Dándole vueltas al último contrato firmado con la multinacional de exportación de artículos chinos. Acabo de darme cuenta que me he metido en la boca del dragón.
Lo
de la letra pequeña ya me lo esperaba. Ahí se especifica soterradamente lo del sueldo
justito por una jornada interminable sin ningún festivo. La dirección se exime
de toda responsabilidad en cuestiones de seguridad laboral. Y así, un largo
etcétera de rémoras que no incentivan en absoluto al trabajador. Lo puedo
asumir.
Pero
lo que más duele, es la marca de empresa. Ahí se pasaron cuatro pueblos. Donde
debería poner, a mi entender,” Expor-Tao”, pone, “Explo-Tao”.
Ja, ja, ja... Es que siempre hay que leer todito con atención, en especial el nombre de la empresa.
ResponderEliminarUn abrazo
Y la letra de los contratos sobre todo, que es chiquitina y apretadita.
EliminarUn abrazo.
Esa sonrisa bobalicona que nos parecía. No era que que les molestaba el sol, es que se ríen de nosotros. Un abrazo.
ResponderEliminarEsa frase tan manida de: "Te engañan como a un chino" es pura leyenda urbana. Ellos son más listos que el hambre.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, si es que ya lo dice mi madre
ResponderEliminar!! Hija no te fíes de los chinos, ni de los gitanos!!
Estos últimos es como dice el refrán "Si un gitano, no te lo hace a la entrada
lo hace a la salida" jajajaja, muy bueno.
Besos de flor.
Es que las madres son sabias. No porque nazcan así, sino por la vida que llevan a sus espaldas. Y si ellas lo dicen por algo será. "Cuando el río suena es que agua lleva"
EliminarOtro beso para ti, Flor.
Los contratos hay que leerlos de cabo a rabo y, a poder ser, con lupa, y a poder ser también que no sea una lupa fabricada en China.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego que al menos hasta hace poco, los productos fabricados en China no tenían mucho crédito. Al igual que sus traducciones en los folletos explicativos de los folletos que les acompañan. :)
EliminarUn abrazo.
El dicho tradicional de "nos engañan como a chinos" además de ser un poco racista, es mentira. Como se ve en tu relato y como la historia nos demuestra, los chinos son bastante listos además de inteligentes. En no ver eso nos engañamos nosotros mismos.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato.
Un beso.
Si nos las dan todas en el mismo lado puede ser por dos razones: O que somos muy tontos. o que ellos son más listos. El caso es, que esos ojos rasgados que tienen de nacimiento los han adquirido por que parecen sospechar del prójimo de continuo. Lo del dicho (ya lo he dicho) es leyenda urbana.
EliminarBesos.
El título le viene a esta concisa reflexión, como anillo al dedo, pero lo curioso es, que se engañan entre ellos mismos, por lo que todo queda en casa.
ResponderEliminarLo has bordado en ese acertado juego de palabras, que remata tu artículo. ¡Chapó!
Un cordial saludo.
Bueno, Manuel, más que artículo se trata de un micro-relato humorado.
EliminarNo creo que los chinos sean más listos o tontos que los demás. Aunque creo que están mas preparados para detectar engaños.
Los españoles tenemos fama de bordar eso que llaman picaresca. A cada cuál lo suyo.
Un saludo.
Jo con los chinos, no si es que siempre hay que leerse la letra pequeña pero con chinos más jeje, hasta con una buena lupa para que no se escape nada jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que poner mil ojos en los contratos, los papeles bancarios y la declaración de la renta. La letra pequeña abunda como las chinches en costura.
EliminarUn beso, Tere.
Manejas la ironía como un maestro.
ResponderEliminarUn saludo.
Bienvenido a la zona.
Eliminarlo que pones, es porque me lees con buenos ojos
y yo agradecido.
Un saludo.
Hola, Javier.
ResponderEliminarUno empieza un nuevo trabajo con ilusión y, ¿qué se encuentra? Una desgracia tras otra, ja, ja, ja Los contratos se los tiene que leer una o mil veces si es necesario, que luego juegan con los tecnicismos y ya la hemos liado, :) O será un error tipográfico, esperemos, esperemos.
Muy bueno.
Un beso.
Buenas tardes querida Irene.
EliminarLos contratos actuales los escribe el diablo. y como son pocas las modalidades a la hora de redactarlos, pues como que lo tenemos más difícil a la hora de pensarnos si firmar o no. Pueden ser trampas mortales de periodos de nuestra valiosa vida.
Besos.
¡Qué bueno este micro!! Muy ingenioso.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
Gracias Miry. Cuando uno escribe en clave de humor le salen cosas como esta. Aunque la realidad a veces es más absurda.
EliminarOtro abrazo para ti.
¡Si es que con los contratos vamos a tener que ir antes de firmarlos a un abogado laboralista! Muy bueno Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y añadiría que con el notario y un gestor cualificado presentes en dicha firma.
EliminarGracias Conchi.
Un abrazo.
Eso por no leer bien el contrato, pero si son los chinos ya se sabe que vas a trabajar como un chino. Un abrazo.
ResponderEliminarEntre ellos mismos se hacen la puñeta laboralmente hablando. Yo los he visto trabajar y parecen hormiguitas laboriosas. Pero digo yo, que no toda la vida ha de basarse en eso. Hay que ser un poco cigarra.
EliminarUn abrazo.
Jajaja qué bueno Francisco, eso era ya una buena pista de inicio. Lo de la letra pequeña es terrorífico y cada vez es más pequeña.
ResponderEliminarUn beso
No se que haremos cuando entremos de lleno en la era digital de todas todas. habrá que ponerse unas gafas de esas, de realidad virtual para poder descifrar códigos holográficos de síntesis resolutiva, para poder, incluso saber donde hemos de firmar. Mi triste consuelo es que que yo ya no estaré ahí para sufrirlo y menos para firmar contratos laborales :)
EliminarUn beso.
Buen juego de palabras, es lo que tiene el chino mandarín, o es cantonés?
ResponderEliminarUn beso
Creo que es chino capuchino mandarín. De la era de la era de Japón, pon,pon ;)
ResponderEliminarOtro beso.
Sobre todo los papeles que tienen que ver con la burocracia. esos si que parecen estar escritos en chino.
ResponderEliminarUn abrazo.