jueves, 14 de mayo de 2015

Negro y Blanco

Dos pequeños relatos presentados al concurso de 
"Microcuentos de terror II" creado por El Círculo de escritores. 






Negro

Nos mirábamos de frente.

A penas percibía expresión en su rostro, parecía no denotar sentimiento de clemencia por mi abatido cuerpo. El me dominaba desde arriba, presionándome ligeramente el pecho con su peso liviano.
Durante un minuto mantuvimos nuestras miradas.
Parecía no decidirse a actuar; bien sabía yo lo que quería y no podía negarme a dárselo. Era imposible la resistencia. Del todo inútil luchar contra algo irreversible.
Era negro como la muerte, en realidad: ¡Negro como ala de cuervo! Era justo lo que tenía encima dispuesto a picotearme los ojos, estos ojos que iban a perder su luz.



Blanco


Rasgó la noche con un centelleo seguido de un estampido brusco. Se avecinaba tormenta, y yo en un rincón presentía mi fin.
La puerta se abrió chirriante a la noche oscura, no lograba adivinar si el vendaval desatado era la causa, o esa presencia merodeadora y temida que me acosaba como víctima propiciatoria.
¡De repente! ¡Se hizo la luz! en el instante en que rompía a llover, otro relámpago recortó sobre fondo blanco, la silueta de mi verdugo. La muerte me visitaba a domicilio. Ya solo llegué a oír el trueno.


                                                         
Derechos de autor: Francisco Moroz

martes, 12 de mayo de 2015

Poema de desconsuelo por si te fueras






¿Qué haré cuando me faltes?
Lloraré como lluvia.
¿Qué haré cuando te vayas?
Vagaré como el aire.
Abandonado en mi soledad,
moriré de tristeza al recordarte.
Como luz mortecina,
como sal sin sabor.
Estaré sin estar,
cuando tu ya no te halles.

¡Así pues!
¡No te vayas!
Pues tu abrazo es mi puerto,
 y tus besos la calma.
Tu sonrisa el motivo
 de poder respirar.
La mirada el camino.
Tus latidos mi vida,
y mi ansiado destino
conjugarme al amar.

Es por eso que pido:
¡Llévame cuando marches!
No me quiero quedar:
solo, triste y vacío
como sombra fugaz,
como punto y aparte,
como efímero azar.
¡Ay mi amada!¡No más!
Es lo único que ansío,
y después ¡Dios dirá!




Derechos de autor: Francisco Moroz

sábado, 9 de mayo de 2015

Mr Mercedes

Mr Mercedes












                      
  

                                         De: Stephen King



No hay nada mejor para desentumecer las neuronas que un buen libro de este autor que no se complica la vida con historias enrevesadas. Crimen con algo de misterio, terror psicológico y físico, locos sueltos y personajes psicóticos, algún monstruo y entornos desasosegantes. Esta es la ecuación para que sus libros se vendan en todo el mundo sin complejos y gran éxito.

En el caso del que os traigo por aquí hoy, es el último de los publicados por el novelista de terror y suspense. Se trata de algo diferente a lo que este escritor esta habituado a escribir. Según parece, es su primera incursión en la novela policíaca o negra según queramos entender y definir este género.


En ella se nos presenta una historia escalofriante por elemental, habitual y cercana. No hay más que echar mano a prensa o noticiarios en TV para que nos demos cuenta del peligro que nos rodea sin ser conscientes de ello. El mercado, las calles, los colegios e institutos, el garage, tu propia casa, eventos deportivos, manifestaciones. O como en este caso que nos presenta "Stephen": La cola del paro.


Si ya de por si es terrible quedarse sin empleo y no tener con que subsistir. Más horrible es que un coche de gran cilindrada venga a toda potencia contra nosotros y nos arrebate lo único de valor que nos queda: la vida.


¡Y ahí estamos! en la feria de empleo, en un centro cívico donde han pasado la noche, guardando cola, muchas personas con la esperanza de conseguir uno de los 1000 puestos prometidos por el alcalde de la localidad.

