Mostrando entradas con la etiqueta RELATO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta RELATO. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de julio de 2016

Cazadores y alimañas




El depredador había llegado a su destino, después de meses de trabajarse a la víctima por correo electrónico, en una de esas redes sociales tan eficientes que se
estaban definiendo como una herramienta primordial para contactar con ellas.

La había localizado gracias a un perfil falso, haciéndose pasar por un pueril adolescente de 17 años casi perfecto: alto, y atlético, deportista, buen estudiante y comprensivo ¡Muy comprensivo!

Después de diálogos escritos y mensajes muy sentidos la niña accedió a mandarle su foto. Se trataba de una chiquilla de poco más de 12 años, regordeta de piel blanca y pura, y con cabello rubio y rizado; todo un manjar para un tipo como él, que pretendía saciar sus apetitos lascivos en su cuerpo de niña, desatando todos sus instintos sádicos de abusador de menores.

Ella tenía problemas de autoestima y de falta de comprensión por parte de sus padres y compañeros de clase; parecía que huía de todos ellos por diversas causas, no se sentía querida y se desahogaba en los chat contando sus desdichas de pre-adolescente. Era soñadora y deambulaba por mundos imaginarios donde él, se alzaba como su adalid y salvador de sus desdichas.

Ese proyecto de mujer era un manjar para sus sueños aberrantes de posesión, con ella consumaría todos sus oscuros deseos, esos que le perturbaban y hacían que se excitara como una bestia en celo.

Le había tendido una tupida red de tela de araña, halagando su belleza, regalando su sensibilidad y  emociones a base de palabras suaves y tiernas. Lo único que le pidió a la niña era discreción, para evitar, según le explicó, el que las malas lenguas pudiesen cebarse con su pretendida relación de enamorados y dieran al traste con sus proyectos de futuro en común de amigos y casi pareja de enamorados.

El la nombraba como “su dulce niña” y presentía que ella se deshacía como gelatina cada vez que lo leía escrito en el ordenador.

Se relamía de placer cuando después de tantear el terreno recibía las respuestas esperadas a las preguntas, que disfrazadas de interés, eran únicamente añagazas para recabar información sobre la rutina que la niña desarrollaba en su día a día.
Al fin llegó el momento de un encuentro real en una pequeña casa de campo a las afueras de una pequeña población no muy conocida.

La chica saldría de la casa donde vivía con sus padres y se encontraría con él adentro. Hasta le dijo donde se escondía la llave de la puerta para que entrara sin problemas…

...Allí estaba después del viaje. Había llegado desde el sur donde vivía, hasta el norte, donde habitaba la chiquilla, cinco horas de viaje que el compensaría con una intensa primera sesión de sexo apasionado, descontrolado no exento de dureza, que dejaría algunas señales sobre la cálida y virginal carne de la mujercita, a la que sometería con violencia y fuerza bruta de alimaña.

Con la llave que encontró escondida en el parterre, abrió suave la puerta  para no recibir alguna sorpresa desagradable. En silencio entró y escuchó con atención, para a continuación, decir el nombre de la muchachita con cierta ansiedad incontenible, la presintió arriba, le contestó con esa dulce voz que él había recreado en su imaginación, le solicitaba que subiese arriba, al dormitorio…

La puerta  del cuarto estaba entornada, intuía movimiento adentro, no era ningún pardillo que se dejara atrapar en una tonta encerrona, el cazador era él, y muy inteligente como para haber captado a ese tentador bocadito de nata,  con lo cual se cercioró que era solamente la muchacha la que estaba allí adentro.

Abrió despacio y la vio en todo su esplendor. Carne tibia debajo de un corto vestido rosa de dulce impúber, ojos celestes que le miraban con sorpresa, brillos dorados en su melena rizada y extrañeza al no encontrar enfrente a su adonis de 17 años, a su príncipe de cuento. Ya no había marcha atrás ¡ Era suya, solamente suya! y estaba a su merced e indefensa a sus caprichos calenturientos y rijosos.

Pero dos cosas también le extrañan a él, a saber: Que la niña no esta asustada y que en la habitación hay tres camas y no sólo una como correspondería.

Cuando quiere reaccionar, tres bestias enormes de diferentes tamaños entran por la puerta atropelladamente y se abalanzan sobre su cuerpo sin darle ocasión a defenderse. Le desgarran, laceran y destrozan a dentelladas. Le mutilan y le arrancan trozos de carne con las garras; el pederasta profiere gritos horribles que nadie escucha, y lo hace hasta que se ahoga en su propia sangre mientras es devorado con calma, ya sin prisa ni ansia alguna.

La niñita mientras, baja a la cocina y abre la tapa de su ordenador portátil que está encima de la mesa.

