miércoles, 15 de octubre de 2014

Eterna despedida




  In Memoriam de Ángel Gómez  ( 15-10-14 )



                                                                   
Deslizó sus dedos en una de mis manos, era tiempo de despedida y yo, como un tonto me quedé desorientado sin saber que decir, esperaba este momento no deseado, odiaba pensar siquiera en mi certeza de que esto iba a suceder tarde o temprano, e inspiré hondo y exhalé el aire con fuerza, como para vaciarme del dolor que me quemaba, pero el dolor seguía anclado con sus garfios en mis entrañas sin querer soltarse.


Sentía esa angustia que de niño me hacía arrebujarme entre las sábanas de la cama para demorar el encuentro con otro día de escuela, y esa otra que era mezcla de timidez y deseo cuando la conocí y me enfrenté a sus ojos color de miel, con una añadida sonrisa suya que me dejaba indefenso.

Hoy me encuentro desarmado ante la evidencia de lo inevitable, lo único que sale desde adentro de mi ser, son las lágrimas que me recuerdan lo que siento por ella y lo que me cuesta perderla.

Ya me dijo que si partía, no era por falta de amor que me abandonaba, tampoco por mis continuas torpezas de hombre. Siempre la amé, siempre, ahora que me dice que se va, lo hago con pasión, incluso en este instante que aprieta mi mano torpemente como una niña enamorada a la que he defraudado, la sigo amando.

En un impulso instintivo abrazo su frágil cuerpo y mientras, me ahogo en sollozo y no acierto a decir todo lo que la echaré de menos; ve mi nerviosismo, sonríe y me dice quedito y suave: "vive feliz en lo que puedas, sobreponte a la pérdida y vive. Razones sobran para que lo seas, aunque yo me vaya." "Acuérdate: en su día creamos un universo juntos, a base de miradas, caricias y palabras, mi territorio eran tus brazos cuando me rodeabas como ahora lo haces, yo me perdía en ellos y no había entonces preocupación ni desasosiego que me arrancase de su calor." "Me sentí dichosa y segura junto a ti y lamento este viaje, pero cuando marche recuerda todo ello como yo lo hago ahora, y sonríe al destino. El dejó que nos encontrásemos por el camino."

"Cuando estés triste sueña conmigo y piensamé a tu lado en los mejores momentos, añoramé sí, pero sigue tu camino, no quisiera entorpecer tu futuro con mi recuerdo. Sabes que es inevitable la marcha y siento ocasionarte tanto pesar, pero he de irme. Te amaré siempre."

Mi cabeza se llenó de preguntas que no iba a formular y de las que no obtendría respuestas. Dudas que no podría aclarar, del desgarrador sufrimiento que no creo fuese a remitir nunca.

Después su abrazo perdió fuerza, me separé para reflejarme en sus ojos y estos me dijeron adiós, un poco turbios de agua, ¿O eran los míos los que lo estaban? En definitiva se fue, se alejó envuelta en esa luz que la acompañó siempre y quedé con esa insufrible nostalgia que me acompañaba cuando no la tenía junto a mi...

...Y la muerte hizo su trabajo una vez más. Fría e implacable sin pedir disculpas. Ella es así, no admite replica ni demora, dejó solo los despojos, como los de un naufragio tras la tempestad, y a mi desarbolado por la cruda realidad de la vida que te va quitando a manos llenas, todo lo que en principio te ofreció. Como un canto de sirena. 


"Quizá te diga un día que dejé de quererte,

aunque siga queriéndote más allá de la muerte;
y acaso no comprendas, en esta despedida,
que, aunque el amor nos une, nos separa la vida."

                                                                   José Ángel Buesa


martes, 14 de octubre de 2014

Un Avión sin ella

Un Avión sin ella

De: Michel Bussi

Vuelvo a caer en la tentación de hacer caso a las reseñas de otros blogs, pues son muy acertadas en la mayoría de los casos, pues aunque sobre gustos no hay nada escrito, si hay escritos muchos libros que da gusto leer.

Por sus bien definidas historias, por sus tramas correctamente desarrollados a la par que con unos argumentos la mar de interesantes
Este es uno de esos casos reseñables.

En Diciembre de 1980 un avión proveniente de Estambul y cuyo destino es Paris, impacta en la cima del monte Jura en la frontera Franco-suiza. 


