martes, 9 de junio de 2015

El estandarte púrpura

El estandarte púrpura









De: Massimiliano Colombo









                                                                                                                       

" Imaginad que vivís en un tiempo en que la libertad no es un derecho adquirido, sino una condición que hay que conquistar por la fuerza cada día. Imaginad que el futuro de vuestros hijos está constantemente amenazado por la sombra de la esclavitud y que todo lo que habéis construido con una vida de sacrificio está ligado a un delgado hilo que solo vosotros podéis defender , empuñando la espada, mientras tengáis fuerza, aullando al mundo vuestro derecho a vivir como hombres libres en la tierra de vuestros padres."


El autor de: La legión de los inmortales nos vuelve a sorprender con este nuevo título ambientado de la misma manera en la época de la Roma antigua. Cuando el Imperio se expande por Britania y las legiones ya establecidas sofocan pequeños conatos de rebeldía.


Pero Roma no esta preparada para enfrentarse a una mujer tenaz y fuerte, a la que alza al poder por causa de la injusticia con la que someten a su pueblo. Se trata de "Boudica"reina de los Icenos.


Es sabido por todos los que conocéis algo de la historia de Roma, que lo que esta no conseguía con pactos lo hacía con la espada, y que cuando los pueblos se le resistían eran capaces de romper pactos y utilizar la traición. Todo por ampliar sus dominios y subyugar a los pueblos para que estos fueran ciudadanos romanos de tercera categoría a penas sin derechos, o esclavos y siervos del imperio.


Hay dos historiadores romanos que serán los que nos dejen constancia de este acontecimiento ocurrido entre los años 60 y 61 d.C , durante el gobierno de Nerón. Se trata de "Dión Casio" y "Tácito" con lo cual el escritor recurre a sus escritos para novelarnos lo que se consideró la última y más importante rebelión de los britanos que crearon una liga para enfrentarse a la máquina de guerra más mortífera de aquellos tiempos.






La historia narrada se diversifica en tres frentes que se irán alternando en la narrativa, presentándonos a los personajes fundamentales que llevarán el peso de las acciones desarrolladas.


Por un lado Un centurión de la vigésima legión llamado: "Marco Quintinio Aquila" que desembarcó siendo Claudio Emperador y que por los años trascurridos y méritos por heridas en batalla, está licenciado. Ahora su única pretensión es labrarse un retiro tranquilo en la villa que se está construyendo. A él y a unos pocos compañeros les sorprenderá el giro de los acontecimientos que tienen lugar por entonces. Su elección después de perderlo todo, es unirse de nuevo como legionario y combatir.


Conoceremos a un soberbio y arrogante gobernador llamado: "Cayo Suetonio" cuyo único objetivo es acabar de raíz con los que considera los únicos responsables de los focos de rebelión de los britanos: Los druidas. Y para ello no duda en enviar a sus legiones contra la isla de Mona, considerada el último reducto sagrado de los mismos. Su política es agresiva, persiguiendo una única meta. La sumisión o la muerte.


" Es el ciclo de la naturaleza el que lo vence todo, queramos o no."


Las garantistas de que esto sea posible son: La segunda Legión Augusta, La Novena Hispana, La Decimocuarta Gemina y la Vigésima Valeria que durante 17 años han batallado contra "Carataco" rey de los catuvelaunos  y han pacificado a los icenos pero sin conseguir su total sumisión.


El procurador "Cato Deciano" hombre corrupto y pérfido será el causante de encender la chispa que prenderá la llama que amenaza con incendiar la isla de Britania y quemar a los romanos. Él humillará a "Boudica" y a sus hijas. Con ellas, al pueblo iceno que correrá la voz por todo el territorio, consiguiendo algo que en un principio parecía imposible: unir a todas las tribus bajo un único mando y luchar por la libertad sacudiéndose el yugo romano; y si para ello tuvieran que acabar con todos, lo harán sin pensarlo. Trinovantes, siluros y ordovicos acuden a la llamada de "Boudica" y entre todos conformarán un ejercito de aproximadamente 100.000 hombres contra unos 20.000 efectivos por parte de los romanos.


Del lado de los celtas se nos presentarána personajes carismáticos como los druidas "Ambigath" y "Miridin" a "Murrogh" líder perteneciente a la tribu de los trinovantes. Hombre valiente y de honor. Y por supuesto a una muchacha de belleza singular "Rhiannon" que tendrá que luchar no solo contra el enemigo romano sino también con sus sentimientos encontrados.

" Recordadlo siempre. La única derrota es renunciar a los propios sueños."