Medita sobre el desarrollo de los últimos acontecimientos y se siente satisfecha. Hace unos meses estaba desesperada al no saber cómo iba ella, tan pequeña e indefensa, a alimentar a sus tres queridos osos pardos, y mira tú por dónde la solución se la proporcionó la red social más utilizada por los chavales, esa misma que utilizan los tramperos sin escrúpulos para captarles a ellos.

Se sentía orgullosa de haber conseguido lo inaudito, lo que se dice: “Matar dos pájaros de un tiro.”Cazar al cazador y dar de comer a sus animales.

Cuando el ordenador está encendido se introduce en la red social marcando su perfil con su Nick personalizado, donde figura su presunto nombre. Y teclea un mensaje: “Me siento sola e incomprendida por mis padres, mis compañeros me ignoran porque estoy gorda, siento su desprecio en las miradas. Necesito amigos.”

Al cabo de 10 minutos entra un aviso en el servidor donde se solicita su amistad. Ella acepta y al rato puede leer un mensaje donde un usuario con el nombre de:"Metro sexual" dice: “Hola preciosa yo tengo el mismo problema, podríamos ser amigos y llegar a conocernos lo suficiente como para entablar una bonita relación”

-¡Bien! El cebo ha funcionado de nuevo, -dice la niña en voz alta, dentro de unas semanas tengo el suministro asegurado.

Después de intercambiar unos cuantos mensajes ingenuos y provocadores con ese usuario desconocido que se hace llamar “Metro sexual” cierra la cuenta con su perfil donde pone: “Ricitos de Oro”.



                                                                                                          Derechos de autor: Francisco Moroz




miércoles, 20 de julio de 2016

Un hombre llamado amapola



  
 De joven le llamaron mariposa, y no precisamente por sus devaneos. Quizá sí, por la delicada elegancia de sus ademanes, de la que carecían la mayoría de sus compañeros de estudio. Nació hombre y no tenía tendencias homosexuales. Lo llamaban así porque su lado femenino a veces se imponía, su sensibilidad hacia las personas y los animales era notable. No era brusco ni violento, sus gestos tranquilos y pausados, su forma de hablar respetuosa y moderada.

Él amaba las cosas bellas, un paisaje le conmovía, al igual que una escena donde se resaltara la ternura. Se sentía inspirado al escuchar una melodía, y corría a escribir unos versos si algo hermoso le suscitaba a ello. No quedaba indiferente ante un relato apasionado de amor, de la misma forma se estremecía ante los pasajes de dolor y sufrimiento.

¿Por qué la emotividad, el afecto y la suavidad tenían que ser atributos solo femeninos? ¿Los hombres estaban exentos del derecho a pulsar la cuerda del alma, que vibra con esa cadencia armoniosa y diferente?

Nunca se avergonzó de su forma de ser ni de su manera de actuar. La intuición le dictaba que era lo correcto y sentía que las personas se encontraban a gusto a su lado; reconocidas y aceptadas. Las escuchaba intentando comprenderlas,sin juzgarlas.

Se extraviaba de vez en cuando con ensoñaciones en las que era apropiado para todos, el poder expresar las emociones en vez de esconderlas, verter unas lágrimas en vez de tragárselas con impotencia, sonreír abiertamente, y acariciar o abrazar cuando era necesario…

…Se convirtió en lo que era, para poder ayudar a las personas rechazadas por los obtusos.

Actualmente sus amigos lo llaman amapola, pues no puede evitar el sonrojo cuando le dicen que es el mejor de los psicoterapeutas que conocen.




Derechos de autor: Francisco Moroz


viernes, 15 de julio de 2016

Génesis



Hacía meses que me estaba preparando para el encuentro, no me sentía seguro de nada, y nadie me había orientado sobre cuál debía ser mi proceder en los momentos que se perfilaban ya muy próximos.

¿Quién era yo? ¿Cuál mi identidad? 
No recuerdo ni tan siquiera mi nombre, es como si mi estado de consciencia lo hubiera recuperado solo unos meses antes borrándose todo lo anterior; no conseguía recordar nada previo, ni siquiera saber donde estaba ubicado ni cual mi misión.

Puedo deciros que he sentido que mi cuerpo ha sido objeto de análisis periódicos para que nada fallara y todo saliera perfecto.
He presentido murmullos, melodías y ritmos que me tranquilizaban acunando mi corazón, poniéndolo en un estado de placidez que me hacía sentir seguro.

Pero ahora todo eso ha cambiado, llevo un periodo de tiempo indeterminado en alerta máxima. Todo se precipita, noto la urgencia y el miedo en el entorno ¡Mi miedo! ¡No me siento capacitado para comunicarme! ¡No estoy preparado para sobrevivir! ¡Moriré en cuanto abandone la cápsula en la que me hallo sumergido! 

