imbéciles, que son más peligrosos que los violentos y que hacen más daño.

Poder.


Se malvive por el vil metal y el sobado papel moneda que ya el autor " Giovanni Papinni" denominó : 

"el estiércol del demonio", calificación algo escatológica, pero fiel reflejo del mal que origina a nuestro alrededor. Nuestro dios idolatrado y adorado, todo por él, nada sin su influjo poderoso y corruptor, que produce miseria, dolor y escasez a su alrededor.

Dinero.


Veo a los seres llamados civilizados y racionales, seres nacidos de la tierra y puestos en ella."humano" no significa superior, ni de más importancia ni por asomo, más sensible o justo. "Humano" significa solo eso: proveniente del humus que a su vez y en latín se refiere a la tierra. 

Por tanto solo esa adjetivación no nos hace ni mejores ni estar por encima de nadie. 
Lo que nos hace diferentes, esa es la palabra exacta: "Diferentes", no es el tamaño, la belleza, la gallardía, la fuerza, ni nuestro, a veces excesivo catálogo gestual ni la egolatría desmesurada.  ¡No!

La diferencia la marcan las ideas descabelladas, geniales, entusiastas, inusitadas, inconcebibles, utópicas, desmesuradas.
Como esas bombillas que se representan en los tebeos y que veíamos encenderse encima de las cabezas de los protagonistas, o en los dibujos animados.
Recuerdo a ese niño con trenzas pelirrojas llamado "Vickye el vikingo" frotándose la nariz y teniendo una de esas, que solucionaban el brete puntual en el que les había metido su padre generalmente.

Tristemente, las ideas también enfrentan a la especie en cruentas guerras de hermanos contra hermanos. Que contradicción ¿No? cuando en realidad el dicho concepto es innato a la autoreflexión, al razonamiento a la habilidad y la creatividad, que son aplicaciones todas ellas de la inteligencia que se nos presupone a todos; pero claro, los hay que se quedaron a mitad de la evolución con el garrote al hombro, esos que utilizan la fuerza bruta de sus músculos y la velocidad de las balas para razonar con el oponente, más conceptualmente ideológico o pacífico.

Los hay quienes razonan a gritos en base a arengas encendidas y ajenas a ellos mismos, que pertenecen a esos líderes carismáticos que nombré más arriba, revestidos de halos de sabiduría religiosa o poder de mayoría absoluta concedida  por el pueblo, o en países menos laicos por deidades desconocidas a nuestra cultura simplona y materialista; los mismos que mueven masas abigarradas contra algo o alguien y que arrasan cual marabunta al opositor honesto y razonador.


En definitiva lectores, que no es que haya madrugado ni desayunado flojo, ni estoy de resacón trasnochado, ni ayer tuve un mal día, ni estoy siquiera cabreado aun teniendo razones para estarlo.


¡No! lo que ocurre es todo lo contrario. Según me puse ante el ordenador para ocuparme de los correos y blogs, me di de bruces con un vídeo de youtube colgado por alguien a quien sigo con regularidad y al que le valoro su gusto musical.


Una bellísima melodía que me dejó prendado de inmediato, que reconoceréis versionada con letra por un grupo que suena en la actualidad, pero que en principio corresponde al versátil y grandioso compositor clásico "Beethoven". 


Y eso es lo que me hizo reflexionar sobre el tema del hombre y sus brillantes ideas, esas ideas que merecen la pena ser recordadas como notas del genio que estuvo detrás de ellas, el que las plasmó en una partitura, en piedra o en lienzo y las donó al resto de mortales para que recordáramos que las buenas ideas aportan luz, esperanza, regocijo y placer. Algo que nos ayuda a soportar "la insoportable levedad del ser".


Por tanto me quedo con las que crearon la música, la arquitectura, la escritura, la pintura y la poesía, las bellas artes en general. Al contrario me siguen causando desazón las ideas alienantes, irreflexivas, condenatorias, vejatorias, opresoras y preconcebidas para someter al prójimo, y las egoístamente maquinadas para engañarlo.


