Ya llegaron las fechas en las que creyentes y no creyentes celebramos. Algunos incluso sin ganas ni motivación alguna.
Celebramos reuniones, encuentros con amistades, comidas familiares. Redescubrimos al pequeño niño que todavía se agazapa dentro de nosotros. Esperando con ilusión cosas maravillosas, actitudes amables, situaciones extraordinarias que conforman un mundo mágico. También recordamos que tenemos cuñados, suegros y sobrinos pedigueños.
Todo parece adquirir otro color y otro sabor. Significados diferentes. En algunas ocasiones es como si hubieramos consumido sustancias psicotrópicas. Embargados por la euforia o la alegria desaforada por nada concreto.
Pero no olvidemos que la vida sigue, es la misma. Sin tanto o sin ningún glamour ni "brilli brilli" como en las peliculas que con calzador nos hacen ver casi obligatoriamente todos los años, las mismas cadenas televisivas. Todos los comercios parecen vender durante estas fechas los mejores productos, las más deliciosas exquisiteces para paladares refinados. Dulces más dulces si cabe y jamones más curados y más pata negra que lo que habitualmente estamos acostumbrados a probar. Marisco fresco y a tutiplén pescado en los mares de China; que es de donde procede todo producto tradicional. Hasta los esparragos trigueros de Castilla la Mancha de toda la vida.
¡Por Dios! y la loteria que no falte! eso es tradición y hay que tentar a
la suerte aún sabiendo que esa señora solo visita a los que están
preparados y saben arriesgar aprovechando las oportunidades, aún sabiendo que lo pueden perder todo. Leasé autónomos.
Que se note que vamos de sobrados y que somos generosos dándolo todo ¿Todo?
¿Quién de nosotros ha donado sangre en estos últimos días?¿Quién visitó y acompañó algún amigo o familiar en un hospital? ¿Quién se ha acercado al super o a la parroquia del barrio para donar productos imperecederos para repartir a los desfavorecidos?¿ Quién de nosotros ha meditado, pensado, orado ¡Sí, orado! por esos que están sufriendo en sus carnes el sufrimiento de la guerra? (No solo la de Ucrania)
¿Quién es capaz de dedicar tiempo para escuchar las necesidades del prójimo?
Mirad. Yo soy del montón, como la mayoría de vosotros. No soy más ni menos que nadie. No destaco, ni quiero hacerlo por ser más guapo ni alto. Ni más profesional ni rico, ni ostentar poder sobre otros.
Pero sí me gustaría ser de aquellos que se rebelan contra ciertas situaciones asumidas por el rebaño. De aquellos que miran al otro como semejante, como hermano, como igual. No con la indiferencia del que no es capaz ni de posar la mirada sobre la indigencia, la debilidad o el desamparo de los que pasan a nuestro lado o nos piden algo de lo que nos sobra.
Seamos generosos pues. Y más humildes, comprensivos, tolerantes, humanos y hospitalarios. Menos consumistas y derrochadores. Más luminosos por dentro y con menos guirnaldas de bombillitas en el balcón. Que la luz cuesta una pasta. Y no está la cosa como para fuegos de artificio, ni siquiera para fuegos fatuos.
Abracemos y dejémonos abrazar. Recibamos ese abrazo como lo que es: Un hogar, un lugar cálido de acogida para los que como niños, necesitamos sentirnos seguros y arropados. Y los hay, creedme que no tienen ni siquiera a quién abrazar durante estas fechas en apariencia, tan entrañables y maravillosamente pacíficas y entrañables.
¡En fin! Queridos y apreciados lectores, seguidores, comentaristas. Gentes de paso por este blog, simpatizantes y críticos detractores si los hubiese. Compañeros de letras en todo caso y algunos, ya amigos.
Os deseo que seais buenos en cuanto a lo que la bondad significa. Que vuestra sonrisa se intensifique. que vuestra actitud sea afectiva y efectiva; pero no como sprint de final de año que termina para bien o para mal. Más bien como en maratón que dure todo el que viene. Que seamos corredores de fondo, intensos, apasionados, vitales y profundos en esencia.
Pues se trata de vivir estos días "especiales" con expectación y con ganas esperanzadoras de que muchas cosas cambien. Terniendo en cuenta que mucho depende de nosotros mismos y nuestras ganas de que lo hagan. Y a los inmobilistas que les den morcillas. Que también es un producto muy español exportado de China.
Que tengais unas ¡FELICES FIESTAS! en la mejor compañia.
Un abrazo, como es habitual desde este blog de abrazo de libro.