Soy un ser débil, vulnerable. No soy nadie, y nadie me conoce.
¿Cómo fui engendrado? ¿A dónde me dirijo? ¿Quiénes me esperan?
Tiemblo en mi fragilidad, me remuevo inquieto cuando todo a mi alrededor se conmueve en espasmos irreversibles de dolor.
Ya no hay vuelta atrás en este instante que se ha convertido en un camino sin retorno hacia un destino ignoto.

Soy impulsado por una fuerza superior a la que ejerce mi propio cuerpo que sale expelido de la cúpula que me acoge, y como en una lanzadera voy directo hacia una luz deslumbrante. Mi final o mi principio.

Cierro los ojos con fuerza y siento la presión exterior, entro en un estado de colapso, me encuentro desorientado y perdido. No respiro hasta notar que sobre mi cuerpo se ejerce violencia. Lloro como criatura de carne palpitante que soy.

Grito de desamparo, de frío, de angustia y soledad... Pero solo hasta que escucho un sonido dulce y diferente a todas las cacofonías que me rodean. Un sonido que relaciono a otro escuchado con anterioridad. Una voz que rememoro de aquel, mi paraíso perdido.

Noto la tranquilizadora presencia de un ser superior cerca de mí, un ser femenino que me llama hijo, y noto lágrimas húmedas y saladas sobre mi piel que me arropan con una calidez inusitada.

Abro los ojos en la certidumbre de que estoy en buenas manos, manos suaves, y me pierdo en una mirada color de miel y almendra que habla de ternura por sí sola.
Empiezo a comprender con esa lucidez instintiva de los nacidos hijos del hombre, el significado del Amor. La  certeza plena de que mi misión empieza a adquirir pleno sentido bajo la tutela de esa energía positiva.

Hoy he tomado mi primera decisión: a este ser que irradia tanta energía luminosa y calorífica le será dedicada mi primera sonrisa en cuanto aprenda a sonreír.

"Si hay algo grandioso en la creación ha de llamarse Madre."




Derechos de autor:Francisco Moroz

lunes, 11 de julio de 2016

La influencia de las estrellas





Pedro Alameda nació bajo el signo de cáncer comenzando con mal pie su carrera. Desde pequeño aterrorizaba a los compañeros de clase, se convirtió en el típico matón de barrio que era conocido por sus robos a los transeúntes. Una pesadilla para los modestos comerciantes que tenían que pagar tributo por su presunta protección. Llegaría a pegar palizas por encargo y a hacer desaparecer pruebas y amenazar a los testigos que pudieran inculpar a sus clientes.

Era sobradamente conocido por la policía que aseguraba que no había nada que hacer con el individuo.  Si llegaba a ser detenido, entraba por una de las puertas de la comisaría y salía por otra con total impunidad,  libre de pruebas que pudieran involucrarlo en cualquier suceso.

Las leyes no eran suficientes para retenerle una buena temporada en la “trena”. La gente le odiaba y le temía, con lo cual no les quedaba más que sufrir en silencio y agachar la cabeza y naturalmente, evitar cruzarse en su camino y con sus intereses. Se dedicó al tráfico de drogas, de armas, de niñas…

La vida le sonreía. Se permitía placeres y lujos impensables para el común de los mortales. No se privaba de vestir con ostentación, de conducir los coches más caros y alojarse en los hoteles más lujosos. Un yate y un jet privado le permitían desplazarse de un lugar a otro del planeta. A su cargo una plantilla de guardaespaldas, cobradores de morosos, ajustadores de cuentas, sicarios que realizaban el trabajo sucio y féminas que complacían sus más perversos y denigrantes deseos.

Su ambición, su riqueza, y su poder, se multiplicaron de la misma manera que el mal que le devoró por dentro.

El indeseable murió al igual que nació: bajo la influencia de “cáncer”.



Derechos de autor: Francisco Moroz

martes, 28 de junio de 2016

Pasión por los libros


¡Qué queréis que os diga! 
Personalmente me gusta la tranquilidad y el silencio, y por eso elijo las bibliotecas como lugar incondicional para sentirme bien.
Otras pueden elegir sitios más sugerentes como los restaurantes, los bares de fritanga, las terracitas de verano, o los lugares concurridos.

Para mí, las bibliotecas, son mi paraíso incondicional y particular, no las cambio por nada.

A los libros me aficionó el poema de un tal Antonio Machado que oí por primera vez recitado en una escuela pública, y desde entonces, el entorno donde se atesoran todos esos volúmenes encuadernados y meticulosamente ordenados en sus estanterías
se ha convertido en una especie de hábitat natural para mi existencia bibliófila.