Me quedo con las que hacen dar pasos adelante a la civilización y las que proporcionan sensaciones placenteras y oníricas, las que te hacen pensar que la raza no está del todo perdida y que todos podemos construir con ideas, respeto y manos unidas, un mundo donde dejar de malvivir.  
Desde la realidad y la debilidad del Ser: humanos, crear una auténtica comunidad de "Homos Sapiens" comprometidos no solo con el entorno y la naturaleza sino también, con los congéneres que quieren formar parte de lo que todos ansiamos: ser en lo posible lo más felices en nuestro caminar por este valle de lágrimas.

Recordando esta famosa frase lapidaria que habría que grabarles a fuego a más de un insensato:


"Las personas son todas dignas de respeto, sus ideas a veces no."


Aquí os dejo la música que inspiro toda esta charla reflexiva. Pido disculpas si me alargué demasiado. Que al menos sirva como compensación. 


    






martes, 3 de febrero de 2015

La Chica que llevaba una pistola en el tanga

La Chica que llevaba una pistola en el tanga






De. Nacho Cabana






Se trata de la novela que ganó el premio L´H Confidencial del 2014 promovido por el ayuntamiento de L´ Hospitalet de Llobegrat que ha creado a su vez una biblioteca cuyos fondos están basados solo con novela de este género.


Ya de comienzo el título que nos presenta el autor es elaborado, y hasta visualizar su propuesta nos lleva a una especie de morbo sensual, y algo catártico en su pretensión. Puede parecer a simple vista, de esa que los lectores muchas veces pretendemos tener, un título bisoño e intrascendental, algo así como reclamo para los imprudentes, y cuyo contenido deja mucho que desear para las expectativas que ponemos en el argumento.


Tengo que confesar con humildad, que nada más alejado de la realidad. En este caso la enjundia de la historia supera con creces toda idea sobre superficialidad literaria.

Y es que el argumento aún siendo ficticio, se basa en la cruda verdad de una sociedad corrompida hasta sus cimientos y que pasa de largo y por encima de las noticias escabrosas que de vez en cuando nos son trasmitidas como muy "quedito" por los noticiarios y la prensa.

Y es que me estoy refiriendo a la trata de blancas y la prostitución, la explotación sexual de mujeres y niños-as, la mafia que anda detrás de todo ello y los millones de divisas que mueve este mundo oscuro solo equiparado al de tráfico y venta de armamento y droga.



El autor ya de por si tiene imagen de tipo duro, y de la misma manera ha querido reflejarlo en su premiado libro; con dureza y seriedad relatada sin adornos ni sentimentalismos, sin palabra de prosa suave; más bien como a martillazos, sin omitir alguna descripción escabrosas que venga a cuento, para que el lector se imbuya de esa praxis testimonial del que es espectador en directo de los sucesos, aunque sin rayar en el mal gusto ni el exceso de sangre y vísceras.

Quizá basa más su dureza en lo psicológico, el choque entre lo irracional y lo racional. La búsqueda de ese límite donde se pasa del placer a la mera brutalidad a causa de ese "gen" violento y primitivo que todos llevamos como un "chip" dentro de nuestra piel. 
La desazón y la desmesura que nos trasmiten los acontecimientos narrados, juegan un papel de importancia.

La historia comienza con una carrera desaforada por la Gran vía de Madrid, de un coche policial conducido por "Violeta" a la que acompaña"Carlos". Una pareja de agentes de la comisaria de Leganitos cuyo desconocimiento respectivo, parece condicionar su relación. Ambos acuden a los bajos de Plaza de España donde se está produciendo un ataque racista a una familia de ciudadanos rumanos con consecuencias fatales, y la detención de una pareja de supuestos radicales xenófobos.