Al amanecer, bajo la lluvia, un Mercedes de gran cilindrada arremete contra la gente que espera; matando a 8 de ellas y mutilando a otras tantas.



Pasamos a otro plano temporal en la narración, mucho después de los hechos relatados y asistimos, a una escena donde el policía jubilado" Gustavo Bill Hodges" juega con su pistola mientras

bebe cerveza y visiona telebasura  evaluando impotente su fracaso en el caso que le fue asignado: La matanza del Mercedes en el centro cívico, ese mismo que no fue capaz de resolver por falta de pruebas.

Su vida es aburrida y la inactividad le desespera. Echa de menos los viejos tiempos; se considera un viejo acabado y se plantea el suicidio como salida a todos sus problemas. 

" Cuando miras el abismo, el abismo también te mira a ti"                                                                                                   (Nietzsche)


Pero... es el mismo asesino el que le sacará de sus reflexiones macabras y con una carta le dará una razón para salir del letargo derrotista en el que está sumido. El motivo no es otro que la provocación. Un reto personal el que le plantea para que dé con él y lo atrape si puede, pero a su vez este psicópata elemental y descerebrado llevará a cabo todo un plan para acabar con el propio inspector y las personas de las que se rodea. Parece conocer perfectamente a su oponente y su entorno inmediato. Empieza de esta forma una carrera contra el reloj en la que está en juego no solo la vida del policía si no de un indeterminado número de personas inocentes. 


Los personajes, al contrario de a lo que nos tiene acostumbrados este autor estarán más elaborados, y descritos con más detalle; hasta conoceremos de primera mano al asesino. Su nombre: "Brady Hartsfield", su vida cotidiana, su entorno, sus compañías

 y sus neuras. 
No habrá secretos para nosotros con respecto a él. La historia no nos lo oculta. Somos testigos de primera mano, y saber los pasos que da en todo momento al igual que sus planes, será algo que nos inquietará y nos pondrá nerviosos a lo largo de toda la lectura.



La investigación de "Gustavo Bill Hodges" propiciará de la misma forma que conozcamos a los implicados y culpables indirectos de el asesinato en masa perpetrado por el conductor del Mercedes. También se rodeará de dos personajes muy curiosos, cada uno en su modalidad, para que le ayuden con sus indagaciones: "Jerome" un joven negro que le hace trabajos eventuales como jardinero y que tiene una carrera muy prometedora gracias a su proverbial inteligencia, a la vez se trata de una formidable persona. Por otro lado " Holly Gibney" una mujer de mediana edad con mentalidad de jovencita puber a causa de un problema mental y la sobre-protección materna. Ella tiene una cualidad desconocida para todos, que pondrá al servicio del policía con el fin de atrapar al asesino. Un trío detrás de un asesino inteligente y fuera de control.  


No se nos van a escatimar los momentos más impactantes y duros a lo largo de la novela; descripciones algo macabras y espantosas, pero nada inventado, todo, como dije en un principio: cotidiano, habitual y factible de suceder...Como de hecho ya han acaecido en sucesos de todos conocidos.


"Stephen King" cumple con todas las expectativas que los amantes del género policíaco y de novela negra tienen puestos en este tipo de lecturas, cumpliendo los cánones exigidos para que estas lo sean y de calidad.


Su lectura es fluida y rápida, con diálogos algo más elaborados que en otros libros. Acción moderada, pero con un continuo suspense y aporte de angustia por nuestra parte, al ser conocedores de todo lo que se les viene encima a los protagonistas en cuanto bajen la guardia. 


Y es que donde menos te esperas acecha el peligro. Los asesinos no se esconden en cuevas ni en callejones oscuros, ni en casas destartaladas. ¡Están viviendo entre nosotros! como gente normal.


Un libro, de los muchos que el autor ha escrito, de los más logrados y redondos en cuanto a trama, argumento y narración.


Os lo recomiendo como lectura desengrasante y adictiva.






  

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