lunes, 21 de marzo de 2016

Profesión de fe



Las palabras que ha aprendido por la noche son las que decidirán su muerte o su supervivencia. No hay esperanza para un cautivo después de haber sido apresado por el enemigo del autentico Dios; solo unas palabras a las que agarrarse después de habérselas escuchado a otro prisionero habiéndolas memorizado de forma mecánica en su cabeza.

Nunca tendrá la seguridad de un mañana, si no tienta a la suerte dirigiéndose a sus guardianes cuando le pregunten si está decidido a renunciar a su fe.

El les contestará entonces con seguridad fingida: “No hay más Dios que el Dios y Muhammad es el mensajero de el Dios”



derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 18 de marzo de 2016

Ser padre

Felicidades a todos los padres en su día y a las madres por favorecernos el serlo.





Ahora que duerme
 me puedo desahogar con estas letras,
y de manera formal y no completa
 plasmar mis sentimientos a voz de pronto...

Este diablo chiquitín,
 que no para con su trajín,
 con una afición desenfrenada
de revolver cajones en sus andanzas
 y correr el pasillo como “Bonanza”.
 Este “Ángel” de piel blanca 
de ojos azules y manos largas,
que no para ni un segundo,
 que me incluye en ese mundo
tan diferente,
 tan inocente, e inacabado...
es hijo mio.

Aventurero tenaz,
capitán de un país de fantasía,
de mi corazón pirata,
fraguador de sentimientos;
duende y elfo de la casa.
Donde manchar es el lema 
  y su obligación sagrada.
Explorando en mis descuidos
el entorno peligroso.
Investigar lo prohibido
y aderezarlo con salsa.

Sus miradas me desarman,
 y quien es el tonto que le regaña
después de esponjarme el corazón
con su sonrisa.
Lo grave es,
que hay que educarle quedito
 para que asuma jugando
las reglas y la lección.

Pero no cambio su actitud
ni sus mofletes rosados,
ni su figura gordita
o el proceder alocado.
 Tampoco trueco,
 los buenos ratos tirados
haciendo altas torres 
con los tacos de colores.
O lo de cantar a gritos, 
ver dibujos animados,
hartarnos de garabatos
y reír con altruismo.

 Si estamos los dos charlando
en su jerga y media lengua,
 saltaremos la barrera
de las lingüísticas formas.
 Leeremos libros grandiosos
con páginas de cartón,
de colorido infinito
letra gorda y tremenda .

Cuanto aprendo del pequeño
 que me mantiene despierto.
 Vivo alerta, sin respiro,
sin tregua, sin silogismos.
 No hay respuesta a sus preguntas 
ni en lo que hace argumento.
Psicodélico y absurdo 
nuestro proceder de orates,
lo de nunca estarnos quietos.
y no sufrir estoicismos. 

Siempre atento a medir palabras
a nunca alzarle la voz
actuar con diplomacia,
 por no herir sus sentimientos
 y esquivar sus alaridos,
sus lloros desgarradores
que son chantajes de pillo
contra estrategias de viejo.

Por tanto mi conclusión:


No hay atajos al ser padre,
es toda una ley de vida.
Se asume sobre la marcha
es un "ser o es un no ser
existencialismo puro,
con carros de devoción,
y vagones de carisma,

Yo sin mi amigo bajito
ya no me veo.
 La cosa no tiene gracia cuando el no está,
en mi entorno no habría vida,
ni alborozo, ni alegría.
Me faltaría la luz,
y no celebraría el día.

Que ser padre es un honor.


Derechos de autor: Francisco Moroz

jueves, 17 de marzo de 2016

Rutina verbal




Lo que daría porque fuese ya de día y su dulce voz susurrase “lavavajillas”, “espumadera” o “colesterol” y no toda esa sarta de tonterías cursis que suelta cuanto pretende recabar mi atención: “Cariño”, “Encanto” o “Querido mío” que me suenan tan falsas.

Después de tantos años conviviendo uno ya sabe por dónde van los tiros, y no me engaño con tanta palabra dulce a la hora de despertar.

Si ella tiene previsto salir de tiendas, con la idea prefijada de comprar ese bolso o esos pendientes que vio el día anterior en el escaparate; sé que el prólogo correspondiente de la historia serán esas palabras.

Por eso mis preferidas son las conocidas y rutinarias.



Derechos de autor: Francisco Moroz

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