El libro que he elegido
para aliviar la espera en el hospital se titula: “Resiliencia. El arte de
superar un trauma”. No es la temática científica que más me gusta, pero no
tengo más remedio que prepararme para lo peor de lo que preveo, tiene todos los
visos de ocurrir en breve.
Mi cliente va a morir
dada la gravedad de sus lesiones, y yo preparo mi estado anímico para el fatal
desenlace.
En su día levanté con
mucho sacrificio un pequeño negocio que iba viento en popa y que me daba lo
necesario para llevar una vida holgada. Pero la crisis se lo llevó todo al
garete, por causa de las reformas económicas, ajustes, recortes, impuestos, y
demás zarandajas. Que por obra y gracia de los prebostes políticos de turno, y
sus grandes y entusiastas ideas pergeñadas a golpe de tarjetas black, en
clubes de alterne y restaurantes de lujo; me habían dejado en la ruina a
mí, y a las familias de aquellos operarios que tenía contratados.
Lo perdí todo menos la
dignidad, y como la justicia no trabaja al mismo ritmo para todos ni con los
mismos resultados; decidí buscarme la vida de nuevo.
El drama se empezó a
fraguar por entonces, cuando con esfuerzo y tesón conseguí superar las pruebas
de acceso a la plaza de chófer de servicios preferentes.
Cuando me proponía algo
lo lograba. También conseguí salir indemne del aparatoso accidente de coche del
que sin embargo mi usuario resultó gravemente herido.
Las autoridades
investigaron el suceso, dada la importancia del cargo que ocupaba en el
ministerio de hacienda mi susodicho pasajero, y me exculparon de toda
responsabilidad. Al vehículo le habían fallado los frenos, el airbag y el
cinturón trasero.
Un cúmulo fatal de
coincidencias.
Y ahora estoy aquí,
sentado en una de las sillas de plástico del hospital, esperando los resultados
de la operación con cara de aparente preocupación, leyendo este libro;
empapándome de conocimientos sobre cómo superar una pérdida irremediable.
El saber nunca ocupó lugar. Por eso también estudié mecánica y
sistemas de seguridad del automóvil, y algo de psicología para que no detecten
la gran mentira.
Derechos de autor: Francisco Moroz
¡Cuánta perversidad, Francisco! Desde luego a veces dan ganas de hacer cosas tales, pero para no correr riesgos innecesarios ni ponerse a la altura de los "usuarios", mejor hacerse escritor y ejercer la justicia aunque sea con las letras. Muy bueno, te aseguro que un escalofrío me ha recorrido la espalda...
ResponderEliminar¡Un beso de jueves!
Es lo que nos queda a los que escribimos Julia. Justicia poética o de la otra a sangre y fuego. Lo que no podemos consentir es que los malvados se salgan con las suya hasta en nuestros sueños.
EliminarBesos querida amiga.
Como dice Julia, a veces dan ganas de hacer algo así y ya que nosotros no nos atrevemos, está muy bien que alguien lo haga por nosotros, como tu personajes, y más aún si lo hace de forma literaria e incruenta. Aunque de esto último no estoy muy segura.
ResponderEliminarBuen relato, amigo.
Un beso.
Yo soy de los que se cabrea con las cosas de las injusticias hechas siempre por los mismos: los abusones, los chulos y los matones de turno. cuantas veces no dan ganas de coger un Kalasnikov (Creo que se escribe así) y liarte a tiros seleccionando objetivos.
Eliminar¡Claro! que como literalmente no se puede hacer, de vez en vez lo hago literariamente.
Besos
Ilustrado el tipo, dicen que nunca el odio vale la pena porque acaba dañando al que lo siente, que no se acaba de liberar, tu prota lo ha solucionado de forma drástica, molesta pues lo elimino y es que lo que tiene escribir es que se arregla o desarregla la vida en un plis plas.
ResponderEliminarFeliz jueves
Besos
¡Ea! dicen y bien dicho que el saber de más no hace bulto y viene muy bien cuando menos te lo esperas. La cultura es una mochila como la de Macgyver en la que guardar conocimientos que te pueden sacar del apuro.
EliminarQue vena que la varita mágica no haga justicia preclara y rápida en ciertos individuos que se lo merecen con creces.
