Cometas en el cielo
De: Khaled Hosseini
" He descubierto que lo que dicen del pasado , que es posible enterrarlo, no es cierto. Porque el pasado se abre paso a zarpazos."
Al pasar la última página de las 384 que tiene este libro me quedé con esa sensación de angustia por algo que se terminó, como si te encontrases involucrado en una despedida de alguien muy querido con el que has compartido deliciosos momentos inolvidables; intercambiando confidencias, contando de vuestras ilusiones, preocupaciones y sucesos.
Un buen amigo se despide cuando cierras la tapa posterior del libro, y es difícil que hayamos sido capaces en el tiempo que estuvimos leyendo, de retener esa furtiva lágrima a la que se refrió "Carusso".
La historia, es de esas que te dejan huella en el corazón, de las que te duelen en su propia esencia argumental, que por otro lado es de una sencillez narrativa que pasma; te deja indefenso, y te hace caer rendido ante el escritor que trazó tan sensibles emociones en tinta.
Como me suele ocurrir, siempre conozco a un autor por su última obra, y a este en concreto por no ser una excepción con su: -Y las montañas hablaron- referenciada en el blog hace casi un año.
Me quedé entonces prendado de su manera casi poética de relatar, en la forma de expresar una
cotidianidad vivencial de unos seres humanos como nosotros, con distinta
religión, costumbres e idiosincrasia; pero con los mismos pesares y
sufrimientos, ilusiones y esperanzas .
Soportando ellos más padecimientos en unos pocos años, de los que nosotros
soportaremos en toda una vida.
"Khaled Hosseini" me atrapó para su causa con ese título, y hoy vuelvo a él con este otro, pero esta vez desde el
principio, con su primera obra, una, que valora la amistad desde las
diferencias de casta y de condición; una, en la que se nos demuestra de
forma sentida como alguien es capaz de soportar la traición y el
abandono, y hasta el olvido. Sólo por pura y fiel amistad.
Historia que nos contará también, el padecimiento de un pueblo arraigado en lo más sagrado de sus tradiciones culturales y sus costumbres, pero respetuoso, hospitalario y sensible a pesar de su precariedad económica, social y cultural.
Si, "Hosseini" vuelve a contarnos de Afganistán, de sus cambios de gobierno como trasfondo traumático para la nación. De una monarquía, al comunismo exacerbado, y tras la expulsión de los soviéticos su paso por las consabidas luchas tribales, hasta el asentamiento de los violentos y extremistas talibanes, radicales capadores de toda libertad de expresión.
Pero este será tan sólo el escenario de otra historia cuajada de esperanza y de redención. De fidelidad, de sacrificio y de bondad.
Todo narrado en primera persona desde el punto de vista de "Amir", un
niño pastún sunnita al que no le falta de nada, pues su "Baba" es un
exitoso comerciante de alfombras.
Este, contará sus correrías junto a su mejor amigo llamado
"Hassan" el hijo del sirviente de su padre, un hazara chiíta. A pesar
de sus diferencias de casta, son niños inocentes por encima de todo perjuicio y
disfrutan de la vida compartiendo experiencias, lecturas, conversaciones y
juegos. Y sobre todo de algo que les une enormemente: ser los mejores voladores de cometas de todo
Kabul.
Toda la armonía se rompe el 17 de julio de 1973, cuando, tras un golpe de estado, los soviets entran en el país y lo subyugan. Eso y un suceso que convierte, el que pudo ser el mejor día en la vida de ambos niños, en el contrapunto de una amistad que parecía inquebrantable. Los celos, la envidia y el miedo, jugarán un importante papel en la consecución de este drama.
"Amir" empezará relatándonos los recuerdos de su pasada vida en Afganistan junto con "Hassan" y su padre "Alí" y "Rahim Kan", figura esencial este último en el desarrollo de la historia, pues es una llamada telefónica suya, la que pone en marcha el mecanismo de la memoria del protagonista.