Los silenciosos inquilinos que frecuentan estos ambientes también me gustan por su sedente actitud de respeto y concentrada pose intelectual donde la haya.

Aunque en realidad, son un tanto huraños cuando me acerco, como si el libro que en esos momentos ojean y tienen entre sus manos, fuera de su absoluta propiedad. 

¿No estamos en un lugar público?¿Las zonas no son compartidas y de libre circulación?¿Entonces, por qué esas miradas que me persiguen y esa actitud torva? 
¿Por qué esa violenta gesticulación cuando me sitúo cerca de ellos, o miro por encima del hombro lo que están leyendo?
Una fauna un tanto peculiar la de este ámbito de "con-texto" tan selecto.

La sección que más me atrae es la de los clásicos encuadernados en piel y cuero, esas texturas, esos olores tan animales que los hace fascinantes a mi entender.
Y no digamos el caleidoscópico colorido de sus lomos. Esos dorados brillantes o mates que los orlan y adornan. Es irresistible no posar en ellos toda tu atención y todo tu ser.

Y que puedo deciros del papel impreso, de la vitela o el pergamino, de las telas moarés, de las ceras que pulen las tapas duras.
¿Y las tintas y tintes? es como el nirvana ideal del gourmet intelectual.

Soy adicta a este mundo de contenidos secretos y universos misteriosos que me gustaría comprender y no comprendo. ¿Que porqué no tengo acceso a ellos?

¡Sí! imagináis bien, no aprendí a leer ni a interpretar esas marcas negras que desfilan por las hojas. Varias son las razones: la falta del tiempo necesario para hacerlo, de maestros que supieran enseñarme, y a causa de mi naturaleza inconstante y mi actitud inquieta.

Pero si de algo estoy orgullosa, es de romper con los convencionalismos, los cánones y las frases hechas en este lugar. Pues nadie podrá decir nunca con total convencimiento que: en la Biblioteca Nacional, no se escucha ni el vuelo de una mosca, pues allá estaré yo confirmando celosa, la excepción que confirma esa regla.

                             

Derechos de autor: Francisco Moroz




jueves, 23 de junio de 2016

Tuyo el reino el poder y el domingo de gloria





Nunca me pareció adecuado tu nombramiento como hijo preferido del clan, nunca concebí que lo hicieran, y no sé como lo conseguiste. ¿Quizás empleaste esas malas artes que dominas? ¿Tu uso de la palabra? ¿Tu poder de convicción? ¿Sobornos, prebendas, favores, promesas?¿ Alguna bruja roja te asesoró?

No creo que lleguemos muy lejos bajo tu gobierno. Sin embargo los viejos creen en ti, pero estos están corrompidos por ideales trasnochados. Confían en que eres el elegido porque han visto señales misteriosas en el cielo, oyeron voces diciendo que eras el elegido. Otros, que comen de tu mano, te adulan babeantes gritando enfervorizados tu nombre mientras parecen olvidar todo tu pasado de tropelías y atropellos. Adoran tu imagen, la idolatran y la besan.

Pero yo soy de esa minoría que no cree en tus falacias ni en tus mentiras solapadas que rayan lo  escandaloso. 
Duelen tus arengas, lo mismo que tus sonrisas falsas ante los congregados en la asamblea, siento que te burlas de todos nosotros mientras te frotas las manos imaginándote ya, sentado en tu trono, en lo más alto, dentro del templo del poder y flanqueado por leones, protegido por las leyes que imperan y otras que impondrás para hacer valer todos tus desfalcos, latrocinios y desvaríos de grandeza. Te sientes engrandecido al verte rodeado por los varones y los señores de otros reinos.

Sospecho que hay intereses velados, ocultos, inconfesables, algo que quieres conseguir a toda costa pasando por encima de los derechos del resto de hermanos y hermanas. El poder te obceca, te obnubila y proporcionalmente nos eclipsa al resto de miembros. 
Nuestra opinión solo tiene un valor representativo, pues todo está pactado de antemano entre los grandes líderes comunitarios que te apoyan sin condición y tapan tus pecados. Ellos quieren verte ostentar un mando que les beneficiará como lo ha hecho otras veces. conseguirán beneficios sin parangón a costa de los de siempre: Un pueblo conformista a la altura de los corderos.

Tú, persigues lo que todos tus antecesores: el estatus que te proporcionará el poder. Quieres vernos sometidos a tus mandatos, que obedezcamos tus leyes arbitrarias mientras te reverenciamos por miedo a tus ejércitos armados que nos disuaden con la violencia de sus escudos y sus armas, evitando que nos alcemos contra ti y toda tu casta de despellejadores.

