jueves, 3 de marzo de 2016

Acosado

Un relato corto a dos manos entre -Julia Cambil- y un servidor.

Os invito a pasaros antes por el blog de la compañera de letras para leer la primera parte en: Palabras y latidos

El relato aún siendo pura ficción, esta basado en hechos reales.
Os agradecemos a todos de antemano, vuestra lectura.




Quiero ser sincero conmigo mismo, no engañarme con falsas expectativas. Nunca he sido una persona con doble cara. Soy como soy, y no creo que a estas alturas pueda transformarme en un personaje inventado, ficticio, disfrazado de apariencias.

El caso es, que lo que ocurrió con aquella usuaria me dejó descolocado del todo.
Fue en un chat cuya temática era la fotografía de todo lo que tuviera relación con la naturaleza. 
Allí nos encontramos casualmente al iniciar una sesión, empezando una comunicación bastante cordial intercambiando mensajes.

En un principio no me extrañó en absoluto el buen rollo que surgió entre nosotros, era muy sugerente,  pero nada diferente a otras conversaciones  que tenía con otros usuarios del mismo foro temático.

Era una especie de red social en la que siempre te encontrabas con alguien conectado, y entre todos, ella, que parecía tener un sueño muy ligero. Era conectarme y recibir su mensaje para comenzar una conversación.

Al final parecía que cierta complicidad nacía entre nosotros, y fue esta mujer precisamente la primera en sugerir que nos pasáramos al privado; parecía tener muchas cosas que contarme de ella misma.

Ese fue el gran error. Lo que pareció en principio una buena idea, se convirtió en una pesadilla.
Parecía una mujer con mucha vitalidad. Abierta, asertiva y activa. Nos lo pasábamos bien durante nuestras conversaciones salpicadas de bromas e indirectas. Sobre todo me gustaba su presentida forma de ser, su imaginado físico. Me hacía imaginarla joven, atractiva e inteligente.
Hubiéramos podido convertirnos en buenos amigos con muchas cosas en común con las que conectar y pasar buenos ratos comunicándonos.

Soy un hombre casado y limitado, y eso creo que se lo dejé claro, no para marcar distancias ¡No! Simplemente porque era así  y yo amaba a mi pareja. Soy hombre ¡Sí! Pero eso no quiere decir que todos estemos cortados por el mismo burdo patrón de aprovechados, de esos que buscan la aventura a costa de lo, y de quien sea.

Mi filosofía es, que si eres auténtico desde el principio, no puede haber malentendidos, ni tienes porqué inventarte cada vez más mentiras.

Estoy seguro que si hubiera estado soltero, las relación hubiera transitado otros derroteros. 
¿Cómo nos podemos fiar de quien anda detrás de un perfil con solo un nombre que incluso tampoco es el auténtico?

El caso es que este asunto adquirió tintes de tragicomedia en cuanto me empezó a contar cosas que no tenían relación con los temas tratados en el foro.

Me describía sus sentimientos con detalle , me relataba de lo infeliz que se sentía cuando no conversábamos, de cómo le gustaría conocerme a pesar de saber de mi relación con otra mujer; me llegó a sugerir que conforme me imaginaba, la mujer con la que estaba emparejado no me mereciese, que teníamos que darnos una oportunidad para conocernos en profundidad y compartir sentimientos más íntimos.

Me sentía halagado como cualquier persona a la que le regalan con palabras que le hacen sentirse importante, útil, necesaria… Pero me asusté del cariz que tomó el asunto y fui cauteloso. ¿Por ser cobarde y no querer enfrentarme a algo que me superaba? ¿Por temor a conocer a esa desconocida y que me impactara de tal forma que me hiciera recapacitar sobre mi actual relación con mi actual pareja? 
O lo más probable: ¿Sentía defraudarla de tal manera que no quisiese ser la amiga que pretendía que fuese?

Ella insistía en que nos conociéramos, tener una cita, y yo le daba largas poniendo como excusa mis continuos viajes por trabajo y mis muchos compromisos. ¡Ojalá hubiera sido así! La realidad es que estaba en paro después del accidente, y por ello, y para no volverme loco, me apuntaba a los chat para al menos, compartir mis aficiones y olvidarme de mis problemas económicos y emocionales.

Llegó un momento en que me acosaba de tal manera que aunque estuviera en línea en las salas del chat, ya no la contestaba. Debíamos recapacitar, darnos un tiempo, pero ella no estaba dispuesta a que yo la ignorara.

Cuál fue mi sorpresa cuando empecé a recibir en mi correo particular mensajes de esta mujer. Pensé por un momento que era de ese tipo de personas a las que cuando no les sigues el juego y les das la razón se sienten incomprendidas, y se deprimen de tal manera que ven enemigos a su alrededor de continuo haciendo  responsable de su frustración a la persona que se ofrece a escucharlas y se vuelven agresivas verbalmente, exigiendo y faltando al respeto.