Besos
Realmente el hambre -en este caso la necesidad- agudiza el ingenio. No hay nada mejor para salir a flote como saber diversificar los conocimientos. Y a este sujeto le fue de mil maravillas para llevar a cabo su propósito. Lo malo es que si sigue por el mismo camino una y otra vez, acabará levantando sospechas, jeje
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que si es un tipo inteligente y camaleónico lo tendrán difícil para pillarlo, aunque como dicen que la policía no es tonta y menos ahora que están informátizados y supervitaminados como el super ratón de los dibujos animados; tendrá que andarse con cuidado para no caer en alguna trampa.
EliminarUn abrazo Josep.
Bueno bueno, es un gran ejemplo de que la venganza se sirve fría. La verdad es que el hombre tuvo tiempo de pensarse ese fatal final. Lo que no sabemos es si le sucederá a más de uno, y si al final nadie querrá subir a su oche...
ResponderEliminarUn besillo.
El coche fantasma donde se suben vivos y se bajan muertos. A lo mejor este hombre amplia conocimientos y se pone a pilotar aviones que cunden más. Aunque en este caso él mismo no saldría tan bien librado.
EliminarBesos María.
Bien, me llamo la atención ya el titulo y tus letras me empujan,Es curioso, pero sin duda es cierto que paciencia y conocimientos pueden ayudar a ...
ResponderEliminarBesos !!
Bueno el título es el gancho de toda historia si picas, casi que te atrapo del todo. pero la generosidad lectora también hace mucho.
EliminarBesos Maríjosé.
Voy a buscar el significado de resiliencia, que no me ha quedado claro. Un abrazo.
ResponderEliminarCon el tiempo que te he dado hasta que te he respondido, ya sabrás lo que significa la palabreja.
EliminarUn abrazo.
Como siempre enganchas, y es que la venganza ciertamente se sirve en plato frío y tú relato lo a reflejado muy bien, pero cuidado como tú personaje le de por seguir queriéndose vengar, mal lo veo.
ResponderEliminarUn abrazo. TERE.
Me alegro mantenerte enganchadita a mis relatos, eso significa que no os aburro. La venganza no es tal cuando se hace justicia. lo que pasa que cuando el malote se sale con la suya ¿Cómo se llama?¿Y cómo se queda el inocente?
Eliminar¡El que la haga que la pague!
Otro abrazo para ti.
Está claro que un espíritu vengativo consigue su venganza si se lo propone. Qué bien que al menos en tus textos haya algo de justicia aunque sea un poco retorcida, pero justicia al fin y al cabo. Que de injusticias ya estamos bien servidos en la realidad, qué asco.
ResponderEliminarEstoy por ponerme a estudiar mecánica yo también...
Genial, Francisco, me ha encantado.
Besos.
Yo lo llamo justicia elaborada con la que se matan dos pájaros de un tiro: La formación personal durante la adquisición de conocimientos, y la satisfacción del deber cumplido quitando a malos bichos de entre los comunes de los mortales que intentamos sobrevivir sin hacer mal a nadie.
EliminarBesos.
Lo leí ayer noche desde el teléfono y no lo comenté porque me moría de sueño, jeje. Me ha gustado mucho Francisco, sobre todo ese fantástico final en el que desvelas lo increíblemente inteligente que es ese hombre. Ha sufrido en la vida, cierto, pero se ha cobrado una venganza muy fría. Un abrazo! ; )
ResponderEliminarLo que ya he dicho en varias ocasiones: Siempre nos quedarán las letras como a Bogart le queda París. Pase lo que pase hay que dar a cada uno su merecido; pues la ley es una cosa y la justicia otra, en vez de ir de la mano parecen estar reñidas.
EliminarAgradezco tu comentario compañero.
Un abrazo.
¡Vaya! No se anda con chiquitas el señor. Bueno, cada uno elije su forma de resarcirse. Procuraré no enfadarle nunca. Abrazos.
ResponderEliminarLos hay mucho más retorcidos que este individuo. Justicieros callejeros como ese Charles Bronson al que no le hacía falta llamar a la policía o ese otro más romántico llamado El Zorro que ponía la Z a espada t sangre sobre la piel de los malvados. ¡Qué tiempos! la de los justicieros.
EliminarAbrazo.
Bueno, no dudo que textos como este ayudan a la resiliencia. Ya que poder saborear la venganza a través de la lectura
ResponderEliminarayuda a canalizar esos deseos que deben ser compartidos por unas cuantas personas y al mismo tiempo a resistir.
Excelente relato Francisco.
Un abrazo
Gracias amiga. de eso se trata a mi entender, el poder desahogarte con unas letras que no hacen daño a nadie. De otra manera esto se convertiría en una vendetta.
EliminarUn abrazo Mirna.