Seremos testigos de esta tragedia desde el interior del avión, desde que estalla la tormenta hasta que la aeronave se desintegra al estrellarse sobre el bosque, ardiendo literalmente sobre la nieve. Cuando llegan los servicios de rescate después de algunas horas encuentran a un superviviente. Un bebé de tres meses que milagrosamente a sobrevivido al accidente, a la hipotermia y al incendio. A la pequeña se la conocerá desde el momento en que es publicado este suceso como la niña del milagro.


Ella será la causa por la que dos familias francesas: los Vitral y los Carville, entren en litigio para obtener su custodia, en lo que será un juicio de interés nacional.  

Ambas familias tenían a su nieta entre los pasajeros y al no conocer la identidad, por falta de fotografías y pruebas físicas 
( La prueba del ADN todavía no estaba muy desarrollada) reclaman a la niña como a su nieta. 

Una de las criaturas se llamaba "Lyse-Rose" y la otra "Emilie", ante la duda el público decide bautizar a la superviviente con la mezcla del nombre de ambas: "Lylie". Ella será el elemento alrededor de lo que gire todo.


Pasamos a otro plano temporal, 18 años después un investigador privado "Crédule Gran-Duc", contratado por "Mathilde Carville" la abuela de "Lyse-Rose", que le ha estado pagando una fortuna para esclarecer la verdad sobre la identidad de la que ahora es una bella muchacha; se haya frustrado por no haber conseguido ningún resultado definitivo, por ello prepara su suicidio, no antes de haber remitido un cuaderno verde pálido de unas cien páginas, donde está escrito de forma detallada el desarrollo de su investigación. En su portada una nota: Para Lylie. El mismo lo considera como:




"Una lectura fascinante, sin ninguna duda. Una auténtica obra maestra, una investigación policial que quitaba el aliento... todo estaba ahí... salvo el final..."


Cuando está a punto de apretar el gatillo de su pistola la mirada de "Crédule Gran-Duc" se posa en el periódico que hace ya 18 años publicó el suceso, y encuentra lo que sospecha es, la prueba que demuestra la verdadera identidad del bebé que sobrevivió al accidente.


"Lylie" fue acogida después del juicio, por los Vitral pero "Marc" su teórico hermano siente por ella una indefinida, atracción por su persona. ¿Instinto de protección ?¿Amor?


"Amaba lo que conocía, simple y llanamente, con un amor que se acumulaba con el tiempo, con una inmensa generosidad."


Ella es muy especial como persona, bella como mujer, y el muchacho así la aprecia.


"Más bonita que la puesta del sol en la playa de Dieppe, el otoño en el bosque de Arques.

Un arco-iris sobre los acantilados. Como una mariposa extraña. Una libélula".

En un momento dado el diario de "Crédule" llegará a manos de "Marc" que lo irá leyendo mientras intenta evitar un drama. 

Por lo tanto será el investigador de forma indirecta, a través de sus escritos el que nos cuente la historia, remontándose al comienzo, con lo cual iremos enterándonos de detalles que irán conformando una trama inesperada, con giros que si cabe, harán más interesante la lectura, las casualidades y el azar también jugarán un papel importante, hechos inesperados que en su momento pasaron desapercibidos, entrevistas e incursiones en el lugar de la tragedia.

Una serie de personajes aparecerán en escena. "Malvina" la hermana mayor de "Lyse-Rose", una muchacha trastornada que no se resigna a creer que esta haya muerto, que utilizará incluso medios ilícitos para conseguir que "Lylie" sea reconocida como su hermana desaparecida.

"Nicole" y "Mathilde" las dos abuelas matriarcas de las familias jugarán un papel primordial en la novela, en permanente enfrentamiento."Léonce" uno de los abuelos,  un guarda bosques... y una serie de cadáveres que quedarán por el camino.

En resumen, una obra muy bien planteada con perfiles de personajes que nos harán dudar de quién es el bueno, el feo y el malo.. con ello quiero decir que estaremos enganchados de la trama con la intención de descubrir algo por nuestra cuenta, algo realmente imposible gracias al autor que nos ha regalado todo un Thriller de intriga psicológica para disfrutar de lo lindo y que nos mantendrá en tensión hasta el final. 


Muy recomendable.





viernes, 10 de octubre de 2014

Angeleando






No puede tratarse solo de la casualidad, en principio, sí se le achaca todo a ella...¿Pero que es la casualidad? depende la mayor de las veces del punto de vista con el que busques la respuesta y el interés que tengas por conocerla; yo he llegado a la conclusión, después de experiencias repetidas que me lo confirman, que la casualidad no existe y sí, la causalidad.

