Hoy
comeré según lo que me pongan en el plato,
según su contenido.
Me sobran si me apuras los
cubiertos de plata,
incluso siendo sincero,
la servilleta de hilo.
Según
lo que me echen, así comeré.
Que me conformo,
que no tengo preferencias ni gustos severos
ni peco de casquivano y minucioso.
Pues todos los días son inciertos
con su pizca de desazón
y de misterio gastronómico.
Estoy
acostumbrado
a la inclemencia de los tiempos que corren,
nunca fueron mejores
ni en el siglo de oro.
Menos, ahora, que es siglo de latoncillo.
Como comensal,
cada vez que me
ubico,
siempre lo hago arrinconado por principio.
Cuando hay apetencia
me
acuerdo a cada momento de la nana de la cebolla
de Miguel Hernández.
Del pícaro
Guzmán, del letrado lazarillo.
De la frase ciceroniana que reza:
“El hambre es el mejor condimento".
Eso decía mi madre cuando ponía lentejas.
¡Férreo alimento por cierto!
¡Férreo alimento por cierto!
Hoy
comeré
según lo que me echen en el plato,
y no soy sibarita ni exigente;
soy
del montón.
Pertenezco
a un círculo selecto de comensales de las calles donde
habito,
que buscan diligentes,
el local donde se venda barata la comida.
Me
es indiferente
sentarme en una mesa con manteles blancos;
me basta con las amplias vistas a un jardín,
sentado en cualquier banco.
Si me urges,
renuncio a los manjares
surtidos.
Me sobran las copas pulidas y los transparentes vasos
y el vino que los llena.
No soy de los que esperan impacientes a ser servidos,
por camareros y fámulos estirados,
por camareros y fámulos estirados,
pues me arreglo con mis manos
y me sobra criterio para comer lo debido.
Soy hombre de principios,
con tener algo con que comenzar me basta.
Suficiente razón
para llevar a buen puerto el cometido
En lo que realmente fundamento mi esperanza
con paciencia infinita,
es en que un alma sensible y bondadosa
deje
caer unas monedas en mi plato.
Y según el valor de las que haya,
el comer como un rey tengo fechado.
Y si la suerte es esquiva y no me alcanza,
comeré como pobre vasallo las migajas.
Hoy comeré
según lo que me pongan en el plato.
que nunca hubo pan duro para el hambre
¡Yo lo creo y certifico!
Derechos de autor: Francisco Moroz
muy bello y realista !!
ResponderEliminarMuchas gracias Marcela. un honor verte por este espacio compañera.
EliminarAbrazos.
Un poema que recuerda a los pícaros de nuestro siglo de Oro que incluso aparecen en los versos. Tiene ritmo y mensaje. Me ha gustado, Francisco. Da gusto leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Si, Juan Carlos, no se si el estilo es el adecuado ni siquiera si el ritmo lo es; pero nombro a algunos de esos pícaros del siglo más fructífero y portentoso de nuestro suelo patrio, donde el hambre de los desfavorecidos es un tema que no se pasa de moda a pesar del paso de los siglos que nos separan de ellos.
EliminarUn abrazo Juan Carlos.
Solo puedo aplaudir, plás plás plás. Abrazos.
ResponderEliminarPues a la contra y de recibo te hago una reverencia agradecida Marisa.
EliminarUn abrazo fuerte.
Según iba leyendo estaba segura que al final vendría firmado "Lazarillo" (de Tormes). Cuando el hambre aprieta se olvidan los remilgos y no se le hace ascos a nada.
ResponderEliminarA veces, la abundancia nos hace olvidar lo ricas que están unas sopas de ajo, o un trozo de pan con chocolate. Yo, de todas formas, prefiero un cocido a los platos de la 'nouvelle cuisine' con sus pijotadas y sus recetas absurdas.
Besos.
Podría ser el lazarillo, pero en este caso es uno de esos pobres de solemnidad que abundan cada vez más por las calles de cualquier ciudad desarrollada. estamos volviendo a los tiempos de bonanza para algunos privilegiados que lo han ido siempre; los mismos medran a costa de los que tienen que pedir por falta de recursos.