No me pareció bien mandarla a paseo, siempre me he considerado moderado con mis semejantes y por ello, tampoco le pregunté el cómo había conseguido la dirección de mi correo electrónico. 
Le dije simplemente que no le podía contestar con asiduidad  pues no consultaba mi cuenta habitualmente.

A los pocos días y para mi vergüenza robaron mi perfil  en el chat, que era utilizado para insultar a otros usuarios, era grosero y grotesco en todos los sentidos. Me anularon mi propia cuenta y perdí la oportunidad de relacionarme con el resto de amigos que había hecho por la red.

Sabía que ella estaba detrás de todo aquello y me llegué a desesperar ante la impotencia de no encontrar solución al problema.

Sospecho que esta pesadilla no ha llegado a su fin y que esta loca seguirá acosándome hasta conseguir que le confiese un amor que no siento por ella.

Es curioso comprobar cómo un desconocido puede acobardar a una persona. No me atrevo a contar nada de esto a nadie, no creo que comprendiesen el grado de desesperación al que se llega.

Ya he pensado en abandonarlo todo, replantearme mi vida, olvidar el mundo virtual y salir al encuentro de la cruda realidad.

Soy consciente de que me va a ser muy difícil conseguirlo desde una silla de ruedas.



Derechos de autor: Francisco Moroz

Código de registro: 1604307356632


martes, 1 de marzo de 2016

Mensaje en una botella

Concurso: LA IMAGEN IMPOSIBLE I


Propuesta del Círculo de escritores.



Profunda la voz de la tierra que se muere,
de los mares que agonizan en negro veneno.
Intenso es el quejido de los seres
que se quedan sin cielo y sin cobijo.

No es eterna la música del agua,
que escapa y se evapora en nuestros ríos.
Ni la del aire que se agita turbulento,
transportando remolinos de detritos.

Cantos que son lamentos,
de los árboles quemados y caídos.
Soñadores de secano que antes fueron
patriarcas de estos bosques abatidos.

Pobres los hijos de natura
por ser los mismos que destruyen,
 que queman y que ensucian
sin querer escuchar a los que avisan.

Presagio la tristeza de los niños
conociendo su herencia hipotecada.
El futuro imperfecto y desolado,
 epitafios finales de la especie.

Es la muerte disfrazada de caos y de locura,
de yermo erial silente, la que ronda.
Ahogando con sus brazos descarnados,
deshojando y pudriendo lo que roza.

Numerosos los granos de arena que se juntan,
formando ya horizontes de desierto.
Océanos de penuria nos rodean
Agobiando a nuestras almas incorruptas.

Moriremos al fin abandonados,
  asfixiados en miedos y penurias. 
Sólo he de pedir pues, a los dioses que aún escuchan
que alivien la agonía de esta raza...

...quitándole el tapón a la botella.


Derechos de autor: Francisco Moroz



lunes, 29 de febrero de 2016

Muerte en Madrid

Muerte en Madrid




De: Mark Oldfield














Esta novela es de esas que impactan nada más abrir sus tapas y empezar a leer sus primeras páginas. Propone una historia al menos conocida, por las referencias rescatadas de los que conocieron esos sucesos de primera mano, los que hicieron que España se resquebrajase a causa de la lucha que mantuvieron sus hijos en bandos contrapuestos.

Pero no relatará otra más, de las muchas que ya están escritas y parecen repeticiones de los mismos acontecimientos conocidos.
Va más allá.
El autor para empezar no es español. se trata de un criminólogo y docente inglés, que por otro lado se ha interesado por este periodo tan convulso de nuestro país. 
Se trata de un thriller al más puro estilo de novela negra sobre escenario de ficción histórica. 
Ambientada en la España profunda de la posguerra cuando después de 14 años de finalizada la contienda, el régimen franquista sigue imponiendo su estado de represión, depuración y eliminación de la insurgencia con métodos expeditivos.

Para ello cuenta con una brigada policial bajo el mando personal del mismísimo caudillo y su mano derecha "Carrero Blanco" 

" Es en el ámbito de las ideas y las ideologías donde se siembran las semillas de la destrucción."

El personaje principal será el comandante " Leopoldo Guzmán" un sociópata que podríamos calificar como psicópata asesino letal, amparado por la aparente legalidad de la causa política; se podría encuadrar dentro de las filas de los sicarios, simple instrumento de los deseos de "Franco", lo que no le exculpa de sus acciones, de las cuales, por otro lado, parece disfrutar enormemente con sadismo desmedido.

Los hechos narrados se nos presentarán en tres estadios temporales diferentes:
El primero de ellos en el año 1936 en los montes de Badajoz, tras la matanza llevada a cabo en la plaza de toros, los moros persiguen a un grupo de republicanos desesperados que huyen de la segura muerte, pues no hay lugar para la rendición. 