Desde que venimos al mundo nos encontramos supeditados al habitat y el entorno en el que nacemos, a la gente que nos protege y a los depredadores y peligros que nos acechan. Recibimos unas pautas de comportamiento, un código de conducta ética, educación y valores humanos. Más tarde vendrán las leyes, la cultura y las creencias religiosas o intuitivas que nos llenarán de contradicciones y confusión. 

Desde pequeños nos enseñan a razonar y exprimir al máximo las células grises para conducirnos por la vida como robots con patas, "liberándonos" de paso, de sentimientos engorrosos que en muchas ocasiones incluso son ridiculizados:"Los hombres no lloran","fiarse lo justo, amar lo necesario."
Todo ello sin dejar mucho espacio a la imaginación y a la creatividad ilusionante que tuvimos de niños.

Lo que si es una constante desde que empezamos a existir es la inexplicable concatenación de misterio que nos rodea y la incertidumbre que nos provoca.
Los racionalistas ya estarán pensando en que todo es explicable con métodos científicos, matemáticos y lógicos que demuestran hasta porqué soñamos lo que soñamos, y hasta porqué sentimos escalofríos en la nuca.
Los excesivamente soñadores, los que creen en todo a pies juntillas, argumentarán que todo es posible y cierto aplicando un poquito de magia, credulidad a espuertas y mucha fe ciega.

Ni lo uno ni lo otro, se trata de buscar el equilibrio exacto entre los dos parámetros. 
Igual que a nivel personal no creo en la casualidad como ya os comenté, tampoco creo a ojos cerrados en la predestinación de los seres ni el ¡Abracadabra! del sexto sentido.

¿Y toda esta introducción para deciros qué?
A ello voy.
Los hombres y mujeres tenemos un gen atávico desconocido que hace nos sintamos atraídos por los enigmas, lo oculto lo desconocido lo inconmensurable y lo incomprensible y lo inabarcable.  
A ver si no. Que levante la mano el que no haya leído con interés un libro sobre misterios sin resolver, quien no haya visto al menos una película sobre poltergeist, exorcismos o fenómenos paranormales, quien no haya oído al menos, hablar de apariciones Marianas, de posesión diabólica, sobre aducción, de la telequinesis o la telepatía incluso los que se plantean la existencia alienígena.

Todavía no sabemos nada con seguridad, sobre la función verdadera de las pirámides de Egipto. ¿Para que servían realmente? ¿Sólo tumbas? ¿Qué secretos encierran muchas catedrales?¿Porqué el camino de Santiago tiene algo de especial y trascendental? Y si nos ponemos a hablar de Orcos, duendes, brujas y hadas, elfos y trasgos...¿Para qué seguir?-El Señor de los anillos- es una joya literaria de lo que representa la imaginación para un sector importante de la población mundial. La mitología es otro altar edificado por los antiguos a lo desconocido. 

Y en pleno siglo XXI no nos libramos. Todavía se leen y se visionan revistas y películas sobre super-héroes Marvel, con capa, mallas y antifaz que son lo que en la edad media podían verse representados por caballeros andantes, villanos y dragones voladores. 
¿De qué sino seguimos consultamos los horóscopos, el tarot y damos de comer a los videntes televisivos?

 ¡En fin! todo ello empezó en las cuevas, alrededor de un fuego, como rito sagrado y ancestral de brujos y contadores de historias, y gracias a esto somos seres completos, con nuestra parte asentada en la tierra y la otra mitad en lo etéreo, por lo cual que no se escandalice ninguna persona de nada o habrá que tacharla de hipócrita.

Y de lo etéreo va todo esto, que no de lo mortal y corrupto que es lo que tenemos presente a diario y es de sobra conocido.
Para centrarme en esas presencias que desde niños presentíamos: los amigos invisibles con los que jugábamos y hablábamos, esas presencias que aunque dudéis todavía, aletean entre nosotros.

Llamadlos ángeles o espíritus o como queráis, de nada sirve que neguemos su existencia, ellos se empeñarán en hacerse notar con las "casualidades" con los "Deja vu" o los sucesos milagrosos inexplicados por la ciencia y la razón, aunque sí hay una que los trata e investiga: La Angeología, y no parece ser ninguna broma.

Yo creo en los Ángeles ¡Faltaría más! los que se cruzan permanentemente en mi camino como caídos del cielo cuando los necesito, los que me ponen la mano en el hombro y me consuelan en la tristeza, esos otros que me acompañan junto a la cama del hospital en mis horas más sombrías o celebrando mis logros conseguidos y mis alegrías, los que se hacen los encontradizos y aparecen cuando los convoco.