EliminarTriste realidad.
Besos
Ya dice el refrán que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita. La sencillez hace buen servicio a la felicidad, incluso en esto del comer :)) De todas formas es triste tener que depender de lo que a un le pongan en el plato para poder o no comer...
ResponderEliminarInspirado e ingenioso poema, Francisco. ¿Seguro que no viajas en el tiempo de vez en cuando? :D
¡Un beso!
En sueños me doy de vez en cuando una vuelta por regiones inusitadas donde compruebo que lo malo de la historia se repite una y otra vez en vez de poner remedio a los abusos y las injusticias de unos contra otros.
EliminarA tu refrán inicial añado que la generosidad es patrimonio de los menos afortunados que son los que ma´s comparten.
Besos amiga Julia
Precioso poema, Francisco. Todo un elogio de la sencillez en el comer y con ese doble sentido de lo que se puede poner en un plato y ese toque de picaresca. Razón tiene Kirke, cuantas veces lo que apetece de verdad son unas sopas de ajo, unas patatas "a lo pobre" o un huevo frito mojado en pan.
ResponderEliminarUn beso.
Veo que has pillado esa doble intención de los versos. Se nota tu atenta lectura.
EliminarLa sencillez en el comer dice mucho no solo de la necesidad y el hambre perentoria; también de los gustos refinados y estúpidos de personas que nunca pasaron hambre y solo comen delicatessen. Tres días sin probar bocado los tenía a esta banda de mojigatos de la nueva tendencia de cocina.
Besos
Comer comida sencilla es pu privilegio hoy en día en muchas casas donde no hay para mucho más. Recuerdo cuando era niña y mi madre me contaba los tiempos de escasez. Hoy en día un plato sencillo es un manjar de Dioses. Y yo que iba a hacer un posts con las delicatessen sencillas de una comida moderna. Me he cortado.Un abrazo
ResponderEliminarJa,ja,ja. Espero no haberte frustrado la entra sobre comidas finas y de diseño. Siempre se dijo que comer es todo una arte, pero para mi ante todo es una necesidad y lo demás son adornos y superficialidades que solo se pueden permitir los muy cool, un calificativo que no siempre coincide con los más inteligente.
EliminarBesos Mamen.
Me ha encantado lo de "soy hombre de principios, con tener algo con que comenzar me basta".
ResponderEliminarEl hambre es una de las peores necesidades en el ser humano y a mí es de las cosas que más me conmueve en una persona que la tiene. Lo bueno que tiene es que fácil de remediar si quien la padece se topa con una persona caritativa o que siente compasión (lo que no ocurre con otras carencias).
De algo tan básico has hecho un precioso (y gracioso) poema, lo que me ha parecido genial por tu parte.
¡Un beso, Francisco!
Hay un dicho que reza: "El comer y el rascar todo es empezar" y ser persona de principios suele basarse en tener algo que echarse a la boca aunque sea un simple mendrugo.
EliminarGracias por destacar la frase, tú siempre lo haces con alguna.
El hambre es la mejor especia, el mejor condimento y la mejor calificadora de la comida degustada ¿No crees?
En el amor también el hambre suele motivar a según que parejas, pues los hay que son conquistados por la buena mesa. ¡Por ser buena cocinera...porrompompón Manuela! ¿Te acuerdas de los payasos e la tele? Pues a eso me refiero.
Besos guapa.
Qué verdad tan grande: "El hambre es el mejor condimento." Deberíamos experimentar ese sabor más a menudo, y no sólo a la mesa, mi querido amigo. Buen trabajo ;)!
ResponderEliminarUn beso grande y muy buen finde!
Fer
Las verdades como la buena comida se parecen en su sencillez. Un buen cocido, paella, judías, pollo al limón o chuletas de cordero, pescadito frito, huevos con lacón etc... son más sabrosos que la aleta de tiburón flambeada con trufas silvestres rellenas de huevas de esturión siberiano en plato grande con corta ración que forma en dicho plato una isla de puro arte y escasa nutrición.
