Dos pequeños relatos presentados al concurso de
"Microcuentos de terror II" creado por El Círculo de escritores.
Negro
Nos mirábamos de frente.
A penas percibía expresión en su rostro, parecía no denotar sentimiento de clemencia por mi abatido cuerpo. El me dominaba desde arriba, presionándome ligeramente el pecho con su peso liviano.
Durante un minuto mantuvimos nuestras miradas.
Parecía no decidirse a actuar; bien sabía yo lo que quería y no podía negarme a dárselo. Era imposible la resistencia. Del todo inútil luchar contra algo irreversible.
Era negro como la muerte, en realidad: ¡Negro como ala de cuervo! Era justo lo que tenía encima dispuesto a picotearme los ojos, estos ojos que iban a perder su luz.
Blanco
Rasgó la noche con un centelleo seguido de un estampido brusco. Se avecinaba tormenta, y yo en un rincón presentía mi fin.
La puerta se abrió chirriante a la noche oscura, no lograba adivinar si el vendaval desatado era la causa, o esa presencia merodeadora y temida que me acosaba como víctima propiciatoria.
¡De repente! ¡Se hizo la luz! en el instante en que rompía a llover, otro relámpago recortó sobre fondo blanco, la silueta de mi verdugo. La muerte me visitaba a domicilio. Ya solo llegué a oír el trueno.
Derechos de autor: Francisco Moroz
"Microcuentos de terror II" creado por El Círculo de escritores.
Negro
Nos mirábamos de frente.
A penas percibía expresión en su rostro, parecía no denotar sentimiento de clemencia por mi abatido cuerpo. El me dominaba desde arriba, presionándome ligeramente el pecho con su peso liviano.
Durante un minuto mantuvimos nuestras miradas.
Parecía no decidirse a actuar; bien sabía yo lo que quería y no podía negarme a dárselo. Era imposible la resistencia. Del todo inútil luchar contra algo irreversible.
Era negro como la muerte, en realidad: ¡Negro como ala de cuervo! Era justo lo que tenía encima dispuesto a picotearme los ojos, estos ojos que iban a perder su luz.
Rasgó la noche con un centelleo seguido de un estampido brusco. Se avecinaba tormenta, y yo en un rincón presentía mi fin.
La puerta se abrió chirriante a la noche oscura, no lograba adivinar si el vendaval desatado era la causa, o esa presencia merodeadora y temida que me acosaba como víctima propiciatoria.
¡De repente! ¡Se hizo la luz! en el instante en que rompía a llover, otro relámpago recortó sobre fondo blanco, la silueta de mi verdugo. La muerte me visitaba a domicilio. Ya solo llegué a oír el trueno.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Para mi están de premio.
ResponderEliminarSuerte.
Un abrazo
Agradezco esa confianza que depositas en mi.
Eliminarun abrazo.
Fantásticos estos microrelatos, sin duda son dignos de mención. Parece mentira que en pocas palabras se pueda describir una escena completa. Son espléndidos!!
ResponderEliminarMucha suerte Francisco.
Yo pensaba hasta ahora ahora que tampoco era posible, pero poquito a poco te das cuenta que las palabras tienen cierta magia.
Eliminarun abrazo amigo Joselium
Bienvenido al Círculo de escritores, hombre.
ResponderEliminarHe aquí dos escenas de muerte con dos verdugos que contrastan entre sí.
Delirantes.
Un abrazo.
Un placer de este encuentro con amantes de lo literario.
Eliminarespero frecuentaros.
Un abrazo
Geniales, Francisco!!
ResponderEliminarAdemás de los argumentos, que son buenos y muy acordes con el género de terror, me ha encantado la presentación. Ese complementar los colores antagonistas por excelencia ha sido toda una ocurrencia :)
No te aficiones a los concursos que los demás también queremos tener una oportunidad, ein?? jajajajjaa
Un beso y feliz viernes!!
Como me alegro que te gusten, pues eres maestra de lo escrito. Sabes bien querida Julia que donde tú estés yo estaré.
