IqbalMasih. Lágrimas,sorpresas y coraje
De: Miguel Griot
Llevo
bastante tiempo sin reseñar un libro por razones variopintas que no vienen al
caso explicar. Pero este, que llegó a mis manos de forma inesperada como un
regalo de navidad, no puede esperar para ser presentado a mis amigos seguidores
por lo contundente de su contenido.
Se
trata de un libro dirigido a jóvenes, a jóvenes que se interrogan, a jóvenes
con inquietudes, iniciativas y ganas de aportar su grano de arena y positivismo en esta sociedad que se ahoga en desesperanza, prejuicios, necedad e hipocresía.
Un
pequeño libro con una magnitud en sus letras sencillas que apabulla al lector y
lo descoloca.
¡Pero
no os equivoquéis! También está escrito para los adultos pues no es un cuento, es una biografía muy real y cruda en la que
se dan la mano la ternura, el amor y el humor, con la tristeza, el dolor y el
miedo.
La esencia de la corta existencia de un niño, escrita de modo periodístico y ameno
pero no carente de emotividad. El autor ha sabido dar protagonismo a todos y cada uno de los personajes que aparecen; todos hablando sobre ese niño. La historia será contada casi de
continuo en segunda persona, consiguiendo con ello que nos sintamos interrogados
e inmiscuidos en el relato.
Más de una vez literalmente nos dirán ¿Qué habrías hecho tú?¿Qué piensas sobre ello?
“Su vida te será
contada como perlas esparcidas sin ordenar. Serás tú quien las una y las
convierta en collar”
Ya
os he puesto en el brete de la curiosidad ¿A que sí?
Pues
os cuento un poco más.
La
historia es la de un niño común y corriente llamado Iqbal Masih, que vive en
una localidad de Pakistán, un pueblo llamado Lahore, donde se confeccionan las
mejores alfombras del país que son muy cotizadas en el resto del mundo.
Pero Masih aun siendo el protagonista
absoluto de este libro no hablará. Como os dije antes otros hablarán por él: los que guardan sus
recuerdos como si fueran hilos de colores con los que irán tejiendo el tapiz que después nosotros
gozaremos con la perspectiva que nos dará el relato de su vida en general. Pero
sobre todos los narradores destacará uno. Mudena, que hará de guía en nuestro peculiar periplo a lo largo de esta aventura existencial.
Y es que Iqbal Masih era un niño de los
millones que en el mundo son explotados laboralmente. Un tejedor de alfombras
que no será sometido por sus patrones a la esclavitud y a la miseria, hipotecando su futuro. No pudieron hacerlo pues no contaban con su espíritu rebelde e inconformista que desbordaba su menudo cuerpo de luchador.
“El amor dio al débil el
impulso necesario para ganar el pulso al fuerte”
Su
madre, sus primos, sus amigos, patronos, compañeros de trabajo, tutores,
educadores…
Todos
ellos nos irán desgranando sus distintos puntos de vista. Y con narración limpia de polvo y paja darán brillo y contraste a la corta existencia
de este pequeño que luchó; no solo para liberarse de su trabajo forzado, sino también, para denunciar de manera contundente la condición en la que millones
de pequeños son utilizados como mano de obra barata en favor del enriquecimiento
de unos cuantos empresarios sin escrúpulos. Que incluso vieron como una traición el que alguien como él se saltara las normas establecidas y aceptadas a la fuerza, que solo les favorecían a ellos. Mostrando al mundo las condiciones insalubres, ominosas y de explotación a las que son sometidos niños como él.
Se convirtió en abanderado de todos ellos.
A
mi modo de ver hay algo que realza si cabe un poco más este libro, dándole un
valor añadido. Se trata del alto sentido reflexivo que es capaz de trasmitir únicamente
con ciertas frases que iremos encontrando como señales. Hitos que nos indicarán
lo verdaderamente importante, el sentido de las cosas, la sencillez de lo
complicado y las puertas que se nos abren ante el desespero.
Este
es uno de esos libros que se leen con emoción a flor de piel. De esa que
desgarra o acaricia, apabulla o acuna.
A
mi entender es una lectura que merece su tiempo, aunque solo sea porque nos
ayudará a despertar esa conciencia adormecida por la droga del bienestar y el
placer inmediato que nos suministra esta hipócrita sociedad para desviar
nuestra atención de lo verdaderamente importante, como son los derechos humanos y
más los de nuestros pequeños, que representan el porvenir de la humanidad.
El
16 de Abril de 1995 fecha en la que Iqbal moría, la Unicef decidió honrarle dedicando
dicho día a conmemorar los derechos de la infancia.
“A veces lo más triste
y auténtico es el espacio que queda entre algunas palabras”
Si
tenéis la oportunidad y el placer de encontraros con este niño. Parar un poco
el ritmo ¡Escuchar lo que tiene que decir! Pues:
“Escuchar a alguien
que ha escalado la montaña con los pies descalzos, nos ayuda a subir la cuesta”
No
será un tiempo perdido, os lo aseguro ¡Muy al contrario! Os indicará el camino
de la coherencia, del desarrollo personal del respeto debido a los débiles sea
su condición la que sea.
Pues
como dijo el propio Iqbal Masih:
“El camino que he
recorrido es solo mío, pero la dirección en la que voy para que los demás y yo
seamos libres, también puede ser la que sigas tú”
Cuando pasemos la última página ocurrirán dos cosas: Sabremos el porqué del subtitulo "Lágrimas, sorpresas y coraje" y nos será difícil olvidar a este pequeño tejedor y gran luchador que se llamaba Iqbal Masih
Derechos de autor: Francisco Moroz