Sentía a la soledad y la paz. Las degustaba con fruición a ambas, se deleitaba con ellas de manera mayúscula.
Era una mezcla sensorial muy gratificante que nunca había
experimentado hasta ahora.
Algunas veces se encontraba con la soledad y otras con la paz, o viceversa.
Pero nunca las dos al mismo tiempo, jamás habían coincidido. Y no sería porque
no lo intentara una y otra vez concentrándose por conseguir que ambas coincidieran.
Pero hoy, los planetas parecieron alinearse para que ocurriera
lo inimaginable.
Aquello que perseguía en sus sueños más locos y sus
deseos más ocultos, se materializó en dos mensajes inesperados y consecutivos
de whatsapp de los que resultó, sin meditarlo excesivamente, un buen plan.
Ahora se recrea en cuerpo y espíritu. Con las auras excitadas bien
luminosas, y los chacras recolocados en diferentes posiciones tántricas del Kama
Sutra.
Está gozando sensaciones compartidas sin ningún tipo de perjuicio,
mientras realiza un trío con las dos amigas.