martes, 9 de abril de 2019

Strange in the night





Me quedé dormido hilvanando constelaciones y no le vi llegar.
Desperté cuando estaba a mi lado soltando una tras otra palabras ininteligibles en un idioma desconocido, mientras me mostraba un dedo inflamado.

Intuía una urgencia en su voz, una demanda perentoria, parecía tener prisa por obtener una respuesta adecuada a su necesidad para salir corriendo en busca de lo que necesitaba. Aunque siendo tan paticorto no creí que llegara a tiempo a ninguna parte.



Debí de volver a quedarme dormido, pues cuando me despabilé, solo recordaba su extraña apariencia y esa voz como distorsionada diciéndome de manera obsesiva: “Teléfono, mi casa”.



Derechos de autor: Francisco Moroz


lunes, 1 de abril de 2019

Pretensiones




Ordenó sin pestañear la zona de experimentación. Hizo la cama, barrió y fregó toda la casa. Limpió a conciencia el cuarto de baño y el polvo de los muebles del salón.

Llegada la hora encargó comida a un restaurante italiano, puso la mesa para dos, encendió unas velas y colocó un CD de música romántica de fondo.

Esperó impaciente a que llamara a la puerta, no tardaría mucho en llegar. Cuando hablaron por teléfono, le confirmó que regresaría en breve.

Confiaba en haber superado todas las pruebas impuestas por el científico, como para poder aspirar a una relación con él, diferente a la mantenida hasta ahora como mascota y amo.


Derechos de autor: Francisco Moroz

jueves, 14 de marzo de 2019

La purga






Mientras contemplaba como llevaban al cadalso al último candidato, recordaba como hacía solamente cinco años todos aquellos que se dedicaban a tan lucrativo oficio, medraban, ganaban dinero, y eran reconocidos como personas honorables que estaban por encima de todo juicio y castigo.

Hasta que llegaron las hordas inconformistas y vociferantes, hartas de abusos y despropósitos. Estas tomaron el control del gobierno y la judicatura; castigando con mano de hierro a todo aquel que aceptaba sobornos y comisiones. Cualquier tipo de corrupción se pagaba con la muerte.

Ahora, todo aquel que se dedica a la política es presunto culpable, mientras no se demuestre lo contrario.
La purga es constante, no parece tener un final.

Derechos de autor: Francisco Moroz



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