miércoles, 11 de febrero de 2015

Romeo y Julieta


Romeo y Julieta





De: William Shakespeare







     

                           "Llamadme oportunista si queréis.
                                       ¡ Os lo consiento! 
                          Por tratarse del mes del que se trata.
                       No podría pues de otra manera hacerse, 
                   ni esta escrita tragedia de amor ser reseñada."  

Siempre me pareció una farsa lo de adjudicar una fecha en particular para sentimiento tan hermoso, siendo auténtico este y verdadero, y más cuando detrás se adivina la mano que controla, los movimientos comerciales y económicos que instauran tales eventos, para lucro de grandes empresas y marcas comerciales.

Dicho esto-  Que si no reviento - quiero añadirme a la celebración continuada e interminable en el tiempo: del Amor con mayúsculas.

Cierto es, que gracias al repetitivo aviso de: ¡El mes del amor! Me dio por releer una obra clásica donde las haya, llena de compleja trama aunque no lo parezca. Preñada de juicios morales, verdades como templos, de grandes ideas, valores e imágenes, que juntas, hilan con oro una auténtica joya de la literatura inglesa y universal.

fue escrita en cinco actos con diversas formas poéticas: versos y sonetos, con profusión de metáforas.
Se publicó alrededor de los años 1591-1597 en eso los entendidos no se ponen de acuerdo. 

El propio autor escribía esta frase:

"El destino es el que baraja las cartas pero nosotros somos los que las jugamos."

Y esta obra tan conocida, tan leída, tan representada y cantada, va de eso: de destino. 
Para ser más exactos el de un hombre y una mujer unidos por un amor imposible igual que sus respectivas familias separadas por un odio acérrimo. Se vuelve a comprobar una vez más el antagonismo y a la vez la cercanía de dos sentimientos puros y mortales. 



En Verona es donde el escritor escenifica su historia, una ciudad que conserva todavía sus entornos medievales, que ha sabido explotar turísticamente la leyenda de los dos amantes más conocidos, si omitimos a los de Teruel, cuya historia os invito a leer en  -El blog de Juan Carlos-  que por cierto se me adelantó con esa otra leyenda de amor imposible.

En esta localidad italiana es donde viven dos familias enfrentadas por rencillas políticas: Los Capuleto a los cuales pertenece la doncella "Julieta" y los Montesco cuyo hijo "Romeo" cae perdidamente enamorado de la primera en una fiesta familiar, donde se infiltra con la intención de encontrarse con "Rosalina" prima de "Julieta" y será de esta otra de la que se prenda locamente cuando la escucha en lo que se conoce como: La escena del balcón; es entonces cuando se juran amor eterno y deciden casarse en secreto secundados por fray "Lorenzo"

Se trata de una tragedia, por el simple hecho de que la misma existencia lo es cuando hablamos de muerte, violencia y fanatismo ideológico y lucha de clases. de envidia y de pasiones desatadas.
En esta obra todo bascula como péndulo de un extremo a otro. En un momento un gracejo o humorada y al otro un duelo a muerte o una declaración admonitoria. Chanza irónica o juicioso consejo.

El propio amor apasionado, otro con tintes homosexuales no correspondidos, erotismo, deseo, venganza, anhelos, placer, sufrimiento. 

Es tragedia porque el sueño querido y perseguido está a punto de materializarse y de pronto se convierte en humo y en pesadilla. Un relámpago que se enciende repentinamente, que ilumina un paisaje deslumbrante, pero que se apaga con luz efímera de muerte arrebatadora.

Cuántas veces los hombres son felices al borde de la muerte. Quienes los vigilan lo llaman el último relámpago. ¿Puedo yo llamar a esto (que siento) relámpago?

"Shakespeare" bebió de las fuentes de "Jenofonte" y "Ovidio" que ya relataron con otros personajes, tragedias parecidas en tiempos antiguos pero con la misma pasión desenfrenada, correspondida pero imposible de realizar a causa de terceros en discordia.

¿ Dices que es tierno el amor ? Es demasiado duro, áspero y violento, y pincha como el espino."

El sufrimiento está ligado al dolor y este al amor. El que ama sufre y se desespera, por miedo a no ser correspondido, a ser rechazado, a no ser amado con la intensidad que el ama; es ello lo que nos conduce a la agitación y al frenesí de nuestros sentimientos encontrados, que luchan entre si y nos roban el descanso y la capacidad de reflexión y muy al contrario, nos precipitan a la hora de tomar decisiones convirtiéndolas en imprudentes acciones impulsivas con resultados caóticos.

