–Tengo más que claro que el Covi-19 es un virus que escapó del laboratorio
experimental de Wuhan en China, aunque las autoridades lo ocultan para
no reconocer su error y provocar alarmas que les pueden acarrear sanciones por
parte de la comunidad internacional.
– ¡Que no hombre! fue en China donde se originó, pero por la falta de
higiene de sus habitantes y esos peculiares alimentos que ingieren casi crudos:
murciélagos, ratas, culebras, perros… ¿Acaso no los ves por las calles
hurgándose la nariz y escupiendo?
–Pues he leído en un mensaje que me envió mi cuñado que está muy puesto en
estos asuntos, que esta pandemia ya la predijo el gran astrólogo
Nostradamus.
– ¡Quita! ese era solo un cantamañanas del tres al cuarto. Además no era
astrólogo sino médico y adivino. Se trata de bulos que se inventan algunos que
parece se aburren en casa con esto de la cuarentena. Los escriben y se los
atribuyen a este, que fue un oportunista vaticinador, en cuyas cuartetas parecen
encajar todos los desastres de la humanidad.
Yo creo que en realidad es una conspiración de Estados Unidos para
desacreditar a sus máximos competidores económicos para que pierdan el crédito
de las masas poblacionales consumistas para que dejen de comprar sus teléfonos
móviles. Entre otras cosas porque lo de los aranceles impuestos parece que no
les dieron buenos resultados.
– ¿Y si fueron los propios chinos los que propagaron el virus para diezmar
a la población y contener la enorme densidad demográfica del país y de paso
quitarse parte de la competencia? ¿Y los Yihadistas no tendrán algo que ver en
todo esto? Puede tratarse de una nueva forma de terrorismo a base de bichitos
virulentos destructores de mucosas.
–Uno no sabe que pensar con tanta fake news.
– ¿Quieres saber mi opinión personal?
–Dime.
–Se trata de una conspiración judeo masónica para hacerse con el control
global de la humanidad, como cuando lo de los judíos de Toledo y los Reyes
Católicos y todo eso. Encima encaja con la teoría del Nostradamus
ese, que era de procedencia judía. Al final va a resultar que el Hitler era un
visionario redentor.
–Yo tengo una teoría que no es tan loca como la tuya. El responsable
de este caos es el gobierno de la nación. Se trata de sus nuevos planes
secretos para ahorrarse los sueldos del subsidio de desempleo y los de
jubilación por descarte y óbito de los cotizantes.
–No puede ser casual lo del virus ¡Ya te digo!
–Tampoco te has parado a pensar que puede que se hayan
puesto de acuerdo todas las mujeres para obligarnos a permanecer en casa. No es
casualidad que hayan cerrado bares y clausurado todo tipo de eventos
deportivos. No se puede salir en grupos, solo de uno en uno. Dentro de casa nos
vemos obligados a hacer tareas domésticas y ayudar con los niños sí o sí.
Para más inri todo el santo día vigilados, como en gran hermano. Esto no puede
ser más que una confabulación de todas ellas para tenernos controlados.
No podemos presentir sus sonrisas mefistofélicas detrás de nosotros, mientras
aplaudimos en el balcón como panolis mientras pensamos, que hasta esto lo
estamos haciendo también por propia iniciativa, y sin sospechar que es la forma
de celebrar entre todas la gran victoria sobre todos nosotros, excusándose con
que los aplausos están dedicados a los sanitarios.
– Deberíamos publicar en las redes sociales estas reflexiones y hacerlas
virales ¿No crees? A ver si despiertan y aprende la gente a identificar a los
responsables y creadores de estos tipos de caos pandémicos.
–Yo de momento me voy a tomar un paracetamol
para ver si se me baja la fiebre y así poder salir con mi mujer a hacer la
compra al súper, por ver si han traído ya el papel higiénico, que solo me
quedan veinticinco rollos con los que no llego a fin de mes. Que hay tontos del
culo, nunca mejor dicho, que arramblan con todo.
–Pues aquí en casa somos más de ibuprofeno y a los
cinco que somos nos está aliviando además de la fiebre, las toses y los dolores
de cabeza. De hecho si hace bueno esta tarde saldremos a dar una vuelta para
ver a mi anciana madre que está muy solita la pobre en su casa.
– ¡Los malditos imbéciles son los que provocan
semejantes situaciones! Y los ignorantes que no siguen las normas básicas de
sanidad.
–Eso amigo ¡Maldita Estulticia!
-¿El qué?
derechos de autor: Francisco Moroz