Si
te dijera que sentí dolor mentiría. A lo mejor, en el instante en que te
sorprendí tumbado debajo del automóvil sí que experimenté bastante inquietud,
algo de desazón y un pequeño cosquilleo nervioso en el estómago; pero todas
esas sensaciones se me pasaron repentinamente cuando todo voló por los aires
con la explosión, incluido tú.
Pues solo pensar que algunos inocentes habían salvado su vida gracias a que no supiste
manipular adecuadamente el explosivo, me han hecho percibir solamente una
sensación de alivio. Duelo y pesar, ninguno.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Formidable, inquietante y sorprendente con ese giro inesperado al final. Muy bueno, Francisco. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias Rebeca por tus adjetivos calificativos para con el texto.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Cuán importantes, son los giros, dentro de una historia y más aún si se trata de un microrrelato!
ResponderEliminarSi nos limitamos a leer el primer párrafo tendríamos una idea errónea completamente, de la intención del escritor al narrarla, puesto que ese protagonista nos hubiera parecido un psicópata o un asesino, algo que al completarlo con el resto, queda evidente la sensibilidad y humanismo de este narrador en primera persona, ante un hecho deleznable.
Un abrazo.
Siempre hay que analizar los diversos ángulos de una misma historia. lo que se llama llaman las dos versiones, sin ello perdemos la perspectiva de una historia que sería defendible por ambas partes, o al menos mal interpretarla.
Eliminarun abrazo y mi agradecimiento compañera.
En los giros finales eres un maestro, amigo mío. Da gusto leerte. Se disfruta mucho
ResponderEliminarUn abrazo
Ya sabes que es mi firma de autor. No creo que os pille de sorpresa a ninguno de los que me leéis habitualmente.
EliminarOtro abrazo merecido para ti.
Genial ese final, sí. Muy inesperado.
ResponderEliminarGracias Marta. me gusta que os guste. Válgame la reiteración.
EliminarAbrazo.
Me ha venido el recuerdo de algún etarra al fallar su explosivo. Buen giro final. Un abrazo.
ResponderEliminarLa imaginación siempre se basa en hechos reales acaecidos alguna vez. No se ha inventado nada amiga.
EliminarUn abrazo Mamen.
Me has traido a la memoria uno de los momentos peores de mi vida Un abrazo grande
ResponderEliminarNo te voy a preguntar cuál, pues me figuro que formará parte de tu más estricta intimidad. Solo espero que el suceso en cuestión no afectara demasiado tu vida.
EliminarUn abrazo, Recomenzar.
Un buen relato. Corto, conciso y certero. Con toda la información necesaria, pero ni un ápice más.
ResponderEliminarUn beso.
Sobran muchas letras cuando lo que se cuenta tiene un mensaje claro. Aquí poco más podía escribir al respecto.
EliminarUn beso.
Perfecto final, Javier.
ResponderEliminarCreo que todos hemos sentido ese mismo alivio.
Un beso enorme.
Sí, se trata de un pequeño desahogo personal en respuesta a tanta barbarie desatada en el mundo.
EliminarOtro besos igual o más grande de vuelta.
Desde luego hay momentos en que es totalmente licito que uno experimenta esa sensación de alivio al pensar en que aquellos que iban a causar dolor y muerte acaban volandopor los aires. Tu micro no deja para nada indiferente.
ResponderEliminarBesos y buen fin de semana
Las emociones son libres de mostrarse de manera elocuente, otra cosa es que las intentemos disimular o camuflar con gestos o palabras. Cuando ves que el violento que intenta restar vidas sale escaldado, suspiras con alivio sin poder evitarlo.
EliminarBesos y gracias.
Estoy de acuerdo con Conxita. Es un justo pago por lo que pensaba hacer. Y tu micro relato una buena forma de hacernos pensar. Abrazos.
ResponderEliminarDonde las dan las toman. no creo que nadie saga de este mundo sin pagar por lo realizado. Es como entrar en un supermercado; compras lo que quieres pero al final te espera la cajera. je,je.
EliminarUn abrazo Marisa
Los actos que pretenden acabar con la vida ajena no merecen más que desaprobación, sea quien sea el protagonista, aunque sea nuestro propio hermano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo atentado contra la vida tendría que tener consecuencias instantáneas para el que se salte este mandamiento: No matarás. Haya dios o no.
EliminarUn abrazo, amigo.
Yo también siento alivio y cierta alegría cuando un terrorista o alguien que manipula una bomba para atacar a terceros le explota y sale por los aires. Totalmente de acuerdo con tu prota.
ResponderEliminarBesos.
Creo que todos opinamos lo mismo. No se trata del ojo por ojo de la ley del Talión, pero que simplemente no se fueran de rositas tantos y tantos que quedan impunes después de atentar contra otros en muchos sentidos.
EliminarUn beso Paloma.
Sí, julio a veces la ley del Karma funciona instantáneamente y con contundencia ejecutoria.
ResponderEliminarOtro abrazo para vos.