El fruto no maduro que es arrancado del árbol y nos sabe amargo a causa de nuestra impaciencia, de nuestro frenesí rayano en la lujuria. 



Esta obra, quizá por el argumento delicioso o el tópico de que todo lo romántico es dulce y rodeado de ternura, ha llevado a confusión a muchos lectores. 
La imagen distorsionada que tenemos de estos dos amantes es falsa. Sirva como detalle que los actores utilizados por el dramaturgo para representar a la quinceañera "Julieta" eran todos varones jóvenes; el cine y el teatro tienen mucha culpa de que la obra escrita, pierda ese realce amargo y crudo que realmente posee, cuando en realidad dentro del relato acechan otras enseñanzas con más enjundia.

Hay personajes bruscos y hasta soeces como "Mercucio" ese amigo de "Romeo" que habla del amor en unos términos vulgares limitándolo al sexo y al placer. Las reconvenciones moralizadoras del fraile "Lorenzo" pierden fuelle cuando las vemos escenificadas, pues en la historia escrita ponen la nota juiciosa y preventiva a tanta pasión desbocada que se prevé terminará en duelo si no se la pone freno.

Somos observadores igualmente del despotismo de los padres de "Julieta" empeñados en casarla con el conde "Paris" hombre al que no ama, y encima apoyados por su nodriza cercana, fiel confidente de la niña enamorada que sin embargo no la comprende en su desdicha. Las burlas de los sirvientes cuando se refieren a las mujeres y así durante toda la obra. El afán de un "Teobaldo" vengador de virtudes, justiciero por razones pueriles que se juega la vida de la forma más tonta.

Se vilipendia el amor, se le empequeñece y desvirtúa. Los dos amantes actúan con precipitación como adolescentes que son, poniendo pasión y poco juicio en su relación.

" El amor de los jóvenes no habita en el corazón sino en los ojos."

Todo termina como termina, en el oscuro y siniestro mausoleo donde reina la muerte moradora llamada con engaños, pero al fin triunfadora, como siempre.
Pero el lector quedará con otra imagen prendida en su retina la del balcón presidido por la luna, la pasión que perdura ante la desilusión, la encendida declaración de amor de dos enamorados que se entregan a la vida ante que a la muerte fría.

De ahí el drama, de ahí el éxito que tuvo esta obra de arte de "Shakespeare" entre los románticos, fuente de inspiración  para autores del XVIII.

Todo un homenaje a las emociones, a los momentos, a la pasión, a la intensa e insistente manía que tienen los amantes de seguir enamorándonos.

¡Oh, soy un tonto afortunado!

Recomiendo la volváis a leer, personalmente me salió un poco la vena poética al escribir la reseña. El Amor es lo que tiene.

"¡Brindo por Romeo y por Julieta ! Salud a vosotros por la paz eterna."


lunes, 9 de febrero de 2015

El Druida celtibero

El Druida celtíbero


De: Ignacio Merino



Después del intenso y pasado Enero en que la protagonista era la novela policíaca y negra, cambio de palo y os propongo este título de histórica.





El argumento se desarrolla durante el último tercio del siglo III.
Los cartagineses se han empeñado en instalarse en la península que los fenicios llamaron Spania los griegos Hespería y en ese siglo era denominada por muchos la celtiberia; y al frente de todos "Almikar" de la familia de los Bárcidas. Este quiere conseguir a fuerza de espada, la plata que esconden las entrañas de esta fértil tierra, plata que servirá para pagar a la incipiente Roma los tributos pertinentes por la derrota sufrida en la primera de las guerras púnicas por Cartago.

Pero los oriundos celtas se resisten a sus intenciones, todos siguen a un guerrero carismático llamado "Istolacio" que consigue coaligar a todos los pueblos dispersos bajo un mismo mando y con un propósito común: expulsar al invasor cartaginés.


"La libertad es algo sagrado, es lo que nos da la dignidad como seres humanos."


Entre ellos están "Giscón" y "Asio" dos muchachos procedentes de Tiermes, localidad habitada por los celtíberos Arévacos los tenidos como los más aguerridos y bravos de todos los pueblos celtas.


Se trata de dos hermanos y "Giscón" el mayor de ellos, se ofrece como devoto soldurio de "Istolacio" prometiéndole seguirlo en la victoria o en la derrota, asumiendo si es necesario su propia auto inmolación. 
Cuando el líder celta cae a manos de un despiadado"Almikar" y es ajusticiado de forma innoble, "Giscón" cumple su promesa.

