Si yo os digo ahora mismo: “¡Ya están aquiii!”¿En
quienes pensáis? ¡Claro! En los Reyes
Magos. Aunque a algunos se les haya pasado por la cabeza la imagen de la niña
frente al televisor diciendo la famosa frase en la película Poltergueist.
Este 6 de Enero nos levantáremos casi todos
convertidos en niños expectantes ante los inesperados regalos que nos esperan, junto
a esos zapatos a los que el día anterior dimos lustre hasta dejarlos como espejos. La opción de las zapatillas
facilita mucho la ardua labor de hacerlo.
Veremos con sorpresa como el vinito dulce de las
copas ha menguado, y los trozos de turrón han disminuido en la bandeja, proporcionalmente al número de reyes y pajes que visiten cada hogar.
Después de las lágrimas de
emoción, los agradecimientos y las caras de felicidad al recibir lo esperado o lo inesperado; pues siempre, aunque no se espere ni se reciba lo que queremos hay algo que te
han dejado con mucho cariño estos personajes tan amables y encantadores con los que curiosamente, y a diferencia de
Papá Noel, nunca se han hecho películas de terror ni violencia salvaje.
Digo,
que después del ritual de abrir regalos, se desayunará con el
consabido y afamado roscón.
¡En fin! Una tradición que personalmente a mi me convierte de nuevo en ese crio ilusionado
que dejé atrás hace muchos años, y en el que me convierto cada noche de reyes
de forma inesperada, con nervios y todo después de una noche inquieta.
Lo de las cabalgatas ya es otro cantar. Creo que
solo he ido a tres o cuatro en toda mi vida, pero hice en una ocasión de
Gaspar, y os puedo asegurar que fue toda una experiencia inolvidable ver la
cara de los chiquillos mientras ingenuamente me hacían sus peticiones.
¡Pero vamos a lo que vamos! “que no es moco de
pavo de día de acción de gracias” lo que encierra este tradicional festejo que
pone broche de oro a la Navidad.
¿Existieron estos personajes? ¿Quiénes eran? ¿De dónde
venían?
La fuente documental en la que aparecen por
primera vez y en la que se nos da noticias de estos ilustres visitantes de
Belén, la encontramos en el evangelio de San Mateo, en el capítulo 2 (Versículos
del 1 al 12)
Jesús nació en Belén de Judea cuando gobernaba el rey
Herodes. Y he aquí, unos magos vinieron del oriente a Jerusalén, preguntando:
¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque al ver su estrella en
el oriente, hemos venido para adorarle.
Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda
Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas
del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En
Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, en la
tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los gobernadores de Judá.
Porque de ti saldrá un guiador, que pastoreará a mi
pueblo Israel. Entonces Herodes, llamó en secreto a los magos, e indagó de
ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a
Belén, dijo: vayan, y averigüen con diligencia acerca del niño; y cuando lo hallen,
háganmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la
estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando,
se detuvo sobre donde estaba el niño. Al ver la estrella, se regocijaron con
gran alegría. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y
postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños
que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Os puse el texto para que comprobéis
que no pone nombres ni número de visitantes, pero deja claro que eran magos,
tampoco figura el título de reyes por ningún lado y sí que seguían una estrella
y que venían del oriente.
Aparecen así mismo los tres regalos
que sacaron de “sus tesoros”: Oro, Incienso y Mirra. Posiblemente y más
adelante, se dedujo el número de personajes por el número de regalos.
Hay sin embargo otras fuentes
llamadas: Evangelios apócrifos de los cuales se tiene constancia, pero que no
fueron incluidos en el libro sagrado como lo fueron los otros cuatro conocidos.
En concreto hay uno llamado:
Evangelio de Tomás, datado en el siglo II de nuestra era en el que se narra que
dichos “Reyes” llegaron con tres legiones de Persia, Asia, y Babilonia.
Los
entendidos en materias histórico-teológicas-religiosas suponen que estos
visitantes inesperados eran miembros de una casta de sacerdotes Medo-Persas de
la época aqueménide. Otros nos dicen que vinieron de Asia, África y Europa. Y
rizando el rizo con doble bucle de tirabuzón invertido, el mismísimo Papa Benedicto XVI destaca en uno de sus escritos, que los reyes
procedían de Tartessos; reino que actualmente conformarían Huelva, Cádiz y
Sevilla.
¡Olé! y ¡Olé!
Tampoco se nos asegura que fueran grandes astrólogos ni astrónomos. Ni matemáticos o estudiosos de lo divino y humano con lo cual ¿Provenían de una estirpe de sabios? Solo sabemos que llegaron a Judea siguiendo
el rastro de un astro en movimiento, que no aparece mencionado en ningún otro
evangelio ni escrito conocido.
