–Carlitos no tiene maldad doctor, es un niño inocente como lo son todos los niños. Pero tiene un problema; bueno, más bien lo tienen los que le hacen enfadar o le contrarían.
Por
eso se lo hemos traído, para que lo reconozca, analice y estudie un caso tan
extraordinario desde el punto de vista de su especialidad.
¿Qué
cómo nos dimos cuenta de que algo no marchaba bien?
Le
cuento: Cuando nació lo hizo como todos los mamíferos, de la forma habitual y por
el conducto apropiado. La comadrona lo sacó con suavidad y como el niño no lloraba le azotó las nalgas;
El susto que nos llevamos la madre y yo no se nos olvidará en la vida. Al bebé
lo pude agarrar a tiempo, Pero la comadrona salió impulsada hacía el techo como
si una fuerza paranormal la empujara hacia arriba. Tuvieron que venir dos celadores, los
bomberos y la policía autonómica. Y ni por esas pudieron bajar a la pobre
mujer. Fue solo cuando la criatura se calmó poniéndola sobre el pecho de la madre. Que la asistente al parto se precipitó hacia al suelo sobre el colchón que habían preparado los
enfermeros que anduvieron a ese respecto muy espabilados.
Nos
dieron el alta a los tres de forma precipitada, para que nos fuéramos a casa lo
antes posible y descansáramos de tamaño sobresalto. Sin por otro lado, darnos ningún tipo de
explicación sobre lo acaecido.
Nos
fuimos acostumbrando con el tiempo a esta forma de protesta de nuestro hijo.
Cuando por ejemplo le trajimos al hermanito. Lo sacó a pulso de la cuna, con
tan solo una mirada furibunda y un gesto concentrado. Sin tocarlo ¿Por qué? La
aparente excesiva atención que le mostrábamos al pequeño recién nacido en
detrimento de su persona. Eso que se conoce como el síndrome del príncipe
destronado, supongo.
Cuando
nuestros amigos venían a casa, encerrábamos a Carlitos en su cuarto para evitar
accidentes. Con el tiempo y ante la extrañeza de estos, al preguntarnos de el porqué que el niño durmiera tanto, no tuvimos más remedio que dejarles de invitar para no tener que responder. Nuestra vida social menguó
irremediablemente.
Con
los compañeros de trabajo sin embargo presumía de hijo. Cuando estos me
contaban que los suyos con pocos años ya levantaban pesos considerables yo les
decía que el mío con tan solo cinco años, era capaz de tenerme toda la noche en vilo por no contarle su cuento preferido cuando me lo pedía. Lo que no les descubría es a la forma tan literal en que lo hacía. Me pasaba noches enteras en vela.
levitando alrededor del ventilador del techo.
Cuando
empezó la escuela la cosa fue a más y ahí, doctor, ya no pudimos disfrazar los
acontecimientos de casuales; de fenómenos de la naturaleza como la confluencia
de ondas hertzianas, electromagnetismo, o intentar demostrar a director y profesorado que la escuela estaba construida sobre un cementerio indio o en una zona con abundante influencia telúrica.
Ahora
el niño recibe clases particulares de un profesor medio friki; bueno friki por
entero todo él. Pues cree en extraterrestres, súper héroes de Marvel y el amor libre; no nos
convence, pero es el único que parece conectar con el niño. Si al menos lo del colegio
Hogwarts de magia y hechicería del tal Harry Potter hubiera sido real, nos habríamos evitado muchos
quebraderos de cabeza con el chiquillo
¡En
fin doctor! Nuestra vida se ha convertido en un verdadero calvario y no sabemos
lo que hacer con el chaval. Sabemos que no es habitual su reacción cuando algo
no le gusta, o cuando se enfurruña. Pero por lo demás es normalito, del montón. Ni
más listo ni más tonto que los demás.
No
queremos que crezca con un trauma, pensando que es un bicho raro y que al final, tenga que aislarse voluntariamente del entorno social para sortear sucesos difíciles de explicar.
Bueno
doctor, pues eso es todo lo que podemos contarle al respecto sobre Carlitos, que será su paciente si usted lo acepta como tal. ¿Cómo lo ve?
–
¿Desde aquí arriba se refiere?
–
¡Carlos! Compórtate por favor, que este doctor no te va a pinchar hombre.
