viernes, 10 de octubre de 2014

Angeleando






No puede tratarse solo de la casualidad, en principio, sí se le achaca todo a ella...¿Pero que es la casualidad? depende la mayor de las veces del punto de vista con el que busques la respuesta y el interés que tengas por conocerla; yo he llegado a la conclusión, después de experiencias repetidas que me lo confirman, que la casualidad no existe y sí, la causalidad.

Desde que venimos al mundo nos encontramos supeditados al habitat y el entorno en el que nacemos, a la gente que nos protege y a los depredadores y peligros que nos acechan. Recibimos unas pautas de comportamiento, un código de conducta ética, educación y valores humanos. Más tarde vendrán las leyes, la cultura y las creencias religiosas o intuitivas que nos llenarán de contradicciones y confusión. 

Desde pequeños nos enseñan a razonar y exprimir al máximo las células grises para conducirnos por la vida como robots con patas, "liberándonos" de paso, de sentimientos engorrosos que en muchas ocasiones incluso son ridiculizados:"Los hombres no lloran","fiarse lo justo, amar lo necesario."
Todo ello sin dejar mucho espacio a la imaginación y a la creatividad ilusionante que tuvimos de niños.

Lo que si es una constante desde que empezamos a existir es la inexplicable concatenación de misterio que nos rodea y la incertidumbre que nos provoca.
Los racionalistas ya estarán pensando en que todo es explicable con métodos científicos, matemáticos y lógicos que demuestran hasta porqué soñamos lo que soñamos, y hasta porqué sentimos escalofríos en la nuca.
Los excesivamente soñadores, los que creen en todo a pies juntillas, argumentarán que todo es posible y cierto aplicando un poquito de magia, credulidad a espuertas y mucha fe ciega.

Ni lo uno ni lo otro, se trata de buscar el equilibrio exacto entre los dos parámetros. 
Igual que a nivel personal no creo en la casualidad como ya os comenté, tampoco creo a ojos cerrados en la predestinación de los seres ni el ¡Abracadabra! del sexto sentido.

¿Y toda esta introducción para deciros qué?
A ello voy.
Los hombres y mujeres tenemos un gen atávico desconocido que hace nos sintamos atraídos por los enigmas, lo oculto lo desconocido lo inconmensurable y lo incomprensible y lo inabarcable.  
A ver si no. Que levante la mano el que no haya leído con interés un libro sobre misterios sin resolver, quien no haya visto al menos una película sobre poltergeist, exorcismos o fenómenos paranormales, quien no haya oído al menos, hablar de apariciones Marianas, de posesión diabólica, sobre aducción, de la telequinesis o la telepatía incluso los que se plantean la existencia alienígena.

Todavía no sabemos nada con seguridad, sobre la función verdadera de las pirámides de Egipto. ¿Para que servían realmente? ¿Sólo tumbas? ¿Qué secretos encierran muchas catedrales?¿Porqué el camino de Santiago tiene algo de especial y trascendental? Y si nos ponemos a hablar de Orcos, duendes, brujas y hadas, elfos y trasgos...¿Para qué seguir?-El Señor de los anillos- es una joya literaria de lo que representa la imaginación para un sector importante de la población mundial. La mitología es otro altar edificado por los antiguos a lo desconocido. 

Y en pleno siglo XXI no nos libramos. Todavía se leen y se visionan revistas y películas sobre super-héroes Marvel, con capa, mallas y antifaz que son lo que en la edad media podían verse representados por caballeros andantes, villanos y dragones voladores. 
¿De qué sino seguimos consultamos los horóscopos, el tarot y damos de comer a los videntes televisivos?

 ¡En fin! todo ello empezó en las cuevas, alrededor de un fuego, como rito sagrado y ancestral de brujos y contadores de historias, y gracias a esto somos seres completos, con nuestra parte asentada en la tierra y la otra mitad en lo etéreo, por lo cual que no se escandalice ninguna persona de nada o habrá que tacharla de hipócrita.

Y de lo etéreo va todo esto, que no de lo mortal y corrupto que es lo que tenemos presente a diario y es de sobra conocido.
Para centrarme en esas presencias que desde niños presentíamos: los amigos invisibles con los que jugábamos y hablábamos, esas presencias que aunque dudéis todavía, aletean entre nosotros.

