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18 de Noviembre- 2014 - Hospital de San Carlos- Madrid
(Toma de contacto)
"La vida de por si es un gran milagro, las circunstancias que acontecen a lo largo de ella también"
¡Doctor Pinedo!¡Doctor Pinedo! acuda a quirófano.
¡Las urgencias! Esta es una de las cosas a las que me refería con eso de que el ejercicio de la medicina no es ninguna bicoca. En estos momentos es cuando me gustaría desaparecer y poner en otras manos la responsabilidad de las decisiones importantes.
Llego corriendo atendiendo a la llamada, me lavo las manos mientras me colocan la bata. la mascarilla y el gorro; me enfundo los guantes de látex y a la vez pregunto: ¿Qué tenemos?
La voz de la enfermera me responde con urgencia mecánica de profesión bien aprendida: Varón joven con parada cardiorespiratoria producida por fuerte contusión en el plexo solar celiaco y herida de bala en la parte posterior sin salida.
El paciente está inconsciente y la decisión debe ser rápida: Reanimación cardio-pulmonar con desfibriladores lo más inminente; después sedación, limpieza de herida extracción de bala, desinfección y cosido. Otro caso más de violencia entre bandas callejeras; este turno de noche en urgencias es lo que tiene: Casos de comas etílicos por el consabido botellón de fin de semana, sobredosis, brechas en la cabeza y heridas por armas blancas y de fuego, traumatismos por accidentes de coches y motos y algún atropello a peatones.
Estos momentos son los más decisivos, en los que pones a prueba los conocimientos adquiridos, tu preparación y competencia, la pericia, la maestría para realizar las manipulaciones pertinentes y también la confianza en ti mismo y en la profesionalidad de tu equipo, la eficiencia del instrumental y los fármacos correspondientes.
Pero yo personalmente no olvido el empeño que pongo en lo que hago y mi tozudez en conseguir buenos resultados y naturalmente menciono ese apartado, que muchas veces denominamos con el calificativo de "suerte" que no es otra cosa que: providencia, oportunidad, preparación y entrega a la labor que realizas.
Y si nos ponemos trascendentales yo os podría hablar de los prodigios, de esas curaciones inexplicables por la ciencia y que la mente humana no puede nominar como lógicas...
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28 de Noviembre- 2014- Hospital San Carlos (El Clínico)
El paciente de la habitación 223 se recupera favorablemente de sus contusiones y heridas.
El equipo médico ha sido una vez más, capaz de salvar una vida instalada en ese límite ambiguo, que la separa de esa otra orilla desconocida.
Es uno de esos casos en los que convergen causas inexplicables y elementos fuera de lugar que contraviene toda lógica y estudio.
Por primera vez estoy confundido como médico y no me atrevo a esgrimir hipótesis concluyentes; ninguno de los facultativos consultados encuentra una respuesta a este caso, y de alguna forma se eximen de responsabilidades por tratarse de "Mi paciente". Algo no cuadra, creemos que debe de tratarse de un error garrafal en la burocracia que gobierna este hospital de por sí tan politizado. Historiales perdidos, analíticas cambiadas...No es lo normal, pero a veces ocurre. Somos humanos y a veces descuidados.
El caso es, que en los escasos 10 días que este joven lleva ingresado, la recuperación ha sido rápida y durante ellos he conseguido de alguna manera, un acercamiento personal al individuo desconocido a base de paciencia; creando un vínculo que se podría calificar de confianza mutua.
Una vez pasado el shock inicial post- traumático, el muchacho desorientado en los primeros momentos decidió balbucear las primeras palabras requiriendo mi nombre, preguntando donde se encontraba y como había llegado allí y porqué. Demasiados porqués y muy poca información sobre el mismo. Al principio no parecíamos hablar el mismo idioma, y la aparente desubicación del joven era conmovedora.
Recuerdo que después de darle las respuestas a las preguntas de: año y lugar, sufrió una especie de conmoción que le ocasionó mareos, vómitos y pérdida de conocimiento.
