lunes, 22 de febrero de 2016

Simple detalle




Cada vez que la hablada del último sobre rechazado me  interpelaba pidiéndome explicaciones del porqué ocurría.
¿Es que los de la compañía la tenían manía?

Era como dialogar con una sorda, nunca quería escuchar las razones, simplemente porque no llegaba a comprenderlas. Pertenecía a una generación acostumbrada a lidiar con las nuevas tecnologías, a comunicarse por medio de los correos electrónicos y utilizar las aplicaciones ofrecidas por la telefonía móvil.

Como hacerla entrar en razón y demostrarla que no se trataba de que la tuvieran tirria los de la compañía postal, sino que el motivo de la devolución era, la ausencia del obligado y consabido sello en las cartas enviadas. 



Derechos de autor: Francisco Moroz

33 comentarios:

  1. Los detalles son importantes, no hay duda :))

    Tu micro pone de manifiesto un hecho que puede tener algo de cómico, pero que no deja de ser completamente lógico en los tiempos que corren. Cuando empezaron a funcionar los e-mails seguro que la situación podía ser bien distinta pero parecida respecto a su uso. Como dijo una vez alguien ¡las cosas cambian que es una barbaridad! :D

    Muy ingenioso y original, Francisco. Me ha hecho pensar que seguro que llega el día en que el correo ordinario no sea más que una reliquia que comentar a los niños...

    Un beso de martes!!

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    1. Se pierden cosas que antes eran cotidianas y que ahora parecen cosas de un pasado lejano a causa e las nuevas tecnologías. que todo sea para bien.
      Los tiempos cambian una barbaridad y tan rápido que apenas hay lugar para adaptarse.
      Besos

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  2. Cuando mi hija era pequeña no entendía que yo me hubiera comunicado con mis primas de Santander y La Coruña por carta. Me preguntó que por qué no utilizaba el "messenger", cuando le contesté que cuando yo era adolescente no existía internet me miró con cara de espanto y me dijo: ¡¿cómo podías vivir así?!
    La tecnología nos facilita la comunicación, los mensajes nos llegan mucho antes, instantáneamente, pero ese toque personal que supone leer algo de puño y letra no lo da ningún email. Yo echo de menos aquellas misivas que intercambiaba con mis amigas.
    Posiblemente, y para que no les pase a los más jóvenes lo mismo que a la protagonista de tu fantástico microrrelato, en las estafetas de correos tengan que dar un manual de instrucciones antes de mandar una carta.
    Un besote, Francisco.

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    1. Nuestros tiempos para los adolescentes, son como la edad de piedra para nosotros. Se quedan impactados de como podíamos sobrevivir sin la tecnología actual.
      Ahora con sus móviles tienen el mundo en sus manos, toda la información...Bienaventurados los que leen todavía.
      Besos

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  3. Cabezonería, ignorancia, falta de hábito... ES como poner típex sobre la pantalla del ordenador. Las nuevas tecnologías no solo dejan atrás los hábitos "de toda la vida" sino nos acabará haciendo inútiles para los sistemas "tradicionales".
    Un buen micro mezcla ironía y premonición.
    Un abrazo.

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    1. Al menos nosotros todavía manejamos ordenadores y móviles, pero a mí que no me hablen de manejar esos mandos con tantos botones que tienen las vídeo consolas, Soy un gran ignorante inhabilitado para tales experiencias sofisticadas
      Gracias y abrazo Josep.

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  4. Jijiji, seguro que no será la primera a la que le pasa eso, y otras muchas cosas de las que no nos enteraremos.
    Un besillo.

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    1. Ya verás cuando hables a tus hijas de cosas que hacías tú cuando eras joven. Se te quedarán con cara de asombro y te preguntarán cosas como: ¿Era posible vivir sin ello?
      Besos María.

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  5. Era un placer ya olvidado mirar el buzón y encontrar la carta que esperabas. Y una frustración tremenda cuando la carta no estaba. No me extraña. Kirke que tu hija dijera eso porque a veces, me sorprendo a mí misma pensando como pude vivir sin todas estas cosas que tanto nos facilitan la vida.
    Muy buen relato, Francisco. Un besazo.

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    1. Si te digo que yo llevo sin abrir el buzón tropecientos años y un poco más, seguro que no te lo crees, el mismo tiempo que llevo sin encender la televisión para ver basura. con eso te digo mucho de los pequeños placeres olvidados y del tiempo ganado en consecuencia, y aún así me falta para vivir adecuadamente a mis gustos.
      Besos Rosa

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  6. No hay nada como pegar un sello en una carta y echarla al buzón. En esos gestos van implícitas otras cosas, además de la ferviente fe de que llegue a manos de su destinatario.
    Hoy se nos hace muy raro, pero yo que he sido de escribir y echar muuuuuchas cartas, hoy las echo de menos (valga la redundancia), aunque todavía recibo alguna tarjeta en papel por Navidad.

    Tu relato está muy conseguido, Francisco. Muy bueno que ella pensara que le "tenían manía" (¡mira que se usa esta palabra entre alumnos!).

    Un beso, con franqueo, no sea que no te llegue ;-)

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    1. Yo escribía muchas cartas, sobre todo durante el servicio militar, en esa soledad forzada del retiro obligado y las horas muertas.
      Las cartas deseadas, las cartas escritas expresando tanta añoranza, tanto amor.
      Otros tiempos de los que poder hablar a los nietos cuando lleguen. De momento se les cuenta a los hijos.
      Besos... ¡Ah! ya estarás embarcada en tu viaje. ¡Disfruta!

