jueves, 27 de octubre de 2016

¿Halloween? ¿Qué es Halloween?



¡Se acerca! ¡Ya vienen! la noche de Halloween y los monstruos enanos que nos intentan asustar en nuestras propias viviendas con disfraces comprados en los chinos. El año pasado sin ir más lejos me vino uno vestido de Elvis y otro de oso panda. Que no encontraba dada mi conmoción, la relación entre una fiesta de los muertos y el carnaval de Rio de Janeiro.
Estamos perdiendo el control con las influencias americanas cuyas empresas con tal de vender, venden hasta el alma inmortal de los antepasados.
Y es que esto del Halloween ya nos suena a teatro de las maravillas y opera bufa, donde todo es posible, hasta la incongruencia, los despropósitos y lo estrafalario. Todo lo que tiene pinta de original, es aplaudido por aquellos que se van acostumbrando a cualquier cosa, según se las van vendiendo como producto extranjero; y si es con música Break, Fusión, Tecno, o la mismísima banda original de -El fantasma de la ópera- mejor que mejor.

¿Qué se ponen de moda los zombis?¡Pues a disfrazarse de zombis¡¿Qué la saga crepúsculo ha hecho estragos este año? ¡Pues serán los vampiros los que nos invadan el hogar! La patrulla infantil del vecindario ávida de caramelos y demás golosinas asaltarán nuestros hogares con la consabida contraseña del “Truco o trato” que vete tú a saber qué demonios quiere decir.
Y yo me pregunto: ¿Qué tendrán que ver el tocino con la velocidad y el culo con las témporas?

Pues intentaré al menos aclarar un poco toda esta sarta de tradiciones hiladas con aguja de hacer calceta.
Nos remontamos a los orígenes, que es como empieza todo, desde el principio. Y la génesis es la cultura celta, esa antigua civilización que surge en centro Europa, que no nos dejó ni música ni escritos; pero cuyos integrantes se encargaron de trasmitir de forma oral de padres a hijos toda la tradición y forma de vida de tal manera, que todavía rigen algunas costumbres actuales como la de ciertos festejos cuyo máximo exponente es

El Samhain.  

Esta palabra proviene del gaélico, madre de la lengua irlandesa actual, y no significa ni más ni menos que: "Fin del verano". Y es que los Celtas dividían el año en dos partes: La luminosa (Primavera, verano) y la oscura (Otoño e invierno) La primera etapa era dedicada a la fertilidad tanto de las mujeres como la de los animales y cosechas. La segunda representaba la decrepitud y la muerte y es con la que comenzaban el año; haciendo balance de las ganancias y pérdidas que les había deparado el mismo, en cuestión de agricultura, ganado, victorias conseguidas, muertes y nacimientos familiares y logros personales.

Entre estas dos etapas diferenciadas existe esa linea delgada y frágil que separa los mundos de los vivos y los muertos: Que llegada la fecha se estrecha, quedando más cerca. es entonces cuando los espíritus aprovechan para volver a mezclarse con los que todavía alientan sobre la tierra. Saltan esa etérea frontera para realizar visitas a los familiares o para vengarse de sus enemigos. Andan entre nosotros.

Es por ello que los celtas esa noche se disfrazaban de animales, para confundir a los espíritus malignos, colocando en sus puertas y ventanas calaveras con luminarias en su interior para espantar a los muertos con malas intenciones. Más adelante serían nabos los que lucirían de forma menos macabra y en la actualidad las culturas herederas de la tradición exhiben las consabidas y tétricas calabazas recortadas que tanto susto dan en las películas de terror americanas.Las llamadas "Jack Lantern"
También se colocaban dulces en las entradas de las chozas o cabañas, o en las plazas del poblado para mantener contentos a esos visitantes imprevistos del más allá, y así evitar que se cobrasen víctimas y revanchas.

Cómo veis ya vamos comprendiendo ciertos derivados actuales y de donde proviene el producto original. Pero permitirme dar el siguiente salto en el tiempo yéndonos a la antigua Roma.
Ya sabéis que los romanos asimilaban e incluso adoptaban religiones, costumbres, dioses y tradiciones, amoldándolas a su propia idiosincrasia. El año romano empezaba en Marzo y por tanto las festividades en torno a los difuntos las celebraban los días 9,11 y 13 de Mayo y los llamaban los días de Lemuria. Los lémures eran esos espíritus diabólicos y traviesos que venían a tocar las narices a los vivos, asustando y haciendo desaparecer cosas y personas. Esto recuerda a los duendes y trasgos ¿No os parece?

Después vienen los cristianos y superponen sus propias fiestas a las paganas con el solo motivo de eclipsarlas. Por cierto “Pagano” se refería a los que vivían por esos “pagos” o sea, fuera de las poblaciones importantes, en el campo, en el bosque etc. Y para nada significaba carente de fe o creencias religiosas. También a los que vivían fuera de Roma en sus villas, se les denominaba "Villanos" y no tenían que ser necesariamente mala gente.

¡Bueno a lo que vamos!
En el siglo VII la fiesta en conmemoración a los muertos se mantiene en el 13 de Mayo y será Gregorio III el que la trasladará al 1 de Noviembre y otro Gregorio, esta vez el IV el que la denomine: “Fiesta de todos los Santos” noche de vigilia y preparación; donde se encendían velas y lamparillas de aceite para mostrar el camino a las almas perdidas las primeras, y homenajear y rendir culto a los difuntos familiares las segundas.