Con una sola frase dicha por él ex-socio de su
"Baba", se trazará el destino del personaje principal y la trama
argumental de toda una historia, donde la amistad será ensalzada; pero donde las
antiguas traiciones, deslealtades, miedos, burlas y desprecios tendrán que ser
expiadas para borrar la culpa.
" Hay una forma de volver a ser bueno... una forma de cerrar el círculo"
25 capítulos que como ya dije, te robarán el aliento con su intenso argumento. De la misma manera que nos trasmitirá un cúmulo de sentimientos encontrados con respecto a los diversos personajes.
Todo ello, junto a momentos y paisajes inolvidables
pintados con una prosa fluida cual danza de letras que nos mecen. Mientras
leemos, degustamos y visualizamos lo descrito, de igual manera que las especias en un sabroso guiso.
"Las casas blancas de tejado plano de Wazir Akbar brillaban a la luz del sol. En los patios, las coladas colgadas en los tendederos bailaban como mariposas, animadas por la brisa del mar."
"Yo veía su sonrisa interior, ancha como los cielos de Kabul en las noches en que los álamos se estremecen y el sonido de los grillos inunda los jardines."
"Amparado por la oscuridad, recorrí con la mirada las líneas paralelas de plata que trazaba en la pared la luz de la luna que se filtraba por las persianas."
Pero el escritor no nos privará de escenas duras como la propia realidad de aquellos momentos de invasión y guerra.
Nos describe los hechos ocurridos en un país que retrasó sus relojes
hasta la edad más oscura. La de la muerte de todos los derechos y la de los
propios ciudadanos a manos de la más violenta de las intolerancias
fundamentalistas religiosas.
Aún en estas vicisitudes " Khaled Hosseini" nos
demostrará su buen hacer literario a la hora de contarnos con pocas palabras,
pero muy bien elegidas, los horrores a los que fueron sometidos los Afganos.
"En Afganistan hay muchos niños pero poca infancia"
" En Kabul el agua caliente se había convertido, como los padres, en un bien escaso."
"Quiero alejarme de este lugar, de esta realidad, izarme como una nube y desaparecer flotando, fundirme con esta húmeda noche de verano y disolverme en algún lugar lejano, por encima de las montañas."
Como comprobareis me he explayado con las citas, y es que, cuando un libro tiene profundidad y enseñanzas en su interior, no hay manera mejor de comprobarlo que a través de ellas.
En esta historia todos los personajes encierran una gran personalidad, trazada con mayor o menor detalle y maestría; algunos se erigen como protagonistas de la trama, haciendo entradas en la historia narrada casi irrelevantes; pero todos ellos con una frase, un comentario, un pequeño dialogo que los convierte en fundamentales para el que sepa captar los mensajes esenciales.
"Los niños no son cuadernos para colorear. No los puedes pintar con tus colores favoritos"
"El robo es el peor pecado. El denominador común del resto
de pecados.
Cuando matas a un hombre, le robas la vida. Le robas el
marido a una esposa y el padre a unos hijos. Cuando mientes, le robas al otro
el derecho a la verdad. cuando engañas robas el derecho a la equidad."
Extenderse en más apreciaciones con respecto al libro se hace del todo innecesario con lo cual, terminaré diciendo que no sólo disfrutareis de una lectura apasionante que os ayudará a reflexionar sobre muchos aspectos. También paladeareis la forma de sentir de los personajes, sus motivaciones no siempre nobles, a la hora de actuar. Inquietudes, ilusiones y dudas.
Gozaremos de una manera de relatar de la que son auténticos maestros los escritores orientales que hacen, que hasta la miseria humana parezca algo asumible y necesario para formarnos como auténticos seres en plenitud.
Novela que de la misma forma que el cuento o la parábola, nos
dejará una enseñanza, una inquietud desbordante, que nos hará volver la vista atrás como al
personaje, evaluando sobre si nosotros dejamos en su momento cosas por hacer o
hicimos las correctas.
Aunque como un buen amigo le diría a otro:
"¡Por ti lo haría mil veces más!"