Mientras, el dinero fluirá en tus manos de forma deshonrosa, el pueblo pasará penurias llevando una mísera vida que no merece, y el reino se fragmentará, se derrumbarán como escombro los más nobles ideales, los valores esenciales serán pisoteados por tus huestes ¿Pero eso a ti que te importa ?¿Verdad?

Aunque no cuentas con que el guión está escrito: tú morirás y caerás lo sabes, como mueren y caen todos en esta historia, todos los que ocuparon el sitio que tú pretendes, el guión ya está delineado y poco podrás cambiar el argumento. Las tramas surgirán a lo largo de tu desgobierno, pero ¿De qué te servirá la riqueza y el poder conseguido, si te convertirás en polvo en un descuido?¿Qué guardia personal te librará de ese siniestro guerrero negro, armado con una guadaña? Los dragones de la envidia te acechan para arrebatarte lo que nunca fue tuyo.

La guerra de los siete reinos y de las comunidades autónomas está servida...

                                                                                   --------------------------

…Esto de ver juego de tronos al mismo tiempo que los debates políticos de la tele, me hace escribir unas historias increíbles que siendo de ficción tienen ciertos visos de realidad que asustan.


¡¡Busco editor con urgencia!!


Derechos de autor: Francisco Moroz



sábado, 18 de junio de 2016

Confusa oscuridad

Un  joven seguidor que de vez en cuando me regala sus opiniones sobre lo que escribo, se puso en comunicación conmigo hace ya unos meses para pedirme consejo y un poquito de ayuda sobre como escribir un relato de esos cortos que acostumbra a leer por aquí.
Le dí unas pautas generales y unos pequeños consejos. En unos días me presentó su historia. La verdad es que me gustó mucho la idea, me recordaba a una de las mías ¿Quizá por eso? El caso es que este chaval consiguió ganar un accésit con el escrito y yo la satisfacción de haberle podido ayudar de alguna manera.
Creo que tenemos mucho que aprender de estos muchachos-as que se atreven a acercarse a las letras de forma tan sincera y con ganas inmensas de aprender.

Desde aquí mi enhorabuena Joselium Pretoriano.

Con su permiso os presento el relato.

                                              -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------





Me despertó un portazo.
Al abrir los ojos sólo había alrededor una completa oscuridad a parte de un silencio abrumador que lo envolvía todo. 

Me levanté. Palpando a tientas fui avanzando lentamente mientras intentaba adivinar cuál era la situación en la que me encontraba.
Perdí entonces el contacto con lo que estaba tocando y a pesar de estar desorientado todavía, anduve con la decisión y la inconsciencia de un sonámbulo, hacia adelante, intentando encontrar una referencia en mi camino.

De pronto el suelo desapareció bajo mis pies y rodé por lo que parecía una rampa llena de aristas que se me clavaban en las costillas y que aparentaba no tener fin, sentía los golpes de los impactos, el dolor y después nada más.

Cuando pude abrir los ojos, estaba tumefacto y frío, más confuso si cabe que cuando comenzó todo, me sentía mareado y las estrellas flotaban a mi alrededor a causa de los repetidos golpes recibidos en la cabeza. Fue en ese momento en el que de nuevo intentaba ubicarme, cuando escuché el mismo ruido que me despertó al principio:
¡Un portazo!

Ahora sí estaba asustado, pues una luz cegadora que venía del fondo, como la de un tren que se acerca por un túnel, me deslumbraba. Pensé que me encontraba en ese interludio donde se hallan los que han muerto y están a punto de embarcarse con Caronte. Me acercaba irremediablemente al principio de mi final.

Escuché unos pasos precipitados que se acercaban a mí desde donde provenía la luz, salían a recibirme. De pronto una mano que apareció repentinamente me agarró ayudándome a levantarme del suelo, mientras una voz preñada de angustia me preguntaba:

-¿Caballero se encuentra usted bien?¿Se ha hecho mucho daño?

Fue justo en ese instante, a modo de flash, cuando imaginé lo ocurrido:
¡Triste de mí!
Me había quedado dormido en el cine. 



miércoles, 15 de junio de 2016

Érase una vez





- Mira bonita, como vuelvas a arrancar flores del parterre te las hago comer, esto es un parque público y no una floristería.

-pero es que quiero llevárselas a un familiar que está en el hospital y como me pillaba de paso, pues he pensado…

-Pues precisamente mucha pinta de pensar no tienes, Tu facha más bien es la de niña mojigata, gazmoña con un puntito de listilla repipi.

