Estaréis
de acuerdo conmigo en que hacer gárgaras con vino tinto no os va curar un
carcinoma de laringe aún siendo el vino de los caros y con denominación de
origen.
Como tampoco el cantar un bingo o ganar una mano a la ruleta, os vaya a
solucionar la vida a nivel financiero. Pero nadie ha demostrado todavía, que
esto pudiera ser imposible del todo.
A
cada uno de nosotros se nos han planteado en más de una ocasión desafíos que en
un principio nos parecieron impracticables, pero que con esfuerzo, tesón,
sacrificios, herramientas y medios adecuados fuimos capaces de realizar con
resultados satisfactorios.
Que se lo pregunten si no a las mujeres trabajadoras
que además son madres.
Personalmente
me hallo en esa tesitura. La de haber recibido un encargo harto dificultoso en
su resolución, algo que se presupone casi tan imposible como la teoría
geométrica que expone la posibilidad de cuadrar un círculo.
¿Qué
en qué consiste el trabajito?
Pues
más o menos en lo que os comentaba en un principio: Librar a un hombre de
reconocido prestigio, de un cáncer que le está consumiendo, hundiéndolo en la
más penosa de las miserias, llenándolo de desesperación.
Dispongo para ello de preparación suficiente para dicho cometido, de motivación e instrumental
adaptado a las exigencias pertinentes.
También de un lugar de trabajo con un
entorno sugerente.
Cuando
termine, no quedarán huellas de mi paso. Solo el cadáver de la mujer de un
banquero, en medio de una sala del gran casino.
Un camarero
al que nadie recordará, un vino selecto de autor con restos de arsénico, y un juego interrumpido por
la muerte inesperada de una ludópata, que estaba dejando sin fondos la visa
oro, de su marido, que curiosamente estaba en el extranjero por viaje de
negocios.
Lo que ya os dije: Extirparé un cáncer con vino del caro y me haré rico gracias al juego de azar. No hay imposibles en esta vida.
Francisco, te superas a ti mismo. Es curiosa la apariencia que pueden tomar algunos cánceres y las misteriosas maneras que tiende a adoptar el azar. Muy bueno, amigo.
ResponderEliminarUn beso.
Muy acertado comentario. nunca se sabe cuales serán los retos planteados, pero sí que el ingenio para resolverlos nos hará descubrir facetas de nosotros mismos que nos resultaban desconocidas.
EliminarGracias por tu elogio amiga.
Besos.
Los retos aparecen cuando menos lo esperas, pero cuando ya no tienes nada que perder te arriesgas sin importante nada absolutamente nada, parece que una enfermedad incurable, hace que los retos, y sobre todo las ganas de vivir se hagan mas fuertes, te agarras con tal fuerza a la vida, que quieres luchar hasta el infinito y mas allá en fin, así este maldito cáncer y tú lo has definido maravillosamente en este relato que como siempre consigues sorprenderme. un abrazo. TERE.
ResponderEliminarUn reto tiene algo de juego de azar, si lo aceptas empujas esa ruleta del destino que te hace ganar o te deja en la bancarrota.
EliminarEl cáncer en este caso tiene forma de mujer ludópata y ha sido extirpado de raíz gracias a un vino de reserva, especiado con un poquito de arsénico. Se han matado dos pájaros de un tiro.
Gracias por tu comentario.
Un beso.
El cáncer puede aparecer de muchas formas, y para algunos es especialmente doloroso cuando le afecta a la cartera, como al banquero de marras.
ResponderEliminarQue digo yo que tampoco hay que ser tan drástico, siento hacer de abogado del diablo pero es que a mí los banqueros me caen fatal y todo aquel que los putee (como una esposa ludópata) me cae bien.
Besos.
Tampoco son de mi devoción esos seres fraudulentos que se sienten superiores al manejar nuestros dineros. En este caso dejaremos una puerta abierta a la lenta y ciega justicia o a un avezado inspector de policía que tire de los hilos oportunos para descubrir el asesinato y que la suerte de del preboste y el sicario corran parejas en un banquillo de acusados y una sentencia aleccionadora.
EliminarBesos.
Totalmente verdad, aunque en un principio creyerás que se trataba de un embaucador y un mentiroso. Pero finalmente cumplirá con su objetivo.