Ya sabemos que la fecha del
nacimiento de Cristo es un convencionalismo de la iglesia que oportunamente por
razones evangelizadoras asignó ese día en que otros pueblos celebraban el
nacimiento de sus dioses.Ver: A vueltas con la navidad primera parte. Y en
cuanto a fijar el año I. Sobre el 532, como el del nacimiento de Jesucristo; fue
un error de cálculo de un tal Dionisio el exiguo (adivinar el porqué del apodo) ¡Sí! su estatura.
Estudiosos actuales de la biblia,
que a pesar de su carácter religioso no deja de ser un libro de historia. Han
contrastado datos que dan como resultado el siglo VI aC como fecha más probable.
Pero ni en un siglo ni en el otro se
tiene constancia de ningún fenómeno meteórico, estrellas fugaces, supernovas,
ni conjunciones planetarias que puedan resolver el enigma que el mismo Isaac
Asimov define como: uno más de los misterios que se encuentran en el libro
sagrado: Milagros, resucitaciones y curaciones, o el paso del mismísimo mar
rojo y las plagas de Egipto.
Con lo cual esa estrella pasa a ser otro símbolo añadido que nos habla de Luz, guía y señal. No deja de ser otra figura metafórica
utilizada por los cristianos del Medioevo.
Otra curiosidad son los nombres
de esos Magos cuyas primeras referencias datan del siglo V dC contenidos en un
documento denominado: "Excerpta latina bárbari" y en donde se les nombra como: Melichior,
Gathaspa y Bithisarea.
En uno de los evangelios apócrifos,
en concreto en el llamado “Armenio. Sobre la infancia de Jesús” se les conoce como:
Melkon, Gaspard y Balthazar.
Con lo cual, a estas alturas podemos
sacar la conclusión de que la tradición ha ido añadiendo datos, detalles y
simbología para explicar lo que hasta ahora es inexplicable.
A saber:
A saber:
-Tres representantes de tres religiones diferentes. Los llamados "Gentiles" por los judíos, cuando el cristianismo todavía no
estaba inventado
-Tres razas distintas de tres continentes.
-Personajes que representan las tres
edades del hombre.
-Las
cabalgaduras suelen ser en el imaginario popular tres camellos, pero por otro lado son:
Un camello, un caballo y un elefante. Y añadimos los datos que ya os he aportado sobre
la estrella.
El número tres es un número que aparece 467 veces en la biblia con infinidad de acepciones: La trinidad, el tres veces santo, La resurrección a los tres días de las muerte del redentor, El trino y uno.
Según Platón es la imagen del ser supremo en sus tres vertientes: material, intelectual y espiritual.
Según Platón es la imagen del ser supremo en sus tres vertientes: material, intelectual y espiritual.
Según Aristóteles el contenedor del principio el medio y el fin.
Los regalos entregados al recién nacido también son tres y encierran sus propias alegorías.
-Oro: ofrecido al niño como la riqueza apreciada por mundo, regalo digno de un “Rey de reyes”
-Incienso: Un elemento indispensable
a la hora de ofrendar as los dioses. Al “Dios verdadero”
-Mirra: Una resina aromática
utilizada para embalsamar a los difuntos. Ofrendada al Dios hecho hombre que morirá
por el resto de los mortales, convirtiéndose Él mismo en ofrenda.
A todo ello hay que añadir leyendas curiosas que nos hablan de un cuarto “Rey mago” sin tener en cuenta que el pueblo
armenio cuenta hasta 12, que tampoco son reconocidos por la iglesia.
Que la palabra “Mago” deviene a través de varias lenguas en “Magister”
que significa “Maestro”.
Y por último, termino recordando, que en la
catedral de Colonia en Alemania, se encuentra el afamado relicario de los Reyes
Magos donde supuestamente reposan sus huesos.
Dichas reliquias fueron
trasladadas a Colonia desde Milán por el emperador Barbarroja en 1164. Convirtiéndose
la localidad desde entonces en foco de
miles de peregrinos.
Lo que haya de verdad o de invento,
de exageración o leyenda no me preocupa en exceso. Hemos asimilado este fin de
fiesta como algo familiar, como demostración de la generosidad gratuita entre los hombres y además ¿Qué sería
de un nacimiento sin las figuras de esos personajes con tanto carisma?
¡Y qué carallo!
Donde estén estos tres viajeros buenos Reyes Magos, que se quite el invento del gordo de la Cocacola que a veces, tanto miedo da a los niños.
Donde estén estos tres viajeros buenos Reyes Magos, que se quite el invento del gordo de la Cocacola que a veces, tanto miedo da a los niños.
¡Felices Reyes! ¡Que os traigan ilusión y esperanza!
y ¡muuuuchos! libros que leer.
Derechos de autor: Francisco Moroz