EliminarPero como sombra protectora, no como competencia desleal.
Besos también
Grandes Micros, Francisco. De narración poderosa. Muerte en ambos sentidos, en el negro del cuervo y en el blanco, donde se refleja la sombra del verdugo. Muy buenos.
ResponderEliminarSaludos, compañero.
Un gran placer tu paso por aquí. Espero verte algún día como seguidor.
ResponderEliminarAgradezco tus palabras
Un abrazo.
Descubrí hace un par de años los microrelatos y desde entonces soy adicto. Los tuyos me han impactado (más el primero que el segundo), son inquientantes en su brevedad.
ResponderEliminar¡¡¡Felicidades!!!
Un abrazo.
Se te echaba de menos por aquí amigo Enzo. Me alegra que valores esas dos pequeñas creaciones. Es importante para mi vuestra opinión.
Eliminarun abrazo.
Fantástico Francisco,
ResponderEliminarVeo que ya te has estrenado y a lo grande. A mi me parece complicadísimo esto de los microrelatos, contar en tan pocas letras una historia. Lo has hecho de fábula y no uno,¡¡¡ dos!!!.
Felicidades.
Me tentaste tú a lo de los concursos, aunque no seas consciente de ello. por eso mi agradecimiento para ti es doble. También por pasarte y por tus palabras que siempre son gratas y muy bien recibidas. Eres asertiva y me encanta tenerte por aquí...¡Y lo sabes!
ResponderEliminarUn beso
Pues a concursar y a pasarlo bien. Será divertido.
EliminarYa sabes que es un placer leerte y darte mi modsta opinión
Feliz fin de semana
Gracias por tenerme en cuenta y feliz que me hayas descubierto.Me paso por tu blog naturalmente y le echaré un vistazo para conocer tus gustos y tus opiniones literarias.
ResponderEliminarUn beso Eva
El blanco puede ser tan significativamente negativo como el negro. Muy buenos tus micros.
ResponderEliminarSaludo!!!
Primera vez que te veo por aquí y espero que no la última, quedo agradecido por tu opinión que da vida al blog.
ResponderEliminarUn abrazo Skuld y se bienvenida
Gracias por la bienvenida, Francisco. Seguro volveré a pasar.
EliminarUn abrazo.
Magníficos relatos, sobretodo debido al contraste de color que existe entre ambos, un perfecto juego de sombras y luces.
ResponderEliminarSaludos.
La idea es que el miedo puede ser a la carta, sin depender de colores, gustos ni situaciones donde ocurra aquello que nos aterrorice.
EliminarGracias por tu paso por aquí.
Un abrazo Felipe
Relatos estupendos. Sobre todo el segundo. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Paola me animas con tus palabras, ¡Así da gusto escribir!
EliminarUn beso
Dos grandes micros, Francisco. Es un placer tenerte aquí, casi siempre estoy por acá (El Círculo de Escritores) así que espero volver a verte no sólo en los concursos sino también en los desafíos. El primero, me recordó al monte una vez que vi como los cuervos le sacaban los ojos a los corderos recién nacidos. Es terrorífico.
ResponderEliminarEl segundo es mi favorito porque es muy sutil. Excelentes, un abrazo
¡Que bueno leerte amiga!
ResponderEliminarme alegro de que estés por ese círculo mágico de escritores. Espero que coincidamos a menudo, para mi será un placer.
Un beso enorme.
Gran contraste entre dos cuentos con finales escalofriantes. El segundo es el que más me ha gustado.
ResponderEliminarUn saludo, Francisco!
¡Hey! Federico me alegra verte y agradezco tu opinión.
EliminarUn abrazo
Dos micros que están escritos de muerte. En ambos se habla de la muerte, expresada en blanco y negro. Me gustaron ambas historias, aunque me encantó la primera, con esa revelación final del cuervo. Magníficos.
ResponderEliminarUn saludo.
Bienvenido Ricardo por este rincón de lectura.
Eliminaragradezco tus palabras y valoración sobre lo escrito.
Un abrazo