Llamadlos ángeles o espíritus o como queráis, de nada sirve que neguemos su existencia, ellos se empeñarán en hacerse notar con las "casualidades" con los "Deja vu" o los sucesos milagrosos inexplicados por la ciencia y la razón, aunque sí hay una que los trata e investiga: La Angeología, y no parece ser ninguna broma.

Yo creo en los Ángeles ¡Faltaría más! los que se cruzan permanentemente en mi camino como caídos del cielo cuando los necesito, los que me ponen la mano en el hombro y me consuelan en la tristeza, esos otros que me acompañan junto a la cama del hospital en mis horas más sombrías o celebrando mis logros conseguidos y mis alegrías, los que se hacen los encontradizos y aparecen cuando los convoco.

Esos ángeles que con palabra amable te quitan una losa de encima que aplasta tu autoestima, y los que te animan a seguir con el gran reto de la vida implacable, te dan el consejo oportuno y la lección pertinente, mostrándote posibles soluciones a tus pesares.

Creo sobre todo en los que me acompañan como ángeles de la guarda, los más cercanos, esos que a diario se muestran junto a mí sin sus alas emplumadas, ni coronitas doradas.( y no me refiero a la cerveza Mejicana)

Mi gratitud siempre será para esos Ángeles disfrazados de bomberos, policías o sanitarios que evitaron una tragedia mayor al incendiarse mi casa, acudir en situaciones comprometidas o al accidentarse mi coche. Al médico que propuso un diagnóstico acertado y la enfermera que se mostró solícita y amable, a ese otro sentado en una mesa gris con pinta de funcionario anodino, que supo asesorarme sobre mis derechos y solucionó con unos cuantos papeles lo que podría haber significado un embargo; a los que me llenan con su sabiduría, los más viejos y los más sabios, los que conocemos como maestros, a esos otros que son capaces de desprenderse de lo más humano e irradiar su presencia divina y luminosa mostrándose como lo que son: amigos incondicionales y auténticos sobre todo en la necesidad.
Mi eterna gratitud a esos ÁNGELES con mayúsculas que nos asignaron desde pequeños, a los que aprendimos a llamar padres, que serían capaces, de dar su vida a cambio de la nuestra sin pedir nada a cambio.
A tantos otros que pasan junto a nosotros por la calle, en el metro, en el autobús, que sonríen a nuestro paso debajo de la tormenta, los que trasmiten sosiego en momentos de crisis y nos tienden la mano cuando caemos, o sencillamente los que te ceden un asiento, o te recomiendan un libro que hable por ellos. Los que escuchan al anciano y juegan con el niño.

Os repito: yo no creo en la casualidad, no creo en la pura y fría razón. Creo en el alma que nos habita, seamos creyentes en algo trascendental o no.  
Confirmo que los que son poseídos por esa fuerza desbocada llamada Amor se vuelven seres distintos, con poderes inasumibles por el resto de mortales que basan sus vidas en otras prebendas más soeces y primarias. Creo que ellos poseen esa luz necesaria en tiempos oscuros, por ello se les califica como seres luminosos, y en momentos críticos trasmiten calma, seguridad, esperanza.

Os deseo pues, de corazón, que encontréis a vuestro paso tantos Ángeles como los que yo hallo a diario junto a mí, que sepáis leer entre lineas sus mensajes encriptados en los renglones torcidos de los aconteceres diarios, que seáis capaces de descubrir su presencia en la necesidad y la meditación, que aceptéis su compañía amigable y su ayuda y escuchéis sus cantos melodiosos.

En algún momento también nosotros podremos convertirnos en uno de ellos, incluso si nos esforzamos aprenderemos a elevarnos sobre lo puramente banal. Y con el tiempo, y la suficiente dedicación a la labor, se nos conseguirá ver ese halo luminoso, ¡Que por cierto! por métodos científicos se puede llegar a ver, y naturalmente se siente, ya lo dice Beyoncé en su famosa canción:


"A cualquier parte que miro,

estoy rodeada por tu abrazo,
cariño, puedo ver tu halo,
sabes que eres mi gracia salvadora,
eres todo lo que necesito y más,
está escrito por toda tu cara,
cariño, puedo sentir tu halo"... 

El resto de la letra tampoco tiene desperdicio, y se trata de una canción de Amor.


Y os dejo estas frases como punto y final.