Estamos pues, ante un capítulo de la historia, una novela amena y bien documentada que no es farragosa en estilo ni en narración, cuyos personajes están definidos con acierto; mezclando los reales con los imaginados. Una ambientación escueta pero suficiente de los lugares donde se desarrolla la acción. Ciudades como Londinium o Camulodunum, al igual que los bosques, colinas y playas. A si mismo las escenas de acción como las de la batalla final, cortan el aliento manteniendo al lector en una expectante tensión.


El autor ha cerrado la historia de los personajes creados por él, como perdiéndolos en un horizonte de futuro difuso y nada concreto. El destino de la reina "Boadicea" queda supeditado a la mente especulativa del que llega al final del relato.


Se nota la eficiente bibliografía utilizada por el autor, que de esta forma consigue deleitarnos con un episodio que no aparece en muchos libros de historia.

A pesar de lo que con razón dijera el escritor "George Orwell" : "La historia está escrita por los vencedores"
Los perdedores en este relato también tienen voz. Una voz digna de ser escuchada en letras.

"Fragmentos de existencia, eso es lo que quedará de cada uno de nosotros."






domingo, 7 de junio de 2015

Miedo a lo desconocido




Miedo no era la palabra adecuada para definir lo que sentía en estos momentos. terror más bien era la correcta.


Y es que desde que había llegado a la estancia donde me hallaba encerrado, no había dejado de temblar. ahora era peor con ese sudor frío que me recorría la espalda helándome la espina dorsal.


Estaba sumido en un caos mental de confusión, no reaccionaba ante los estímulos, como paralizado ante la visión de esos hombres grises y anodinos que nos miraban desde arriba, controlando hasta los mínimos movimientos que pudiéramos realizar. 


Y es que no estaba yo solo en la habitación cerrada, otros tantos como yo, de distintos sexos pero aparentemente de la misma edad, estaban en las mismas condiciones de reclusión. Codo con codo sin poder mirarnos ni dirigirnos la palabra.


No era comprensible lo que tenía delante, un gran enigma a resolver, como el planteado por las esfinges a los caminantes insensatos que pretendían pasar junto a ellas. Tributo necesario era el adivinar sus preguntas para que franqueasen el paso. Si no eras capaz de resolverlas, caías fulminado por un rayo diluyéndote en el olvido de las cenizas.


¡Dios mío! Gemía mentalmente ¿Cómo he llegado a esto? ¡Ayúdame! ¡Inspírame! ¡Échame un cable!


El sacrificio de mi inmolado tiempo libre dedicado al estudio junto a mi mente preclara, marcarían la diferencia entre la libertad o el fracaso.


La respuesta a tanta angustia se encontraba dentro de mí desde el principio: La tortura acabaría en el instante en que saliera del aula, una vez terminada la prueba de selectividad.




 Derechos de autor: Francisco Moroz

jueves, 4 de junio de 2015

Bésame mucho



Un beso es poesía hecha caricia,
de labios sedientos de amor incontenible.
Es íntima promesa de amantes, 
que sueñan con fundirse en una sola presencia.
Sólida roca donde impera la pasión.

Un beso trasmite todo lo necesario, 

sin necesidad de palabras pronunciadas.
Pues cuando se juntan los labios,
la palabra es imposible de emitir,
y un sin sentido el hacerlo.

Un beso es: sedoso roce,

húmedo y jugoso halago.
Sabroso almíbar de dioses sabios.
Terciopelo amoroso,
ígneo fuego donde abrasarse de forma grata.

Reconcilia al que ama,

augura dicha y refuerza el aura.
Remedio es, de corazones heridos.
Ecuación feliz ante la sombría soledad,
éxtasis de entrega sin condiciones...

Quiero pues besarte siempre, 

siempre que pueda. 
Que la breve vida dura un suspiro cuando alza el vuelo
y quiero acordarme: de los largos besos, de los pausados,
los soñados, los que dio tu deseo, y los robados.

Nos convertimos los dos en uno si nos besamos,

fieles amantes, inocentes cómplices de lo pactado.
Necesito posarme cual mariposa,
como abeja libar la miel sabrosa de tu boca.
Evadirme del mundo, dejarlo afuera y perderme en ti.

Abrazar tus tristezas con ansia y ternura,

complacer tus anhelos a la par que los míos.
Respirar tu presencia, ignorar el futuro aún tan lejano,
solo dar por seguro.
esos besos pendientes que hemos de darnos.

Ya no aspiro a otra cosa,

que a tu aliento amoroso y el hacerte feliz.
Al calor de tu piel, tu brillante mirada,
mi preciado tesoro.
Y a los besos sentidos por los poros del alma.






Derechos de autor: Francisco Moroz

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...