EliminarBuen fin de semana amiga
Precioso poema al hambre, ese que muchos por desgracia pasan por imperiosa necesidad por el bolsillo.
ResponderEliminarYo también estoy con Paloma que quieres que te diga, donde este un buen cocido o una sopa de ajo o unas sabrosas y ricas lentejas que se quiten los platos de la nueva cocina. Mi hermano invito en cierta ocasión a mi padre al restaurante de Sergi Arola jeje, y sabes lo que l edijo mi padre, no antes de agradecerle la invitación por supuesto, ¿que si tenia pan en casa? y mi hermano le pregunto porque? y claro mi padre le dijo que se iba a hacer un bocadillo como dios manda cuando llegara a casa jeje. en fin para que veas, quizás lo bueno es que he heredado de mi padre eso, el gusto por la cuchara y lo sencillo. un abrazo. TERE.
Yo también me apunto a buen montadito de lomo de cerdo antes que la cocina de diseño del más prestigioso cocinero del mundo. Lo bueno del hambre es que te la sacia el alimento ingerido. Hasta una humilde pizza o hamburguesa lo hace. Ese tipo de cocina que valora la estética y la primera impresión del comensal, excitando sus sentidos supraglandulares, suena a cachondeo y tomadura de pelo. Lo único que te llenan bien estos no es el plato sino la factura que te presentan a posteriori.
EliminarBesos Teresa.
Buen poema y excelente el mensaje de tus versos, al final la sencillez es algo que va más allá del comer, en ser auténtico y llamar a las cosas por su nombre. La alta cocina está muy bien para algunas ocasiones pero siempre comer de tres estrellas Michelin es alejarse de la realidad y eso nunca es sano aunque algunos lo hagan.
ResponderEliminarFelicidades amigo por ese tocar todos los géneros y todos se te dan bien
No digo yo que en alguna ocasión no haya que probar delicatessen, pero soy de la opinión de otra seguidora que ese tipo de cocina te suele dejar con hambre y te adelgaza la cartera. Para esos aburridos que quieren descubrir nuevas sensaciones culinarias no discuto que les parezca poco toda excentricidad.
EliminarEs como denominar obra de arte a una bolsa de basura llena. También podría llegar a comprender que hay mucha gente viviendo en torno a estas modas que en tiempos de necesidad nos parecen a los sensatos toda una patochada además de un despropósito.
Besos Conxita.
Ingenioso y magnífico poema, Francisco!
ResponderEliminarAbrazo y beso grande.
Gracias por tu aprecio, por tu beso y tu abrazo.
EliminarEs un placer tenerte cerca.
Besos para ti y muchos amiga.
Precioso e ingenioso poema que aunque en su forma te puede transportar a otros tiempos, para su mensaje está claro que cualquier tiempo es bueno.
ResponderEliminarComo bien dice su protagonista cuando el hambre aprieta un mendrugo es bueno para mantener el estomago lleno y la mente lucida, que no siempre una comida o una marca de vino son sinónimos de calidad. Y eso se puede llevar a cualquier ámbito de la vida.
Como siempre deslumbrante.
Un gran beso amigo mío.
cuando se escribe o habla sobre un tema habitual y cotidiano, se podría llevar al siglo que fuera la conversación o el escrito con el convencimiento de ser entendidos. En este caso todo lo que yo o cualquiera pudiera escribir sobre el hambre ya es sabido y está asimilado, aunque por desgracia no está solucionado; pues todos conocemos en nuestro entorno próximo a algunas familias que pasan sino hambre resolutoria si necesidad perentoria.
EliminarAgradecido por ese esplendoroso calificativo para con mis versos amiga.
Besos
Dentro de mi desconocimiento literal, el ingenio caracteriza este, tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eres muy generosa amiga Suni. muchas gracias.
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