Tras unos minutos que me parecieron eternos y una vez repuesto y más calmado, me hizo una última pregunta:
-¿Usted cree en los milagros?-
Mi respuesta fue automática y sin pensarla demasiado: -Depende lo que tú entiendas como milagros-.
Fue entonces cuando empezó a contarme su historia, y la confusión empezó a extenderse de manera viral dentro de mi intelecto, provocando un cortocircuito que me forzó a sentarme para seguir escuchando incrédulo; el que ahora sufría la conmoción era un servidor, el que empezaba a sentirme mal era yo, pues esas respuestas fáciles y lógicas no tenían cabida en los términos en que se estaba desarrollando la conversación.
Antes que nada y a causa de la falta de documentación que el paciente había aportado, lo primero que hice fue preguntarle sobre su identidad, obteniendo esta respuesta:
-Me llamo Vicente Cardull, tengo 25 años y pertenezco a la
columna Durrutti- ... Luchaba en la Ciudad Universitaria... Nos dieron la orden de retirarnos Al Clínico...y yo...caí...
...La historia en realidad nunca es enteramente como nos la cuentan: O mienten, o callan, o esconden la verdad.
Yo la inventé para no perder las esperanzas, ni la fe en el ser humano.
A veces la ficción es más llevadera que la realidad.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Muy bueno, Francisco. Un final inesperado y muy sugerente. Un viaje en el tiempo, que no en el espacio, para unir dos épocas históricas... y dos partes de un relato: ya creí que te habías olvidado del pobre soldado. Me ha gustado mucho porque además, yo, que soy una agnóstica convencida, soy de las que piensan que "haberlas, haylas" y en este tipo de historias, sin creérmelas, soy incapaz de no creerlas.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Me estás resultando una mujer dura: Agnóstica y de difícil lágrima (jeje) con lo cual si te ha gustado la historia me doy con ese canto en los dientes que hay que darse cuando consigues lo inesperado, el que algo tuyo guste.
EliminarMe alegro y me siento agradecido por tus palabras. y reafirmo el placer de tenerte cerca.
Abrazos Rosa.
No te creas todo lo que cuento de mí misma...
Eliminarque no es que sea mentira.
EliminarUn cierre de historia redondo, bien planeado y bien enlazado. Te quedó genial!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que la "Historia" no es exactamente como nos la cuentan (sobre todo porque depende de quién nos la cuente) y en que a veces la ficción es mucho más llevadera que la realidad. Suerte que tienes esa capacidad para inventar ficciones si es necesario :)
Un beso y enhorabuena por esta trilogía, me ha encantado.
Feliz finde!!
Bueno. al principio me resultó un poco difícil pasar de lo histórico a lo ficticio sin que chirriaría por algún lado. Pero vista vuestra aceptación me doy por satisfecho.
EliminarUn beso y gracias por leerme Julia.
En el primer relato te mencioné que el escenario de la Ciudad Universitaria me era muy familiar. Pues ahora tengo que decirte que en la última planta de la facultad de Farmacia se encuentran unos antiguos laboratorios que ya no se usan y que se emplean como trasteros (familiarmente le llamamos el palomar), una de las veces que me tocó subir a por unos aparatos un compañero, supongo que para tomarme el pelo, me dijo que allí a veces se oían voces y que los estudiantes decían que eran de gente que murió en la guerra. Al igual que Rosa yo soy agnóstica pero también creo que 'haberlas, haylas'. Con tu relato empiezo a pensar que lo mismo ahí hay un túnel del tiempo.....
ResponderEliminarNo pienso subir a esa planta nunca más, ya te lo digo.
Fenomenal broche a una trilogía muy buena.
Un beso
¡Guauuu! Trabajas cerca de un túnel del tiempo, quizás al lado de una puerta cósmica. Sabrás que el campus universitario se inauguró como campo de batalla antes que como universidad docente y que más tarde se encontraron cadáveres dentro de algunas aulas tapiadas.¡Soldados que habían muerto emparedados vivos. Y esto tristemente no es leyenda ni ficción por ello al final e mi relato termino dando esa pequeña explicación. Las voces que podamos oír serán las de nuestra conciencia que nos interroga del porqué seguimos tropezando en las mismas piedras sin poner remedio.