El día 31 pues, pasa a ser la víspera de todos los santos o en inglés:”All Hallow´s Evening” y con esta aclaración llegamos a la que es, la transformación de dicha palabreja.

Halloween.

Llega el momento de trasladarnos a América con los colonos irlandeses e Ingleses en el XIX, llevando con ellos estas antiguas tradiciones repetidas a lo largo de los siglos. Y allá, antes, durante y después de la independencia de los Estados unidos,se va trasformando y modificando la celebración en sus aspectos más informales como los disfraces variopintos  y toda la parafernalia montada en torno a la fiesta de difuntos que se convierte en festividad comercial en la que las empresas de todo tipo de productos, se frotan las manos previendo ingresos adicionales gracias a las calabazas, velas, tumbas de plástico inyectado, disfraces y pinturas, maquillajes, muñecos macabros, brujas, momias, hombres lobo, muertos saliendo de la tierra, ahorcados… Y no sigo que pierdo el aliento y las ganas.

Con lo cual, y como resultado de todo. Somos ahora nosotros los europeos los que recibimos el producto original, envasado y empaquetado a modo de folclore popular con lacitos de colores y luces de neón como las de las Vegas.
Nada hay nuevo en cuestión de cultura que no hayan probado ya nuestros antepasados.

La  conclusión es que: el Samhain, el Samain (celebrado en Galicia, Asturias y Cantabria) y el Halloween, son prácticas de diferentes naciones con el mismo origen cultural que viene a celebrar lo mismo: El ciclo de la vida, del campo y de las estaciones.
Mirad por donde he dejado caer sin querer otro posible disfraz para el evento: El de rey león.
¡Hey¡ hey! ¡No os vayáis que no he terminado!
Alguno os habéis quedado seguro, con las ganas de saber eso del: 

¿Truco o trato?

Pues os resuelvo el acertijo.
El “Trick or Treat” tiene sus principios en las persecuciones llevadas a cabo en los siglos XVI y XVII  por los católicos contra  los protestantes en Inglaterra. 
En un momento dado, se quiso atentar contra el rey inglés James I cuando este se encontrara reunido junto a los parlamentarios. Uno de los conspiradores delató a sus compañeros y gracias a esto se pudo abortar tal regicidio.
Más adelante cuando son los protestantes la que ostentan el poder y para conmemorar este fallido atentado gracias a la oportuna delación del traidor, al cual torturaron y ejecutaron convenientemente según el estilo y las leyes inglesas. Estos (Luteranos) visitarán las casas de los católicos tapando sus rostros con máscaras de monstruos para no ser reconocidos y exigiendo a los habitantes de las viviendas cervezas, encurtidos y pasteles a cambio de que ellos no los delaten ante las autoridades; interpelándoles con la consabida frase intimidatoria: “Truco o trato” que en realidad era“Susto o soborno”. Curioso ¿No?

Por último os diré que “La santa compaña” tiene que ver también con estas fiestas en las que los espíritus errantes hacen salidas nocturnas en busca de noctámbulos trasnochadores rezagados en esta noche que solo a los difuntos pertenece. La del 31 de Octubre.

Elegid pues un buen disfraz para pasar desapercibidos entre los muertos, y no os dejéis engatusar por esos tiernos infantes disfrazados de todo lo inimaginable que os piden golosinas a granel como si fueseis el super del barrio. Puede que acabéis condenados a una fiesta cíclica que se repita, no todos los años, si no cada diez minutos en la puerta de vuestra propia casa.


¡Miedo da! ¿A que sí? pues ya sabéis: ¡Haber pedido muerte!




Derechos de autor:Francisco Moroz



martes, 25 de octubre de 2016

La única




Al otro lado de la ventana la oscuridad es absoluta, las farolas están apagadas y el silencio es infinito.

Me he asomado una vez más para confirmar que así es y quedarme tranquila. 
No conozco otra realidad desde que salí del sótano hace ya quince años. 

Solo tengo vagos recuerdos en mi memoria de palabras entrecortadas oídas a un hombre y una mujer asustados, y aquellos trozos de periódicos en los que me enseñaron a leer, en los que se escribía sobre un virus letal que se extendía rápidamente entre la población.

El pueblo me pertenece desde entonces, creo que soy la única que lo habita.



Derechos de autor: Francisco Moroz

lunes, 24 de octubre de 2016

Cuenta cuentos





El carillón del salón de baile de Bestia empieza a tañer la primera de las doce campanadas de la medianoche.

Mientras bajo las escaleras del palacio pierdo uno de mis zapatos de cristal, y justo cuando se deja oír el reverbero de la última, suena el despertador de la mesilla y se rompe mi encantamiento de Bella durmiente.

Me despierto bruscamente incorporándome en la cama de uno de los tres Osos, y mientras me levanto, escucho la voz de mi compañero peludo que dice a mi espalda:

 – ¿ A dónde vas Caperucita?

Y  es entonces cuando me acuerdo que ayer dejé solos a los siete Enanitos por ir a buscar a Hansel y Gretel . 
Salgo pitando de la casa de los tres Cerditos  ¡Llego tarde al té de las cinco con Alicia y el Sombrerero! 
¡Tendré que mentir como Pinocho, cuando me pida explicaciones Rapunzel!



Derechos de autor: Francisco Moroz

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...