-¡Oiga, que yo no le he insultado a usted! ¡Un respeto! soy menor de edad y le pueden meter un paquete si interpongo la denuncia adecuada en las instancias pertinentes por acoso hacia mi desvalida persona.

-¡No te he insultado, vas de listilla! ¿Ves? Ese vocabulario no es habitual en una nena. Eres un tanto presuntuosa si piensas que te estoy acosando. Simplemente te recrimino el destrozo de la propiedad ajena. Además, si quisiese hacerte daño no tendrías ninguna oportunidad de huir de mi. Si sumas el tiempo que necesita tu escaso cerebro para mandar la ordenes a tus flacas y cortas piernas y la capacidad de reacción, más el peso del carro de la compra que llevas lleno hasta los topes, no creo que llegaras muy lejos. Te pondría las zarpas encima antes de llegar a la salida.

- Cuanta vanagloria e importancia se da, ni que fuera un súper héroe de esos de cómic de Marvel, tan solo que usted no tiene pinta ni de heroico ni de inteligente aunque quiera parecerlo, lengua tiene una poca, y mucho morro, pero la "chupa" de piel que lleva puesta en pleno verano, dice mucho al respecto de su cortedad intelectual y cognitiva.

-¿Tú eres de letras no, bonita? Y seguro que escribes poemas de amor bajo la luz de la luna, mientras esperas al príncipe ideal de tus sueños, de esos que en realidad ,son ligones aventureros de “aquí te pillo y aquí te mato” y después "si te he visto no me acuerdo" “más lerda no puedes ser…
¡¡Qué te he dicho que no arranques flores, mocosa!!

-¡Ay qué miedo me das Satanás!

A la que dice esto, la niña sale corriendo, echándole las flores en la cara al individuo para desorientarle, perdiéndose entre los setos de aligustre y los macizos de peonias, mientras que  el carro de la compra derrapa en las curvas de las sendas, rompiendo a su paso siete preciosos enanos de jardín y levantando una cenicienta nube de polvo que oculta oportunamente la presencia de la veloz y tierna infante vestida de rojo y tan pálida como las blancas nieves.

Ya cerca del hospital la niña escucha el aullido de una sirenita de ambulancia que le indica la cercana presencia del centro donde está encamada su yaciente abuela.
Llega, entra, y ve a la anciana paciente. Se acerca al catre y se dirige a ella diciéndole:

-¡Abuelita te han salido arrugas nuevas en la cara!

-La edad y el sufrimiento mi hijita, -responde la individua-.

-Abuelita que ojos tan siniestros e inyectados en sangre tienes…

-El calor de la colcha y la falta de aire acondicionado me matan.

-¡Viejita! Que uñas más largas tienes.

-¡Ay chiquita! Que no me hago la manicura desde que vi la peli de Eduardo manos tijeras.

- Abuelita, abuelita…

¡Calla ya cansina! Y deja de llamarme abuelita ¡Coñe! ¡Me llamo Freddy Krueger  y tú te estás equivocando de cuento leñe! ¡¡Hala pá fuera!!

A la que sale, pasa por delante de la sala de espera que huele a pocilga, y observa de reojo a tres cerditos apestosos y al pobre lobo del parque, resoplando a causa del hedor.

Colorín, colorado.




Derechos de autor: Francisco Moroz



Presentado al concurso LOL I 
Propuesto por Círculo de escritores.


sábado, 11 de junio de 2016

Reflexión existencial




¡Ya veo la luz! ¡La veo! Allá a lo lejos todavía, pero cada vez más cercana. Una luz que me llama y me atrae hacia una especie de puerta abierta que me dará una presentida trascendencia cuajada de eternidad.

Los mayores me explicaron unas cuantas veces que nuestra vida es efímera, que nacemos poco más que para madurar convenientemente, aprender a sobrevivir lo necesario para buscar y encontrar pareja y procrear para que la especie no se extinga nunca.

¡Qué sutil forma de comunicarme que daba lo mismo lo que hiciese! Mi cuerpo se consumiría a pesar de todo en un instante de futilidad, sin dejar nada más que un exánime cadáver gris ceniza que alguien soplaría para hacerlo desaparecer de la faz del mundo.

Mis sueños de grandeza se volatilizaron según me hacia consciente de que mi existencia se ceñía a un plan que parecía premeditado y urdido de antemano por los dioses creadores de tanta fragilidad.
Daba lo mismo lo que hiciese, los giros inesperados que parecían espontáneos y los cambios de rumbo que había trabajado tanto, no eran sino parte de la carga genética que trasportaba mi ADN.

Me gustaría corregir la plana a esos gurús de lo predecible, emprender hazañas inesperadas que me hiciesen un ser especial y admirado. Pero es tarde para ello, la luz me atrae y me llama irremisiblemente. Voy hacia ella de forma hipnótica, también eso parece estar establecido por ciertos patrones de conducta contra los que no puedo rebelarme.