EliminarMe alegra que te haya gustado la historia en su conjunto a pesar de ser una incrédula.
Un beso grande.
Gracias, Francisco, por la información. Esa explicación de que las voces que oímos son las de nuestra propia conciencia es de lo más plausible y estoy de acuerdo con ella pero desconocía que se hubieran encontrado cadáveres emparedados.
EliminarPor eso ahora cada vez que me quede sola en el laboratorio haciendo horas extras o cuando tenga que ir un día festivo a terminar un experimento estaré mucho más tranquila. Antes me daba un poco de canguelo pero ahora....le pediré al guardia de seguridad que se quede a mi lado.
Seguro que en ese "almacén" desemboca un agujero de gusano que conecta con el multiverso en el que se encuentra la Guerra Civil. ¡¡¡Qué emocionante!!! ¿Y dices que no vuelves a subir? ¿Y si aparece el mismísimo Durruti? Yo no me movería de allí.
EliminarSi se me apareciera Durruti sí sería interesante, y mucho más si se me apareciera el soldado creado por Francisco pero y si el que se me aparece es el General Yagüe o Mola o Franco!!? Quita, quita, yo no me arriesgo.
EliminarPues podías decirles cuatro cosas, e incluso, darles una pócima letal.
EliminarCreo que has conseguido con la trilogía no solo mantener el interés sino llevarlo a su punto más álgido y que estemos ansiosos por leer.
ResponderEliminarSiempre pienso que el trabajo del personal de urgencias es fundamental, en unos instantes tienes que aprender todo lo que sabes y acertar con el diagnóstico para que los pacientes no se te vayan...estresante, duro y complicado..y muy de agradecer.
Y tu soldado...¿cuándo algo es como nos lo cuentan? pocas veces, muy pocas veces o casi ninguna porque cada uno de nosotros tenemos nuestra forma de "mirar" la realidad y la acabamos construyendo según lo que nos parece.
Saltos en el tiempo, personas que se aparecen, historias no contadas, gritos y ruidos sin explicaciones...hay tanto por descubrir y nos limitamos a mirar pensando que vemos...me quedo con la frase del Principito de Saint Exupèry " Lo esencial es invisible a los ojos".
Un abrazo
Interesante tu reflexión: Las cosas que creemos ver son en muchos casos espejismos, juego de luces. Cuantas veces oímos voces sin haber nadie cerca o presentimos presencias y movimientos. ¿Pueden ser jugarretas de nuestro cerebro ¿Pero conocemos ciertamente el cerebro? ¿O simplemente no tenemos control sobre ciertos parámetros del mismo? Todo es muy complicado de entender con la simple lógica. pero si le echamos un poquito de imaginación y de fe y nos abrimos a otras realidades, quizás lleguemos a comprender ciertos sucesos que nos pasan desapercibidos diariamente, esas señales y esos renglones torcidos que todavía no somos capaces de leer ni de interpretar pero que percibimos inconscientemente.
EliminarGracias por tu comentario siempre tan enriquecedor: Lo esencial es invisible a los ojos.
Besos Conxita.
Acaba de forma inesperada el relato. Me han gustado tus reflexiones acerca de los milagros y la metáfora que usaste en relación con la vida: cada uno es un títere que sale al telón y desaparece cuando le toca. También la alusión a la muerte que no perdona a nadie.
ResponderEliminarEn resumen, este relato de tres partes esta muy completo y te hace pensar y reflexionar sobre las cosas que dices. Un buen trabajo y que sigas siendo un gran escritor. Un abrazo Francisco.
Bueno amigo, el ser buen escritor no es fácil, me conformo con que el que me lea, descubra alguna reflexión o parte de la historia narrada que le sirva o le haga pensar como a ti.
EliminarMe satisface sobremanera tu comentario en cuanto al ánimo que me aporta para seguir haciendo lo que hago.
Muchas gracias y un abrazo.