Aquí empieza la aventura de "Asio" que es testigo de una batalla cruenta y de unas muertes innecesarias, un chaval que madura pronto y por fuerza de las circunstancias, al ser nombrado soldurio por "Indortas". 


Este, es otro reconocido caudillo juramentado, que intenta de nuevo plantar cara al enemigo común con un ejercito cuatro veces superior en número al del general "Almikar". Gentes venidas de las ciudades confederadas de Tiermes, Numantia, Clunia, Segontia, y Segóbriga.



"Asio"solo es el vástago que le nació a su madre "Lea" después de cinco años de la muerte de su esposo, el general "Artalos".

Su padre un mercader griego llamado "Aristaco de Samos" un hombre liberal y culto, que la conquistó con su sonrisa sincera y su alegría, que entró como brisa en el ánimo marchito de su madre. "Aristaco" solo se ponía melancólico cuando hablaba de su lejana tierra natal.

"Asio" enamorado de la vida y de su mejor amigo "Artalos"; un sencillo pastor que corresponde a su amor y que fue quien le enseñó a no perder el tiempo con las cosas en las que uno no cree.


" A mí no me gusta combatir, prefiero la vida a entregarme a la destrucción... Yo también detesto el culto a la guerra."


Su muy amada madre referencia de sus actos y gran consejera, le dará la consigna que decidirá el cambio de rumbo en su vida:

" Escucha a tu corazón y nunca te doblegues a quienes quieran imponerte sus dictados... Que tu conciencia esté en paz y la vida no sea jamás una carga para ti."


El protagonista pues, seguirá los dictados de su corazón y se alejará de Tiermes, despreciado por los suyos. Comenzará de esta manera un viaje iniciatico en su conversión gradual bajo la mano y las indicaciones del Druida "Prótalo"; en el guía espiritual más respetado de los celtíberos.

Un camino arduo para llegar a la consecución de un objetivo:
encontrar el destino que la vida le tiene reservado. Sus convicciones la mejor de las armas para llevar a cabo sus sueños.

"Los principios son lo que nos obligan a modelar la conducta para que los demás sientan respeto por nosotros y no desprecio."


Hasta aquí el argumento general por el que va a discurrir la historia en la que los personajes principales son tres o cuatro fundamentalmente; muchos otros parecen solo figurantes de relleno para engordar un poco la trama, que por si sola es un poco floja.

Siento decir que esta novela histórica aún con trasfondo y personajes auténticos, carece de esa acción y ritmo que esperamos de una época presumiblemente convulsa a causa de las continuas revueltas y sublevaciones. Todo pasa como por encima, se nos describen someramente las pocas acciones bélicas o estratégicas llevadas a cabo por ambos bandos.

Por otro lado los guerreros turdetanos, vacceos, vetones, arévacos, lusos etc... nos son descritos como gente de paz abocada a la guerra. Nada más alejado de la realidad, cuando al menos se sabe que eran belicosos y que como afición se dedicaban a las incursiones por las tierras de sus vecinos en continuas     escaramuzas.


"Los hombres no sabéis vivir la vida. Os gusta más destruirla."


Cierto es, que el autor ya nos pone en antecedentes al avisarnos de la dificultad de encontrar documentación sobre esta época prerromana, ya que estos pueblos peninsulares al igual que los que habitaron la Galia, Eire, Britania o Caledonia no dejaron escritos ni canciones. Apenas conocemos su cultura por lo que fue trasmitido de generación en generación de forma oral o por medio de simbología rúnica o tradiciones heredadas.




Dicho lo cual, es disculpable las licencias que pueda tomarse el escritor al narrar hechos que no sabemos si ocurrieron de esta manera o de otra muy diferente.

La forma narrativa se centra demasiado en el punto de vista de los oriundos peninsulares enfrentados a "Almikar" y más tarde contra su hijo "Asdrubal", aunque con el segundo de forma efímera, algo así como de buenos contra malos, sin términos medios como tratados, negociaciones y asimilación de culturas.


En general las descripciones y la ambientación nos la podemos imaginar aunque no se abunde en ellas, pero la novela se sustenta más en los razonamientos y pensamientos de los personajes, en su visión personal preñadas de pensamientos filosóficos de paz y amor, frente a una sociedad violenta y guerrera por necesidad; no encaja esta época precisamente como paradigma de estos valores.


" El tiempo sólo está en nuestras cabezas y es el corazón quién marca las distancias."