Estos momentos se nos relatarán en dosis pequeñas, a trazos, como en imágenes esporádicas y recuerdos de uno de los contendientes; muy importantes, por otro lado para comprender la totalidad de la trama argumental.

La segunda y principal línea temporal será la que desarrolle los hechos en el año 1953 cuando esta brigada especial ejecuta con saña los encargos de la cúpula dirigente. El comandante "Guzmán" el teniente "Peralta" y un sargento sádico serán los máximes protagonistas.

Y por último La actual en el año 2009 donde conoceremos a una forense de la guardia civil llamada " Ana María Galindez" que realiza una investigación sobre 15 cadáveres hallados en una mina clausurada en los montes de Gredos. Una mujer que está acostumbrada a lidiar con la apertura de las fosas comunes de la guerra civil; en esta ocasión se trata de restos datados en las fechas en las que "Guzmán" realizaba sus personales ejecuciones.
Esto la obsesionará de tal manera que pedirá autorización a sus superiores para, junto a una historiadora llamada "Lucia Ordoñez", "Tali" una de sus ayudantes, investigar sobre el terrible comandante y entre otras cosas:

"Denegarle el confort de su escondite en las sombras del pasado de España, y al hacerlo, dar a la sociedad la oportunidad de reconocer y asumir el daño que había causado."

Los tres tiempos narrativos irán desarrollando por si solos, relatos secuenciales que no tendrán que ver los unos con los otros en apariencia, pero que de igual forma irán dejando rastros, datos y nombres que al final nos darán la total visión y perspectiva de la trama general en la que, como en un juego de espejos, asistiremos a la urdimbre de una gran mentira que comenzó al mismo tiempo que oficialmente acabó la guerra, y alarga sus secuelas hasta la actualidad

" La batalla había terminado. La matanza acababa de empezar."

"Mark Olfield" consigue trasmitir con fidelidad el miedo de las víctimas, la crueldad de los ejecutores y las tinieblas y podredumbre del ser humano desquiciado y fallido. 
El resentimiento y el sadismo en el estado más puro y sin lugar para la redención.

Por otro lado ha impreso en lo escrito, los matices propios de la más pura novela negra con el misterio y las descripciones de los pasajes oscuros de las calles de Madrid al igual de oscuros que las almas de los criminales a sueldo que por ellas transitan.

“Los sonidos de la ciudad en invierno, una especie de tenue y sorda melancolía, enmarcada en el pesado oscilar del frío plomizo."


Muy bien escrita, con descripciones detalladas de lugares y entornos conocidos en los que sentiremos la cercanía de personajes elaborados desde la profundidad de sus sentimientos encontrados e instintos más primitivos. Perdedores replegados en sus miedos, vencidos por el temor a las represalias llevadas a cabo por los vencedores de soberbia desmesurada y sin ningún tipo de compasión, ajenos a la miseria del resto.

En un baile trepidante y continuo de acción en la que no se nos privará de la crudeza de las redadas, las torturas y las ejecuciones en la "cripta".
En un decorado cuyo fondo reina la desesperanza y las brumas de una sociedad tenebrosa encerrada en sí misma y sin contacto con el resto del mundo.

La calle Robles será el núcleo central desde donde se fraguarán las acciones mezquinas y se esconderán secretos que en las profundidades de sus calabozos morirán junto a sus ocupantes de paso.

En palabras de uno de los personajes:

“Aquí de lo que se ocupaban de verdad, era de la gente. de la gente a la que el régimen no olvidaba ni perdonaba...Todos ellos catalogados, aguardando la violencia arbitraria de la venganza aplazada."

El tipo de narración muy directo con prosa contundente y descarnada nos hará sufrir durante las horas de lectura que por otro lado nos mantendrá como sedientos, pegados al libro hasta la resolución y el final de la historia contada.

Encontré no obstante dos "peros" el primero la falta de documentación por parte del autor a la hora de ubicar lugares y distancias en el callejero de Madrid. El segundo es, por comparativa, la flojedad del argumento en su vertiente actual donde las protagonistas: Historiadora, forense, ayudante, policías, desarrollan una serie encuentros y acciones al igual que ciertos escarceos, innecesarios para el argumento y algunos sin resolución.

Pero en definitiva, puedo recomendar el libro dado el alto interés que despierta a los interesados en historia y aficionados a la novela "negrisima".


  "Tienes que desear querer verlos muertos...  Tienes que desear con todas tus fuerzas que mueran en tus manos. De la manera que sea. Y después tienes que estar contento de que estén muertos. Puede que fueran buenos padres, buenas madres o esposas. Da igual. Las órdenes son las órdenes, y hay que cumplirlas, porque si no, la cagas. Y entonces podrías ser tú el que acabe muerto. Eso es todo. O haces tu trabajo bien, o no haces nada de nada.”


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