Esos ángeles que con palabra amable te quitan una losa de encima que aplasta tu autoestima, y los que te animan a seguir con el gran reto de la vida implacable, te dan el consejo oportuno y la lección pertinente, mostrándote posibles soluciones a tus pesares.

Creo sobre todo en los que me acompañan como ángeles de la guarda, los más cercanos, esos que a diario se muestran junto a mí sin sus alas emplumadas, ni coronitas doradas.( y no me refiero a la cerveza Mejicana)

Mi gratitud siempre será para esos Ángeles disfrazados de bomberos, policías o sanitarios que evitaron una tragedia mayor al incendiarse mi casa, acudir en situaciones comprometidas o al accidentarse mi coche. Al médico que propuso un diagnóstico acertado y la enfermera que se mostró solícita y amable, a ese otro sentado en una mesa gris con pinta de funcionario anodino, que supo asesorarme sobre mis derechos y solucionó con unos cuantos papeles lo que podría haber significado un embargo; a los que me llenan con su sabiduría, los más viejos y los más sabios, los que conocemos como maestros, a esos otros que son capaces de desprenderse de lo más humano e irradiar su presencia divina y luminosa mostrándose como lo que son: amigos incondicionales y auténticos sobre todo en la necesidad.
Mi eterna gratitud a esos ÁNGELES con mayúsculas que nos asignaron desde pequeños, a los que aprendimos a llamar padres, que serían capaces, de dar su vida a cambio de la nuestra sin pedir nada a cambio.
A tantos otros que pasan junto a nosotros por la calle, en el metro, en el autobús, que sonríen a nuestro paso debajo de la tormenta, los que trasmiten sosiego en momentos de crisis y nos tienden la mano cuando caemos, o sencillamente los que te ceden un asiento, o te recomiendan un libro que hable por ellos. Los que escuchan al anciano y juegan con el niño.

Os repito: yo no creo en la casualidad, no creo en la pura y fría razón. Creo en el alma que nos habita, seamos creyentes en algo trascendental o no.  
Confirmo que los que son poseídos por esa fuerza desbocada llamada Amor se vuelven seres distintos, con poderes inasumibles por el resto de mortales que basan sus vidas en otras prebendas más soeces y primarias. Creo que ellos poseen esa luz necesaria en tiempos oscuros, por ello se les califica como seres luminosos, y en momentos críticos trasmiten calma, seguridad, esperanza.

Os deseo pues, de corazón, que encontréis a vuestro paso tantos Ángeles como los que yo hallo a diario junto a mí, que sepáis leer entre lineas sus mensajes encriptados en los renglones torcidos de los aconteceres diarios, que seáis capaces de descubrir su presencia en la necesidad y la meditación, que aceptéis su compañía amigable y su ayuda y escuchéis sus cantos melodiosos.

En algún momento también nosotros podremos convertirnos en uno de ellos, incluso si nos esforzamos aprenderemos a elevarnos sobre lo puramente banal. Y con el tiempo, y la suficiente dedicación a la labor, se nos conseguirá ver ese halo luminoso, ¡Que por cierto! por métodos científicos se puede llegar a ver, y naturalmente se siente, ya lo dice Beyoncé en su famosa canción:


"A cualquier parte que miro,

estoy rodeada por tu abrazo,
cariño, puedo ver tu halo,
sabes que eres mi gracia salvadora,
eres todo lo que necesito y más,
está escrito por toda tu cara,
cariño, puedo sentir tu halo"... 

El resto de la letra tampoco tiene desperdicio, y se trata de una canción de Amor.


Y os dejo estas frases como punto y final.



"Los ángeles vuelan porque se toman a la ligera"

"Cuando los ángeles nos visitan, no escuchamos el susurro de sus alas, ni sentimos el roce de sus plumas, pero si percibimos el amor que dejan en nuestros corazones"


"Los niños son el vínculo entre los ángeles y los hombres"


"En el cielo un ángel no es nadie en particular, en la tierra lo puede llegar a ser todo"


"El único ángel que nos mira ahora, lo hace a través de los ojos de los demás"


"Los verdaderos amigos son preciosos y raros como ángeles"


"Los amigos son ángeles que nos ayudan a levantarnos cuando nuestras alas han olvidado como volar"


"No vemos a los ángeles; peo en los túneles oscuros de la angustia, se acercan y nos llaman, ¡ Se parecen a ellos las personas queridas y no son sino ángeles los seres que nos aman y ayudan!




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