ResponderEliminarGenial.
Un besillo.
Tanto el banquero como el narrador de la historia, son dos pájaros de cuidado a los que habría que poner entre rejas, eso sin dudarlo.
EliminarEl peticionario del encargo por profesión ya es un jugador arriesgado de preferentes y ahorros ajenos y el otro un verdugo imaginativo pero sin escrúpulos.
He dejado delineado el primer acto, el segundo lo dejo al gusto del consumidor lector.
Besos María.
Todo es cuestión de proponérselo, planificarlo bien y tener los arrestos necesarios para llevar a buen puerto un plan. Además, la extirpación de ese tipo de cáncer es un acto de justicia para el bolsillo del paciente, jeje
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo como Paloma, que elegí la manera más drástica de extirpar ese mal que aqueja al bolsillo del sufrido banquero. Un tiro o una puñalada trapera también hubieran servido igualmente al propósito. Pero entonces ¿Dónde quedaría la parte artística e imaginativa del autor?
EliminarUn abrazo Josep.
Vale... Yo como siempre a mi bola cuando leo xDD
ResponderEliminarPrimera Lectura: ¡¡Wooow!! ¡Sep! Según iba leyendo, primero me he pensado que quien hablaba era Dios... Que con eso de que tenía preparación suficiente... Pues no sé... ¡Se me ha ido la perola! ¡Y me lo he imaginado todo indignado consigo mismo! ¡Indignado con Él mismo! Y en plan... "Bueno... Si va a tener Cáncer... Por lo menos, haré que su final sea guay... ¡Con todos los ingredientes para un final feliz! ¡Alcohol y Vicio".
Pero luego, he empezado a leer los comentarios que te han dejado y me he dicho "¡Leches, Campanilla! ¡No te has enterado de nada! ¡Vuelve a leer!" y a ello voy...
Segunda Lectura: ¡Sep! A la que se le ha ido la Perola ha sido a mí que, creyendo que era Dios Enfurruñado, me he emocionado, he metido el acelerón y me he comido algunos detalles importantes... ¡¡Aiiix!! ¡¡No me lo tengas en cuenta!! Aunque... Aún así, podía ser Dios camuflado ;P
A pesar de mis Dos Lecturas... ¡¡Me ha gustado!!
¡¡Muchos Besitines!! ;)))
Tu eres una mujer especial y vas a tu bola porque piensas de manera diferente y creativa. Me has hecho reír con tu comentario ¿Dios?¿ Qué pinta Dios involucrándose en un asesinato?
EliminarNo te perdono nada pues no encuentro nada que perdonar a tus dos lecturas y tu capacidad para encontrar desarrollos argumentales bien ingeniosos.
¡Eres la pera embotellada! y me gusta tenerte por aquí con ese gracejo tan tuyo.
Besos Campanilla terrible (De feroz que eres)
Curiosa forma de ver el cáncer, Francisco.
ResponderEliminarPero con una erradicación inmediata, ese bolsillo volverá a tener fondos. Y por lo que parece nadie la echará en falta, ¡pobre mujer!
Me gustó mucho tu manera de jugar con las palabras y darles otro sentido en este relato, :)
Besos.
Terminando de escribir el relato me dije lo mismo: Pobre mujer. Yo haría lo mismo si fuera la mujer de un adinerado sin escrúpulos. Viviría a tope con su visa oro sabiendo que en cualquier momento la iba a palmar.
EliminarOtro cáncer bien gordo son los políticos... Ahí lo dejo y no doy ninguna idea para su extirpación de esta enferma sociedad en la que vivimos.
Besos y besos.
Según el ángulo del que mire, las cosas tienen un sentido u otro, o incluso carece de él. En lo que estaremos de acuerdo es que el que no arriesga no consigue resultados ni cambios.
ResponderEliminarEl protagonista no se si por profesionalidad o por oportunidad, ha sabido dar ese giro a su vida gracias al juego y al vino ¡Ahí lo dejo!
Un saludo Julio.
Fantástico relato, Francisco, con esa inesperada resolución.
ResponderEliminarAbrazo!!!
No la mejor en realidad, pero confiemos en que una competente investigación destape la trama y el banquero no se vaya de rositas como es habitual.
Eliminarcelebro te guste.
Un abrazo.