La prosa se utiliza con acierto para narrar la historia, que es fácil

de leer. Los diálogos sin muchas pretensiones ni circunloquios ni elaboración verbal, algo escasos y generalizados pero en muchos casos profundos.

Resalto algo a mi entender prescindible en esta obra dado su carácter: el empeño del autor de incluirnos mucha escena amorosa con mucha descripción erótica y sensual.
Honestamente creo que fue en este punto cuando aflojé el ritmo y el interés por esta historia que en general; le cuesta arrancar y coger fuelle, y que cuando empieza a tener algo de interés se nos rebaja de nuevo, manteniendo solo la inercia de los acontecimientos que pasan de una forma breve y sin
consecuencias notables ni dignas de referencia.

Opino que "Ignacio Merino" como buen filósofo y psicólogo ha querido trasmitir con su obra mensajes subliminales positivos, pero que no consiguen encajar en una historia que en algún instante podríamos presuponer épica y con abundante acción. 

En la literatura todo es válido, es lo que la hace grande, gustosa y variada, pero en este caso al lector de novela histórica lo dejará bastante descolocado.


"La dignidad se encuentra en la verdad, en ser sincero consigo mismo y no hacer daño a los demás."

Como valores de esta novela leída: los abundantes pensamientos y frases con contenido espiritual y trascendental de los cuales, os he dejado unos cuantos salpicando esta sinopsis de un libro que se deja leer, pero que no es de los que dejan huella imborrable, aun dejando alguna enseñanza notable.





viernes, 6 de febrero de 2015

Una buena idea



Cuantas veces no me habré preguntado sobre la utilidad de aquello que entretejen con tanto afán y laboriosidad nuestras neuronas, eso que llamamos coloquialmente hablando: la materia gris cerebral.

Grises somos en general como dicha materia, si es que en realidad lo es, y a su vez poquita cosa. No destacamos por nuestra talla ni dimensión, ni por nuestra estructura que es débil y quebradiza. Tampoco es que seamos estándares de belleza ni ejemplo de seres cívicos encuadrados con el resto de la creación por obra y gracia de nuestros comportamientos y actitudes desmesuradas y destructivas.


Así de crítico me he reconocido hoy, conmigo mismo y mi género "Sapiens", esos que junto a mi forman comunidad de seres bípedos y parlanchines que a veces dejamos tanto que desear para el resto de comunidades animales que, tristemente cada vez son menos gracias a la intervención de los mayores depredadores sobre este planeta, osease: nosotros.

Me asusta pensar a lo que hemos llegado con nuestros afanes de conquista y dominación, y los medios que hemos utilizado a lo largo de los siglos para obtener el status y la calificación de "Reyes de la creación". Lástima me dan las otras especies que quisieron oponerse o hacernos sombra.

Al final quedamos nosotros como competidores de nosotros mismos y eso si que es lastimoso, ver hermanos luchando por pedazos de tierra, por comida, el poder, por metales y por ideas y... 

¡Ahí quería yo llegar! a las ideas con las que comencé, fruto de meditación o genialidad espontánea provocada por sueños e inspiración...

Esas chispas luminosas capaces de encender tanto las hogueras para sacrificios purificadores, como las que no solo no purifican sino que ensucian las manos de sangre. las que prenden luminarias de genialidad incendiaria que ayudan a crear herramientas con las que construir un futuro más cómodo y factible, como esas otras enloquecidas que convierten en ceniza tanto a libros como a personas.

Al levantarme por las mañanas lo oigo en los noticiarios:

Guerras abiertas en cualquier rincón del planeta, por las mismas razones por las que nos enfrentábamos hace siglos junto a los templos y las pirámides. Asesinos que se auto inmolan en sacrificios absurdos llenos de insensatez y que se llevan de paso las vidas de otros tantos seres que pasaban por allí, muertos estos, por "ideales" o soflamas desconocidas para ellos, y dadas en el otro extremo del mundo por intereses peregrinos. 

Violencia.


Líderes locos que intentan dominar a la inmensa mayoría sometida al miedo y la represalia de las fuerzas del orden...¿De qué orden? del impuesto por ellos mismos naturalmente, para gobernar un mundo desquiciado, sin rumbo y sin principios éticos.

Simples imbéciles, que son más peligrosos que los violentos y que hacen más daño.

Poder.


Se malvive por el vil metal y el sobado papel moneda que ya el autor " Giovanni Papinni" denominó : 

"el estiércol del demonio", calificación algo escatológica, pero fiel reflejo del mal que origina a nuestro alrededor. Nuestro dios idolatrado y adorado, todo por él, nada sin su influjo poderoso y corruptor, que produce miseria, dolor y escasez a su alrededor.

