Debo
decidir qué hacer con los retratos que tienes en el aparador del comedor, con
tus álbumes llenos de recuerdos y sonrisas infantiles.
Debo
decidir a quién donar los innumerables libros que cubren las paredes. Qué hacer
con las revistas, los cuadernos de notas y la agenda donde aparecen teléfonos de
muchas personas que ya no existen.
Debo
decidir qué hacer con tus zapatos, las camisas y los pantalones que llenan los
armarios de tu cuarto. Las chaquetas y las corbatas que ya no puedes usar.
Debo
decidir qué hacer contigo ahora
convertido en un viejo solitario.
¿A
la residencia o a mi apartamento?
Derechos de autor: Francisco Moroz
¿Qué hacer con esas personas que te han cuidado durante toda su vida? Menudo dilema...
ResponderEliminarEn fin, estas historias son el día a día de mucha gente.
Un besillo.
Cuando llega la vejez nadie te quiere, pues a ojos vistas te conviertes en alguien que aparentemente no puedes aportar nada y a la vez te haces dependiente de otros, osea: Molestia añadida y preocupación ¡Una pena!
EliminarBesos
Triste, verídico, doloroso, aunque a veces necesario. Un tema muy controvertido, pero en el mundo actual con sus prisas, demasiadas ocupaciones y demás, no todo es blanco o negro y los grises dan muchas sorpresas y muchos disgustos.
ResponderEliminarMuy bueno, Francisco.
Un beso.
¡Así es! Triste, doloroso y verídico.
EliminarEstas decisiones están a la orden del día y el ritmo como bien dices, que llevamos, no nos permite atender adecuadamente a nuestros mayores. De todas las formas ni todos los ancianos son iguales ni tienen idénticas necesidades.
Besos.
Buff, verlo desde la perspectiva de sujeto activo le aporta crudeza...
ResponderEliminarSi además es hijo único imagina el papelón, sí o sí le toca a él asumir la decisión en solitario. Ya se sabe que las penas compartidas son más llevaderas.
EliminarUn abrazo Eva.
Gracias por comentar.
Tomar una decisión así no es fácil, cuando una persona querida se hace mayor , muestra dificultades y tiene que ser cuidado por otras personas. Hay mucho que decidir y debatir entre los responsables. Un abrazo
ResponderEliminarQuitando la cuestión pecuniaria, lo de llevarles a la residencia es la solución más cómoda para los familiares, sobre todo si el anciano requiere cuidados especiales por enfermedad o limitaciones físicas como puede ser la invalidez.
EliminarPor otro lado la decisión más humana es cuidarlo personalmente o con ayuda suplementaria. Pero com dice Rosa: Hay grises a parte e blancos y negros.
Difícil no te quepa duda.
Besos Mamen.
Buff qué terrible micro y qué dolorosas son estas decisiones, a veces no es posible atender a las personas como necesitan en casa y se debe recurrir a las residencias pero eso no tiene que significar olvidarlos o aparcarlos allí, sin recibir visitas, sin cuidarse de ellas.
ResponderEliminarEs muy triste quedarte desavalido y sin poder cuidarse de uno mismo.
Un beso
Es lo peor que llevan las personas mayores que fueron tan válidas en su juventud y madurez. el no poderse valer por ellos mismos y tener que ser cuidados muchas veces por personas ajenas a su familia. tienen que vencer muchas reticencias con respecto a ello.
EliminarLo realmente triste es que , ancianos con hijos a los que les han dado todo, los tengan abandonados literalmente a su suerte.
Cuando te enteras de esos viejos que se encuentran muertos en sus domicilios de vez en cuando, se me ponen los pelos de punta, al imaginarme a esos hijos que ni les llamaron ni fueron a verles en tanto tiempo.
Miles de historias se podrían escribir con respecto al tema de la vejez.
Besos Conxita.
Hola a todos. He conocido esta página por casualidad y me parece muy interesante.
ResponderEliminarOs recomiendo leer un libro llamado “El secreto de la painita”. Me costó un poco encontrarlo pero valió la pena. Es un libro de esos que te atrapa de principio a fin. Muy entretenido y con giros insospechados. Uno de esos que te da pena que se acabe.
Un saludo a todos
Pues espero verte alguna otra vez por aquí.
EliminarGracias por la recomendación. ¿Como se llama el autor de dicho libro?
Un saludo.
Creía que te estabas refiriendo a alguien fallecido y de quien se deshace, poco a poco, de todos sus recuerdos. Pero no ha resultado siendo algo tan distinto, aunque sí peor, pues lo que muestras es otra forma de deshacerse de los recuerdos de toda una vida y de lo que identifica a esa persona con la que no se sabe qué hacer. LO más probable es que acabe en una residencia, apartándola de su vida y de sus -supuestos- seres queridos. Una triste realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es lo más parecido a un desahucio. Te sacan de tu casa, te alejan de tus pertenencias y lo que es peor de tus recuerdos y en el mejor de los casos te llevan a otra casa familiar pero ajena, donde te tienes que amoldar a otros ritmos, horarios y costumbres. En el peor, te llevan a la residencia hasta el fin de tus días.
EliminarNos lo tomamos a la ligera, peo si llegamos a viejos nos acordaremos de esas decisiones que en su día tuvimos o tendremos que tomar con nuestros mayores.
U abrazo Josep.
Un interesante micro que en un principio me llevo a la duda...
ResponderEliminarSi tuviera que responder yo diría sin dudarlo, al apartamento.
Un abrazo grande.
Es mejor sin duda convivir con alguien querido a hacerlo solo.
Eliminar¿Pero y en el caso de familia con hijos que no disponen de mucho espacio?
Desde luego con este asunto la polémica está servida y cada familia lo resuelve como mejor puede. La tristeza de llegar a viejos con un futuro corto pero incierto.
Un beso Mariola.
Espero que el que tanto tiene que decidir no trate al "objeto" de sus diatribas como a sus posesiones porque ese pobre viejo solitario no va a estar muy acompañado.
ResponderEliminarBesos.
Creo que la mejor forma de actuar es con amor. Las personas no son objetos y por lo tanto no se les puede tratar como a tales.
EliminarA cada cual le tendrá que dictar sus decisiones la propia conciencia y su corazón.
Besos Kirke.
Creo que a ciertas edades esa decisión la tienen que tomar muchas personas. Los que nos cuidaban a nosotros de pequeños ya no pueden cuidarse ni a sí mismos, qué triste. En su apartamento o en una residencia, cualquier sitio vale para seguir queriéndole y buscando su bienestar en esa etapa de la vida...
ResponderEliminarUn micro que me ha hecho pensar, Francisco. Pocas palabras pero mucho contenido :)
¡Un beso de viernes!
Me dan mucha pena las personas que son 'objeto' de estas alternativas. Mientras pueden se desviven por proporcionar todo a quienes trajeron a este mundo, y cuando ya a ellos les queda menos que más para abandonarlo, se encuentran con que ellos son un problema.
ResponderEliminarMuy bonito, triste y real a más no poder.
Besos, Francisco.