Lo pagano nos rodea una vez más ¿Ninguna fiesta religiosa basada en el cristianismo es original?
Pues al parecer, queramos o no, nos guste más o menos, parece ser así.
Y la Semana Santa con procesiones, palmas y torrijas, no iba a
ser una excepción.
Empezamos a procesionar pues, alrededor de esta tradición.
La primera pregunta que
nos deberíamos hacer sería la siguiente: ¿Por qué estos días festivos casi
nunca coinciden por las mismas fechas de un año para otro? En unas ocasiones a
finales de Marzo y en otras de Abril.
La respuesta la
encontramos como casi siempre en los equinoccios, en este caso el de la
primavera, días en los que también se nos obliga a cambiar de hora nuestro
reloj analógico o digital para tormento
del biológico que está programado para seguir ritmos
más acordes con la naturaleza. Sueño, comida y otras actividades físicas y
fisiológicas se ven adelantadas o atrasadas por intereses económicos tan
variopintos, como la mejora de la productividad gracias al aprovechamiento
lumínico.
El caso es, que estas
fechas de celebración religiosa se imponen y se cambian de días según le toca a
la Luna de lleno. Quiero decir que se las hace coincidir con la primera Luna
llena después del referido equinoccio (Así queda más claro, espero) La Luna, tan femenina, siempre tan pagana.
Por otro lado se trata de una fiesta
inventada por la iglesia católica para machihembrar sus enseñanzas evangélicas apoyándose en creencias más antiguas, que
de esta manera quedaban solapadas, y con el paso del tiempo olvidadas en su
original contexto.
Igualmente se la
hace coincidir con la Pascua, celebración propiamente judía que aparece en el
libro del Levítico y que fue impuesta por Jehová a su pueblo elegido. Muy a la
contra, en el libro sagrado no aparece ninguna referencia a la “Semana Santa” como tal.
¿Qué se celebra?
El principal motivo de
celebración de los cristianos es la resurrección de su Dios hecho carne en su
hijo Jesucristo. Fundamento de toda su creencia monoteísta.
Adviento (Tiempo de espera) Navidad (Nacimiento) Cuaresma (Preparación-purificación) Pascua (Muerte y resurrección) más el tiempo ordinario, conformarán el tiempo litúrgico de la iglesia católica.
Adviento (Tiempo de espera) Navidad (Nacimiento) Cuaresma (Preparación-purificación) Pascua (Muerte y resurrección) más el tiempo ordinario, conformarán el tiempo litúrgico de la iglesia católica.
Pero esto no quiere decir
que todos los cristianos del mundo celebren al mismo tiempo esta festividad. Aquí también
depende si uno es ortodoxo o católico y todo por causa de los distintos
calendarios adoptados por los unos o los otros, el Juliano o el Gregoriano,
aunque ambos se pusieran de acuerdo en el concilio de Nicea sobre lo de la Luna
llena, el Sol triunfante y los equinoccios diversos dependientes de las
estaciones que marcaban los tiempos de siembra, cosecha y recogida del fruto.
En definitiva calendarios agrícolas
que marcaban la primavera como el tiempo de la siembra (El comienzo de todo) y
que era utilizado por culturas y civilizaciones muy antiguas como la romana, la
china, la hebrea, mesopotámica o celta.
¿Y el ayuno y la abstinencia?
¿Y el ayuno y la abstinencia?
Pues habría que señalar
a los babilónicos que pusieron de moda esa otra fiesta que precede a la pascua, los conocidos en la actualidad como carnavales en
la que, entre otras costumbres elegían como rey durante un día a un reo condenado a
muerte. Se le permitía gobernar ¿? y se le concedían todos sus caprichos para a continuación ser
ejecutado. Menudo privilegio el de este pobre.
Esta
celebración fue adoptada por griegos y romanos significando para estos, tiempo de excesos sin medida (Bacanales)
Por ello, al ser recogidas dichas tradiciones por la iglesia sobre todo en la Edad Media, después del desenfreno y las bajas pasiones
desatadas, venía el momento de reflexión, recogimiento, meditación, oración y privación de
alimento al igual que de bebidas espirituosas que nada o poco tenían que ver
con el espíritu santo ni el espíritu divino.
Continuará
Segunda parte
Tercera parte
Cuarta parte
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Derechos de autor: Francisco Moroz