"Los ángeles vuelan porque se toman a la ligera"

"Cuando los ángeles nos visitan, no escuchamos el susurro de sus alas, ni sentimos el roce de sus plumas, pero si percibimos el amor que dejan en nuestros corazones"


"Los niños son el vínculo entre los ángeles y los hombres"


"En el cielo un ángel no es nadie en particular, en la tierra lo puede llegar a ser todo"


"El único ángel que nos mira ahora, lo hace a través de los ojos de los demás"


"Los verdaderos amigos son preciosos y raros como ángeles"


"Los amigos son ángeles que nos ayudan a levantarnos cuando nuestras alas han olvidado como volar"


"No vemos a los ángeles; peo en los túneles oscuros de la angustia, se acercan y nos llaman, ¡ Se parecen a ellos las personas queridas y no son sino ángeles los seres que nos aman y ayudan!




sábado, 4 de octubre de 2014

Los Arcos del agua

Los Arcos del agua

De: Montse  Barderi

"Mi nombre es Lucio Antioco Póstumo hijo de Adramitio, el bien amado y conocido y a diferencia de él, lo único que he conseguido es vivir de la hacienda familiar y de sus riquezas"


A si se define el personaje principal de esta novela con trasfondo histórico y cuyo argumento principal es la construcción del acueducto de Segovia.


"Adramico" un militar de renombre y amante de las letras, la ciencia y la filosofía, deja escrito que desea que su hijo pueda acceder a la educación, y para ello le nombra un mentor llamado "Arístides Triario" un maestro filántropo que ama a los seres humanos tratándolos por igual sin diferencias entre hombres y mujeres.


Este, logrará inculcar en "Lucio" la pasión por la arquitectura, los números y la filosofía, a su vez le enseña valores que no se estilan en la cultura romana de aquellos tiempos en los que gobernaba "Vespasiano": la tolerancia, el respeto y la justicia.


"Quiero aprender arquitectura para construir el mundo y ética para construirme a mi mismo"


El discípulo recuerda a su maestro en la distancia, los momentos pasados a su sombra, empapándose de su sabiduría, pues "Arístides" marchó hace tiempo a Hispania para ocuparse de un gran proyecto:


"La colosal mole que se divisará desde la lejanía y será tan impresionante y orgullosa como el busto de un emperador pero mucho más liviana"




Sería digno de reseñar como detalle, que los arquitectos provenían de las clases más bajas de la sociedad, concepto desconocido para muchos, entre los que hasta ahora me incluía.


"Lucio" se haya desorientado relegado voluntariamente en su villa de Tarquinia huyendo de la ruidosa y desazonadora Roma; buscando su razón de ser y un motivo para sentirse útil, necesita buscar ese lugar propio que le pertenece en la sociedad, y llenar ese vacío que de continuo anida en él. 


Una carta proveniente de Hispania le dará el motivo que anda buscando para marcar el rumbo de su vida:

"Publio Mummio" gobernador provincial de Hispania le requiere  en Segovia para continuar con las obras del acueducto ya que su maestro "Arístides" ha muerto en circunstancias extrañas.

"Lucio" verá como su existencia toma un camino inesperado a partir de este momento. Embarcará en el puerto de Ostia y se dirigirá hasta Tarraco; durante el viaje reflexionará sobre el destino y se propondrá finalizar la obra de su mentor a la vez que investigará sobre el motivo y las causas de su muerte.


Conocerá a "Tito Fabio Tauro" el duunviro (Edil) del municipio, un personaje con muchas ínfulas de poder y prestigio. Arrogante y extravagante a más no poder.

A "Leukón" el antiguo esclavo de "Arístides" que tendrá que velar por la seguridad de "Lucio" de camino a Segovia... y después.
"Zayin" un ingeniero hidráulico que le ayudará  asesorándole sobre las canalizaciones y conducciones de agua.

Y como Segovia era una intersección de cuatro pueblos autóctonos sometidos: los Arévacos, los Vacceos, Vetones y Carpetanos, hay motivos más que suficientes para pensar que entre estos enemigos de Roma puedan esconderse los que terminaron con la vida de su maestro.

"Lucio", tendrá que bregar en muchos frentes manteniendo el equilibrio entre las formas protocolarias debidas a la cortesía para con sus anfitriones, y las continuas injusticias que observa a su alrededor contra las que intentará luchar.

Para complicar la cosa un poco más aparecerá "Amal", una misteriosa muchacha albina que es perseguida por una extraña secta liderada por un siniestro personaje llamado "Hares", simplemente por el color de su piel. Esta mostrará un gran interés por los métodos constructivos del acueducto y ansia de aprender.