¡En fin! No me resisto a mi suerte, a lo mejor en otra vida pueda cambiar pautas y utilizar eso que llaman los hombres libre albedrío.

Yo soy tan solo una molesta polilla atraída por un foco incandescente que acabará conmigo y con mi inesperada reflexión.


Derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 3 de junio de 2016

Ella




Es la muchacha más bonita del hospital en el que trabajo como enfermero; me tiene perdidamente enamorado de su vida, de su forma de ser. Abierta y desenfadada, hace que mi jornada laboral se convierta en una fiesta.
Solo con verla me conformo, y me escapo de mi planta a la suya para poder empaparme de su presencia.

De vez en cuando me acerco con cualquier excusa y la saludo y le pregunto si necesita algo, cómo está, y si lleva bien la mañana.
¡Es genial! Me trata desde el primer día como a alguien en quien confía plenamente, y eso hace que mi autoestima suba por las nubes. Es una chica estupenda, de esas personas que te llenan de plenitud y dan sentido a todos tus actos, de las que hacen que te vuelvas positivo, de las que contagian toda su energía positiva a los que tienen alrededor.

Me pongo algo celoso cuando me asomo a la puerta y veo a alguien conversando junto a ella; tengo que aprender a controlar mis sentimientos desbocados, pues nadie pertenece a nadie y menos alguien como ella, libre como los pajaritos. Ella, capaz de alegrar tan solo con una mirada y hacerte sonreír con una sola palabra.

En este ambiente hospitalario tan triste, tan opresor, y estresante, representa un sorbo fresco de agua en un erial de desamparo y desesperanza.

Es de esa casta de seres humanos tan especiales, que atraen al resto, haciéndolos gravitar en torno suyo sin querer; de esos a los que en un comienzo te entregas sin remisión al ver su fortaleza y resolución para enfrentarse a cualquier reto.
Ella tiene 16 años, cáncer, y una sonrisa gozosa.

Es la muchacha más bonita del hospital y nos tuvo enamorados desde el comienzo.




Derechos de autor: Francisco Moroz

martes, 31 de mayo de 2016

Tanto amor



Cuando ella le dejó, él huyó de la sombra que le hacía el vacío de su ausencia.
Se sintió abandonado y solo;  puso distancia, marchó del pueblo donde ellos vivieron y la casa que habitaron; de ella y los recuerdos que le quedaban de su presencia.

Pero jamás se recuperó de la soledad que le embargaba desde su partida, y la añoraba como ningún otro hombre enamorado podría añorar a su amada. Ahora ha vuelto a leer las cartas escritas de cuando eran novios, y llora en el silencio de la habitación de una pensión gris, como su pesar. Mira su foto una vez más y decide poner fin a tanto dolor.

Este será el primer día de su renacer, de su volver a la plenitud de su vida perdida. Ha decidido ir a su encuentro, volverla a ver no solo una, sino todos los días mientras las fuerzas le acompañen.

Sale afuera y agarra el chubasquero, monta en su vieja bicicleta y recorre los 43 kilómetros que le separan de su amor, de aquella mujer que le fue arrebatada a traición y cuando más felices eran.

Llegó empapado por la lluvia y por las lágrimas que corrían libres desde sus ojos; compró un bonito ramo de flores para no llegar con las manos vacías y se presentó donde ella moraba.

Abrió la puerta del campo santo y allá frente a su tumba le prometió que todos los días vendría a verla, costase lo que costase. Pues su amor había echado tales raíces en su corazón que hasta que no llegara su propia muerte sería imposible el olvidarla.




Derechos de autor: Francisco Moroz.


viernes, 27 de mayo de 2016

Unos disparos

                                    Desde Zenda nos hacen una propuesta: Un relato donde se incluya la palabra "Amanecer"
                                                                                       esta es mi aportación          


                                                

Unos disparos acabaron con tu vida…

Era una mañana como otra cualquiera, de esas en las que te hubieras quedado muy a gusto en la cama  evadiéndote del instituto. No, no eres perezosa, te gusta aprender, pero un no sé qué indefinido te hace un nudo en el estómago cada vez que suena ese despertador que te recuerda que sigue el ritmo de tu vida; y tu vida es la que es, un bucle que se repite diariamente quieras tú, o no quieras.