¡Vaya, vaya, con Carlitos! Menudo tío. Mucho cuidadito con él. Es un Clark Kent hispano. Recomiendo a sus papás que no se avergüencen de él y no lo escondan. Y al médico que acepte las gracias del niño (ja, ja...)
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Vaya tela y que luego digan que los niños son un cielo.
ResponderEliminarBuena historia, muy en el tema propuesto.
Un saludo.
Buenísimo Carlitos. Ya hubiera querido yo tener poderes similares. Levitando por el techo hubiera tenido a muchos alumnos (y a algún profesor, que a veces eran peores).
ResponderEliminarMe ha encantado lo del profesor friki. Es el más indicado para conectar con Carlitos.
Genial tu niño con poderes. Suerte en el concurso.
Un beso.
A ver quién se atreve a llevarle la contraría. ¡Menudo, pieza está hecho! Gran relato. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Francisco, por participar con este relato en el homenaje a Roald Dahl y su Matilda. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarHola Francisco , vaya con el chaval , sabes no esta nada mal
ResponderEliminareste poder que tiene ya lo quisiera yo para mi , para mandar a más de un@ volando a la cun-chin-china
es muy simpático tu relato , me a gustado mucho , te deseo mucha suerte en este relato , te deseo también
una feliz semana , saludos de flor.
¡Madre mía! No quiero imaginar cómo será una rabieta de Carlitos. Cualquiera le lleva la contraria el chiquillo.
ResponderEliminarMe ha encantado la ironía explícita y el sentido del humor con el que has aligerado esta historia del superniño.
Un fuerte abrazo, Francisco.
Los futuros padres suelen decir que no les importa que sea niño o niña, que lo verdaderamente importante es que venga sano. Pero se les olvida añadir "y normal". Y entonces, claro, pasan esas cosas, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenísimo, Francisco. Un niño algo inquietante con un superpoder muy especial. Me ha gustado mucho también, como dice Isabel, la ironía que recorre el cuento. Muy buen relato. Felicidades.
ResponderEliminarExcelente relato, Francisco, me ha encantado. Felicidades.
ResponderEliminar¡Qué bueno! Me he reído a carcajadas varias veces. Menudo niño y las explicaciones de los padres son buenísimas. ¡Excelente relato!
ResponderEliminarUn abrazo
Buen relato, Francisco. Divertido y bien contado. Los niños difíciles siempre traen a los padres en vilo, sin duda.
ResponderEliminarUn saludo.
Vaya con el niño. Como dice una canción del grupo Barricada, no hay tregua. Un relato repleto de humor con buenos golpes, bomberos policía autonómica... Como siempre, genial. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Francisco. Compadezco a los pobres padres de Carlitos y también a su hermano , claro. Muy divertida tu historia. Un saludo.
ResponderEliminarHola Francisco! me parece un agradable relato incluyendo toques de humor. Muy bueno, ¡saludos!
ResponderEliminarja ja.. no quiero ni imaginar el tratar de obligar al nene a comerse sus vegetales.. Muy divertido relato.. Un abrazo.
ResponderEliminarCarlitos va a tener muchos problemas aunque sus padres digan que es bastante normal. Debe de ser agotador criar a un niño con súper poderes.
ResponderEliminarBuen relato. Suerte en el concurso.
Un beso.
Que buen relato.
ResponderEliminarVaya con Carlitos, y pobres padres, uf, madre mía, desde luego si hubiera habido una escuela de Harry Potter Carlitos matricula de honor jeje.
Mucha suerte en el concurso.
Un beso.
Jajaja, vaya con el Carlitos. Mira que el nombre con el diminutivo se terciaba algo más tierno, pero al final ha resultado ser un hechicerito con malas pulgas. O un niño con poderes, que sería lo mismo. En las historias de magia estas cosas no se cuentan, pero es un punto de vista importante, casi le aporta realidad a este relato. Muy bueno eso del cole, me he desternillado con las excusas que ponían para justificar lo sobrenatural. Y el final me encantó, como todo el relato.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola Francisco. Un relato muy bien conseguido, con ese padre intentando hacer ver al doctor de turno las calidades especiales de su Carlitos. Me ha gustado sobre todo el tono socarrón del relato, que llevas a las más altas cotas cuando el niño se ocupa del buen doctor.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en el concurso. Un saludo.