La novela es atrayente en un principio por el argumento que nos plantea : ni más ni menos que la construcción de un acueducto conocido al menos por los foráneos, y encima se nos promete una investigación en toda regla para descubrir a los causantes de una muerte acaecida en extrañas circunstancias; la ilustración de la portada también nos motiva por su sugerente y atractiva edición. Pero...


No podría calificar este título como primordial a la hora de conocer datos históricos para tratarse del género en el que está incluido. A causa de los pocos datos que se tienen en la actualidad sobre la construcción de esta magnifica obra de ingeniería romana, podríamos disculpar a la autora de su paso un tanto ligero, a la hora de describirnos el evento.


La prosa utilizada en la redacción narrativa no deja de ser correcta y adecuada, pero tristemente cuando lees a diferentes autores, unos con más peso que otros en esto de la letra impresa, nos damos cuenta de las carencias de algunos a la hora de documentarse, de redactar, o de explicarse, y aquí si se notan muchas de ellas, al dar por supuestas muchas circunstancias, al no describirse con detenimiento muchas escenas y al presentarnos a ciertos personajes de forma efímera e intrascendental, sin mucho detalle.


El libro me atrevo a decir que basa su peso más que nada en los principios filosóficos de autores clásicos de la época, de ello nos queda constancia en las últimas páginas del libro, al final de los 44 capítulos se nos presenta una lista con las 13 lecciones de "Arístides", que se hacen prescindibles de todas, todas.


 De esta forma son de resaltar la cantidad de enseñanzas y consejos que a lo largo de la historia se nos van dejando caer, pensamientos y reflexiones del protagonista y conversaciones mantenidas con su tutor; convirtiéndonos de forma ineludible en discípulos y protagonistas del lo que podríamos considerar: viaje iniciatico del cambio y búsqueda de "Lucio."


Habrá dosis moderadas de intriga e incluso algo de suspense, con lo cual la lectura grata está garantizada, y en absoluto el libro ni la historia se hacen pesadas, aun viéndonos obligados a meditar sobre ciertas máximas de continuo.


"Que la muerte te alcance haciendo exactamente lo que quieras hacer y estando donde quieras estar"


"Cuando el ser humano logre una sociedad en la que los dirigentes tengan el mismo poder y la misma suerte que su pueblo, el mundo cambiará de destino"


Hay novelas históricas indudablemente mejores, por ello quizá me he sentido un poco defraudado con esta, pues esperaba más sobre lo fundamental que se supone la autora nos iba a contar : la construcción del acueducto. Pero le podemos dar un voto de confianza en cuanto a que es una lectura agradable y ligera.

Aún así os invito a leerlo, pues seguro que algo aprendéis de lo escrito pues es sabido que: no hay libro malo que no te enseñe algo bueno.

"La ignorancia es una de las puertas por las que entra el mal"


Al final la autora explica los parámetros de su creación aclarándonos que sus personajes son del todo ficticios, y sobre la poca información que pudo recabar sobre la construcción del acueducto, por ser esta muy escasa al respecto.


Nos aclara al final con acierto:


"Esto no es un libro de historia, sino uno que narra la historia en su contexto."




sábado, 27 de septiembre de 2014

Tiempo de escuchar




Gracias a los medios a nuestro alcance como prensa, televisión y radio, no nos falta información de primera mano sobre cualquier asunto político, financiero, social, deportivo, artístico o cultural. Nunca se trasmitieron los comunicados los noticiarios, debates y entrevistas con tanta rapidez a lo largo y ancho del planeta llegando a cualquier rincón del globo.

Internet revolucionó, como plataforma comunitaria de información instantánea, todos los sectores de la sociedad en este sentido.


De este modo somos seres privilegiados que disponemos de datos continuamente actualizados del entorno en el que pululamos, disponiendo de los puntos esenciales de información que necesitamos para poder comunicarnos y compartir, trabajar y estudiar.


Es realmente curioso comprobar como un suceso ocurrido en cualquier lugar del mundo, llega a nuestros móviles u ordenadores casi de manera instantánea en forma de noticia, chiste, vídeo o cotilleo por el Whatsapp. Así mismo las plataformas sociales sobradamente conocidas nos sirven como "Muro" donde colocar comentarios, impresiones, pensamientos, ideas, sueños, opiniones y reflexiones como es el caso en estos momentos en los que tú lector, muy generosamente estás leyendo esto.


