domingo, 19 de abril de 2015

Y las montañas hablaron


Y las montañas hablaron


De. Khaled Hosseini  










"Más allá de cualquier idea de buenas o malas obras se extiende un campo. Nos encontraremos allí."

                          (Jalaluddin Rumi)



Llegué a este autor y título por recomendación familiar de fiar, y ha llegado a ser todo un descubrimiento. El único error cometido quizá haya sido no empezar con los dos primeros libros de "Khaled Hosseini":- Cometas en el cielo- y - mil soles esplendidos-, que según opinión de diferentes foros al igual que en críticas literarias los consideran mejores que este que os presento hoy.


Pero "a lo hecho pecho" que dicen los sabios del lugar, es más no me arrepiento, eso sí, hago el propósito de leer los otros dos en cuanto pueda, para comparar. No obstante este me pareció francamente bueno.


Las gentes de Afganistán son las protagonistas absolutas de esta novela de historias entrelazadas en un denso tapiz de emociones y sentimientos.

Varias generaciones de un clan familiar pasaran ante nuestros ojos con su variedad cromática personal. Sus deseos y anhelos, los recuerdos vivenciales enmarcados por los últimos 58 años de la historia de este país convulsionado por la guerra y los extremismos religioso-políticos. Por la pobreza, la violencia, el miedo.



Todo empieza en 1952, la noche antes de que un humilde campesino emprenda un viaje desde su mísera aldea a la ciudad de Kabul en compañía de sus dos hijos huérfanos de madre.

"Sabur" es el padre que esa misma noche les relata un triste cuento a los pequeños: la historia de "Baba Ayud" los que escuchan son "Abdulá" de diez años que es el cuidador de su hermanita "Pari" que será cedida a un matrimonio adinerado que no puede tener hijos. Naturalmente los niños permanecen ajenos a esta circunstancia que los apartará a uno del otro cambiando sus vidas y convirtiéndolas en anhelo de búsqueda y de reencuentro.

" Nada bueno es gratis, ni siquiera el amor. Uno paga por todo, y si eres pobre tu moneda es el sufrimiento."


Se puede decir que desde este momento asistimos a un cambio   continuo de historias como en forma de ondas concéntricas que nos mostrarán a diversos personajes muy humanos, con sus respectivas circunstancias vitales que los hará comprensibles en sus actitudes y actuaciones con respecto a sus semejantes; un crisol de emociones dentro de un entorno dramático.


El ritmo y los tiempos narrativos están tratados con suma maestría, de otra forma los cambios temporales, de personajes y de relatos ocasionaría nuestra perdida inevitable entre tanto cruce de historias eso sí, todas relacionadas con los miembros de una misma familia que a su vez interactuan con terceros, provocando algo así como un "Efecto mariposa" que a lo largo del tiempo producen tanto situaciones como resultados inesperados.


El relato es un itinerario continuo de añoranzas y recuerdos. De irremediables pérdidas, de nobles anhelos. Secuencias de relatos, cuentos y vivencias que nos llevarán al encuentro y al conocimiento de unos personajes bien descritos y desarrollados, a los que el tiempo y las vicisitudes van forjando como supervivientes en un país cuya tragedia aún no ha terminado.




"Parwana" la madrastra, "Masuma" su hermana, "Markos" cirujano voluntario en Afganistán, "Amra Ademovic" una enfermera con vocación, "Nila" y "Suleimán Wahdati" los padres adoptivos de "Pari". "Timur" y "Nahil" dos hermanos cada cual más diferente en sus principios."Adel" y "Gholam" dos amigos con status antagónico pero unidos por la pureza de la niñez.


Viajaremos de la mano de muchos de ellos. Desde la pequeña aldea llamada Shadbagh donde comienza nuestro viaje, pasando por Kabul. Iremos transitando por Grecia, París y hasta visitaremos San Francisco. Todo a lo largo de 50 años en los que seremos testigos privilegiados del proceso de un país muy castigado no sólo por las inclemencias climáticas, si no también por los extremismos religiosos y fanáticos de los yihadistas y los señores de la guerra. Sabremos que el mundo estás lleno de gentes no muy diferentes a nosotros, que luchan por encontrar su lugar en el mundo y la porción de felicidad que les es arrebatada.