Dinero.


Veo a los seres llamados civilizados y racionales, seres nacidos de la tierra y puestos en ella."humano" no significa superior, ni de más importancia ni por asomo, más sensible o justo. "Humano" significa solo eso: proveniente del humus que a su vez y en latín se refiere a la tierra. 

Por tanto solo esa adjetivación no nos hace ni mejores ni estar por encima de nadie. 
Lo que nos hace diferentes, esa es la palabra exacta: "Diferentes", no es el tamaño, la belleza, la gallardía, la fuerza, ni nuestro, a veces excesivo catálogo gestual ni la egolatría desmesurada.  ¡No!

La diferencia la marcan las ideas descabelladas, geniales, entusiastas, inusitadas, inconcebibles, utópicas, desmesuradas.
Como esas bombillas que se representan en los tebeos y que veíamos encenderse encima de las cabezas de los protagonistas, o en los dibujos animados.
Recuerdo a ese niño con trenzas pelirrojas llamado "Vickye el vikingo" frotándose la nariz y teniendo una de esas, que solucionaban el brete puntual en el que les había metido su padre generalmente.

Tristemente, las ideas también enfrentan a la especie en cruentas guerras de hermanos contra hermanos. Que contradicción ¿No? cuando en realidad el dicho concepto es innato a la autoreflexión, al razonamiento a la habilidad y la creatividad, que son aplicaciones todas ellas de la inteligencia que se nos presupone a todos; pero claro, los hay que se quedaron a mitad de la evolución con el garrote al hombro, esos que utilizan la fuerza bruta de sus músculos y la velocidad de las balas para razonar con el oponente, más conceptualmente ideológico o pacífico.

Los hay quienes razonan a gritos en base a arengas encendidas y ajenas a ellos mismos, que pertenecen a esos líderes carismáticos que nombré más arriba, revestidos de halos de sabiduría religiosa o poder de mayoría absoluta concedida  por el pueblo, o en países menos laicos por deidades desconocidas a nuestra cultura simplona y materialista; los mismos que mueven masas abigarradas contra algo o alguien y que arrasan cual marabunta al opositor honesto y razonador.


En definitiva lectores, que no es que haya madrugado ni desayunado flojo, ni estoy de resacón trasnochado, ni ayer tuve un mal día, ni estoy siquiera cabreado aun teniendo razones para estarlo.


¡No! lo que ocurre es todo lo contrario. Según me puse ante el ordenador para ocuparme de los correos y blogs, me di de bruces con un vídeo de youtube colgado por alguien a quien sigo con regularidad y al que le valoro su gusto musical.


Una bellísima melodía que me dejó prendado de inmediato, que reconoceréis versionada con letra por un grupo que suena en la actualidad, pero que en principio corresponde al versátil y grandioso compositor clásico "Beethoven". 


Y eso es lo que me hizo reflexionar sobre el tema del hombre y sus brillantes ideas, esas ideas que merecen la pena ser recordadas como notas del genio que estuvo detrás de ellas, el que las plasmó en una partitura, en piedra o en lienzo y las donó al resto de mortales para que recordáramos que las buenas ideas aportan luz, esperanza, regocijo y placer. Algo que nos ayuda a soportar "la insoportable levedad del ser".


Por tanto me quedo con las que crearon la música, la arquitectura, la escritura, la pintura y la poesía, las bellas artes en general. Al contrario me siguen causando desazón las ideas alienantes, irreflexivas, condenatorias, vejatorias, opresoras y preconcebidas para someter al prójimo, y las egoístamente maquinadas para engañarlo.


Me quedo con las que hacen dar pasos adelante a la civilización y las que proporcionan sensaciones placenteras y oníricas, las que te hacen pensar que la raza no está del todo perdida y que todos podemos construir con ideas, respeto y manos unidas, un mundo donde dejar de malvivir.  
Desde la realidad y la debilidad del Ser: humanos, crear una auténtica comunidad de "Homos Sapiens" comprometidos no solo con el entorno y la naturaleza sino también, con los congéneres que quieren formar parte de lo que todos ansiamos: ser en lo posible lo más felices en nuestro caminar por este valle de lágrimas.

Recordando esta famosa frase lapidaria que habría que grabarles a fuego a más de un insensato:


"Las personas son todas dignas de respeto, sus ideas a veces no."


Aquí os dejo la música que inspiro toda esta charla reflexiva. Pido disculpas si me alargué demasiado. Que al menos sirva como compensación. 


    






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