Pedro Alameda
nació bajo el signo de cáncer comenzando con mal pie su carrera. Desde
pequeño aterrorizaba a los compañeros de clase, se convirtió en el típico matón
de barrio que era conocido por sus robos a los transeúntes. Una pesadilla para
los modestos comerciantes que tenían que pagar tributo por su presunta
protección. Llegaría a pegar palizas por encargo y a hacer desaparecer pruebas
y amenazar a los testigos que pudieran inculpar a sus clientes.
Era sobradamente conocido por la policía que aseguraba
que no había nada que hacer con el individuo.
Si llegaba a ser detenido, entraba por una de las puertas de la
comisaría y salía por otra con total impunidad, libre de pruebas que pudieran involucrarlo en
cualquier suceso.
Las leyes no eran suficientes para retenerle una
buena temporada en la “trena”. La gente le odiaba y le temía, con lo cual no
les quedaba más que sufrir en silencio y agachar la cabeza y naturalmente,
evitar cruzarse en su camino y con sus intereses. Se dedicó al tráfico de
drogas, de armas, de niñas…
La vida le sonreía. Se permitía placeres y lujos
impensables para el común de los mortales. No se privaba de vestir con
ostentación, de conducir los coches más caros y alojarse en los hoteles más
lujosos. Un yate y un jet privado le permitían desplazarse de un lugar a otro
del planeta. A su cargo una plantilla de guardaespaldas, cobradores de morosos,
ajustadores de cuentas, sicarios que realizaban el trabajo sucio y féminas que
complacían sus más perversos y denigrantes deseos.
Su ambición, su riqueza, y su poder, se
multiplicaron de la misma manera que el mal que le devoró por dentro.
El indeseable murió al igual que nació: bajo la
influencia de “cáncer”.
Derechos de autor: Francisco Moroz
A eso lo llamo yo estar predestinado. Un relato muy bien escrito, Framcisco. Un gusto leerte.
ResponderEliminarSaludos
Predestinación o justicia poética.
EliminarEl caso es que al final paga sus culpas, un poco tarde en mi opinión.
Un abrazo
Me hubiera gustado que sufriera mucho más. Le has preparado una buena muerte para lo mala persona que era. ¡Y sin justicia terrena! Lo malo es que los hay que siguen vivitos y coleando sin que se haga justicia de ningún tipo. Un abrazo.
ResponderEliminarCierto que tipos como pedro merecen sufrir lo insufrible solo por hacer sufrir a otros.
EliminarTodos morimos sino de viejos de enfermedad, algunos de estos incluso violentamente.
no he querido ser tan radical y me he quedado entre Pinto y Valdemoro.
Un abrazo
Hola Francisco, ya se que yo veo cine y películas por todos lados, pero esta historia es para un buen guión de cine. O incluso para novelarla, me he quedado con ganas de más, así que en mi opinión es lo mejor que se le puede decir a un escritor. Imagínate a Javier Bardem en el papel de Pedro Alameda dirigido por Martín Scorsese en el bronx de Nueva York, el guión adaptado firmado por Francisco Moroz por supuesto.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tus relatos.
Mucho deseas tú con buena intención para este servidor. difícil veo que algo de lo que escribo vea la luz como cinta cinematográfica, pero por ilusión que no quede y soñar es gratis.
Eliminaryo te agradezco esos deseos de corazón.Lo que tengo claro es que el comentario te quedó de película.
Un abrazo, amigo.
Vaya menudo mal final que tuvo el hombre. El karma siempre aparece, más tarde o más temprano.
ResponderEliminarUn besillo.
El Karma es algo de lo que cada vez estoy más seguro que se cumple. Lo que pasa que a algunos se les cumple tarde o nunca. este tipo tenía que haber sufrido un poquito más, pero tampoco me quería poner tremendo je,je.
EliminarBesos
Ay qué mal rollito, Francisco, que yo también soy cáncer. Bueno como yo no soy tan mala, espero que el destino me reserve lo que sea para dentro de muuuuchos años.
ResponderEliminarMuy buen relato, como todos los tuyos, con final inesperado.
Un beso.
Tú mal rollito ninguno. Eres legal y no como este tipo que se merece esto y más. La próxima vez que se me cruce le pego dos tiros, pero de esta manera sufriría menos ¿No crees? mejor lo dejo estar y que purgue lo que le quede de mala vida.
EliminarBesos.
Este personaje fue burlado por el destino, nació cáncer y un cáncer le mató. Espero que no cunda el pánico y ahora todos analicemos nuestro signo zodiacal para dilucidar qué final podemos tener.
ResponderEliminarHummm, yo soy virgo, pero como tengo una hija... ¿seré la excepción que confirma la regla?
Muy buen relato, Francisco, con final para reflexionar.
Un besote.
El destino nos espera como la muerte: a la vuelta de la esquina y a traición. Este como muchos otros individuos, creía que "Ancha es Castilla" y "Todo es miel sobre hojuelas" pero no se percató que: "A todo cerdo le llega su San Martín" y que "Donde las dan las toman"
EliminarJusticia humana no, divina tampoco sé si será, pero como le dije a Juan Carlos: Prosaica lo es un rato.
Besos Kirke
¿Justicia Divina?
ResponderEliminarTarde o temprano tenía que pagar aunque no fueran las autoridades quienes hicieran justicia.
Siempre he querido creer que, tarde o temprano, el culpable acaba pagando por sus fechoría pero quizá sea puro romanticismo.
Es de agradecer que la justicia haga acto de presencia aun que solo sea en un relato de ficción.
Un abrazo.
Somos románticos Josep, soñadores de "a pelo" y nos gusta creer que todo lo que se hace con mala intención se acaba pagando.
EliminarOtra cosa es lo que realmente ocurre con los maleantes, delincuentes, terroristas, mafiosos, asesinos y violadores. Muchos se van de rositas, evadiendo a la ley y la justicia... pero no escapan de la dama negra que les espera al final del túnel.
Un abrazo.
Ay, no me digas, Francisco, que yo soy nacida bajo el mismo signo, pero de lujos, nada... ¿Será cosa de las estrellas o de nacer estrellado, me pregunto, luego de leer nuevamente tu relato? Ojalá sea lo segundo. Como decía Shakespeare, "La culpa no está en las estrellas sino en nosotros".
ResponderEliminarUn beso grande, compañero ;)!
Fer
El zodiaco es un conjunto de representaciones estelares ni más, ni menos. Otra cosa es el universo interno de cada uno, nuestro microcosmos personal en el que nosotros podemos conjuntar y alinear planetas, mundos y galaxias para que nuestro destino nos sea favorable y podamos viajar hasta el infinito y mucho más allá.
EliminarBesos querida compañera.
Francisco,
ResponderEliminarEstoy como Rosa, si los nacidos con este signo dicen que somos un tanto lunáticos pero muuuuuuy buenas personas.
Buen micro, bien contado de principio al final aunque el próximo ...¿por qué no otro signo? jajaja
Lo que es cierto es que hay mucho impresentable y personas que "aportan" a la vida cuando dejan de estar.
Un saludito