Para mi gusto personal "Nabi" 
se convierte en el protagonista primordial de este libro pues, aunque todos los que aparecen aportan al argumento elementos suficientes para hacerlo creíble; este en concreto y a través de una carta es capaz de trasmitirnos emociones de tal forma, que sentimos empatía absoluta por su persona. Se convierte así mismo

involuntariamente en un narrador de parte de la historia que concierne a uno de los miembros principales de la familia, a la que seguiremos la pista hasta el final de la novela.



" Es importante conocer tus raíces. saber dónde empezaste el camino como persona. Si no lo sabes, tu vida se vuelve un poco irreal."


En definitiva el autor basa su novela en un hecho que en su momento era práctica extendida: la de que los Pastunes, labradores miserables que habitaban tierras estériles, tuvieran que ceder o vender a alguno de sus hijos para poder sobrevivir y a su vez darles a estos una oportunidad de salir adelante.


Un relato que por lo tanto no va a resultarnos superficial ni vacuo; más bien lo encontraremos preñado con una carga de emociones muy sentidas donde el amor, el miedo, la soledad, la amistad no nos serán ajenos aunque lo experimenten gentes con otra cultura y otras creencias que por otro lado, nos parecen tan lejanas y diferentes.


" Si la cultura es una casa, la lengua es la llave de la puerta principal, la que te permite acceder a todas las habitaciones."


Este libro dicen que decepciona al que leyó los dos primeros. Terminada la sinopsis de este, creo haber acertado al haber empezado con él. 

Me ha gustado por lo que me ha hecho sentir. Con lo cual los otros dos los considero un valor seguro en mis próximas lecturas.

Así mismo he encontrado muchas citas y frases para meditar y reflexionar; la cultura oriental es fecunda en sabias palabras.


"Es de mal gusto pegar tus buenas obras en un tablón de anuncios. Lo correcto es hacerlas sin armar revuelo, con dignidad. la generosidad es algo más que firmar cheques en público."


Mi padre decía que todas las buenas cosas de la vida son frágiles y se quiebran con facilidad."




Creo con sinceridad que su lectura os merecerá la pena     



jueves, 16 de abril de 2015

Podrás





Podrás arrebatar a la noche sus estrellas,

y el sol a los amaneceres.
Detener el agua de los ríos,
retirar la arena del desierto con un soplo.

Pero no conseguirás borrar el recuerdo de lo amado,

ni lo bien que me ha sentado estar contigo.
Los abrazos y los besos compartidos,
ni el camino, ni las huellas, ni los pasos.

Tendrás potestad para separar la sombra de mi cuerpo,

detener el tiempo y sus quimeras ilusorias.
Negar prerrogativas a la muerte,
Obviar las utopías de la vida y de las cosas.

Y aún así no lograrás que yo te olvide,

ni deje un solo día de quererte.
Sabes bien que el sentimiento se desboca,
que la pasión del corazón son sus latidos.

Que en amores somos seres muy mudables lo sabemos,

de arrebatos fugaces construidos.
Como fichas de ajedrez nuestros impulsos,
detrás de efímeras conquistas predecibles.

Intuyo que borrarás con tu mano mis poemas,

romperás en mil pedazos lo que escribo.
Pero no lograrás evitar que en tu memoria,
reverbere algún verso de los míos.

Correré la suerte de los sueños, 

al no ser evocado en tu vigilia más profunda.
Pasaré de puntillas por tus tristes horas,
para beber de la sal de tus mejillas.

Reflejaré como luz de un destello en los cristales,

y seguiré la estela de tu huida consentida.
Estaré presente como vaho de tu aliento,
aunque tu te niegues siquiera a respirarme.

Trasparente soy como idea peregrina:

pertinaz, absurdo y perentorio.
Me insufla por completo de energía lo que amo, 
y eres tú mi amada desde el alma la elegida.

