miércoles, 1 de febrero de 2023

Tenacidad

 


Darse una vuelta con él resultaba muy gratificante. Era de andar pausado y era fácil seguir su ritmo. Mirábamos el paisaje con delectación; los ocasos nos dejaban sin habla. Siempre juntos. Nos juramos que cada vez que saliésemos a caminar lo haríamos el uno al lado del otro, y como una tradición, perpetuar en el tiempo ver desaparecer el astro por el horizonte.

Pero ese tiempo pasó y a él le resultaba más difícil mantener la promesa. Aún así se esforzaba y conseguía cumplir el propósito diariamente, a pesar de la cojera que padecía a causa de su caída y que le produjo una rotura de cadera. Un bastón le ayudaba a lograr su cometido.

Se le fueron agravando los problemas de salud y empezó a utilizar muletas; su tenacidad, y algo de terquedad por su parte fueron motivación suficiente para seguir acompañándome cada fin de jornada para contemplar la puesta de sol.

La silla de ruedas fue su siguiente impedimento y no obstante no me falló ni una sola vez. Aunque, claro está, tuviera que ayudarle en el desempeño empujándola con esfuerzo hasta nuestro rincón preferido; aquel mirador arriba de la colina.

Y a día de hoy me sigue acompañando en mis paseos a pesar de tener que llevarle en brazos; el pobrecillo ya no pesa mucho y es fácil llevar. Cuando llegamos lo coloco a mi lado y disfrutamos como siempre de esos cielos encendidos de rojos y malvas. 

Cuando volvemos a casa, lo hago con la gratificación de un deber desempeñado con plena satisfacción. Aunque termine agotada después de la caminata.

La única pega son mis dolores de espalda y de brazos; yo también me voy haciendo mayor. Y por ello es, que esté pensando en comprar una urna nueva para transportar sus cenizas. La que me dieron en el tanatorio ya me resulta muy pesada.

 

 

Derechos de autor: Francisco Moroz 




 

 

4 comentarios:

  1. Cuánta ternura la que resume ver la puesta la de sol de toda una vida juntos. Una cosita, yo habría terminado el relato con la frase: "yo también me voy haciendo mayor". Lo otro ya está dicho y qué bien se entiende con: ya no pesa mucho y es fácil de llevar... Claro que el autor eres tú, Francisco, y perdona la intromisión. Es un micro tan maravilloso como redondo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes María Pilar. Me encanta que opinéis sobre los relatos; faltaría más.
      El caso es, que cuando escribo que lo lleva en brazos juego con el equívoco de "llevarlo literalmente" no creo que se interprete a la primera que son solo las cenizas las que transporta. Por ello ese final.
      Agradecido por tu comentario y tu apreciación sobre el mismo.
      Mi abrazo.

      Eliminar
  2. Ya se sabe que el amor lo puede todo. En esa pareja, la tenacidad fue, desde luego, suprema, y no habían obstáculos que impidieran hacer lo que se habían propuesto y prometido en vida. Y lo más sobresaliente de esa relación amorosa es que ni la muerte los separó.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La muerte lo ha intentado, pero la terquedad y la fidelidad ante la promesa hecha por ambos, ha ganado la partida esta vez.
      Gracias por pasarte y dejar tu comentario, amigo.
      Un abrazo.

      Eliminar

Tus comentarios y opiniones son importantes para este blog y su autor.
Por tanto mi gratitud por pasarte y dejar tu huella y tus palabras.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...