No pudo seguir adelante sin ella, resultó del todo imposible a pesar de sus
esfuerzos por abandonarla y mandarla a paseo. Ya le hubiera gustado no estar
sometido.
Su
sola presencia le ponía enfermo, pues le recordaba sus limitaciones y por ello,
la aborrecía.
Era
una relación forzada de amor y odio.
Hoy
por cuarta vez intentó alejarse rompiendo sus ataduras; pero la muy tirana siguió imperturbable, como esperando
a que fuera consciente de lo inútil de su rebeldía.
Me ha impresionado tu perspectiva de esta situación... pensándolo bien... es así.
ResponderEliminarMil besitos, amigo mío y feliz noche.
Es la verdad y sin posibilidad de retorno.
EliminarEs triste que la edad nos condicione a depender de objetos que nos ayuden a seguir desarrollando nuestras más básicas funciones como la movilidad.
Besos Auroratris.
Una triste realidad para muchos,
ResponderEliminarSolo hay que dar tiempo al tiempo y todos terminaremos necesitando ayuda añadida. Ley de vida.
EliminarGracias por tu comentario Marcela.
Por doloroso que resulte, hay que rendirse a la evidencia y adaptarse a la nueva vida. Mejor con ella que sin ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ciertamente la aceptación de las nuevas circunstancias es lo más adecuado para no sufrir dos veces.
EliminarOtro abrazo para ti, compañero.
Muy bueno. Realmente brutal, me ha encantado.
ResponderEliminarUn besillo.
Gracias María. Contundente comentario el tuyo.
EliminarUn beso.
Es realmente muy fuerte, no se pienso que aceptar el cambio tan duro, es dfíicil pero no queda otra, porque mas vale vivir aunque sea atado a un silla y con una discapacidad que no hacerlo, siempre hay que sacar lo bueno que lo malo y al menos puedes a pesar de estar atado a una silla puedes seguir sintiendo emociones, aunque difícil pero no imposible, con trabajo seguro seguro que se consigue. un abrazo Francisco como siempre sublime. TERE.
ResponderEliminarLa vida es una sola, y la vivimos solo nosotros con nuestras circunstancias. El nivel de aceptación, que no de resignación , es importante para ir encajando las limitaciones a las que con el tiempo nos veremos sometidos. Pero la rebeldía es propia del ser humano,que le vamos a hacer.
EliminarGracias por tu comentario Teresa.
Amigo Francisco, la palabra sorprendente es insuficiente para calificar tú relato..
ResponderEliminarBesos
Y la palabra "Gracias" es insuficiente para expresar tu comentario.
EliminarPero un beso espero lo compense.
¡Hola Francisco!
ResponderEliminarCuando las circunstancias de la vida se ponen tan difíciles, es preferible adaptarse y aceptar las cosas tal y como vienen, aunque sea "con silla de ruedas" incluida.
Un beso.
Mejor con ella que sin ella. Somos tan limitados e imperfectos, que cualquier ayuda es poca cuando se trata de facilitar la vida en la vejez o en la minusvalía.
EliminarMi abrazo y mi agradecimiento por estar cerca Estrella.
Es de los típicos casos en que "si no puedes con tu enemigo, alíate con él". En determinadas circunstancias hay que hacer las paces con esas cosas que nos recuerdan nuestras limitaciones, de lo contrario la vida sería un suplicio.
ResponderEliminarMuy bueno, Francisco.
Un beso.
Efectivamente así es y así lo demuestra el que empecemos el recorrido vital en un cochecito de bebé, comiendo papilla y usando pañales, para terminar de la misma manera. El ciclo vital inevitable e ineludible.
EliminarBesos Chelo.
Muy bueno, Francisco. Ya me imaginaba que no era una amante tirana, era demasiado evidente, pero ese final es de antología. Felicidades por tan gran relato, guapo.
ResponderEliminarUn beso.
Ya me vas pillando el puntito, pero me agrada el guardarme ese as en la manga que me permite no dejar de crearte expectativas y darte la sorpresa final.
EliminarUn besazo, amiga.
Qué situaciones tan difíciles. Es más fácil adaptarte a silla por vejez que por accidente repentino en la juventud. Un abrazo
ResponderEliminarLo que nos va ocurriendo por decrepitud es gradualmente aceptable en cuanto ocurre poquito a poco. cuando un accidente nos postra o nos deja limitados para los restos el sufrimiento se acrecienta y es más difícil de asumir.
EliminarOtro abrazo para ti Zarzamora.
Muy fuerte, pero al tiempo muy real. Aceptar las propias limitaciones es empresa arduo difícil.
ResponderEliminarUn abrazo
Y lo peor de todo es el que no llega a asumirlo, pues se hace insufrible parea los que les rodean a parte de para él mismo.
EliminarUn abrazo, amigo juan Carlos.
Buff Francisco sorprendente y duro por las circunstancias a las que se alude, pero desde luego enfrentarse no es la mejor solución y diría que mejor aliarse con ella.
ResponderEliminarBesos
El llevar muletas, bastón o utilizar silla de ruedas o andador, es del todo inaudito cuando la salud y la juventud nos acompañan. Pero cuando nos accidentamos, enfermamos, o cumplimos los años suficientes como para necesitarlos, entonces, es cuando la rebeldía interviene. Pero es como llevar gafas, es cuestión de tiempo y necesidad imperativa, el que nos acostumbremos a su utilización si queremos tener cierta calidad de vida.
EliminarBesos y gratitud por acompañarme.
Renovarse o morir, o más bien padecer. Según pasan los años somos más dependientes de los cacharritos para mayores.
ResponderEliminarSaludos Julio.