Pocas cosas puedes hacer para animarte, a parte de sonreír ante el espejo mientras peinas tu fosco cabello y miras tu cuerpo cargado con esos kilos de más que desdibujan tu inexistente cintura y te hacen parecer tan torpe de movimientos. Esa cara que te devuelve la mirada desde la superficie pulida es agradable. No es, desde luego, la de ninguna belleza como las que ves en la televisión o en los carteles de publicidad, donde aparecen despampanantes perfilando su silueta y destacando sus rostros agraciados que anuncian cosméticos y lencería, pero tampoco eres fea, eres incluso más simpática que otras que van de divas.

Se te hace difícil la jornada diaria, pero la soportas, aceptas tu sino, te aceptas a ti misma con tus limitaciones físicas, que no consideras defectos. Eres así, y aunque te gustaría cambiar algunas cosas ¿Por qué ibas a ser de otra manera?

Antes de llegar a clase ya te das cuenta de que algo pasa, sorprendes a algunos compañeros mirándote de reojo y a otros tapándose la boca como para ahogar una risa. Entras en el aula y te sientas. Casi te echas a llorar cuando levantas la vista, y en la pizarra ves tu nombre con una flecha señalando a un monigote mal  pintado que parece representarte; nada nuevo de todo lo visto hasta ahora, pero esta vez, ese muñeco sostiene en una de sus manos mal trazadas eso que parece una pistola, con dos palabras que lo dejan todo muy claro: Gorda, ¡muérete!.
Humillante y cruel.

Cuando llega la profesora de matemáticas borra el dibujo y lo sustituye por cifras y ecuaciones que no distingues bien a causa de tus lágrimas y el sofoco. Nadie parece ver la angustia que te destroza por dentro y pides permiso para ir al servicio para lavarte la cara.
Cuando te levantas, risitas sofocadas se perciben a tus espaldas y hasta que no cierras la puerta no respiras hondo para salir por el pasillo lo más rápido que te permiten las piernas.

El resto de la mañana pasa sin pena ni gloria, pero siempre tienes la sensación que con más de lo primero que de lo segundo.
Llegas a casa y te encuentras con lo de siempre: un plato frío de comida y una nota en la que se te indica que recojas un poco y estudies.
Tu madre trabaja en turnos de tarde-noche y a penas la ves durante la semana. Te quiere y lo sabes, y comprendes su limitación a la hora de demostrar su cariño, pero echas de menos sus abrazos, esos que te daba cuando tenías pocos años, cuando formabais una familia feliz y tu padre no se había marchado todavía de casa abandonándoos a vuestra suerte.

Comes rápido para que te dé tiempo a conectarte un rato a Internet, para ver tus correos antes de ponerte a hacer las tareas. No es que recibas muchos, no eres una chica guay de esas que parecen tan solicitadas en cuanto cuelgan su foto provocadora poniendo morritos a la cámara.
Esperas alguno de tu prima preguntando qué tal te va, y que si tienes alguna relación interesante en el insti. Sonríes cada vez que te pregunta eso; si supiera la popularidad que tienes entre los frikis, se sorprendería.

Enciendes y esperas, y cuando entras  en tu correo te llevas la sorpresa de tu vida: más de 65 mensajes te esperan en la bandeja de entrada, te extraña solo a medias el que sean direcciones desconocidas, pero aún así, entras motivada por la curiosidad ante la novedad de recibir tantos e-mails.
Cuando abres el primero y lo lees descorazonada, te das cuenta que los otros serán más de lo mismo. Burlas, emoticones de los que echan lágrimas de la risa, palabras soeces y groseras y unas que te invitan a entrar en tu perfil de la red social donde lo tienes habilitado.

El miedo te invade. Sabes que algo nuevo e inesperado te espera agazapado una vez que teclees tu nombre; pero nada es lo que esperabas, es aún peor. Una serie de fotos tuyas en ropa interior, casi desnuda con cara de no enterarte de nada y desde diversos ángulos y diferentes niveles de zoom.

Recuerdas entonces la hora de gimnasia, los vestuarios, las demoras de algunas, y los móviles en manos de otras. Sin querer has sido protagonista de una sesión fotográfica involuntaria y causante de que el chat eche humo por la cantidad de mensajes obscenos de los chicos, el desmesurado número de visitas y los deditos alzados en un “me gusta”.
 Los comentarios sangrantes te hacen bajar la cabeza, y avergonzada te  diriges al cuarto de baño derrotada una vez más.
Un buen baño de agua caliente para relajarte te vendrá bien, y mientras te vas calmando piensas en tu pobre madre, y en toda la sangre que tendrá que limpiar mañana cuando te encuentre, y lo triste que se pondrá, pero ya no puedes luchar más, es hora de descansar para siempre.
Tu despertador sonará en vano, tú ya no verás un nuevo amanecer.



...Unos disparos, acabaron con tu vida, y no fueron producidos por arma de fuego.



Derechos e autor: Francisco Moroz


LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...