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  7. A mi me hacia mucha ilusión ver las cartas con sello y no por nada, si no porque mi abuelo paterno era coleccionista de los mismo y me encantaba como los guardaba con tanto cariño, aparte claro esta de la ilusión que conllevaba recibir una carta. Es una pena que las nuevas tecnologías vayan a dejar poco a poco en desuso esta buena costumbre de mirar el buzón, una pena, solo nos llegan facturas y mas facturas, y propaganda, que da pena el gasto de papel inútil porque muchas veces se tira la mayoría a la basura. un abrazo Francisco y Enhorabuena porque en tan poco has dicho mucho. TERESA.

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    1. Las colecciones de sellos.
      Hoy el que conserve alguna de ellas tiene todo un dineral en su poder. Pues antes los sellos tenían ese valor de lo elaborado ilustrativamente hablando. Ahora son puras pegatinas impresas sin tanto valor arqueológico-histórico.
      Las facturas y la propaganda son las que llenan ahora los buzones. Donde quedan esas cartas familiares y de amores tan queridos.
      Otros tiempos que ni son mejores ni peores...son diferentes.
      Besos

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  8. La correspondencia por carta esta ya en obsoleta, pero todavía hay que dar uso a correos para otros envíos. Que si no me das tus señas no te lo puedo enviar. Tienes mi correo electrónico me lo envías por allí que es mas moderno Un abrazo

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    1. Ja,ja,ja. Tendremos que empezar a cartearnos los blogueros.
      El club del correo obsoleto, podríamos auto-denominarnos.
      Besos

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  9. Cuando eres mayor, es difícil adaptarse a los cambios, como le ha pasado a tu protagonista. Su reacción, me ha hecho reír.
    Un micro estupendo, Francisco, felicidades.
    Mil besos

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    1. Nosotros no nos haremos mayores, somos grandes y por ello superamos en tantas cosas a los jóvenes que estando muy preparados,se han perdido tantas cosas. ¡Ah! que hubieran nacido antes ¿No?
      Besos para ti.

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  10. Llegará el momento en que no recordaremos cómo usar un boli? Muy bueno, Francisco.
    Abrazo!!!

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    1. Calla, calla, no des ideas que enseguida te toman la palabra los adictos al teclado.
      Besos Mª Jesús

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  11. Anónimo8:43 p. m.

    Me van a ahorcar todos pero jamàs he usado los correos nacionales, nunca he pegado una estanpilla y aunque si me he enviado cartas, sobre todo en tiempo de noviazgo con mi marido, jamàs he enviado una con estampilla ni a travès de buzones jajaj yo nacì en la era del msn y hotmail. Sòlo en las pelìculas veo esto de revisar el buzòn al llegar a casa y ver tu solicitud de aprobaciòn de una universidad, o las cuentas, o saludos de tus tìos en otra provincia. En mi mundo eso ya se habìa acabado.

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    1. Pues me figuro que las misivas las entregarías en mano, porque acá sin sellos no llegan a ningún lado, bueno sí, de nuevo al que las remite, como en el micro.
      Gracias por compartir tu experiencia Arethusa.
      Abrazos.

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  12. ¡Los sellos, qué obras de arte solían ser antaño! Yo era una coleccionista de sellos precisamente, hasta que debido a distintos traslados de domicilio en varias ciudades, perdí en el camino algunos de los más antiguos y opté por abandonar mi afición de la infancia.
    Adaptarse a los tiempos, Francisco, y a esta nueva tecnología es otro buen punto de partida para hacer un buen micro, como el tuyo.
    Un abrazo

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    1. Pues que lástima que se perdiera esa colección, ahora sería una inversión valiosa. A mi me gustaban las colecciones que se editaban en si, como la de los trajes regionales, o la de escritores o músicos.
      Como bien dices: Pequeñas obras de arte.
      Besos Estrella.

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  13. Anónimo8:23 a. m.

    Aysss...me has recordado la alegría que era recibir una carta, de algún amigo o familiar, escrita a mano, hasta con algunos tachones... me entristece que se haya perdido su uso.

    Buen micro, beso grande!!!

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    1. Sí. La tristeza es lo que me entra a mi cuando lo único que se amontonan son los sobres con las facturas y ninguna misiva llena con sentimientos un poco más humanos y entrañables.
      Besos

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  14. Buen día Francisco, la sensación de recibir una carta ( no del banco u otros) es inigualable, es como leer un libro en papel, no por tablet u ordenador.. no me hago a la idea.. En cualquier caso no estoy en contra de los avances en comunicación..Ah¡ y como siempre me sorprendes con tu ingenio.

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    1. Bueno la imaginación es algo que también nos terminarán quitando los vídeo juegos y las máquinas que piensan por nosotros. La técnica está bien siempre que te facilite las tareas, pero hay cosas que solo ha de hacerlas el ser humano.
      Por ejemplo el placer de pintar, escribir, leer y jugar es algo que no debería ser sustituido nunca.
      Besos

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  15. ¡Qué nostalgia! Sobres con sellos. Snif

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    1. Y goma arábiga para cerrar los sobres y pegar los sellos. Esos olores y sabores al lamer las estampillas. Ja,ja.

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  16. Otro perjuicio de la técnica. Se nos olvida escribir a mano con buena letra.
    Eso si que me da pena. Pues es una habilidad que cuesta un aprendizaje, como para olvidarlo ahora.
    Saludos y gratitud.

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  17. A ver no veo yo que tengas que meterte con la pobre mujer por un sello de nada. En serio me reí de lo lindo por que a mi me pasó una vez. Muy buen relato y para mi desde luego muy divertido. Un abrazo.

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    1. ¡Ay! la ignorancia no es cosa de risa, pero tienes que comprender que las nuevas tecnologías nos están privando de cosas que hace poco eran de los mas comunes.
      Besos

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