miércoles, 23 de mayo de 2018

En acto de servicio





Deberías ver las rozaduras de mis talones antes de emitir tus opiniones juzgándome tan a la ligera.

Cada uno de nosotros ha aportado su dosis de sacrificio en esta guerra despiadada en la que ambos hemos participado por igual.
Tú luchaste en el frente, esquivaste balas, dormiste al raso, pasaste hambre y sed y perdiste a tus compañeros.

Yo tuve que soportar tediosas reuniones de estado donde se delineaban las estrategias a seguir. Asistir a aburridas cenas y fiestas de protocolo. Mantener la posición de firmes y sobre todo, dar taconazos a diestro y siniestro en las innumerables ocasiones en que saludaba a los generales.

Por tanto, compañero, no subestimes mis heridas que duelen tanto como las tuyas.

Derechos de autor: Francisco Moroz

20 comentarios:

  1. Bueno él dirá lo que quiera, pero no todas las heridas duelen lo mismo y sospecho que las de despacho duelen menos que las de campo de batalla.
    Buen relato,
    Un beso.

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    1. Naturalmente es un relato con cierta sorna e ironía. El de los taconazos y las heriditas en los talones quiere darse la importancia suficiente como para hacer meritorias sus marcas de guerra.
      Nada que ver unas con las otras.
      Besos.

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  2. Yo también creo que las de guerra duelen de verdad, mientras que las de despacho duelen pero sólo en el alma. La verdad es que las que más duelen son las propias y, ¡claro!, ahí los dos hablan con verdad, cada uno con su verdad.
    Un relato breve pero interesante. Un b uen relato
    Un abrazo

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    1. Cada uno valora su sufrimiento desde la perspectiva particular. Lo nuestro nos parece lo más grande y lo mejor. así somos de egoístas y de creídos.
      En un conflicto duele todo. la muerte, la espera, la desesperanza, el hambre y la soledad. Creo que unas heridas en los pies comparado con ello, dolerán menos.
      Un abrazo Juan Carlos.

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  3. No se... a mi no me parece que las rozaduras en los talones se puedan comparar con las heridas de guerra, en especial las que quedan en el alma de los que ven de cerca el horror. Dar taconazos será una lata, pero no te desgasta igual.
    Pero bueno, a cada uno le duele lo suyo y para comparar habría que calzarse los zapatos del otro a ver qué tipo de rozaduras nos provocaban.
    Me ha encantado, tus micros siempre me hacen pensar un montón :)
    Besos

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    1. Soy de tu misma opinión.
      Unas heriditas que se curan con Betadine nada tienen que ver con las de metralla o bala o machete. El caso es dar importancia a toro pasado a lo que cada uno a padecido. Pero no es lo mismo estar en la retaguardia del conflicto que en todo el meollo de la cuestión, dentro de las trincheras y pegando tiros.
      Que se lo digan al compañero del que buscaba al soldado Ryan.
      Un beso.

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  4. Hay quien para justificar y sobrevalorar sus pocos méritos recurre a menospreciar o minimizar el de los demás.
    ¿Quién se merece más consideración, el que planifica, organiza y ordena, o el que lleva a la práctica, con sangre, sudor y lágrimas, esa órdenes? ¿Quién arriesga más?
    Un buen microrrelato reflexivo y crítico.
    Un abrazo.

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    1. Creo que el que tiene más mérito es el que da la cara en primera linea y no el que mete a los demás en el berenjenal para sacar las castañas del fuego a los que crean los conflictos, y pergeñan las guerras desde los salones, los palacios y las oficinas de los ministerios de la guerra.
      Pero cuando todo termina todos han luchado y sufrido igual parece ser. Y de eso nada monada.
      Un abrazo.

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  5. Un buen micro siempre nos hacen reflexionar y este es el caso.
    Yo llegaría a una conclusión, no hay que menospreciar y comparar nunca, en ningún ámbito de la vida.
    Un abrazo. TERE

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    1. Ni menospreciar ni menguar los méritos ajenos ¡Pero vaya! No es lo mismo lo que defiende uno y el otro. El primero me parece un jeta que quiere darse una importancia que no le corresponde, y así lo he querido dar a entender.
      Gracias Teresa por tu comentario.
      Un beso.

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  6. Yo creo que lo que verdaderamente duele es a los que están en el frente en la guerra. Los dolores de los que frecuentan y dirigen la guerra desde el despacho, les duele más en los bolsillos. Buen micro Francisco. Un abrazo.

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    1. Ja,ja,ja. En los bolsillos nos duele a todos los contribuyentes cuyos impuestos en suma van a parar a estos menesteres de defensa, que en muchos casos después son de ataque.
      ¡en fin! de todo hay en la viña del Señor. Y también mucho quejica que se da una importancia que no le corresponde a mi entender.
      Un beso Mamen.

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  7. Tu micro me ha recordado un cuento que leí hace muchos años en los que se hablaba de los que marchaban al frente y partiendo de que en ninguna guerra nadie gana, no me parece comparable los que están en el frente con los del despacho, generalmente lo que se pierde en los despachos se quiere ganar en el frente, eso sí arriesgando las vidas de otros.
    Besos

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    1. Efectivamente las guerras hacen perder a todos, pero a cada uno lo suyo, y sinceramente los que hacen las guerras parapetados tras los sillones y mesas de los despachos ovales y las casas rosas, blancas o azules no se merecen mérito alguno, si es que hacer la guerra, acabando con vidas y propiedades ajenas tiene alguno.
      Un beso, amiga.

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  8. Cada uno cuenta la feria según le va en ella, y algunos tienen una idea de sí mismos y de lo que es el sufrimiento bastante distorsionada.
    Si los que están en esos despachos cambiaran solo por un día su puesto con los que están en el frente... seguro que el número de guerras se reducía considerablemente.
    Un beso.

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    1. Creo que en menor o en mayor medida a todos nos gusta destacar y darnos importancia, sumando méritos y colgando medallas. Pero en cuestiones de guerra, mejor no tener curriculum ni medallero.
      Besos.

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  9. Hola, Francisco. Me ha gustado mucho tu relato y veo que todos los comentaristas estamos, prácticamente, de acuerdo.
    Voy a añadir algo nuevo. Aún en el supuesto de que fueran comparables los sufrimientos de ambos personajes durante la contienda (que para mí no lo son) cuando ésta acabó no era igual la situación de unos y de otros y menos si estaban en el bando de los vencidos. Ahí lo dejo.
    Un abrazo

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    1. Hola Ana, me alegra verte por aquí, y más comprobar que te has quedado por este lugar de letras.
      Tienes toda la razón. Los perdedores son eso, perdedores en todos los sentidos, pierden hasta la vida en la mayoría de los casos; si no es antes es después.Nada es comparable con el dolor y la pérdida. Unos no soportan un dolor de muelas y otros tienen que soportar forzosamente el que les arrebaten a los seres queridos de forma violenta. Mejor nos quedamos con la paz.
      Un fuerte abrazo, amiga.

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  10. Ahí con un par, las rozaduras igual que unas heridas que con suerte te lleven a la muerte cuando no a la locura, lo que decía mi padre: Cada uno barre para donde le interesa.
    Muy buena historia de sarcasmo.
    Besos hechicero.

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    1. Esa es la palabra justa: Sarcasmo. Es el ingrediente que he utilizado esta vez para hacer la pócima del relato.
      Gracias por tu atención.
      Besos.

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