La acción es trepidante a partir de aquí. Nada de pararnos a analizar la situación y valorar los resultados de las investigaciones y las pruebas. ¡No! a partir de aquí se nos inoculará una dosis de adrenalina para que vayamos metiéndonos en una trama escabrosa que nos conducirá a otro extremo del mundo. Para ser concreto a México D.F, donde un español de nombre "Pedro" afincado allá, brega por mantener a su pobre familia y sacarla adelante con su cortito sueldo de taxista.

Todo le es válido para recaudar un poquito más, aún tratándose de las comisiones que reciba por acercar a clientes hasta las puertas de los clubes de alterne; pero todo tiene su precio, todo sus consecuencias y "Pedro" tendrá que tomar decisiones que pueden costarle la vida y lo que es más, las de su mujer "Itzel" y su hija "Olga".
Ir para adelante es meterse en un mundo donde las conciencias son interrogadas, ir para atrás supone la condena segura a muerte.


" Cuando alguien decide perder algo, lo hace porque juzga lo que gana como más importante."

En España. "Violeta" con 40 años, que además de policía, es mujer de armas tomar, seguirá las pistas, que la llevan desde un poblado chabolista donde habitaban los rumanos agredidos, hasta Murcia, donde lleva el rastro de los agresores detenidos. Un burdel de mala muerte donde lo que encuentran eriza la piel de los dos agentes y pone sobre la pista de algo mucho más peligroso que las armas cargadas... Un tal "Vergasanta" está detrás de todo el tinglado.


" Violeta clava la mirada en los ojos autosuficientes de.... antes de pegarle al primero una patada en la cabeza."


" Violeta habla con Ferrero, su inspector jefe y la persona que le enseñó a desaprender todo lo que le habían inculcado en la academia "


"Violeta siempre ha preferido pedir perdón que pedir permiso"


Los personajes son descritos de forma casi minuciosa, incluso nos colaremos en alguna faceta íntima de alguno de ellos, pero quedarán eclipsados por el ritmo del relato con acción desbocada. 


Tiros y cadáveres orlarán el recorrido de nuestra lectura, donde no encontraremos rincón donde escondernos para asimilar los escenarios tan bien descritos o los ambientes que incluso respiraremos con ahogo. Ambientes oscuros, siniestros y escatológicos, donde perderemos la fe en la bondad de ser humano y abundaremos en abusos, violencia y maltrato.

El lenguaje utilizado por "Nacho Cabana" es versátil y actual. Rico en términos y giros lingüísticos propios del país que nos describe, con profusión de usos y costumbres. Los protagonistas parecen reales más que ficticios, creíbles dentro de sus vivencias cotidianas y sus diálogos naturales sin rastro de artificio literario.


El autor por otro lado ha realizado una buena labor documentativa sobre los escenarios en los que trascurren las dos historias que por otro lado, concurren de forma lógica en una sola con fluidez, los acontecimientos van solapándose poco a poco originando un final donde todas las piezas encajan. 


La historia cumple todos los requisitos que exigimos al género negro- policíaco y nos deja al concluir, un cierre inesperado junto con una sabor de boca agridulce que nos hace desear más de este escritor que parece haber entrado con paso de gigante en el mundo literario.

Es hora que conozcamos a estos escritores españoles que nos están sorprendiendo con novelas de tal rango, que no desmerecen ante la de nórdicos y americanos que parecen abastecer el mercado ellos solos.


El nivel que están poniendo es un listón muy alto, con títulos merecedores de mención en nuestros blogs y el mundillo de la crítica literaria. Hay editoriales, de hecho, que tienen sus miras en autores de este tipo y están triunfando con sus elecciones.

Por lo tanto, y si sirve de algo mi opinión: mis parabienes al autor y mi recomendación para que todo aquel que busque, una historia creíble, impactante y muy pero que muy negra y espeluznante, se acerque a esta novela que tiene un buen merecido premio en su haber y tiene argumento y cimiento suficientes para ser llevada a la gran pantalla. ¡ Eso sí ! con una buena producción que no la desluzca.


En una palabra: ¡Chapó! 


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