El Amor es lo que tiene, viene a ti sin tú saberlo.

cuando menos lo prevés se aproxima y te requiere.
Empeñas tus esfuerzos en negarlo y rebatirlo,
pero al final siempre vence con su apariencia caprichosa.

Podrás...






derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 12 de abril de 2015

Amante



Fue durante una de esas tardes en las que la casa se me caía encima. Creo que salí a la calle con la sola idea de entretenerme y combatir mi aburrimiento. Lo hacía simplemente observando a la gente e imaginando sus historias.


Era divertido ver un rostro, un cuerpo, la forma de vestir del individuo y automáticamente urdir una historia en torno a ese ser desconocido para mí. Inventar sus pasiones, sus deseos, sus ilusiones y preocupaciones, anhelos y pensamientos.


Recuerdo que entré en una tienda y me enfrasqué mirando estanterías repletas y de repente le sorprendí observándome, como interrogándome con su mirada y una media sonrisa que interpreté como seductora. ¿Cómo era posible que otro estuviese realizando el mismo juego que yo ejercitaba con los demás?


Le miré directamente, como para disuadirle de su grosera actitud analizadora, pero no solo no se acobardó de mi ceño fruncido, más bien se envalentonó con sonrisa franca y retadora, como dándome a entender que no le importaba mi enfado, es más, me invitaba a confraternizar e indagar sobre él, a conocer su interioridad,  abrirse para mí y mostrarse por entero tal como era. No me cabe la menor duda que estaba hecho de buena pasta, supongo que como un buen Don Juan.


Caí en la red, supongo que entretejida premeditadamente por él, y salimos juntos como conocidos, compañeros o vecinos del barrio; y nos fuimos a un café con la excusa de mantener un encuentro más íntimo y reservado para conocernos mejor. La verdad es que me atraía su perfil, no parecía a simple vista un ser superfluo y banal como esos otros con los que tuve alguna relación algo tormentosa. O esos otros que me defraudaron no cumpliendo todo lo que prometían de antemano.

Reconozco ser una mujer exigente a la que no se complace con facilidad. 

La velada transcurrió rápida, como cuando la pasas con alguien al que no ves desde hace mucho tiempo y del que deseas saberlo todo. Escuchando todo lo que te tiene que contar sobre sus viajes, sus peripecias y sus anécdotas variadas. Incluso empapándome de esas chanzas y humoradas o de esas citas cuajadas de sabiduría, o esas frases cultas que como un Séneca dejaba caer de vez en vez.


Me hizo reír y embobarme como una adolescente ante sus palabras. El café se convirtió en testigo de una complicidad inigualable entre los dos.


Cuando tienes la suerte de dar con un personaje tan interesante, culto, bien conformado y de presencia agradable, no te importa invertir hasta el tiempo que no tienes, restándoselo al hambre y al sueño. 

Todas las horas son pocas, y el tiempo se hace escaso para compartir con él.

Así, de esta forma regresamos a mi apartamento, acompañándonos mutuamente, con los nervios a flor de piel por las expectativas que tenía puestas en este encuentro inesperado.


El, que hace unas horas era alguien desconocido, ahora resultaba haberse convertido en un buen amigo con el que no me importaría repetir esta jornada tan motivadora que había trascurrido sin apenas enterarme.


¡Claro! no pudo ocurrir de otra manera, no pude resistir la tentación. Si conoces a alguien así, no quieres dejarlo escapar, fue tal su magnetismo que terminamos en la cama como amantes.


Yo estaba excitada con su sola presencia, lo desnudé por completo, lo saboreé, lo devoré con los ojos, acaricié su piel curtida, bebí de sus palabras y tantos sentimientos poderosos y encontrados fue capaz de sacar de mi interior, que me prometí a mi misma que en cuanto tuviera la menor ocasión volvería a leerlo de nuevo. 



Relato para conmemorar este mes dedicado a un ser tan completo, que nos seduce.




                                                                                  Derechos reservados de autor. Francisco Moroz

                                                                                           Código de registro: 1604307356625






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