– ¡No
seas impaciente! todo llega en esta vida, –me recriminas cuando te meto prisa–.
Que lo
dice Shakespeare: “Qué pobres son aquellos que no tienen paciencia”.
Y la
Santa Teresa en una de sus oraciones “La paciencia todo lo alcanza” Y “El
tiempo y la paciencia son guerreros poderosos” como nos recordará un tal León Tolstói cuando llegue su momento.
– ¡Estoy
de acuerdo! –respondo–, ¡Pero hombre! Si
no empiezas a escribir de una vez tu novela cumbre, no creo que lleguen a conmemorarse
los cien años de la publicación de eso que vas a titular: “El ingenioso hidalgo
Don Qvixote de la Mancha.”
derechos de autor: Francisco Moroz
un placer leer tus aportaciones a la cultura
ResponderEliminarGracias Maria Amelia. Un gusto el verte por aquí, espero que sea en más de una ocasión.
EliminarUn abrazo.
Un buen micro, Francisco. Nadie imaginaría que cuando habla de Shakespeare y Santa Teresa, tu personaje está hablando de personajes contemporáneos, ja, ja, por eso Tolstoi llegará en su momento.
ResponderEliminarMuy original, amigo.
Un beso.
Gracias Rosa.
EliminarHabía que meter a Tolstoi en la conversación como si de una visión onírica y futurista se tratase, algo de intemporabilidad como sal que realza la comida.
Besos.
Bueno la paciencia también tiene un límite y claro si se quiere cumplir algún plazo jajaja
ResponderEliminarComo dice Rosa, muy original Francisco.
Besos
Efectivamente la paciencia es limitada, sobre todo cuando el que recrimina la tardanza de la entrega de la obra cumbre de las letras puede ser el editor de marras; o eso he querido yo imaginar en este micro-ficción.
EliminarBesos, Conxita.
Cada vez tus relatos son más originales, Javier.
ResponderEliminarUn relato que pese a su brevedad sorprende y resulta muy divertido
Un abrazo
Diversión y entretenimiento son dos logros que persigo, y por lo tanto si lo he conseguido me halagan tus palabras y te quedo agradecido por ello.
EliminarUn abrazo Juan Carlos.
¿Pero cómo se te ocurren estos micros, Francisco? La paciencia es una santa virtud. Yo sé un dicho en valenciano sobre la paciencia, que citaba mucho mi abuelo -que tenía mucha-. La heredó mi madre y creo que yo también una poca.
ResponderEliminarUn beso
¿Qué cómo se me ocurren preguntas? Me dan un comienzo y el resto sale por si solo, no te creas que me paso horas meditando sobre el tema del que podrían tratar las breves letras. Esto todo fluido. ¿Será la inspiración, o la practica? No sabría decirte.
EliminarUn beso, amiga.
Jajaja me engañaste pero bien, ya me imaginaba al marido impaciente... Buenísimo no, lo siguiente.
ResponderEliminarBesazo.
Me gusta engañarte, querida relatora. Eso es que no he perdido la habilidad de momento.
EliminarBesos grandes.