Saludos, con un poder asi puede que nunca sea facil de domar este chiquillo que se ve no duda en usar sus poderes para protegerse. Va a requerir bastante paciencia para poder controlarlo
ResponderEliminarMenudo niño este Carlitos, y que difícil la tienen los padres, tratando de minimizar el problema, pero al fin de cuentas es su pequeño hijo, ja, ja.
ResponderEliminarComo corren los tiempos actuales, no me quiero imaginar lo que haría un niño con esas capacidades, por pura diversión o por conseguir lo que desea.
Te dejo un abrazo Francisco.
jajajaja, el final es lo mejor. Me ha gustado el relato, y los poderes de este peculiar niño. Muy bien elegida la foto, un niño que te mira con esa expresión indescifrable. Me pongo en la piel del doctor y creo que el tal Carlitos se va con sus mamá en busca do otro terapeuta.
ResponderEliminar¡Feliz domingo!
De principio a fin me he reído un montón Francisco ¡Pobres padres!. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy entretenido y divertido tu relato, Francisco. Vaya con el txikitín, menudo genio, no me lo imagino con dos años, pero menos aún en la adolescencia con las hormonas revueltas. Desde luego que los padres y el hermano van a tener un día a día muy ajetreado.
ResponderEliminarBuen relato, suerte en el Tintero.
Muy bueno este relato. El niño con superpoderes puede traer de cabeza y con sobresaltos a los padres y a todos los que le rodean. Me ha gustado mucho. Suerte en el concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Francisco. Leyendo cosas así cualquiera se piensa eso de tener hijos! habrá que ver si cuando crezca y se convierta simplemente en Carlos, usará su poder caprichosamente o para el bien de la humanidad. Si lo apellidamos Xavier podría formar parte de los X-Men. Un relato narrado con humor e ironía, desenfadado y fácil de leer. Mucha suerte en el Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarHola amigo Francisco, vaya con el super Carlitos, valiente chiquillo, un caramelo. Saluditos.
ResponderEliminar¡Hola, Francisco! Ha sido un relato muy divertido, me encanta que expliques la historia desde la prespectiva de los padres, es muy ingenioso y me he reído mucho. ¡Mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarGracioso esa parte de Harry Potter, me sacó una sonrisa. Buen relato Francisco. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarGenial interesante y divertido
ResponderEliminarDivertido e ingenioso relato. Los primeros años en la educación de un niño son siempre algo agotador, en el caso de Carlitos hay que compadecer a los padres.Confiemos en que sus poderes sean utilizados en un futuro para hacer el bien. Muy bueno, Francisco. Un abrazo y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola, Francisco. Ese Carlitos haría buenas migas con el hijo de los Munsters. A los padres de tantas veces que ya los habrá llevado de cabeza (al techo) harán todo lo que niño quiera. De mayor seguro que encuentra trabajo en la NASA, pondría a los astronautas en órbita sin cohete ��
ResponderEliminarSaludos y suerte ����
He leído casi todas las historias... No participo.
ResponderEliminarMe quedo aquí, sencillamente admirando...
Hola Francisco, pues este Carlitos, me ha recordado a Damien de "La profecia" cualquier amenaza que intuyese la castigaba severamente. Carlitos por suerte parece de una naturaleza menos terrible, pero hay que ir con cuidado jajaja, me gusta el relato, su narrativa, y las posibles expectativas, un don tan poderoso, y ese profesor friki, dan mucho juego para imaginar un super héroe poco convencional. Me ha encantado leerte, saludos, suerte y un gran abrazo¡¡
ResponderEliminarMuy bueno, Francisco! Me reí mucho con la historia. Y es cierto, si la escuela de Howarts fuera real, sería candidato firme a ella.
ResponderEliminarUn abrazo
Este niño es todo menos normal, divertido tu cuento, esos padres tienen que armarse de paciencia . A ese médico no creo que le queden ganas de verse con el niño.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
¡Hola, Francisco! Qué bien has perfilado a Carlitos desde el primer momento con la matrona levitando en el techo. Es doloroso para la familia, pero cuánto me he reído con los golpes del chaval. Con ese profesor friki va a formar un tandem que mejor no nos pillen cerca.
ResponderEliminar¡Felicidades y suerte en El tinetero!
A todos los que dedicasteis unos minutos para leer este relato y a los que dejasteis vuestro comentario, mi gratitud por vuestra generosidad.
ResponderEliminarUn abrazo para cada uno.
Y para los que empiecen las vacaciones: Feliz descanso.
Beautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
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