La contra de todo esto es el tiempo, el tiempo y la capacidad de la que disponemos para asimilar toda la información que recibimos cual bombardeo de neutrones de forma continuada, el tiempo que podemos dedicar a cada una de las noticias que recibimos, de leerlas, comprenderlas y elaborarlas.


Esto es como un patio de vecinos en el que cada uno de nosotros es de su padre y su madre, tiene formas de vida particulares y conceptos personales de como desarrollar sus actividades cotidianas y cada uno de nosotros con diferentes necesidades de comunicación, pero somos seres sociales por definición con necesidad impepinable de interrelación. "Nadie es una isla" que dijo muy acertadamente John Donne y que más adelante Hemingway plasmó en su libro -Por quién doblan las campanas-


"Ningún hombre es una isla, completo en sí mismo. Cada hombre es un fragmento del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, tanto si fuera un promontorio, como si fuera la casa de uno de tus amigos o la tuya propia: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy unido a toda la humanidad, por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti." 


Como es de suponer a todos nos gusta charlar con amigos, comentar una noticia o las últimas tendencias de moda, compartir la experiencia de un viaje realizado o valorar los resultados del partido del Domingo o la acertada realización de una película en un foro internauta 


Sentimos ansiedad, pues muchas veces es eso. Ansiedad por hablar, escribir y comunicar al resto nuestras experiencias personales, meditadas suficientemente o no, pero necesitadas como explosión, de salir al exterior y extenderse de forma "Mitósica", la mayor de las veces de forma espontánea y pocas veces de forma reflexiva.


Y finalmente a lo que voy con mi cháchara que a lo mejor ya te aburre: ¿Hay  alguien ahí dispuesto a escuchar? ¿Oídos atentos que requieran de esas palabras? ¿Personas realmente interesadas en lo que escribes y trasmites?


Si tuviéramos que responder con total sinceridad a la pregunta de cuanto tiempo dedicamos a leer un libro, leer una carta (Se escriben pocas), leer un E-Mail (De estos muchos) intentar comprender la letra de una canción, y concentrarnos en lo que nos está contando la vecina, el amigo, familiar o el compañero de trabajo o el profesor de universidad . ¿Qué responderíamos?


Sobre las páginas Web, los Blogs y los muros de plataformas sociales no digo nada, pues es más de lo mismo.

Y es que estamos saturados de información, incapaces de desarrollar tanto poder receptivo como para atender todas las entradas y notificaciones recibidas diariamente.
Los filtros tienen que ser numerosos para que encima la propaganda y los Spam no nos acaben de saturar nuestras bandejas de entrada y nuestras neuronas.

En estas estamos pues: somos remitentes y destinatarios de información y depende solo de nosotros el hacer este ejercicio social más práctico y trascendente, utilizando el filtro de la racionalidad y la utilidad.

Y añadiría como claúsula el ser más receptivos a la escucha que a la verborrea, hay muchos prójimos necesitados de oídos atentos que les atiendan, muchas soledades interiores, personas incomprendidas y aisladas por la falta de nuestro interés a la hora de escucharles. Las prisas y el, siempre escaso tiempo pueden ser excusa o no, pero la paciencia es una virtud escasa que deberíamos potenciar a menudo con los demás. y ser receptivos seguro que no nos quitará el sueño.

No solo se trata de expandir nuestro mundo interior sino también de ser vasijas que recojan lo que los demás comparten.

Pero naturalmente no todo vale, como el Spam hay cotilleos y críticas que no nos aportan nada, y para ello debemos interponer los tres filtros que el sabio Sócrates propuso a su discípulo.

    Un discípulo  vino en busca de su maestro Sócrates para decirle:


¿Sabes lo que escuché acerca de uno de tus amigos?  Espera un minuto, replicó Sócrates. Antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro. - Triple filtro ? , preguntó el otro.

- Correcto, continúo Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el “Examen del triple filtro "
... El primer filtro es la VERDAD. ¿estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto ? _ No, dijo el hombre, realmente sólo escuche sobre eso y ...  Bien, dijo Sócrates, entonces realmente no sabes si es cierto o no.
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la BONDAD. Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo ?  No, por el contrario …  Entonces, deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro que sea cierto
Pero aún podría querer escucharlo porque queda un filtro, el filtro de la UTILIDAD. Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo ?  No, la verdad que no.

Bien, concluyó Sócrates. Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil, ... para que querría yo saberlo ?




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